jueves, 8 de noviembre de 2012

La hucha



Caixa de Aforros

La hucha


No sé qué pude ver en aquella hucha. Quizá la expresión un poco melancólica del cerdito, o sus ojos, aquellos ojazos sin malicia, tal vez las orejas listas, tiesas..., no lo sé. Pero fue mi perdición.

Jamás en la vida se me ocurrió robarle nada a nadie. Mis padres eran personas serias que nos educaron en el respeto a los bienes ajenos, siguiendo los mandamientos cristianos. No creo saber lo que es la codicia. Eso no quiere decir que en alguna ocasión no haya sentido tentaciones, pero más por la gamberrada o el capricho que por el valor de lo sustraído, sin ambición propietaria. Pero como soy persona tímida siempre me detuvo el temor a ser descubierto, sobre todo por la vergüenza consiguiente.

Fragmento de The Golf Specialist, corto de 1930, con W.C Fields mostrando su famoso amor por los niños. (Subtítulos en castellano)

Yo estaba entonces trabajando de pintor por domicilios particulares y me anunciaba en la prensa provincial. Llevaba a un chaval conmigo que me ayudaba y me resolvía muchas papeletas, era trabajador, responsable y alegre. Una bicoca, una delicia de guaje. En muy poco tiempo aprendió el oficio y hacía él la mitad del curro. Estabamos los dos contentos porque le pagaba bien y nunca nos faltó trabajo.

Debería haberlo previsto, pero un día se independizó. Era bueno en lo suyo, formal y quería casarse. Yo estaba soltero, y así sigo, y lo traté como a un hijo, le ayudé en todo lo que pude, y me dispuse a buscar otro aprendiz, sabiendo ya que sería imposible encontrar una joya como aquella.

El mozo que contraté era ya talludito, pero parecía dispuesto y de fiar, y para empezar no me parecieron malos mimbres.
Yo empezaba a estar mayor y no veía muy claro mi futuro, aún tenía por delante unos cuantos años antes del retiro y parecía que últimamente las cosas se torcían. La gente regateaba, escogían los materiales mirando más el precio que la calidad o el rendimiento, tardaban en pagar, o no pagaban...

Acabé despachando al ayudante. Con los presupuestos que manejaba podía hacer la labor yo solo con pocas horas más de trabajo a la semana. Y de todos modos cada día salía menos curro.

Un día me avisaron para pintar una casa de nuevos ricos en las afueras de la ciudad. La señora me indicó dónde podía coger agua, en un grifo junto al garaje. Dentro había calderos, podía usarlos en caso de necesidad. Habían dejado preparada la planta inferior de la casa y, si necesitaba algo más, la señora estaría arriba, podía llamarla.

Entré en el garaje a coger el cubo y entonces la vi. Estaba en una esquina, en el suelo, junto a otros trastos polvorientos. Era una hucha de barro con figura de cerdito, de las típicas, ¡bueno!, de las típicas no, porque en lugar de forma de tonel tenía foma cilíndrica, como un gochín flaco, y el exterior era brillante, pues aplicaron un engobe. Ni el barro, ni la cocción, ni el acabado eran del todo toscos, para ser justos.

Esto deben ser disculpas que me monto para intentar justificar o, simplemente, explicarme el por qué me quedé enganchado con aquel cerdito.
Cuando acabé el trabajo ese día y volví a casa no podía quitármelo de la cabeza. A la mañana siguiente, antes de empezar a pintar, tuve que entrar en el garaje para echarle un vistazo. Me tenía subyugado. Ahí seguía.
Por la tarde me acerqué al rincón y lo tenté. Sonaron una pocas monedas. Debía llevar allí mucho tiempo, olvidado ya. No lo habían abandonado por su riqueza interior. Ni por sus magros jamones.

El día que plegué, distraje la hucha entre las brochas y los rodillos y me la llevé a casa.

