martes, 3 de junio de 2014

Bien y mal


Llamaquique.  Oviedo.



Casting



¿Por qué lo maté? Soy un hombre de fe. Él fue un buen chico, obediente, aplicado, trabajador, cariñoso, de mirada franca y limpia, y de nobles sentimientos. Todos lo querían porque era una persona responsable y de fiar. Pero, además, su gracia y simpatía cautivaban al más hosco o recalcitrante, contagiaba su alegría. Servicial, comprensivo y sensible, en su juventud sintió la llamada de la vocación sacerdotal e ingresó en el seminario. Iba por el camino recto. La transformación fue total. Se convirtió en pocos años en un ser desconfiado, ruin, vago, aprovechado e insidioso. Sin piedad juzgando al prójimo, era taimado y cruel. La sonrisa desapareció de su cara y ocupó su lugar una mueca perversa, sibilina y retorcida. Cuando lo nombraron obispo, el más joven prelado del país, se puede decir que había completado su formación religiosa con un alto doctorado en maldad, superando incluso a la mayoría de sus colegas de Sínodo. Soy hombre de fe, lo mandé al infierno.


Skylorómiros


Concha Buika.   A mi manera.


https://www.youtube.com/watch?v=hZNkCTxyB9Y 


Salud

lunes, 2 de junio de 2014

144


Inodoros.



Salí a tirar la basura. 



Desde la puerta de la calle vi junto a los cubos, aún vacíos, al vecino más insidioso, de plática con la maruja más bruja del portal, o viceversa. Según me iba acercando, aumentaba escandalosamente el olor a podrido. Estaba claro de quién venía...



Nina Hagen.   Auf'm bahnhof zoo.





Salud y felices pesadillas



ra

sábado, 31 de mayo de 2014

Amanecer -2


Mirando al este  II.
Pituras al agua sobre lienzo de algodón y tabla. 23,5 x 30 cm.
Ramiro Rodríguez Prada,  2010.




Territorio canalla


En el sendero que se adentra en los jardines
se pierde el habla

Y el miedo

Hay rocas negras junto al agua quieta y los cañaverales tiemblan de frío

Sólo porque te ocultabas quise encontrarte

Al cortar aquella rosa cayeron gotas de vino sobre la hierba azul borracha

Alzaron las grullas su vuelo al alba
más altas más lejos
oscuras como una noche larga que se adelgaza
hasta quemarse en la luz

Donde estoy solo y amanece

Juguetón
el delirio corre a esconderse tras los arbustos
Es un niño malo que amputará tus alas mientras 
bosteza

y sonríe


De  Interrogatorios y otras partidas perdidas.  2014.

Ramiro Rodríguez Prada


Los Delinqüentes y Tomasito.  La cacerola.



Salud

viernes, 30 de mayo de 2014

143


Tiburones y rémoras.


Salí a tirar la basura



con determinación, hice el trayecto de un tirón y me planté en los cubos en un parpadeo. Me planté y enraicé, porque volví a casa meses después con los pies llenos de barro y arrastrando una ristra de tubérculos.



Joseíto Fernández.   De tumbao.




Salud y felices pesadillas


ra

miércoles, 28 de mayo de 2014

Τα μπλέ παράθυρα σου


Nikiá. Nísyros.
Grecia, verano 2013.


Ventanas azules


María y Nikos se fueron del pueblo siendo niños, apenas recordaban nada de él, sólo la blancura de sus casas y el azul de puertas y ventanas, a juego con el cielo y el mar que lo rodeaban.

Las suyas eran de las familias pobres que abandonaron la isla. Vendieron sus escasas pertenencias para comprarse los pasajes. No dejaron nada propio tras de sí, ni olivos, ni viñas, ni fincas, ni casas. Ni siquiera parientes. Sólo se llevaron sus recuerdos.

En el extranjero tampoco se enriquecieron, aunque sí podían vivir desahogada y dignamente porque nunca les faltó trabajo. Sus padres ya no regresarían, pero jamás olvidaron, y no se cansaban de hablar de la belleza y bondad de su lejana tierra.

Belleza es posible, porque aquella blancura de la cal y aquellos azules estaban grabados también en sus corazones desde la infancia. Pero, ¿bondad?, ¿un lugar que no te da de comer? Eso no lo podían comprender Nikos y María, a los que nunca faltó lo necesario.

Un año los dos programaron sus vacaciones de verano para conocer el país donde nacieron. No se habían vuelto a ver desde que salieran del pueblo camino de una vida mejor. Y ninguno recordaba al otro.

Coincidieron en una taberna y se entendieron en el idioma de sus progenitores, que era el otro vínculo que siempre mantuvieron sus familias con su tierra de origen. Nació una amistad entre ellos, ya algo maduritos y sin pareja, y el siguiente verano volvieron a la isla.

Casi sin querer empezaron a concebir un plan en común. En el pueblo había varias casas ruinosas a un precio asequible, comprarían una que les gustara a los dos y la restaurarían. Podrían volver todos los veranos, compartirla, e incluso traer amigos, porque la casa que adquirieron finalmente era grande y hermosa. Blanca, con puertas y ventanas azules.

Pero la compartieron poco, preferían seguir solos. Y en pareja. Porque, hoy, que ya disfrutan del retiro, se han trasladado a vivir aquí definitivamente, siguen juntos y todo el mundo piensa que son matrimonio. No tienen interés en deshacer el equívoco, al personal le gustan los dimes y diretes y ellos son reservados. Pero sí, se quieren.


Ramiro Rodríguez Prada


Μάρκος Βαμβακάρης.  Τα μπλέ παράθυρα σου. 1938.

https://www.youtube.com/watch?v=CPYwCdRL8GU


Salud.