jueves, 20 de marzo de 2014

H Λήμνος, Limnos -2


Los soles de  Limnos.
B. R. M.  Mírina. Limnos, 1998.


Los soles de Grecia


Buenos días. La noticia del proyecto de la película Lemnos (cuyo blog quiero recordar que está entre nuestros Flanvoritos), del director crevillentino Alejandro Lorenzo Lledó, me ha sacado del guión y provocado esta entrada, imprevista y fuera del archipiélago donde nos movíamos en los últimos capítulos de la etiqueta. La película y la nostalgia venenosa que me domina cuando recuerdo la isla.

Me permitiréis que siga usando Limnos, Λήμνος, que es como se pronuncia en griego, en lugar de Lemnos.

La película es una adaptación cinematográfica de la obra de Sófocles, Filoctetes (Filoctitis), de la que ya hemos hablado aquí en más de una ocasión. Creo que hasta reproduje ese final donde el barco, que devuelve a Odiseo y a Neoptólemo a Troya con las armas de Heracles y la anuencia al fin de Filoctetes, se aleja de la Limnos de los Sintios, donde se acaban de resolver las peripecias de la tragedia: la elección para un joven aún inmaduro, entre una mentira útil y operativa o la verdad desnuda, que puede acarrear el fracaso de la empresa.
Para mí esa descripción final es algo más que literatura, porque he vivido varias veces la sensación de tristeza que te invade cuando sientes que abandonas un lugar y unos días que te han dejado una huella imborrable -con el permiso del Dr. Alzheimer-, no tanta sin embargo como la del hijo de Aquiles. Y en barco la emoción es muy poderosa.

Me faltan las fotografías, sólo tengo en papel las antiguas, y esperaba el regreso para subir imágenes actuales de la isla, después de doce años de ausencia. Hasta los veinte que pasaría Odiseo fuera de su Ítaca, aún me restan algunos. ¿A quién debo pedir su protección ahora? Al destino, a las Moiras, a las que invocaba también Sófocles en su despedida de Limnos.
Deliberadamente la he ido dejando para el final, aunque ya la había recordado muchas veces aquí, y le dediqué un primer capítulo donde contaba nuestra primera arribada:

Pero ya no me resisto a volver, si acaso sólo con la imaginación, y usaré fotos tomadas de uno de los álbumes que hacíamos por entonces en cada viaje. Hemos ido perdiendo la costumbre y, aunque yo sigo recopilando papeles y curiosidades como un típico coleccionista de cagajones, ya hace algunos años que no terminamos el cuaderno pegándolo todo y añadiendo apuntes posteriores a lo ya escrito durante las vacaciones. Desde que los niños dejaron de serlo las cosas han cambiado.

Baile tradicional, adaptación de N. Iconomidis. Νίκος Οικονομίδης.  Πάτημα.  Pátima.

https://www.youtube.com/watch?v=HZ2WIucW5Hg

Mírina en la etiqueta de Retsina D. Magias. Kondias.
Limnos. Grecia, agosto 1998.

Que recuerde, además de múltiples menciones, en tres capítulos de Lo que se comió..., hago también referencia a Limnos. En uno sobre el queso Kalazaki, típico de la isla (19/11/11), en el de la Retsina (21/3/12), y en dos del Karpusi, la Sandía (8 y 9/6/13).
Y en varias entradas que ahora no puedo precisar, hablo de nuestro amigo Zeodoros Lambroy que, junto al cocinero Sideris, natural de Kalimasias en la isla de Jios, pueblo que visitamos en una ocasión sólo por darle una sorpresa y una alegría, fueron nuestros primeros contactos en Grecia, que acabaron en amistad.

A Sideris le perdimos la pista en el Pireo, donde vivía últimamente, y Zeo murió de un infarto en Atenas con cuarenta años. Desde entonces no hemos vuelto por Limnos. De hecho el último año que vimos a Zeo fue en Zákinzos, donde había ido a trabajar en los veranos después de tener que dejar su propia taberna en Mírina, el Avra. Pero me equivoco, porque la última vez fue a despedir junto a Mary, su compañera colombiana, caliqueña, a la mi morena y al guaje mayor que esperaban un vuelo doméstico a Creta en el aeropuerto de Atenas.

