viernes, 13 de enero de 2012

Pollos tomateros


La juventud al pairo

Antes, mucho antes de que echen espolones los pollos deben ser sacrificados en aras del consumo. Están aún tiernos y les entra mejor el cuchillo, se les despluma con más facilidad porque todavía conservan parte del plumón, la carne apenas tiene fibra y se deshace en la boca.
Un tomatero es un aperitivo, un pollo de ración corta para cualquier tragaldabas que los compra en el mercado por cuatro perras. Están ahí, bien educados y gordines, alineados, informatizados y hablando inglés de corrido, aunque ahora, en este estado, no rechisten.

La mayoría está bien preparada para hacerse gallo, alguno con dos carreras y un master o más. Y los que no estudiaron están tan capacitados y son tan trabajadores como los pollos de cualquier generación.

Una vez que han cumplido la edad engordando en los gallineros, antes de que despunte el pavo  y desarrollen la cresta, no van a la mili como antaño, otra forma de no hacer nada, sino directamente al paro, expuestos como éstos en cualquier escaparate. Saben que no tienen muchas posibilidades de que un buitre u otro carroñero se fije en ellos y los lleve de oferta para merendárselos. Pero ahí siguen, ¿qué hacer?

Mientras las fresqueras de los corrales familiares les permitan la hibernación no notarán el frío y así juntinos se dan calor unos a otros y no adelgazan mucho, en estas condiciones además se come más bien poco. Pueden tirar algunos años así de tiesos.

Por caridad, hermanos. Glutamato Yeyé denunciaba con ironía el sarcasmo de la Caridad en, Todos los negritos tienen hambre (y frío), una especie de himno de colegio de curas vuelto del revés.
La cabeza siempre fría...

Tanto da que seas hijo de gallina siracusana, sevillana o tunecina, y es indiferente la raza, Pappanatta, Palurda, Pitula, Pánfila, u otra cualquiera, sólo se salvan los pollos de las rapaces de toda la vida.

Pollos jóvenes, no tienen mucha pluma en esta fase de su desarrollo, pues bien, la poca que tienen algunos la arrancan todavía en estadío de cañamón, expuestos como están de continuo a sugestiones publicitarias del tipo, "cambia de pluma", "arréglate la cresta" o "haste las uñas", caprichos inútiles y costosos que con su exigua asignación semanal no pueden atender y les genera la que se conoce como "frustración postdesplume", al decir de los psicólogos de gallináceas.

Salir, no obstante, de la condición de tomatero es casi peor, porque después del tiempo de espera sin abrigo ni buen sustento acaba uno perdiendo la cabeza, que es lo primero que pudre.

Cuando de rebote
o a mala leche
te rebanen el gaznate,
¡date! 

Moncho Alpuente, con aquellos legendarios Desde Santurce a Bilbao Blues Band, canta muy clarito otra rechifla de los ricos y poderosos, de sus saraos y cuestaciones caritativas, siempre tan pendientes ellos de los pobres pobres y huerfanitos.

A beneficio de los huérfanos
(y de los pobres de la capi tal)


Salud y a emplumar.

Korvus Κόrαx, Ο Μαυροs.

P.D. Estoy teniendo problemas con la transcripción al griego, esa "s" de "mavros" no es la sigma aunque lo haya dejado así porque sólo me permite ahora usar el castellano, aparecen un décima de segundo pero no lo suficiente para picar el idioma. También el sonido se desmadró y sube solo. Tampoco funcionan las opciones en la tecla de la barra. No he sabido solucionarlo de momento. Esto me desmoraliza. Pero es poco comparado con el puteo de los pollos, paciencia. Vale.

jueves, 12 de enero de 2012

Viajero canario


León, El grillo, diciembre 2011

Jose, de Canarias, pasó por aquí en una bici con remolque con la que hizo 7400 kilómetros por Europa. No sé si de vuelta a su tierra o camino de Santiago de Compostela, pero volvió a pasar en el 2009.
No está claro si el número se refiere al total del segundo viaje, a los que llevaba hechos hasta que durmió en esta casa abandonada cerca de San Justo de la Vega, ni a cual de los dos viajes corresponde la cifra o si es el total de ambos. Si le llegaran a él las fotografías y esta duda nuestra tal vez nos lo explicara, pero no tenemos más datos para encontrarlo.

De cualquier modo es un pequeño homenaje a su esfuerzo y a los que se valen sólo de su energía para moverse por el mundo, sin el auxilio de motores con los que seguimos contaminando la tierra.

