miércoles, 27 de julio de 2011

Argonautas modernos



Grecia 2011

Llevo viendo varios días el (1) de las etiquetas en la de Literatura y no lo llevo (ahora está incluída en Escritores griegos). Me conmueven la soledad y los solitarios. Siento debilidad por los anacoretas, como mi pobre amigo el monajós Dimitris, tora sta fricalea Karóulia, ahora en la ´horible` Karúlia, tostando al sol de Áthos. Por eso escribiré  una corta entrega sobre literatura griega moderna que acompañe a la primera sobre clásica.

Un esquema pormenorizado nos llevaría mucho tiempo y espacio. De las épocas anteriores a la independencia (1830), y hasta el S.XX,  hay pocas obras traducidas. De ahí  que conozca mejor la poesía y la novela modernas y contemporáneas, leo en castellano, mi  griego skiládiko no alcanza para más. En los últimos años se ha notado la labor de las escuelas de traductores y se puede encontrar mucho más, no siempre bien seleccionado, a mi juicio, pero es mejor que nada y en general lo recibimos con alborozo.

Haré, pues, una clasificación somera y lineal. Sigo, grosso modo, la que se manejó en los cursos sobre "Especialistas en lengua y cultura neohelénicas",  de  Milagro Martín Clavijo.

1.- Los fanariotas. Del barrio griego del Fanar, en Constantinopla/Estambul. Fereos.
2.- La escuela jónica. Influidos por Italia. Solomós, Valaoritis. Aquí podríamos incluir a otro romántico
como ellos, Kalvos.
3.- La diáspora. Los griegos emigrados, exiliados o en minorías en el extranjero.
4.- La escuela ateniense antigua. Sutsos, Ragavís.

Hay que tener presente el caldo de cultivo histórico, político,...y lingüistico que se estaba dando en Grecia. El idioma oficial era el Kazarévusa que sólo utilizaban los intelectuales y el clero. El pueblo hablaba el demótico, donde no había casi textos, con menos dependencia del griego clásico e incorporando muchas voces turcas, albanesas o búlgaras. Las tensiones de esta esquizofrenia llegaron hasta la dictadura de los coroneles de los años 70.

 En la novela moderna la primera figura relevante fue Korais. 
1.- La novela histórica. Ragavís. 2.- La memoria. Makriyiannis. 3.- Otros.  Roïdis (1836-1904).
4.- La novela costumbrista. Papadiamandis, Bitzinós. 5.- La generación de 1880.  Palamás.

De la poesía y la novela del siglo XX hablaremos en el siguiente intento. Mi preferido de todos los citados aquí y del que más he leído es de Enmanuil Roïdis, al que dedicaré un par de entradas en Escritores griegos más adelante. Será el primer compañeru de Nikos Kazantzáki en esa etiqueta. Como compañía para Apolonio, Jenofonte y Tucídides, ya estuvo bien por hoy.  Yasas, salud.

Ramiro Rodríguez Prada.

Poniendo huevos



Oviedo 2011

El tema de lo ponedora o vaga que sea una gallina siracusana no lo domino.

Tendré que pedir ayuda a un amigo exsexador de pollas, amante del blues primitivo y colega de Robert Crumb, muy vinculado a granjas ecológicas donde también experimentan con huevos de distintas especies de gallinas, buscando un equilibrio entre rentabilidad, resistencia, idoneidad, adaptación a las nuevas tecnologías y otra serie de parámetros.

Han conseguido que las aves pongan variedades de huevos pintos, muy apreciados por los turistas, pero poco conocidos aún, con la efigie del Santo Padre o la Virgen de Covadonga.
Reciben ya encargos de todo el mundo solicitando huevos con la imagen del Ché, de Bin Laden, de la Merdekel, de Colón, de Milio el Botines o del Fary. Sin embargo la industria está dando aún sus primeros pasos y no alcanza a satisfacer una demanda que se ha disparado.

Están embarcados además en un programa que intenta conseguir huevos en olor de santidad, de multitudes y otras esencias, cabrales, pasta gansa, jazmín de Bengala, huevo podre o de mierda pura y dura, cuyo aroma es menos intenso y mucho más chic que el de la blanda.
En este estudio no participa mi colega.

Decía todo esto porque así, a vote pronto, me pregunto, sin hablar con Pacho que es el  amigo experto a quien consultaré, ¿cuántos huevos pone a la semana una Pappanatta de buena cepa?.
Pienso que uno al día, y aquí no cave  mucho "más o menos", aunque tengo entendido que hay razas que, en determinadas épocas y condiciones,  ponen huevos como metralletas. Como no me lo creo la tengo por leyenda rural.
Porque no se referirán a la forma de los huevos, lo que sería todavía más extravagante...


El chiste del Philógelos de hoy no es mucho mejor que los anteriores. Traducido al asturiano por un cazurro, va dedicado, como siempre, al Capi del Teach, Alberto, amparo de gorriones, currucas y otras tiernas avecillas y almas de cántaro, amigo, a quien nunca se me ocurriría llamar babayu ni con b alta ni con baja, muy vajo tendríamos que caer los dos para llegar a eso.
Lo tenía reservado desde hace tiempo para la etiqueta de las currucas pardas pero, viendo estos días otra vez en la página de Desde la popa los capítulos dedicados a sus amigos los gurriones,  no pude resistir la llamada de la Kogonera que hay en mí.
Ahí va:

"Una paisana d´Ovieu vio a unos gurrioninos engarriaos nun pumar, acercóse al arbolín en sin facer ruiu, punxo el mandil en baixu y sacudía el árbol pa recoyer los gurriones".

