jueves, 16 de febrero de 2012

Huecos en los tapiales -3


Casa de tapia en derribo

Buenos días. Vemos en esta imagen el esquema del modelo más sencillo, piedra y tapia a continuación, de la base de una casa de tapial, más joven que la de ayer, de muros menos gruesos. Podemos observar también las dos filas de adobes sobre el dintel de la puerta que aquí parecen hacer además las veces de un cargadero puesto que no apreciamos ningún otro.

El ejemplo nos servirá también para volver a los revoques con cemento y enlucidos de yeso sobre las paredes de barro, que prometí tratar. Repito que, todavía, la mayoría de las casas del pueblo son de tapial ahora cubierto por el revoque y la pintura, tal como muestra la fotografía, o el ladrillo, la piedra artificial y hasta el azulejo, extraño aquí.

Como la tapia no hace muy buenas migas con el cemento y éste apenas consigue agarrar en la arcilla, los albañiles se vieron obligados a ingeniárselas para conseguir una mayor sujección.
Clavaban una alambrera en el tapial, con abundancia de clavos, y echaban la pasta directamente sobre la pared, de modo que las cuadrículas, formando una red de microencofrados, sujetaban el cemento hasta fraguar y le daba mayor consistencia final al revoque. El enlucido con yeso sobre la pared de cemento resultante, en su caso, ya no suponía ninguna complicación.

No obstante, después de años sin habitar y algunas totalmente abandonadas a su ruina, muchas casas aún en buen uso, presentan desconchones en las paredes, en el interior y en el exterior, como los que vemos en la foto de esta casa que ya dejó de serlo.
Tal parece que se despellejaran, que se abrieran las heridas de antaño para dejar al decubierto nuestra realidad íntima, siempre humilde, y pobre con frecuencia. Y nuestro pasado y a nuestros mayores, de los que debemos sentirnos orgullosos, porque ellos nos hicieron y su herencia de trabajo sigue en pie mientras nosotros... y las tapias, estemos vivos.

Todo ello no nos cierra el ojo puesto en la realidad actual que sufrimos, no menos calamitosa, aunque no tengamos arte ni parte en sus causas, ni nos obliga a excluir a la variedad de pueblos y gentes que hay en este mundo. No se trata de mirarse el ombligo tanto como las entrañas.

¿Qué compartiremos cuando no tengamos ya nada propio que ofrecer? Y no me refiero a la propiedad de un bien mostrenco que se compra con dinero, claro está.

Mañana pensaré qué hacer con algunas de las fotos, de los mismos temas, que me hubiera gustado enseñaros y cómo rematar la serie.
No he podido hablar con "mi asesor", ¡a lo grande!, y amigo Leandro Rabanal, maestro de obras ya en el dorado retiro, que fue quien me dio las indicaciones más técnicas que aparecen en las distintas entradas, y a quien agradezco de veras su ayuda e interés. Espero que la siguiente conversación con él me ayude a despejar algunas dudas, entre ellas la que me planteaba Valentín Cabañas sobre el posible uso de drizas de esparto como tirantes, en lugar de listones o palos de madera en los encofrados de los tapiales.

Tengo pendiente además el tema de los palomares de tapia por los que también se interesaba Valen. Y la curruca Blasensis me animó a ver un tapial espectacular de adobes en su pueblo, Morales del Arcediano. Espero hacerlo.
Por último están las ventanas, puertas y portones, la mayoría también en paredes de tapia, que trataré que continúen en esta etiqueta de Arquitectura a los capítulos de esta semana, por tener al grueso de imágenes de tapiales reunido ahí en una tira sin interrupciones, lo que facilitaría su lectura sin andar saltando, pero debo decidir si lo haré ahora o más adelante.

Os dejo, cumpliendo lo prometido, la segunda parte de la grabación que el programa asturiano de la TPA, Camín de cantares, uno de los mejores de la cadena y de producción propia, realizó al tamboritero maragato Eduardo, de Viforcos aunque vive en Astorga, que fabrica también sus propios instrumentos, interpretando a la flauta y al tamboril, La jota, La procesión, La casada, La dulzaina, El corrido y Las boleras. Se abre con el tema del Toque a beber que quedó interrumpido ayer.

Añadiré que, si bien puedo escuchar el Hombre esquizoide de siglo XXI de King Crimson y emocionarme, con esta música se me sale el corazón del pecho, se me levantan los brazos solos, doy pitos y zapatetas y volteretas y riauriaus, y eso que soy un zote en jotas y fandangos. Pero como cuando escucho un buen zebékiko griego, una tonada con o sin gaita, o un flamenco jondo, me pasa lo mismo, pienso que no es sólo cosa de raíces, aunque todos estos palos las tengan. Tiene mucho que ver con la alegría, con el baile y con las emociones sencillas que todos llevamos agarradas al alma (zen).

Las canciones maragatas de Eduardo, de ayer y de hoy, hubieran merecido un par de entradas en Música española junto con otras grabaciones de distintos intérpretes y lugares, o ilustrando los capítulos de Murias que hablaban de Maragatería. La relativa imprevisión en que me muevo y el gusto por cosas dispares permite la cohabitación de la tapia con Alice Cooper o de La peregrina, la jota maragata más conocida, con el Batis, un rebetis colgado y trágico.

Es sano airear la casa y que entre la luz con todo su espectro al completo.

