domingo, 24 de junio de 2012

Paisajes urbanos


Epifilo. Oviedo 2012.

Buenos días. Paisajes urbanos por titularlo de alguna manera, tenemos un servicio de jardinería municipal que es una maravilla. Apuesto a que ésta puede competir en riqueza floral con las ciudades mediterráneas y andaluzas, pero la flor de la foto ya sabéis que es cosa mía.
Se me ocurren otros títulos, desde el más descriptivo Paisaje desde la ventana, a  Epifilos y conflictosRojerío,  Jardinería y fabada,  Asturias roja y dinamitera,  Flores políticas..., hasta el irónico Oviedo, paraíso natural o el  más gilipollas  En un marco incomparable. 

Mientras, ¡casi nada!, después de treinta y pico años de dedocracia, Asturias sigue sin salida por el este, se paraliza la gigantesca obra del nuevo Hospital y la segunda salida ferroviaria, y paga el paso a la meseta por el Huerna a precio de oro. ¡¿Cómo ye?!
Pasó de la quinta región más activa a la cola de todas las listas y teniendo que soportar una y otra vez la falacia de las prejubilaciones, como una piedra arrojadiza, a cambio del desmantelamiento hasta los huesos de la región, de todos sus sectores productivos.

Una buena pensión puede hacer más feliz a un prejubilado pero no reindustrializa el páramo actual ni es la responsable de la falta de inversiones. ¿Alguien cree realmente que reduciéndolas a la mitad Asturias hubiera conservado su puesto a la cabeza de la industria del país?

¿Qué responsabilidad corresponde a los políticos y sindicatos, que negociaron las condiciones y gestionaron los fondos de algo que muchos veíamos desde el principio como una especie de rendición, camino peligroso? Eso que lo estudien los analistas. Entretanto el paro juvenil es bestial. El sueldo o la pensión de un trabajador no puede soportar los gastos de dos o tres familias.

Hoy parece que los acuerdos que se firmaron ayer no valen y no se cumplen, la parte estatal se llama Andana. En Asturias gobierna el PSOE y uno de los sindicatos a la cabeza de las protestas es el SOMA-UGT, algo no funciona bien...

Hay en el archivo un montón de imágenes de esos jardines públicos y primeros planos de sus flores, no muy buenas, alguna la subiré si pinta, violetas y pensamientos, lirios e iris, tulipanes y camelias... . No tengo idea del presupuesto que maneja el ayuntamiento para este fin, no será pequeño, pero se ve a los currantes afanados en el cuidado, riego, renovación de especies, replantaciones, etc., y si hay que felicitar a alguien es a ellos.

Pero no podemos dejar de ver también necesidades menos coloristas y más acuciantes que no las cubre ningún presupuesto. Esto no significa que culpemos a las flores del hambre en el mundo, creo que debemos establecer jerarquías. Cuando ves peligrar tu trabajo o no lo tienes no está el ánimo para flores, prefieres que tu hijo siga con la ayuda para el comedor escolar o los libros. El disfrute estético es un lujo para la mayoría.

Sin duda prefiero un mundo de color que uno gris, por eso amo a las flores y no se me ocurriría ponerles un solo pero, por tanto antes de reducir la jardinería de la ciudad propongo que se reduzca la dieta de los políticos y que coman el plato del día (10 euros aprox.) en un bar proletario (para ellos que sea de su clase media, + 1 euro).

Videoclip realizado en Noviembre de 2006 por Sr. Paraguas a Dark la eMe del segundo single de su disco Chigre y Dragon. Grabado en Madrid y Asturias.

Dark la eMe - 'Asturiano en Madrid'. (videoclip). 


Manifestación del transporte. Asturias.
Oviedo. Plaza de Castilla. Junio 2012.

Y todo esto a propósito de la segunda fotografía, ayer el transporte y hoy la minería. Saben muy bien por dónde nos quieren joder más.

Ni de flores ni de conflictos políticos o laborales tenía pensado escribir hoy, sino de la falta de tiempo que hará cambiar mis planes en la próxima quincena y afectará también al blog. Llevo unos días preocupado. Pero como ya se acabó el espacio, a ver si mañana.

Mª del Mar Bonet.  Bir-Demet Yasemen ~ Live @ Lotus Fest 9/03 



Salud y buen día.

Ramiro.

sábado, 23 de junio de 2012

Don Ramón con su garrote


El sacacorchos de la bodega.