Lucas el amigo de Geotropía suele recorrer las montañas a pie de aldea en aldea y de cabaña en cabaña. Estas navidades anduvo por las del norte del Peloponeso, pero se ha pateado buena parte de las españolas y algunas rusas y asiáticas.
Otro que tal baila es una curruca onubense emigrada a estas tierras asturianas que se ha recorrido lo más agreste del Peloponeso, Creta y otras regiones griegas, en bicicleta. No sólo ven los lugares mucho mejor que cualquier turista sino que la relación con los habitantes es mucho más cercana.

Los mensajes casi completos

(EN ES)TE SITIO PASÉ (UNA N)OCHE DEL 27-ABR-08
 (YO) SOLO EN BICI CON (REMO)LQUE POR EUROPA. (SOY) CANARIO. JOSE.


22-3-09. VOLVI A PASAR Y DORMIR.
7400 Klm. POR EUROPA, EN BICI CON REMOLQUE. JOSE.


Y nos despedimos con una parranda de la tierra de Jose. Da gusto ver cómo la gente joven se suma al cultivo de la tradición actualizándola, mientras estudian música. Bravo.

Cantan Dalila y Gamaliel, por la Escuela de folclore de los Paperos y el grupo Ayate. La parranda el peral, Con un polvo y otro polvo.


¡Ay, ay, ay, ay, ayyy qué borracho vengo,
ábreme la puerta que me ando callendo!

Salud y feliz viaje por la vida.

Ramiro.

miércoles, 11 de enero de 2012

Ρίγανη, Orégano


Ρίγανη, οrégano griego, 2011

No es una gran foto pero por buena que fuera no podría transmitiros el olor, que es lo sustancial en una aromática.
Como en el caso de los sabores el ordenador no permite todavía esa opción, sería casi un paso a la inversa, de lo virtual a lo real. No es que yo lo eche en falta, que juzgo supérfluo este futurismo frente a tantas necesidades perentorias del presente. Pero la locura avanza imparable y ¡échale un galgo!.

Cualquier día damos el salto y caemos en el XIX.

Llama la atención lo importante que es el orégano en la cocina griega. Está presente en las mecedes -tapas- más simples y en los platos más complicados, tanto de carne o de pescado como de vegetales y hortalizas. Sus compañeros más frecuentes, porque se consumen casi a diario, son los tomates y el feta, junto con el aceite de oliva.

La llamada Joriatiki, la ensalada nacional griega, la más conocida y consumida por ellos y por los turistas, que podríamos traducir por Campestre o Popular, de los joria, de los pueblos, lleva tomate, cebolla, tiras de pimiento, pepino, olivas negras, sal, abundante aceite y, sobre todo ello, un trozo generoso de queso feta con orégano por encima. Es habitual que dejen algo de feta al final para aplastarlo con el aliño que resta y comerlo como una crema o encima de un trozo de pan. La ensalada se transforma en un postre.

El feta, el aceite y el orégano es además la mezé más sencilla de la cocina griega.

Αρωμάτικα φύτα, Plantas aromáticas

Creo que lo he mencionado ya en alguna ocasión, mi padre era naturista y conocía y recogía muchas de las hierbas que utilizaba aunque se veía obligado a buscar otros recolectores y a comprar, en el mercado nacional de las medicinales, algunas que escaseaban o era imposible conseguir de otro modo. Mis hermanos y yo no heredamos la profesión pero sí la afición por las plantas.

Desde el primer año que fuimos a Grecia con el R-5 trajimos orégano, tomillo, té..., de distintos lugares del país. Después, de cada una de las islas por donde pasamos. ¡Al principio no había manera de convencer a mi padre de que aquello era orégano! A él le parecía alguna clase de tomillo. No se rendía ni ante la bolsa de un productor o envasador donde figuraba el nombre de la aromática.

Tuvieron que pasar algunos años hasta que, por casualidad, dí con una cita en uno de sus libros predilectos, el de  Las plantas medicinales, de Pio Font Quer, obra que recomiendo encarecidamente, ya que es uno de las más completos, interesantes, informados y divertidos tratados sobre plantas y medicina popular en general, y eso que ha pasado un siglo por él y el tiempo vuela.

Allí, no recuerdo dónde, habla de algunas variedades de orégano que se dan en el oriente del Mediterráneo, más ricas en timol que las otras europeas, y muy particularmente de las que crecen en algunas islas, en las más cercanas a Anatolia sobremanera, donde existen endemismos y variedades primas de las asiáticas y, por su riqueza en timol, del tomillo. Ahí ya concedió.     