Nada más llegar lo primero que hice fue lavarla con cuidado. Estaba pensando dejar de fumar y se me ocurrió que podía ir echando cada semana el dinero que ahorrara en tabaco. La tenía sobre la mesa y la miraba fascinado. La sacudí otra vez. No había más de media docena de monedas en su interior.
Iba a sacar un cigarro pero en su lugar saqué un euro, ¡Hay que empezar a ahorrar!, pensé, y acerqué la moneda a la ranura.

No me dio tiempo a soltarla. La ranura, el vacío interior, como un aspirador monstruoso, absorvió la moneda y a mí agarrado a ella. Llevo aquí dentro unos cuantos años, junto a otros cinco pringaos, ya perdí por completo la noción del tiempo y del ahorro.

Ramiro Rodríguez Prada

The Vientre. Todo lo hago Fatal.
 

 
Salud
 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

El dibujante de Atenas


Lleida,  julio 2012

 
Τι kοιτάς, Qué miras?


Íbamos caminando entre un río de gente por una acera de la calle Stadiou, una de las céntricas de Atenas, paralela a Panepistimiu/Venizelos y que une, como ésta, las dos plazas más importantes de la capital: Omonia y Síndagma.

Acabábamos de pasar junto a la estatua ecuestre de Kolokotronis, un héroe nacional, y la plaza que lleva su nombre. La acera se aclaró un poco y entonces lo vi, a cierta distancia sentado en un bordillo, antes de llegar a él. Era un hombre algo más joven que yo, delgado y muy moreno.
Reparé en él porque hacía algo mirando al suelo, totalmente ajeno al tráfago de la calle: mojaba la boquilla de un cigarro en la pintura blanca que tenía en un pequeño frasco y pintaba círculos iguales sobre el bordillo.
Ralenticé la marcha para fijarme mejor, mis acompañantes continuaron el paso sin percatarse.

Los transeúntes ocultaban la indiscreción que yo pudiera estar cometiendo y me sentía protegido, abservándolo ya atentamente a medida que me aproximaba.
Debió ver mi sombra en el suelo avanzando despacio. Cuando estaba a su altura, el hombre, de espaldas a mí, se giró de repente y me miró directo a los ojos.
Le mantuve la mirada sin apartar la vista, pero sin retos, amigablemente. Él me había mirado con altanería y cierta agresividad, pero al tiempo demostrando una libertad, una falta de miedos y prejuicios, y un desparpajo semejante al mío. Parecía estar diciéndome, como un niño que juega a otro que lo mira sin comprender del todo de qué va el juego, ¿Qué miras?.

Pero la mirada, sin dulcificarse, con la misma dureza, tuvo un destello, un brillo de reconocimiento, ¡No te temo, eres de los míos, eres como yo!, y también de muda gratitud, Me alegro de que te guste lo que hago, yo estoy aquí, pintando... . Gratitud o camaradería, el sentirse reconocido por un igual, por otro hombre.
El más indigente y desolado de los verdaderos artistas tiene un ego inmaculado, virgen...

Toda esta escena no duró más tiempo del que tardan en cruzarse dos personas, porque no me llegué a detener, unos 15 ó 20 segundos como mucho. Pero la intensidad callejera, el ruido y la cantidad de peatones que pasan con prisa, absortos en sus pensamientos sin apenas prestar atención a nada, hizo que el choque de las miradas hablándose fuese brutal, de una potencia comunicativa extraordinaria.

La suya era la mirada del que sabe, pero que al propio tiempo vive en el límite, sometido a una esclavitud  insuperable o a un destino inapelable, un fatalismo lúcido y terrible, frío en su lucidez y abrasador por su intensidad. Una pasión arrebatadora, como la de un adicto, un poeta o un enamorado, que se sabe perdido pero dueño de una vivencia poderosísima, incluso en la miseria absoluta, en su despojamiento radical.

