domingo, 24 de julio de 2011

Alquimia choricera

...en fin, el chorizo cular al que nos queremos referir en esta sección no es, en puridad, el zurullo clásico, aunque también, sino la sublimación metafórica del mismo.

Esta operación, considerada de las más difíciles, por la complejidad y sutileza de las operaciones puestas en juego,  determina el aspecto final del producto que se ofrece así, casi virgen, al noviciado, más virgen aún, zurullo teologal.
El chorizo no ha perdido nada de su esencia en la operación y, desechando la materia inerte e innecesaria en las siguientes manipulaciones, las cazcárrias, tendremos en nuestras manos un material de primera calidad, que conserva todas sus cualidades organolépticas prácticamente intactas. Pura alquimia cular.

La sublimación no opera ni desde la ignorancia de las leyes físicas ni desde la inocencia, al albur de azares más o menos felices, sigue un protocolo,  debe someterse a un proceso de fiscalización y decantación  riguroso, sin excluir al investigador, donde los procedimientos y el sujeto inquiriente sufren las más duras pruebas de autentificación, que incluyen el consumo del producto investigado, experiencia inefable, sea el zurullo cular, ristra, de vela, escolástico, carterista o de altura, el más escaso pero picante, venenoso y reacio a la observación directa y a la experimentación empírica.

El cular no es, necesariamente, el peor de los chorizos, porque su calidad no depende de su denominación sino de la bondad o casquería que se embuta, pero lo que lo distingue de otros no es el hecho de que roben bragas o calzoncillos, que eso lo hacen sólo por oficio y necesidá cacos pobres, sino el olor que despide el pastelako resultante, inconfundible, clamoroso por las expresiones de admiración  con que se le acoge en ambientes iniciados y amigos.
No se me ocurre un mejor ejemplo de lo expuesto que el salchichón culero valensiá, fuet culé en Cataluña, y que me perdonen los valencianos y barcelonistas que saben ehtinguí  como naide el zurullo zurullo, del mejor embutido del mercado.
Y los merengues van a la par, que en Madrín se consume chorizo cular chulapón de la mejor calidá, aunque sea de Cantimpalos, de Candelario o de León.

A ver si otra madrugada estoy más fino y lo explico mejor, porque después de releerlo con detenimiento sigo sin aclararme y no sé si hablo de chorizos como burros, de ladrones asgalla, de longanizas de poco más o menos, de culares con solera, de cagadas malolientes o de todo a un tiempo.  ¡Buff!, hay embutido pa rato.

Salut y bon apetit.

Laverga de Vich.

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