martes, 6 de septiembre de 2011

Atenas -2

Atenas sólo es una excusa aquí y no podemos ventilar un asunto tan peliagudo como el de las drogas en un pispás. Porque son muchas las implicaciones del problema y las de orden moral o ético no son de las menores. ¿Quién habla hoy de legalización, de libertad de uso o automedicación?, casi nadie. Y son muchos los mitos que rodean la droga. Para una buena parte de la población los drogadictos son mala hierba, escoria, hay que eliminarlos. Para los caritativos y para el aparato del estado y el poder, psiquiatras, jueces, policías, políticos, etc., son  enfermos crónicos problemáticos o directamente delincuentes, viciosos y degenerados irrecuperables. Podridos, hay que retirarlos de la circulación, de la parte sana de la sociedad. Para todos son una carga pesada y costosa que pagamos con impuestos.
                                                                                    
Atenas 2011

El año pasado, en la calle más importante de la ciudad, Panepistimiu-Elefterios Vinizelos, que une Omonia y Síndagma, las plazas centrales de Atenas, un yonki, en la acera, parecía muerto, sentado en el suelo con la cabeza sobre el pecho y el brazo arremangado con la jeringuilla colgando. Los transeúntes, griegos y de todos los países y razas, pasaban como si fuera teatro callejero, se apartaban algo para poder apreciar mejor la acción artística, como se dice hoy, y participar del happening... .
Es cierto que algunos se paraban, entre horrorizados y extasiados, pero para salir después poco menos que huyendo. Cuando un leve temblor en el brazo desnudo hizo pensar a algunos que el guaje estaba vivo, se alejaron defraudados. No todos los días se ofrece el espectáculo de la muerte de un joven (iba a decir en vivo) en directo. Al final no supimos si el pobre chaval estaba muerto o se lo hacía...¡esa es la actitud!.

Este morbo o indiferencia general y estos sarcasmos son equivalentes a la impotencia de no poder hacer nada o a la dureza de mirar las cosas de frente sin falsos remilgos. Pero eso ya no es sólo un problema de Atenas o de Grecia, supeditada como los demás países a una legislación prohibicionista cuya iniciativa, mire usted por dónde, partió del Imperio, el lugar de mayor consumo también en esto. Ellos se lo guisan y nos lo tragamos todos.

Este año dos desgraciadicos, piltrafas humanas, con los brazos destrozados y el alma en la aguja, se buscaban la vena, uno en el tobillo y el otro en algún lugar de su costado, donde ya se veían muchos moratones. Lo hacían sentados  en el suelo, en una esquina de la Biblioteca Nacional, con dos policías a dos metros, de espaldas, dando indicaciones a unas turistas.
No quisiera poner un énfasis especial en la presencia de la policía, indiferente e inoperante frente a lo que pasa y ve, entre otras razones porque no pueden hacer nada mejor y esto no es una justificación de su conducta, es la misma perra vida, el mundo furris. ¿Qué hacen? No tienen  donde llevarlos, las ambulancias no acuden a recoger yonkis "presuntamente muertos".

Este verano parloteaban en la tele de abrir una especie de hospital de urgencias y estancias cortas para los casos más graves. Sería mejor que nada si lo hicieran, pero me temo que lo llenen el primer día.

Hablábamos con María, una amiga ateniense, de la necesidad de sacarlos del centro ya que Atenas vive del turismo. Dan mala imagen, ese es el rollo. Todo lo reducimos, pues, a operaciones de maquillaje. Recordamos cómo se sacaron a los drogatas del centro de Madrid para crear otros guetos en los arrabales, -ta perix, en griego, los del rebétiko-.
En definitiva, seguimos sin afrontar el problema. Curiosamente nunca vimos tantos tirones como en Madrid en pleno ascenso del Pozo del tío Raimundo, y no disfrutábamos, no obtante, contemplando en Sol, mientras tomábamos unas birras, cómo se chutaban y vomitaban los colguetas de la movida madroñil, pobres diablos como sus colegas atenienses.

Que los retiren también del centro de Atenas, pero es indudable que los supermercados de la droga y los extrarradios de la miseria no son la solución.
Yasas, salud!

