viernes, 23 de mayo de 2014

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Ojos inyectados en sangre.


Salí a tirar la basura



en vísperas de una efeméride familiar, rezando para que no me ocurriera nada, bueno, rezando no, pidiendo protección a los dioses inmortales, en plan helenista. En el portal entreví a Ares y Afrodita morreando en un rincón oscuro. Mientras depositaba las bolsas, con cautela y un poco intranquilo, pasó un cojo que no conocía y se dirigió al portal. Llevaba unas grandes tenazas en la mano. Se mascaba la tragedia.


Giuseppe Verdi. Bryn Terfel, barítono.  Otello. Acto II. Credo in un Dio cruel. 




Salud y felices pesadillas


ra

6 comentarios:

  1. Tragedia la de Atenéa, lo de Afrodita estaba cantado.
    Un besito
    Viriato

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    1. Son como premoniciones, otra manera de decir que estaba cantado.
      Salud, compadrito!
      ra

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  2. ¡¡Efesto que los pilló!! Pues lo que pudo pasar en tu escalera mas tarde, si siguió a pies juntillas la historia, no me lo puedo ni imaginar. Las mujeres en los rellanos...Jasón...Po, po,po

    Un abrazo

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    1. Resulta que me esperaban a mí, y yo un Orfeo ciego!
      Salud.

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  3. Lo prometido es deuda, ya me he leído la Iliada. Aquí mi comentario de texto. No es la guerra de Troya, es la guerra de los dioses utilizando como tablero el campo de Troya. Tenías razón cuando me decías que todo eran batallas. A Omero, o quien lo escribiera, se la traían bastante al fresco explicar el porqué de la contienda. Habla de Elena como de pasada. Cañete debió nacer en la época, ya que como para él, en ese tiempo las mujeres eran menos que nada o premio si estaban buenas o esclavas. No queda muy claro si Elena se va con Paris/Alejandro por que la rapta o por propia voluntad. Muy raptada no debía de ir, ya que llevaba en Ilío vente años y a pesar de sus problemas con la familia política, seguía haciendo el canelo con Paris/Alejandro mientras se daban de tortas sus vecinos con los Aqueos. Durante diez años, que se dice pronto. Por cierto, el Paris/Alejandro era un calzones. Tampoco es que su hermano Hector fuera un figura. Mucha broncilínea lanza, mucho casco tremolante y buena facha, pero como estrategia cero y para rematar, antes de que se lo cargue el de los pies ligeros, se pega cinco vueltas corriendo a la ciudad. Un cagueta. A mí me mete en semejante “fregao” el deiforme de turno y cuando tiene que sudar la camiseta sale pitando, yo me lo cargo a pedradas desde las altas torres. Hay que pensar que tanto tiempo de guerra es lógico, porque si cada vez que se enfrentaban dos héroes, el que ganaba tenía que desnudar al otro para quedarse con toda la chatarra, las batallas tenían que hacerse pesadísimas. Otro que se las trae es Agamenón. Tanto pastor de hombres y tanta gaita para acabar cabreando al del talón, que solito le había ganado la guerra en un quítame esas pajas, para no tenerme al rubio Menelao vente años criando cuernos. Y no olvidemos a Aquiles. ¿Cómo te explicas que se pasara nueve años, que se dice pronto, sentado en su tienda, junto a las cóncavas naves, rascándose la barriga (o rascándosela a Patroclo), mientras Hector despellejaba a sus compañeros de guerra? ¿Tan buena estaba la Briseida? Por lo menos que hubiera mandado a los mirmidones, otros que también debieron correrse unas buenas barbas. Lo que no recordaba es que lo del caballo lo cuenta Ulises durante sus vacaciones por el Mediterráneo y me he llevado un chasco. Suerte que hicieron la peli con el Brat Pit, que si no, no me entero de nada.
    Un besito
    Viriato

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    1. Las mías cuelgan de una víscera todo carne, pan-creas.

      Besos!

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