Los dos años anteriores nos había dejado desinteresadamente la pequeña casa que habían comprado en Kondopuli, el pueblo de Limnos donde nació Zeo y procede su familia.
He citado también a Limnos en uno de los capítulos de Escritores griegos (11/5/12) dedicado a Yiannis Ritsos, que estuvo preso en la isla y escribió en Kondopuli su poemario  Kapnismeno tsoukali, Olla ahumada, traducido aquí por Luis de Cañigral, como dejé apuntado.

Era de la primera casina que alquilamos en Mírina a la señora Sofía de lo que quería hablar hoy, y de los sueños espectaculares que tuve allí, donde una noche se me aparecía Hefesto, a la siguiente Filoctetes y a continuación Afrodita presa en la malla de su marido el herrero, sola, sin Ares al lado. Pero se me ha vuelto a ir el santo al cielo. Otra vez será.

Isla de cojos, Limnos, uno el divino Hefestos y otro el muy humano Filoctetes. Por cierto, nuestro colega Yiorgos Karvelis, era uno de los animadores más activos de la representación que anualmente se hacía del Filoctetes en  el verano de Mírina. Un abrazo para él y su familia si por suerte llegara a leer esto.
Creo que también hablé de Yiorgos en un capítulo de Música cretense dedicado a Nikos Xiluris, porque fue él quien nos dio a conocer el  Itan mia forá, cantándola acompañado de su bousuki. Pero ahora le envío algo diferente, yunque, clavo y alcayata...

Bulerías. Camarón de la Isla.  Soy fragüero.

https://www.youtube.com/watch?v=Juw2H3U4U84

Mírina. Limnos.
Copia de un mapa local.
Ramiro, 1998.

Y no puedo pasar por alto para despedirme, este tema que ya he subido en varias ocasiones. Si recordáis Dick era aquel perro, amigo de los presos políticos, que mataron los carceleros por celos y mala hostia, en Mudros, segundo pueblo de la isla en importancia, donde hubo también represaliados, y donde había vivido Churchill comandando las fuerzas inglesas apostadas en la isla frente a Gallípoli, en los meses previos a la famosa batalla contra los turcos en la Primera Guerra Mundial. Precisamente la tierra de donde se había exiliado la señora Sofía con su familia en los años de la Gran Catástrofe griega.

El poema pertenece a un libro de Ritsos titulado  Kantata gia tin Makróniso, otra de las islas que fue campo de concentración después de la guerra civil griega.

Τώρα ο Ντικ κοιμάται στη Λήμνο, Tora o Dick kimate stin Limno, Ahora Dick descansa -duerme- en Limnos, dicen unos versos. Ritsos pedía que no olvidáramos tampoco a ese pequeño héroe, tan camarada, y digno de respeto y cariño, como cualquier compañero humano de los que perdieron su vida peleando por un mundo más justo.

Γιάννης Ρίτσος. Θάνος Μικρούτσικος. Mαρία Δημητριάδη, Σάκης Μπουλάς.  Ο Ντικ.

https://www.youtube.com/watch?v=2SOIyMeCh_Q 

Itan kalós, o Dick.

Era bueno, Dick.

Salud y buen rumbo.

Ramiro Rodríguez Prada

6 comentarios:

  1. La canción esa de Dick me emociona cada vez que la pones. ¿Así que era de Mudros, el tal Dick?Estuve allí este verano y me gustó, pero no busqué a sus descendientes; supongo que los tendrá, esos perros causan furor entre las hembras.
    Yo también tengo curiosidad por ver que enfoque le dan a la película, aunque tu ya la has soñado, parece.

    B7ts

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Ana. A mí también me emociona cuando la escucho, y aquí María Dimitriadi está fantástica, con toda la rabia concentrada y enseñando el canino.
      ¡Siiiií!, yo quiero pensar que uno de sus descendientes es Lukánikos, Look o Luk, el del vídeo, al que creo que conozco del centro de Atenas, amigo de los yonkis y de todos los callejeros medio zumbaos como eu.

      En Limnos empecé a soñar de una manera torrencial, creo que la explicación es el abandono de algunos hábitos durante ese mes, y Grecia misma. Eran tan potentes y vívidos que me levantaba para escribirlos, desvelado; y lo siguen siendo, aunque ya no los escribo, ahora apunto sólo lo esencial.

      Más que soñar la película, he tratado en sueños a cada uno de los personajes de la tragedia, y al resto de héroes que pasaron por la isla, los del Argo y los modernos. No creas que lo hacía de tú a tú, con frecuencia era un espectador acojonado, y no siempre tranquilo. Pero tampoco eran pesadillas estrictamente, no se repetían los personajes ni los motivos.