Para los que no disfrutéis con la música tradicional, ya perdéis bastante, ahí os dejo un tema de Sleepin Pilow que me envió Giannis Tzakós hace unos días. Ésta es también de la banda psicodélica de Andrés Edo, aunque de la nueva hornada. Volvemos al trío es esto. Espero que os guste como a nosotros.

An idiot´s point of view.

Salud, Υγεία!

P.D. Confío en que mi colega el georgiano Louk, el griego Lukas Papadimos, el extremeño José Carlos "Chumbarba" Herrero, de Geotropía, tamboritero menos experimentado por joven, haya tomado nota del manejo de Eduardo y haga algún comentario al caso aquí, pues al fin y a la postre no sólo sería la contribución de un amigo sino también la de un especialista, que agradecería. Disculparía mejor la falta de la curruca Blasensis, músico y maragato de sobera. 
Pero, por si acaso, ¡escucha Pappadimos, como no te enteres esta vez te voy a depilar la chumbarba pelo a pelo, granuja! ¡Deja a Camilo vi y güerve a la frauta y al tamboril, desertor!

Que durmáis bien.

Barbarómiros

8 comentarios:

  1. Tengo la impresión de que por aquí los tapiales no tienen esos agujeros porque utilizarían barras de acero en vez de madera, y son mucho más delgadas.He visto por ahí algún esquema así...
    Los tapiales de palomar los he visto hechos con la incrustación de "botes" de cerámica como nidos. También los he visto sin botes...
    Voy a ver si este fin de semana te afoto uno que tengto controlado.
    Saludos Ramiro.

    ResponderEliminar
  2. Hoy puso Belén Lozano(crecer)la foto de un palomar de Zamora, así son los de León, pero también los hay redondos. No sabía lo de los nidos de cerámica, aquí los excavaban cuando terminaban la tapia. Pero hará 40 años que vi por última vez un palomar por dentro, algo que impresiona al principio, hubiera sido una buena imagen para explicar la torre de Babel.
    A ver si hablo por fin con el entendido.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Por fin estoy contigo. Y tus tapiales. Y qué voy a decir de los tapiales. Tapia es el sexto apellido de mi madre...
    Del de Viforcos, non e malo el tamboriteiru Eduardín, me suena un poco occitano. Es otro sonar y el tambor suena a lata, aquí es más plano y ronco. Ya hablamos, estoy molido y maña empiezo a traballar, te contaré

    ResponderEliminar
  4. Me gustan las tapis y...¡Estás como una TAPIA!, y mira que clamé..., soy un llorón lo sé, pero al fin te tengo aquí, joder, ya era hora. Sabes que no sólo eres bienvenido sino que eras el más deseao porque se suponía que de alguna manera hacíamos un tandem, ¿o no?.

    Ya me respondió alguna curruca, y a mi gusto, como la Blasensis, aunque la mayoría tocan el pito pero son sordomudos, pero tú soplas el chiflu y tienes buena labia.

    Ya empiezas bien porque estos detalles que nos cuentas del tamboril o se aprecian en directo o hay que tener oído y saber, ahora bien, ¡eso de que suena a lata se lo dirás a otra! Es ya un poco del timbre berciano y gallego, hombre, más agudo y durse, no me seas cabroncete ni sobrao ¡que te dooooy!...

    ¡Ya te ví de toreador en Geotropía, ay que joderse!

    Me alegro mucho de las buenas nuevas (si lo son) y duerme, duerme bien, santu!

    ¡Hasta mañana y besos, flautista!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No he dormido un pimiento
      pero de tus versos malimento

      Eliminar
  5. De mis versos o de las transparencias sanitarias?

    Recuerdo una letrilla que escribí para el Púlgar titulada Pimiento. El estribillo era ¡Pimiento, pimiento, pimiento! (3 veces 3). Lo quería quitar y me decía, ¡joder, no hay con qué rimar el pimiento!
    Modestamente, creo que no la entendía, porque de eso se trataba precisamente y si quitaba ese estribillo acababa con la canción.

    No sé si he contestado a tu amable comentario, seguro que confundo la velocidad con el pimiento...

    Duerme que la poesía vendrá por sí sola.

    Besos.

    ResponderEliminar
  6. La verdad que el pareado viene de este otro dicho conocido:
    "La misa como el pimiento son de poco alimento"
    Pero la poesía rústica que yo, modestamente, profeso sí requiere de alimento, del orden que sea. Fíjate en san juan de la +, como alucinaban con esos ayunos que se casacaban

    Besos,

    ResponderEliminar
  7. Buen alimento, espiritual, el ayuno, sobre todo impuesto por la Santa Inquisisión, porque San Juan debió pasar más hambre ahí que componiendo el Cántico.
    Santa Hermandad político bancaria tenemos ahora,

    El viejo asunto
    del te la hinco
    con el defunto
    Carlos, el cinco
    de Alemania, el
    uno de España,
    y ahora la Merkel,
    ¡y dale caña!...

    Nosotros llamábamos "cascársela" a las gayolas.
    No sé porqué en este pueblo había una precocidad asombrosa, y además eran corales.
    En los surcos entre los maices o detrás de una tapia. Si no había dónde agarrarrr!...

    ´¡Salí tras tí clamando y eras ido!`.

    Besos.

    ResponderEliminar