¿Porqué pensé en un descenso a los infiernos? Los círculos blancos que dibujaba eran como las fichas de autorrescatadores de un cuadro que yo había pintado no hacía mucho. Esas chapas, del tamaño de pequeñas monedas, llevan un número grabado, cada uno de los cuales corresponde a un minero. Cuando bajan a la mina cogen el Autorrescatador y dejan la chapa colgada en su lugar correspondiente, en un tablero donde cuelgan también el resto de las fichas de los que están trabajando en el interior en ese momento. Es como un testigo. Un testigo...

Puse un hechizo en ti porque eres mía

Nina Simone. I Put Spell On You.
  

martes, 6 de noviembre de 2012

Ζαργάνα, Aguja


Sargana.  Santos Apóstoles. Eubea.
Grecia, agosto 2012

A las buenas. La ζαργάνα fue la reina del verano, y no porque la comiéramos muchas veces, tan sólo cuatro, dos en lo de Stavrula, otra en el Tsivaeri y una cuarta en casa de Lizy y Diamandís.

Todas nos gustaron pero las de Lizy fueron especiales porque las comimos en su casa, un lugar privilegiado en lo más alto de los profundos valles, sobre el paisaje de monte, pueblos, playas, costa e islas que se divisa desde allí.
Se ve a tiro de piedra Skyros, la más sureña de las Esporadas, y en días claros Psará, en la otra orilla del Egeo. Y los barcos que salen del puerto de Petriés, Ayioi Apostoloi, Santos Apóstoles, a pescar sardinas, anchoas, calamares..., o agujas, sarganas.

Fueron las reinas, porque los bancos entraban en la bahía y se acercaban al puerto, incluso a la playa, donde los patos las seguían haciéndolas saltar fuera del agua, un fugaz destello plateado en la superficie de la mar, especialmente por la mañana temprano y al atardecer.

Por la bahía y a su entrada echaban varios barcos el cerco, el gri-gri, entre ellos el kókino kaíki, el kaike rojo de Yorgos, el Arjón Mijail,  Αρχων Μιχαηλ al que seguí todo el mes, y que me entretuvo en las horas de patasuelta mirando al mar en la terraza de casa, en sus vivas y coloristas idas y venidas por el golfo.

Pescando sarganas a caña. Música, Jovanotti, L'omblico del mondo.

 

Dios te ve
Grecia 2012

De algunas cosas tengo imágenes y espero subirlas algún día. Las más interesantes son tal vez las de las faenas del gri-gri, pero hay algunas de Spiros, por ejemplo, limpiando las sarganas con dos cortes en la barriga para sacarles limpiamente la tripa, que también tienen su interés.

En todas las ocasiones las comimos fritas. Muy ricas. Estaban muy frescas y eran pequeñinas para los tamaños que se pescan a veces, es la mejor manera de prepararlas. Lizy las rebozaba en harina metiéndolas en una bolsa de plástico y agitando la bolsa. En un ¡ay! están enharinadas. Yo lo hago en un taper de plástico con el bocarte o la parrocha que comemos aquí.

Las agujas, que es el nombre que les damos por estos pagos, son mucho más grandes aquí y, en todo caso, las comemos pocas veces.
Cogiéndolas la última vez en la pescadería, me contaba un hombre cómo fue el pescado que quitó el hambre al proletariado asturiano de la guerra y la posguerra. Había mucho, y era barato y  muy nutritivo. Fue por eso, durante años, proteína de pobres.
Merlines es otro nombre por el que se las conoce.

Tiene un sabor fuerte, no la que comimos allí, hablo de la grande, que permanece en la memoria, y una carne prieta y fibrosa que recuerda un poco a la de la anguila, aunque su aspecto exterior es diferente, y su sabor.
Es un pez musculoso, con apariencia de serpiente. Y de pez espada en miniatura.


Agujas o Merlines, los colores del mar
Grecia, verano 2012

Naturalmente, comimos las consabidas y también estupendas: σαρδέλες, sardeles, sardinas, γαύρος, gavros, anchoas, ξιφίας, xifías, pez espada, γαρίδες, garides, gambas, καλαμάρια, kalamaria, calamares, μπαρμπούνια, barbunia, salmonetes... . A alguno de ellos le tocará también su turno en esta etiqueta, cuando proceda, si procede.