Skylorómiros.   


lunes, 5 de septiembre de 2011

Antigoni, signomi.


Agioi Apostilioi
Grecia 2011


Perdón, Antigoni, ¡¿cómo pude escribir que tenías cuatro años?! Estarás muy enfadada conmigo, con razón.

Cuando mis hijos lo vieron me llamaron de todo y me echaron una bronca fenomenal, ¡Pero si tendrá 7 u 8!, me dijeron.
Y el caso es que lo sabía porque me lo habías dicho y no tienes, en absoluto, la cara de una niña de cuatro años, que se parecería más a la de Mirtó. ¡Toy perdío!.

Lo corregiré en cuanto sepa hacerlo, me dicen que es fácil pero soy un torpe.

Envié unos saludos, junto con una fotografía vuestra a Dimitris, pero el servidor de su ordenador los rechazó, veré de enviársela a Rena.

Filia!, besos para ti, para tu hermana y para tus padres, de los cuatro.

Yásas, salud!.

Ramiro.


Atenas

¡Samba en Eleusis, Gran Kermesse de yonquis en la Acrópolis! Duérmete Perséfone/ en el abrazo de la tierra/ en el balcón del mundo/ y no regreses nunca, dicen unos versos de Nikos Gatsos. Bre polioduña, mavropsomí, mavragala!, ¡Zape, mundo furris, pan negro, leche negra!... .

La traducción ´zape` para la interjección griega ´bre` es libre. Se trata de una expresión interpelativa, ligeramente subida de tono dependiendo de lo que siga. Ante un nombre propio, Bre Milito!, puede pasar por un, ¡Eh tú, Fulano!. Delante de palioduñá, como aquí, sería el equivalente de una higa verbal al asqueroso viejomundo.
Aparece en muchas canciones  de rembétika que, como ya dejé explicado, son las músicas más orientales, gran parte de las cuales trajeron los griegos de Asia Menor desplazados o definitivamente expatriados tras las sucesivas guerras en los Balcanes y, sobre todo, tras la catástrofe de 1922  y su expulsión por los turcos de Atatürk. Dos millones de griegos debieron buscar acomodo, con preferencia en Atenas y alrededores, y ahí, en un caldo de cultivo de pobreza extrema, precariedad, alcoholismo, haschís y heroína, música y bohemia o malavaje y putas -el palioduñá, el mundo furris-, floreció el rembétiko.
Con éxodos posteriores, menores, como el que siguió a la segunda guerra mundial y a la inmediata guerra civil, rebrotaría.
Noventa años después de Bambakari, Delias o la eubiota Sotiría Belou, el palioduñá sigue campando por sus miserias en Atenas pero, desde hace más de veinte, en el corazón mismo de la ciudad, y sin música de acompañamiento que no sea una marcha fúnebre.
Hace veinte, diez, tres años, veíamos cómo dos yonkis se buscaban la vena sentados en un banco de Omonia, mientras un tercero vomitaba con la jeringuilla clavada en el brazo. Dándoles la espalda, una pareja de policías contemplaba la animación de la plaza llena de turrristas y atenienses, a las doce de la mañana.

Den plirono, No pago
(Oute egó!, Ni yo!)
Atenas, agosto 2011

No sé cuantas veces han prometido sacar a los colgaos del centro. Deambulan de un lugar a otro como almas en pena y se pinchan, donde pinte, esa mierda de heroína adulterada que nada tiene que ver con la que llegaba al Pireo en los años 20 en "to vapori avti Persía"... . El progreso, amigos.

Hace dos años, mientras comprábamos fruta en el mercado central de Athinas, una calle del triángulo del centro que une Omonia y Monarstiraki, un yonki bombeaba sangre y caballo -burro- ya mezclados en la jeringa, sentado en el escalón de un portal a tres pasos de los tomates.
Volvían a intentar otra limpieza, en Omonia y en más lugares, pero a nosotros nos recibía una pareja pinchándose en un lateral de la escalinata del Museo Arqueológico Nacional, ella en la pierna y él en el brazo, a las 9 de la mañana. Un poco antes habíamos visto cómo la policía, ni mucho peor ni mucho mejor que la nuestra, desalojaba el jardincillo aledaño a la Politécnica, junto al Museo, sin repartir las hostias que repartieron aquí, santo padre mediante.
¿Van a cebarse con una pandilla de desgraciaos?. Es un problema que supera a los policías de a pie que vigilan los accesos a los lugares donde acude la gente bien...comida, vestida, con la conciencia reeelimpia.