ΡΙΓΑΝΗ  "Το διάσελο", El desfiladero 

El orégano es tónico y digestivo, pero se considera también apto para las vías respiratorias y forma parte con los tomillos, las malvas y las mentas o el eucalipto de las tisanas anticatarrales y antigripales. Parece que su aceite esencial ha demostrado su eficacia contra virus y bacterias.
Está también presente en la cocina española, y no puede faltar en los embutidos y carnes adobadas ni en los aliños de las aceitunas, de nuevo junto a los tomillos, la ajedrea y otras.

Pero el orégano heleno es distinto, insisto. Ya su aspecto lo es, de un verde más ocuro y el olor, como dije, fuerte, diferente.
La variedad silvestre española tiene hojuelas color rojo vinoso y la cultivada más común, que usamos mayoritariamente, hojas entre glaucas y verde pálido, ambas con un aroma más suave, sutil y dulzón en comparación con el griego, seco e intenso.
Os puedo asegurar que una ensalada de tomate no es la misma con uno u otro orégano, y no hago juicios de valor aquí.

Entre las silvestres no es ni muy frecuente ni abundante, siendo en cambio de las más conocidas, buscadas y utilizadas. Son esas circunstancias las que tal vez dieron origen al conocido adagio "cree el tonto que todo el monte es orégano".

Los mejores oréganos que hemos probado son los que nos regalaron los griegos, de los que recogían en las montañas para su uso, en Limnos, en Quíos, en Kalymnos, en Samotracia, y sobre todo en Creta. Pero también el mi Dimitraki, el monje heteróxido, nos ha traído algunos excepcionales, no sé si de Salónika, de Komotiní o de Karúlia en Athos.
Bueno, y los comunes envasados del Ática, del Pindo, del Parnaso, del norte de Grecia, del Peloponeso o de otras islas son también muy buenos y potentes.

Como lo es el gran Nikos Xyloúris y su canción Colores y aromas.
Ο Νικος Ξυλούρις, Χρώματα και αρώματα (Την εικόνα σου).



Υγεία, Salud.

Μπαρμπαρώμιρος.
Barbarómiros.

martes, 10 de enero de 2012

Chi menea -3


La sombra por la tarde

Buenas. Ya me vuelve a armar la pirula la colocación de algunas fotografías que no salen en la posición que quiero y me obligan a cambiar los planes iniciales. Quería enseñaros una imagen de la chimenea real sobre el tejado pero no con el ángulo que me propone la máquina y he tenido que renunciar después de varios intentos.
Estas pequeñas putadillas lo son más porque en asuntos como éste de la chimenea, o el de los muros de Grecia y las murias maragatas, con varios capítulos, suelo buscar primero el orden en que quiero las fotos y sobre esa elección previa voy montando el texto y las entradas. Si me falla una imagen me trastoca, a veces completamente, el plan y me obliga a repensar el texto y el orden, con lo que me echa por tierra un trabajo ya hecho y, perdonad pero ¡me cago en tó!.

Esa pared de arriba con las ventanas de aluminio me gusta menos que la del primer capítulo, donde  hay todavía algunas plantas y flores y está orientada al este sureste, pero me gusta más que la de ladrillo que sin embargo es la más soleada.

En cualquier caso vuelvo a repetir lo dicho ayer: lo que me intereaba más era el recorrido de la sombra sobre las paredes. En ésta la diagonal de sol y sombra me parecía también interesante. Tenía incluso una selección de ellas que había titulado así, Sol y sombra, a partir de imágenes del pueblo, fachadas, portalones, tapiales, etc., y ésta era una de ellas. Aunque viene bien aquí, sustituye en realidad a la que me falló e hizo que todo se alterara, no sólo esta entrada.

En el extremo

Además de la diagonal de luz me gustaba también la sombra del recodo del canalón porque me recordaba un poco al rey de los canalones en Shutterchance, Chad Doveton. Está también el triangulín del cielo azul al que me cuesta renunciar como sabréis, los geranios florecidos asomando detrás de los cristales de la ventana y hasta el aspecto de nariz de la sombra de la chimenea, me hace cierta gracia. Soy un guaje.

En fin, que por humilde que sea la imagen el que no se conforme o se ría es porque no quiere o, sencillamente, no puede.

En esta segunda fotografía la sombra llega al borde. Hay una serie de enganches que sujetaban una parra que murió hace unos años y soportes y alcayatas para los tiestos actuales, que en el invierno los guardan por las heladas.

Todos esos clavos y artilugios, ahora sin uso, y sus cambiantes sombras, fueron un solaz diurno para mí en un largo fin de semana decembrino en León, ¡y con este sol!. ¡Qué gustito pa mis orejas!, como diría Raimundo Amador, y más en una tierra de sabañones como ésta, y qué gustito pa mis ujitos, palabra mejicana de Los olvidados, de Luis Buñuel. Las asociaciones..., ¡será también por un blanco tan mejicano!