La mitad son pescados humildes y baratos, pero su frescura los hacía excepcionales. Con frecuencia el precio de las cosas no coincide con su valor, y éso en todos los órdenes de la vida.

Ένα κι ένα - Νίκος Παπάζογλου.
 
 
Υγεία και καλή αλιεία, Salud y buena pesca!
 
Ramiro


lunes, 5 de noviembre de 2012

H Κρήτη, Creta -6 . Ιδεων Αντρoν, El Antro del Ida


Grecia,  agosto 2012
 
Feus


Feus le llamaba el mi rapacín a Zeus. El Antro del Ida, Ideon Antron, lleva ese nombre por una cueva (antro) que todavía existe en las faldas del monte Ida, cumbre del Psiloritis, el macizo montañoso que ocupa el centro de Creta.

Allí cuenta el mito que nació el rey del Olimpo y centro del firmamento en el panteón griego, Zeus tonante y follador.
Su madre, Rea, hermana y esposa del deífago titán Cronos/Saturno, dios del tiempo, devorador de sus hijos, lo escondió y le dió a su salvaje esposo una piedra envuelta en piel, que el Gran Tragaldabas se zampó como si fuera un ril de marrano, que no tiene un pelo, una chuchería. Mirad el cuadro de Goya. Maravillosa continuidad de la Grecia clásica, cronos sigue siendo el tiempo.

Ψαραντώνης. O Δίας. Zeus.

Rea le confió el superbebé a la ninfa Adrastea a quien ayudó su hermana Ida, y la cabra Amaltea lo crió al amor de sus colmadas y divinas ubres en aquella cueva.
Hay más Idas en Grecia y lugares que se disputan el nacimiento del dios del rayo y la tempestad. Y en la misma Creta, en la residencia de Adrastea en el Dicte, otra poderosa sierra al este de la isla. O cerca de Troya, en Asia Menor.

Zeus/Júpiter es el precursor del monoteísmo en occidente, maduro ya cuando llegó Yahvé/Dios. Así que aquí estamos en el antro donde se coció un primer pastel de la repostería Vaticana, por así dicir.
 
El mito, la tradición oral y escrita, y los restos arqueológicos parecen aliarse, porque en el Antro se han encontrado desde restos rupestres prehistóricos, a evidencia de cultos que datan de tiempos míticos. Si el Ideon Antron no puede demostrar ser la cuna de Feus, asunto peliagudo, al menos ha demostrado su antigüedad y su relación con el culto y la mitología desde hace milenios.

La visita a la cueva no es que sea algo alucinante, pero sí merece la pena el camino desde Anogia. Es una carretera por un paisaje atormentado, que sube hasta una meseta rocosa muy extensa, base a su vez de las grandes cimas del Psiloritis, como su cumbre y la de Creta, el monte Ida (2456 m.).

En la subida van apareciendo pequeños rediles de piedra muy tosca, y cabañas cilíndricas del mismo material con grandes lajas como techumbre, refugios de rebaños y pastores. Y siempre ovejas y cabras, en toda Creta, en toda Grecia.

Λουδοβίκος των Ανωγείων. Η μέλισσα και ο άγγελος. La abeja y el angel.

Loudovikos ton Anogion ha conservado y mejorado una de estas cabañas montesinas donde parece que se retira por temporadas a meditar y componer, y donde se reúne con amigos y otros músicos alrededor de la lumbre de un cordero a la estaca o la parrilla. Y espero que del vino y el tzikoudiá.

El día que fuimos coincidimos con otros seis visitantes, con los que comimos después en el único localón disponible, donde  arranca el camino del Antro. Nos dieron el plato del día, lo que había, griego y sabroso, con un caldo caliente al principio, para entonar, se notaba el fresco, llevad un jersey.
Hicimos de intérpretes para dos señoras mayores francesas muy simpáticas y dos parejas de italianos, y todos comentamos las bondades de Grecia y de Creta, como en familia.