Besos. Yasas.

Korvus Korax, "O Mavros".

martes, 26 de julio de 2011

Calle Siena, con farola.



Calle Siena , con farola.
Oviedo 1998
Ramiro Rodríguez Prada

Tela sobre tabla de 37 x 40. Pintura en polvo a la cola para pardes. Espátula.



Músicos callejeros -2



Grecia 2011


Soy un imán para todo tipo de pedigüeños, me huelen.

Estoy acodado en la barra de un bar en compañía de otros veinte o treinta parroquianos mirando al camarero, de espaldas a la entrada, pasa un churumbel por la acera, echa un vistazo, entra y viene a pidirme a mí directamente, que estoy confundío entre bebedores. Me toca por detrás, me vuelvo y ahí está con la mano extendida, pero no mucho, y la inquina  burlona en la mirada del que sabe, como diciendo, ¡anda suelta ya la gallina y acabemos!.

¿Cómo sabe que le daré el euro, me ve el careto de panoli? Seguramente. Y no lo intenta con nadie más, lo guarda en el bolsillo, stin chepi, y se va tan tranquilo con el deber cumplido. ¡Fabuloso! Supongo que no soy el único al que le pasa.

Estoy contra la mendicidad, no contra los mendigos claro, por lo que supone de abandono de las obligaciones del estado y/o por la picaresca. Pero poso una moneda en la gorra de los músicos callejeros. No una limosna, es un pago porque sé que viven de eso, de su viejo violín o su destartalado acordeón, de manera precaria cuando no como indigentes.
Sé que la música hecha en la calle o en un Palacio de la Ópera puede traspasar el alma instantáneamente, y eso tiene un precio.

Todo esto viene a cuento de un texto de Nikos Xydakis en su disco Imeroloyio, Calendario, al que ya hice referencia en su entrada de música cretense. Hablaba  él allí del fervor balcánico de los músicos callejeros, en Atenas, "Violinistas rumanos y grecorumanos, duetos de albaneses, pequeñas orquestas de gitanos, acordeonistas y guitarristas", y me movió a contar la pequeña anécdota que abrió esta etiqueta.

Para todos y hoy en especial para los músicos de la calle, yasas que kala tragoudia, salud y buenas músicas!.

Barbarómiros.



Músicos callejeros



Grecia 2011


No va a ser una entrada corta como quería, pero escoged un párrafo que os convenza y quedáos con él, el resto seguro que es farfolla.

Andábamos cerca de Plaka y Monastiraki, en una zona de tiendas de ropa. Era un anochecer de agosto, el último en Atenas, a la hora en que desaparecen las riadas de turistas buscando el hotel y los restaurantes, con una temperatura ideal para andar por la calle, más fresca ya, donde sólo quedaban  cuatro rezagados como nosotros, porque las tiendas empezaban a cerrar. Sentado en el suelo junto a un portal  había un acordeonista que ya escuché al llegar. Pasé de la ropa y me quedé fuera sentado en el portal vecino.

Era un hombre mayor, contrahecho y enflaquecido, encorvado sobre su pequeño acordeón tocaba con tal sentimiento, que la melodía entraba directamente al corazón como un estilete afiladísimo en un bloque de mantequilla caliente. Era un tormento escucharlo, había allí tanto dolor, tanta desesperación, tanta contención y pasión a un tiempo, tanta soledad..., ¡Santo Dios!, no creo, pero algo tengo que dicir... . Estuve llorando como un bobo poniendo el pañuelo por delante como si me estuviese secando un sudor que sólo tenía en el alma, aunque sea poco lírico.

La familia salió y mientras recorrían un par de establecimientos más me quedé con él.
Tocaba  aires balcánicos que me recordaban el Kustino oro de Bregovic y Kusturica y del folclore tradicional serbio, más arrebatados, pero también notas gitanas, poéticas, melancólicas, que tanto gustan a los griegos y a mí, y tangos..., ¡uufff!.
Me costó despegarme de él cuando hube de levantar el kolo. Al poner el dinero en la caja vi el letrero que, escrito en mi griego skiládico, perruno, decía más o menos: "Ego ime serbos, ortodoxos, boicia, pararakalo", soy serbio ortodoxo, ayuda, por favor.
Y claro que se apela a la solidaridad balcánica u ortodoxa, según las necesidades, porque también funciona en las conciencias de algunas gentes sencillas. Pero no solucionaremos los problemas que tenemos si seguimos ofreciendo caridad en lugar de justicia.

Tirado en la calle, ignorado de casi todos, hay un pobre músico que es un gran maestro interpretando su instrumento, y que sobrevive con las cuatro perras que le damos por caridad, sensibilidad, largueza o mala conciencia, no importa el porqué.

No se puede despreciar tanto talento. ¡Así nos va!.

Salud, yasas!.

Barbarómiros.