Siempre me desbarata los planes cuando aparece este viejo chocho de Arousa. Me desmonta el tinglado de los números, trastoca el orden necesario para el trabajo, pero sobre todo altera mi ritmo de sueño y cada encuentro con él supone dos días de recuperación en los que ando arrastrado, precisamente ahora que la falta de tiempo me supera.

Anoche estaba tan fatigado que me dormí nada más acostarme, sólo recuerdo haber puesto las gafas sobre la mesita y guardar después el brazo. Bueno, eso y lo que pasó después.

¡Alce el busto, turiferario, que esta noche toca loa!

Me dio tanta rabia que me despertara y verlo a los pies de la cama sacudiendo el garrote que le dije, ¡Váyase ao carayo!, y me tapé la cabeza con la sábana.
¡Asome el morro, canario, que le afilo el pico y la melodía con esta varita!, rugió como una fiera.

Saqué la cabeza y con cara de mosqueo evidente le dije que me dejara dormir. Él movía la tranca en el aire y me miraba burlón. Una sombra oscureció la luz del dintel de la puerta y me volví. Era Sebito que la tapaba con su corpachón y tenía que agachar la cabeza para entrar. Pero se quedó allí agarrado a los marcos sonriendo con cara de niño.

¡Vamos levante, carayo, que no tenemos toda la noche y las ánimas no acostumbramos a esperar!.
No voy a ninguna parte, don Ramón, dije convencido.

Su primera reacción fue darme con el palo pero se tuvo mirándome con ferocidad y dice al fin muy solemne,

Esta es una noche especial, amigo. Aquí empezó nuestra relación. Si bien es cierto que en un principio se debió a una errata imperdonable -y remarcó cada sílaba al tiempo que me amenazaba de nuevo con el garrote- por su parte, también es verdad que se ha mostrado usted como un seguidor fiel, por lo que decidí indultarlo. Pero hice más que eso, lo he tomado de la mano como a un hijo, le ha dado a beber los mejores destilados de la Península, de la Ría y de las Américas, he compartido con usted mi mesa y mi chibuquí..., aquí paró el discurso y volvió a tremolar la tranca sobre mi cabeza..., A propósito ¿ya escribió el capítulo que sigue a la noche de su gran borrachera de haschís, pollo?.
Pero no esperó a que le contestara y siguió,

Debe usted valorar como un raro honor nuestras visitas, querido amigo, no es un privilegio que se le conceda a primer plumilla que aparece por estos lares. Considere que serían miles los postulantes a ocupar su puesto, estamos muy solicitados, de manera que no se haga de rogar y... ¡Vístase o le envizco a Usebio!, gritó de pronto a cara perro.
¡Don Ramón, por favor, baje la voz que mi mujer...!, ¡¿Qué mujer nin qué cornos?!, me cortó él.

Miré al lado y no había nadie, tampoco reconocí la habitación pero el Eusebio seguía tapando la puerta y mirándome con cara de pitorreo, muy dispuesto a entrar en acción a un gesto de su amo. El fantasma seguía con el garrote en ristre.

Me levanté y me vestí observado por los dos zombis, mientras Valle entonaba por lo bajini una copla sobre el conde de Romanones. ¿Adónde quiere ir a estas horas?, pregunté con voz cansada, más por cubrir el expediente que por curiosidad.
No nos alejaremos mucho, dijo en una de sus típicas respuestas gallegas elusivas.
Deme una pista, insistí.
Es preciso completar su formación en vericuetos y gatopardos, canuto. ¡Arreando! Y arrancó dando un saltín hacia delante.
¡Pero hombre sea usted algo más explícito!


Como rabos de rata, el azote de Arousa.

Levantará acta de una reunión muy importante que se celebra esta noche, me informó cuando ya salíamos a la calle, ¡Mañana quiero ver la crónica publicada en su página!, añadió el corajudo manco.
¡Es imposible, don Ramón, no me dará tiempo!...
¡Tararíiií!.
... Si paso la noche en danza mañana no estaré presentable.
¡Dúchese! Y dígame, pollo, ¿cuál es el verdadero nombre de ese amigo suyo a quien llaman El Capi, ese bravo lobo de mar con el que navegamos la otra noche?
Alberto.
¡Dele un fuerte abrazo de mi parte!¡Debería pensar también que hoy es un día para tributar un justo homenaje a su amigo, puesto que fue él quien lo puso en mi camino! Y he aquí otra de las razones por las que esta noche me acerqué a su lecho, gazapo. ¡No era el deseo de sexo!, remató ya en el colmo del esperpento poniendo cara de putón.