La meseta rocosa superior del Psiloritis, llamada Nida, es una maravilla, hostil y seca buena parte de ella, alterna con un amplio y muy extendido valle hacia el centro de la llanura, por donde discurre un riachuelo, flanqueado por pradería de montaña, escasa pero, a lo que parece, sustanciosa y suficiente a juzgar por el queso artesanal que trabajan aquí los pastores, ¡cosa fina!. Como la miel que recogen.

Αντώνης Ξυλούρης - Θα κατοικήσω στο βουνό. Vivo en la montaña


El Disco de Festos
Ilustración de la libretina de Creta 2003

Hablaba el otro día del pintor Yorgos Katsímbalis, el Coloso de Marusi, aquel del kikirikí desde el Partenón al que respondieron los gallos del Ática y de Grecia entera, como relata Leigt Fermor recogido de Durrell. Y de la impresión que Festos causó en Miller, nosotros tuvimos que pasar, con buena pena.

Siguiendo con el autor americano, estuvimos tentados de hacer una visita a un observatorio astronómico que figuraba en el mapa. El aire era sutil y transparente, el emplazamiento ideal, kilómetros de cielo y oscuridad nocturna, ni contaminación atmosférica ni lumínica, rodeado por altos picachos lejanos.
Parados en el cruce que llevaba hasta él, al final desistimos, teníamos el tiempo tasado y era difícil que sin un permiso especial nos dejaran visitar las instalaciones, mucho menos mirar...

Pero los dos recordamos otra vez la visita que Henry Miller hizo a un telescopio de alcance, en compañía de su amiguete Lawrence Durrell, cuando estuvo en Grecia, y que relata también en El Coloso de Marusi. Otro de los capítulos penosos del libro. Copio de mi chuleta libretil cretense. Hablo de Miller:

"Estrecha y estúpida su opinión sobre la visita que hizo al observatorio astronómico, donde pudo ver Las Pléyades por un supertelescopio, un privilegio que sin duda no parecía merecer, por lo que dice. Otra vez poniéndose por encima de lo que para él es la estrechez de la ciencia, se ríe de los astrónomos compinchado con Larry y adopta la postura superior del poeta, que puede mirar algo así como más allá de las estrellas. Estúpido". Y fatuo, añado ahora.

Βασίλης Ξυλούρης, μουσική. Στίχοι, Γιώργης Σταυρακάκης (Μιχαλόμπας).
 Απ' το cd  Εκειά που θέλω. Λύρα, τραγούδι, Ψαραντώνης.  Εσύ θαρρείς πώς η πληγή. 

Para subir al Ida madrugamos. Yo pasé en Anogeia la peor noche en Creta, por el frío y por el remo, y salí al amanecer a pasear por el pueblo viejo, en la zona baja donde nos hospedamos, blanco de cal, escaleras, plazuelas y callejuelas empinadas. Contrucciones tradicionales, pese a haber sido arrasado por los alemanes en la 2ª Guerra Mundial, como represalia por la ayuda prestada por el pueblo a la resistencia, en el secuestro del general jefe de las fuerzas germanas en la isla.

En el bar tomé un helinikó metrio (medio dulce) y un tsikoudiá junto a un solitario y bravo palikari de mi edad, de luto riguroso, con botas altas de cuero, gran bigote y un mavro mandili, pañuelo negro en la cabeza. Nos miramos varias veces con franqueza y curiosidad, pero sólo nos dijimos Kalimera y Geia sas, buenos días y adiós, era otro Xiloúris.


Otro Antro.
Grecia  2009
Y por la tarde, después del Antro, teníamos que hacer la visita a Knossós e Hiraclion, y regresar a dormir a Janiá, así que éste volvió a ser un día movido para mí.

Pero ésa es otra historia que contaré otro día. Paso a paso me voy acercando a la meta y esos pasos son también meta.
Ψαραντώνης- Γιαντα ΄Ναι Μαυρα Τα Βουνα.
 

Υγεία, Salud!
 