No sólo la indiferencia de la policía es grave, lo es la de todos nosotros y en mayor medida de los sucesivos gobiernos que han, que hemos tenido, porque el problema, no nos engañemos, es el mismo en todas partes, escondido en las trastiendas de la realidad, en los basurales del extrarradio o expuesto a la luz del sol, stin liakada, como aquí.

Aunque no hemos hecho más que plantear el problema nos hemos metido ya en un berenjenal de cojones, con las manos en la masa, entre los puerros, como dicen los griegos, por eso haremos un recreo.

Para dejar las cosas claras desde un principio, y guiar a quien le interese, diré que compartimos las ideas y opiniones de Antonio Escohotado relativas tanto al derecho natural y la usurpación del mismo por el aparato estatal -médico/psiquiátrico, judicial, policial y/o político-, como también las que se refieren a las drogas.
Su libro Historia de las drogas (Alianza Edit. 3 vols.) es la obra más interesante sobre el tema de los últimos veinte años, de divulgación pero rigurosa, tanto desde el punto de vista histórico y antropológico como del derecho y legislación nacional e internacional. Del uso y abuso de las drogas, desde la tradición a la psicodelia, la farmacracia y la heroína.
Naturalmente estamos, como él, a favor de la legalización de todas las drogas, ya somos mayores, no necesitamos a papá Estado y trataremos de morir dignamente.
Constatado el fracaso de todas las políticas prohibicionistas, ¿qué interés puede haber en seguir manteniéndolas? Mucho interés y muchos intereses... .
Hasta luego.

Yasas, salud!

Skylorómiros.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Casa en Plaka

Casa en Plaka
Atenas. Grecia 2011

Anafiotika, bajo la Acrópilis. A la atención, sobre todo, de Alberto Prado y de Andrés Edo.
Del Capi pues otro día quisiera hablar de grafitis y pintadas, porque me interesa el tema y él lo introdujo en una crónica del Teach en Desde la popa (9-7-2011 .De Koroni a Kalamata), a propósito de unos descerebrados que emporcaron los vagones y locomotoras originales en un museo del ferrocarril  al aire libre en Kalamata.
De Andrés porque  le gustan éstas y disfrutaría como una morsa rubia en Atenas y en Grecia con su cámara, si no quemara tanto el sol.

Es, en realidad, la introducción para hablar de la ciudad, por la que siento lo mismo que muchos atenienses, una mezcla de amor y odio. Lo haré en breve en varios capítulos que tienen que ver con la realidad actual, no tan diferente a la de hace 20 años y, en algunos casos, a la de los años 20,  o cuarenta.... Atenas sucia, arrasada, en una ruina perpetua y siempre creciendo, caótica y viva, caliente, llena de refugios, ensimismada, abandonada...

Yasas, salud!

Barbarómiros

viernes, 2 de septiembre de 2011

Domates, tomates



Los reyes del mambo

Grecia, agosto 2011

No sé la variedad, los supongo híbridos de los más comunes, me dejaré instruir por Pacho, que es mi colega especialista en estos asuntos y Gran Tentador de melones de Villaconejo, título que ostenta desde el año 2000, ininterrumpidamente (menos un año que no hubo por...lo que zea, ea!) hasta nuestros días, pero lo que sí sé es que a estos tomates había que cantarles una saeta antes de comerlos, ¡Virhen santa de la Rinunsiasión! ¡Óle, Óle y Óooole!

Engordé cinco kilos y tengo más tomate que sangre en el cuerpo.

Fueron, un año más, los niños mimados de todas y cada una de las comidas, cenas o desayunos que hicimos.
Pero no traje semillas para Pacho, los suyos asturianos y de otras razas, ahora, están tan buenos como estos. Pepe Pirrúla, el Picabrotos, les dedicó el año pasado más de una tonada, unas mineras.

Me sumo con unas toses de alegría.

Yasas, salud!

Barbarómiros.