      Hay algo sobre Filoctetes de lo que no habla nadie que yo haya leído, aunque me extraña que no lo hiciera ya un griego o alguien que los conozca un poco. Es para mí el personaje más griego de toda la tragedia, según la descripción que los escritores modernos hacen del carácter de sus compatriotas. Sufrido, leal, ingenuo al tiempo que desconfiado, supersticioso (característica moderna, cercana a lo mítico que correspondería más al tiempo de la tragedia, pero no sinónima), insolidario e individualista, escéptico, un poco amargo, como parece lógico después del abandono en que lo dejaron sus colegas...

      Para empezar creo que tuvieron muy buen gusto escogiendo Filoctetes. Espero que todo salga bien y ayuden a dar a conocer una tragedia preciosa, casi olvidada; yo más que la tragedia del engaño la hubiera llamado la tragedia de la verdad, porque creo que en asumirla está lo trágico de la historia, y no en la mentira. Pero eso es menos importante, sólo depende del punto de vista.

      ¿Ya quemaste a Ritina en efigie?, ¡clávale una agujas de mi parte antes de echarla al foc!

      Geía sou kai filakia!

      Eliminar
  2. Mira lo que me pasa por no leer la Ilíada y fiarme de la película en la que Brad Pitt hace de Aquiles. En la peli, al final Paris se carga a Aquiles de un flechazo en el talón y se pira feliz con Elena por un pasadizo y con una espada que creo, era de su padre o hermano. Lo que no sabía es que se lo cargó Filoctetes de un flechazo (quien a hierro mata...)
    ¡No te puedes fiar de los filmes.
    Un besito
    Viriato

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que Hollywood reescribe la historia y hasta la mitología, milagro que no salga alguna estatua de la Libertad por ahí, siendo un trasunto del Coloso de Rodas, de Helios, no quedaría del todo mal. Si el mundo vive diez siglos más es posible que para entonces los americanos ya hayan participado en las Cruzadas. Todos los imperios lo hicieron, incluso Atenas y otras polis, que no fueron imperio, participaban en los acontecimientos antes incluso de haber sido fundadas. El poderoso se da el pisto y el lustre que no tiene. Sólo hay que ver algunos capítulos del Canal Historia tele para comprobar las morcillas que ya meten delante de nuestras narices, que de algunas cosas fuimos testigos o por lo menos contemporáneos.

      Sé que superar esos capítulos de la relación de cóncavas naves, pueblos y guerreros, cuesta un poco, pero cuando te vas metiendo después resulta demoledora. La sangre y las vísceras no son las del gore moderno, aunque la brutalidad de la guerra y las pasiones están todas presentes y de un modo desgarrador, épico, fatalista, trágico... Y el lenguaje, las imágenes, metáforas, la poesía. La Odisea es más ligera y entretenida, llena de aventuras y escenarios, pero no la cambio por la Ilíada, mucho más solemne y potente.
      Atiende este ruego, por favor: el próximo best seller que vayas a leer, Premio Nobel, Planeta o novelista del XIX, tíralo a la papelera y sustitúyelo por la Ilíada. Todo cuesta, ¿alguna vez intentaste en serio leerla? No te arrepentirás.

      Besos, Bradpitín, ¡de les oreyes voy tirate!
      ramiro

      Eliminar
  3. Te prometo quela Ilíada será el siguiente libro que me lea, y cuando lo acabe te aré un cometario de texto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de tirar a la papelera no era literal, sobre todo a ciertos decimonónicos tan buenos, pero ya me entendías.
      La Ilíada nos la recomendaron en el bachiller, no fue obligatoria, y la leí entonces por primera vez. Empezaba también a escribir y era una de las imprescindibles, según decían los que sabían. Pero me costó mucho superar esos capítulos, me aburría, y ese lenguaje que ahora me parece brillante, entonces me sonaba rimbombante y extraño, no sé si falso o muy pasado, quizá ambas cosas. Las historias me quedaban muy lejos, además. Para alguien que empieza es más propia la Odisea, incluso la Eneida de Virgilio, ésta muy grande para mi gusto también.
      Creo que las tres necesitan una cierta madurez para disfrutarlas, pero la Ilíada más que ninguna.

      Besos y al toro!

      Eliminar