Un postre:

Ανωγειανές μαδάρες.

 
Barbarómiros

domingo, 4 de noviembre de 2012

Οδυσσέας Ελύτης, Odysseas Elytis -2


Amanecer en el Egeo
Grecia, agosto 2011.
Fotografía de Mabel.

Para enlazar con el primer capítulo, más biográfico. Dice Castillo Didier, un traductor, hablando del Áxion Estí, "la isla de Lesbos, poética entre las poéticas islas del Egeo..., la poesía como gota de luz mágica y santificadora".
Y también Elytis, "...mi cuerpo daba luz"... . Imposible no recordar cada regreso de Grecia, cuando por unos días la piel, el pelo, los ojos,... parecen irradiar.

En una entrevista con J. Pilijós: "¿El poeta?: Poner gotas de luz en la oscuridad".
..."las gotas de luz caen lentamente en la gran noche del alma".
..."siendo en grado mínimo patriota amé en grado máximo a Grecia".
 
Γ. Μαρκόπουλος, Οδ. Ελύτης, Αθηνά Μόραλη.  Πίνω το νερό. Bebo el agua. 


Ανοιχτά Χαρτιά (Anijtá jartiá). Papeles abiertos/Cartas bocarriba (1974)

"Griego significa sentir y reaccionar de una determinada manera, nada más". Y sigue, "Es una función que se encuentra en relación directa con con el drama de las Tinieblas y de la Luz, que representamos todos aquí en este rincón del Globo. (I)
"Grecia para mi juventud fue algo deslumbrante" (II)
"La luz y la historia de Grecia son uno y lo mismo" (III)
..."tan difícil, dejar que tu época te acuñe sin que te falsifique" (V)
"Como si me encontrara de nuevo en una ensenada de Mitilene y escuchara a la muchacha de nuestro hortelano cantar" (VI)
..."algo sencillo pero lleno de sabiduría y firme al aire libre, con la firmeza del olivo" (VII)

Del cap.VIII, todo él muy guapo, sobre el poeta y la poesía, "el polvo dorado que se queda entre los dedos", que luego esparce el viento, "señales misteriosas".
Y el IX, ..."escribo porque la poesía empieza por allí por donde la última palabra no la posee la muerte"
..."y la Luz sin Albañilería que es Dios. Por eso escribo"
"Me encanta obedecer a lo que no conozco". ¿La poesía= la muerte?, ..."en el sentido de que la muerte es el sólo camino para la Resurrección". Pero también (en XXX): "La Poesía es la otra cara del Orgullo"
..."nuestras nodrizas isleñas..., arrojaban por encima de nuestras camas a los espíritus pronunciando palabras sin sentido, con una hojilla de humilde hierba... . Esta hojilla, con las fuerzas desconocidas de la inocencia y las extrañas palabras que la acompañan es exactamente la Poesía" (X)

Οδυσσέας Ελύτης, Δημήτρης Λάγιος. Ο ήλιος ο ηλιάτορας. El sol primero (1943)

..."si aún no existieran los olivares, en un momento así los hubiera yo inventado" (XI)
"¡Oh, sí! No es poca cosa tener a los siglos de tu parte, decía sin cesar y avanzaba" (XVI):
Comparar con su discurso en la Academia sueca con ocasión de la entrega del Nobel, sobre la herencia de los escritores griegos, y aquí también de la lengua: "En un espacio de 25 siglos, hemos dicho cielo -uranós- al cielo, y mar -zálasa- al mar: es un fenómeno que no se da en ningún país del ámbito de nuestra cultura y para el poeta un privilegio que no posee ningún otro poeta en ninguna otra  lengua".
..."la palabra que se pulimenta como la piedra en los labios del pueblo. En los labios y en los dientes..." (XVIII)
..."en la lengua griega no existe el claroscuro", y, "la unidad tan profunda del arte en la Grecia clásica, en Bizancio y en la época Neohelénica" (XIX). Está hablando también de que en la historia, lengua y cultura griegas no hubo solución de continuidad, ni siquira con la ocupación romana o turca.