Extrañamente Eusebio no le reía las gracias al maestro en esta ocasión, parecía más aplomado que en encuentros anteriores, quizá había ligado por fin con la su Jaki, pero no me apetecía preguntárselo.

Aún hice otro intento de disuadirlo de sus propósitos, por lo menos de que me excluyera a mí de la parranda por esta noche.
Don Ramón, yo no estoy para vainas, llevo varios días sin descansar bien y...
¡La culpa la tiene ese granuja de Romanones, que tiene al país embobado como un encantador de serpientes!
¡Don Ramón, que ahora gobierna Rajoy, otro gallego como usted!
¡Rajonones o Romajoy, que importa el nombre si er bicho es el mismo, al fin cebola!

Imposible la coherencia con él, sólo la suya.

Me dejé arrastrar desganado entre los dos hombres y otra vez perdido. Sebio me echaba mano por detrás de vez en cuando y casi me alzaba en vilo con la ayuda. Don Ramón volvía a lucir su aspecto más estrambótico con un sombrero de copa que le daba la apariencia de un pope griego.
Por lo demás vestía muy elegante aquella noche, con un frac del siglo pasado ya raído y con coderas.
El Sebito, llevaba un traje azul claro de rayas dos tallas más pequeña que la suya, pajarita rojo amapola, zapatos y bombín del mismo color. Parecía el oso Yogui vestido por Ágata Ruiz de la Putada.

Desde luego íbamos a algún lugar de postín porque estaban los dos como pinceles. Pero no me sonaba nada del lugar, una calle de una ciudad desconocida, los pocos letreros que podía vislumbrar me parecían escritos en un idioma extranjero. No pasaban coches ni nos cruzábamos con nadie.

Después de una buena caminata en la noche que ya empezaba a cansarme, Valle se detuvo junto a la puerta de lo que parecía un bar cerrado. Picó y enseguida nos abrieron.

Allí estaban todos los zombis reunidos. Van Gogh, Gila, Saturnino, El Narizotas,... ¡y hasta el Benedicto con un par de socios tan patibularios como él, con cara de arzobispos!.
Tenía a Sebito detrás de mí pero me di la vuelta y me escurrí como un gato de las zarpas del gigante.
Dejé de correr al poco, no me llega el resuello más allá de veinte o treinta metros, pero me protegía la oscuridad, antes de tomar una callejuela lateral miré al fondo de la calle, ahí seguía Don Ramón voceando y blandiendo el garrote. ¡No podría aguantar vivo una noche con toda aquella santa compaña!

En la primera obra que encontré me metí, me tumbé sobre unos cartones y me dormí al instante.
Smash. 'El garrotín'.


Salud y felices pesadillas.

Ramiro.

viernes, 22 de junio de 2012

Puertas de pajares -3


San Justo de la Vega, León 2011.

Pajares.


Uno de los sitios predilectos de Román, mi amigo berciano de la infancia, eran los pajares. Pero los pajares del Bierzo no eran como los de mi pueblo, muy pocos los cerraban con puertas o ventanas de madera. Yo los recuerdo como huecos cuadrados abiertos todo el año o apenas clausurados con un par de tablas cruzadas, por lo común más grandes y cercanos al suelo. Supongo que la mayor humedad del Valle con respecto a las comarcas que rodean Astorga lo pedía.

Otra diferencia importante era el contenido del pajar. Me decía ayer el verderón Blasensis que en Maragatería diferenciaban la hierba de la paja y el lugar donde se almacenaban. Ese es un dato que nos habla de una comarca transicional entre la Meseta y el Bierzo como es Maragatería. Veámoslo.

En los pueblos mesetarios de secano no se recoge hierba o muy poca, la mayoría del contenido del silo es paja de cereales y, en todo caso, forraje como alfalfa u otros, estos en zonas de regadío. La hierba la  traen empacada de otros lugares.
Pero Maragatos es una región más húmeda donde se dan los dos cultivos, con muchas más praderías que en las zonas anteriormente citadas, como también sucede en la Cepeda.
Es necesario añadir que la hierba se usa como comida seca y la paja para mullir al ganado, ponerle un lecho seco, para que esté más acolchado y empape los orines y excrementos.

Y siempre, insisto, teniendo presente como prioridad la ventilación del recinto que asegure un sano almacenaje. Tamaños, alturas, cierres, pisos, puertas, ventanas, buquirones, como dice la curruca saxofonera, y demás huecos se subordinan a esa necesidad dependiendo de cada región, con sus cosechas particulares y sus microclimas.  