Doblando la esquina

Doblar esquinas era el colmo de un forzudo y el de un banquero republicano usar el culo de monedero y esperar que el rey abdique por falta de suelto. Y el del yernísimo jugar a balonmano con la corona y metérsela al rey por entre las piernas.

Los colmos de los currantes los dejo porque son demasiados y tal como vamos aumentarán. Los anteriores no es que tengan mucha gracia pero ¿qué tiene de simpático éste, por ejemplo?, como un chiste negro del Roto: trabajar cincuenta años para comprarse un ataúd. Y ciscarse en los muertos del enemigo, digo yo. A buenas horas, mangas verdes. ¡Si la realidad ya supera al colmo!. ¡Aaay!

Prefiero la música y el sexo oral al que canta Raimundillo en esa canción que mencioné,

¡Qué gustito pa mis orejas!
enterraíto entre tus piernas... 


Y otra de regalo. Ian Dury and the Blockheads, Sex&Drugs&Rock&Roll.


Salud.

Barbarómiros.

lunes, 9 de enero de 2012

Chi menea -2


El curso de las horas

La chimenea sigue caminando por una pared, arriba ladrillo y abajo tapia revestida y encalada. No me gusta demasiado la imagen del ladrillo y éste tabique menos, puesto para impedir la vista a unos vecinos que no son curiosos.
Cuanto más se tapa más se oculta. Esta tautología significa también otra cosa y su contraria: más se guarda cuando hay más que esconder y a más camuflaje más diáfano el paquete.

Pero como hay que contar con ello, con el ladrillo y con el miedo, mejor es mirarlo con distancia y tratar de encontrar algo positivo. A mí me cuesta, no creáis, pero juro por quien sea que lo intento.

Aunque soy un disfrutón de los colores y el naranja es uno de mis preferidos, pocas veces me llaman la atención este tipo de paredes, como no sean combinadas con otros materiales, otras texturas, objetos, agujeros..., o como es el caso, sombras. ¡Con lo colorido que se ve el polvo de ladrillo!, el de los ladrillos viejos a veces parece pimentón.

León, diciembre 2011

Como tenía para tres series de tres fotos haré todavía un tercer capítulo, corto como éstos. Las del primer intento sobre una pared blanca encalada me gustaban más, y la esquina daba mucho juego visual.
Conveníamos aquí en que eran más guapas las que no tenían ese cielo azul. Pero bueno, a mí los cielos azules me recuerdan al sol, que es media vida, y ya sólo la sugerencia me calienta. Y hay que intentar otras cosas. La clave, además, es la luz, aunque es cierto que hay materiales y formas que parecen más fotogénicas

En ésa de arriba me llama la atención la curvatura de la pared, arriba. ¿Ilusión, el objetivo de la cámara o el albañil? Me da que es cosa de la máquina, bueno y la perspectiva, aquí el horizonte, se curva sólo para desmentir las leyes de la lógica, y ya está.

La hora es aproximadamente el medio día. Las primeras eran de la mañana.

Un poco fálico parézme a mí...

El tiempo y el agua que han tragado los ladrillos macizos de las paredes antiguas, que eran los que se usaban, les dan hoy ese aspecto oscuro y satinado, más elegante y fácil de combinar visualmente con otros colores. No rechinan tanto, llevan poco amarillo, son rojos e incluso muy tostados.
Normalmente prefiero las tejas, y si están alteradas por el agua, los líquenes u otras plantas mejor, aunque ya sé que no es lo ideal para los tejados. Es casi más cosa del color.

Pero no haré una exaltación de lo caduco como si todo lo viejo fuera mejor que lo que tenemos.
Tampoco quería entrar en arquitecturas que ésa es camisa de once varas para mí y aquí estamos en alfabetos.

En realidad a mí lo que me interesaba, insisto, era la sombra de la chimenea, no el magnetismo de la oscuridad ni la atracción del abismo, que es donde me meto si me pongo a disertar sobre ladrillos, ¡pero si yo sólo trabajé de peón y seis meses escasos! Es que el problema del ladrillo ¿a quién no le preocupa?. Podéis reiros.

Y por fin el ladrillo era otra excusa para mostrar las fotografías del aficionado que soy, con algo de acompañamiento dicursivo que es lo mío.

Salud, Υγεία!

P.D. En los años 20 y 30 los rebetes ya hablaban de Crisis, es la misma sólo que ahora muy vieja ya.

 Κοστας Ρούκουνας, Η Κρισις. Kostas Rúkunas, La Crisis.



Barbarómiros