"Pero con las varetas puede que se cojan pájaros, nunca se coge su trino". ..."el esplendor de la juventud y del error." (XXII)
"Pero es siempre tarde en nuestro pensamiento cuando sale el sol en nuestra imaginación y la muerte no tiene días y noches" (XXIV)
"Cada uno de nosotros es el vellocino de oro de sí mismo" (XXIX)
"El poeta tiene que ser generoso... Pero la Poesía no es la Banca. Es la concepción que precisamente se opone a la Banca" (XXX)

Las citas pertenecen a la Antología fundamental, (Papeles abiertos) de Castillo Didier para Edit. Pomaire y a Cartas bocarriba, de Alfonso Silván para Edit. Akal. Fueron los dos títulos aquí de Ανοιχτά Χαρτιά (Anijtá jartiá).
Οδυσσέας Ελύτης, τζιτζίκια, Los grillos.

 

Grecia 2012

Moreno Jurado, en su Antología para Ed. Júcar, dice en nota al pie en  Las erres del amor: "Es interesante observar el tratamiento que Elytis da a su poema Te lo dije por las nubes, frente al tratamiento de Cernuda en Te quiero, puesto que los dos se inspiran en el conocido poema de Eluard Te lo he dicho por las nubes, de 1928." 
Recordemos que Elytis leyó y tradujo al griego a Eluard, y el surrealismo, al margen de su propio país, fue su maestro en poesía.

Y El pequeño Bóreas, el tema siguiente, es quizá, con Marina, de las composiciones más populares de Elytis. Con música de Zeodorakis.

 Οδυσσέας Ελύτης, Μίκης Θεοδωράκης. Του Μικρου Βορια. El pequeño Bóreas.  

Pedí al pequeño Bóreas
que fuese bueno
Que no llame a mi puerta
ni a mi ventana
De Las erres del amor. O. Elytis.

Nos llamó la atención, en la traducción que hace Didier de Marina, título también de la canción que cierra este capítulo y uno de los poemas más conocidos de Elytis, que el profesor hispanoamericano utilizara Verbena para la palabra griega  Λουίζα (Louisa), nuestra Luisa o Hierbaluisa.
Aquí la verbena es conocida como planta ornamental de jardín, pero no considerada especialmente  aromática, ni en el jardín español ni en el periboli griego. Y máxime cuando la traducción pierde fuelle rítmico precisamente ahí y contaba con la palabra no sólo precisa, sino idéntica en sonido y, a no ser por el diptongo griego, hasta en las letras.
A veces no se entienden determinadas elecciones. Se nos ocurrió pensar que tal vez en América a la Luisa le llamen Verbena.

Sólo lo hemos visto en esa traducción y cuando aparece la hierba en otros versos, siempre nombrada como Λουίζα, la traducen por Luisa o  Hierbaluisa. Tal es el caso de esta cita, trasladada por Jurado, "και μια φούχτα λουίζα", "y un puñado de hierbaluisa".

Ελύτης, Θεοδωράκης, Μπιρμπίλη. Mαρίνα.


Es el primer poema que aprendí de memoria en griego, ahora ya sólo soy capaz de repetir algunos versos... 
Δώσε μου δυόσμο νά μυρίσω
Λουίζα και βασιλικό
Μαζί μαυτά νά σέ φιλλήσω
Και τί νά πρωτοθυμηθώ
 
Dame menta para oler
Luisa y albahaca
Para junto a esto besarte
Y que lo recordemos
 
Salud y mucha poesía

Ramiro 
 
 
P.D. Sólo es un detalle que se me escapó ayer, no muy importante pero que había motivado la elección de ese día para Elytis: nació el 2 de noviembre, día de difuntos, casualmente el mismo que mi padre.
Y como siempre en estos casos de muchas citas, la recomendación es ir a los textos originales, porque ya sabéis que por completas que sean, siempre son mutilaciones. Queda dicho y repetido. Vale.
 
Buen día!