Me resulta extraño contar todo esto, tan elemental, que para los niños que vivimos en un pueblo era  muy común, algunos se reirán pero hay muchas personas que lo desconocen, e incluso jóvenes actuales de las zonas rurales para los que la Agricultura ha pasado a formar parte de la Arqueología.


El insecto de Txell dispuesto a comerse la paja.
San Justo, 2011.

Aprovecho también para aclarar que, como en el caso de las tapias, tampoco soy la persona más indicada para hablar de estos temas con pleno conocimiento, por mucho que el verderón me felicite ya que, si bien nací y viví en uno de esos pueblos, mi familia no era campesina estrictamente y conozco las labores del campo menos que él y que la mayoría de mi generación. Pero considero necesario hacerlo hasta donde alcanzo porque más pronto que tarde será realmente Paleontología.

Empecé titulando el escrito  El pajar, en singular, pues quería contar una breve historia de mi amigo Román, la dejaré para los capítulos de Ventanas porque ya no tengo espacio.
Por una parte había compuesto por la mañana la mitad inferior del artículo donde explico un poco las fotografías, pero a medio día la kurruka Blasensis hizo un comentario en el primero de estos tres capítulos y me movió a enrollarme con la parte física del pajar.

Como ya había encabezado el cuento con la mención a Romanín y no me apetecía cambiar la frase, cambié el título por el genérico y plural Pajares, que claro, ya no es aquel pajar..., del alma, diríamos, el pajar donde retoza la infancia, sino uno más prosaico. Pisemos todos los senderos mientras caminemos. Y voy con la segunda parte.

Late - solos de los temas "People" y "Sometimes you can feel".


Es todo lo que puedo aprovechar de Puertas de pajares, ya quedan pocos ejemplos y un par no estaban presentables. La 2ª fotografía incluso es un detalle de otra que puse hace una temporada y en la que Txell vio muy bien la ombra del insecto, hoy me interesaba más la puerta, de este modo reuno aquí las que tengo.

Los siguientes capítulos en Arquitectura espero que sean sobre Ventanas de pajares (siempre en el primer piso), de las que tengo mogollón de imágenes.

Algún comentario a las fotos, pues. La razón de que estas puertas tengan dos partes divididas, como las de cuarterón en las viviendas de las que ya hablamos, una superior y otra inferior, supongo que la habréis adivinado.

San Justo de la Uve, León 2011.

Dijimos en un post anterior que para cargar los pajares se arrimaba el carro a la pared de la casa y se hacía desde allí con ayuda de un bieldo, horca, etc.
Cuando el pajar estaba ya mediado cerraban la puerta de abajo, que retenía la hierba o la paja, y cargaban el resto por la ventana superior hasta el techo, con frecuencia  a teya vana, como decimos por Asturias, es decir viéndose las vigas y las tejas.

Y nuevamente la ventilación era otro de los motivos. La parte superior permitía que la puerta cumpliera también su función de ventana que, lógicamente, se situaban altas, o sea inmediatamente debajo de los aleros.

Eso de la teyavana me va a servir para terminar con una sonrisa, porque la expresión tiene, por lo menos, un doble sentido: cuando un varón va por el mundo flojo de ingles, es decir, sin gayumbos debajo de los pantalones, se dice que anda...

  a teya vana.

,OO,

¡¡Tilín, tilín, tilín!!

o

¡¡Tolón, tolón, tolón!!

,,OO,,

Kristi Stasinopoulou & Stathis Kaliviotis @ Alavastron.

http://www.youtube.com/watch?v=Zj0ZTE1QlDk


Salud, currucas.

Ramiro.

jueves, 21 de junio de 2012

Τσικουδιά, Tsikoudiá


El tsikoudiá del mi Dimitraki, 2012.


Nikos.

Era a finales de agosto. Llegamos a Janiá, Creta, sobre las doce de la noche, dejamos las bolsas en la pensión y nos echamos a la calle los cuatro como lobos en busca de unas pitas gyro para cenar. Ya sabéis, ese pan plano enrollado con relleno de carne, asada en un espetón de filetes que gira (gyro...), tomate, cebolla y alguna salsa, en Grecia tzatsiki (yogurtpepinoajoaceitesal), bien.

Νικος Ξυλούρης - Απ' των Χανιών την Πόρτα.

Estábamos al lado del puerto y enseguida encontramos un chiringuito. No había nadie ya en las mesas, sólo un chaval comiéndose un gyro de pie, bebiendo una cerveza y charlando con el camarero en una pequeña barra que daba a la calle. Todavía se veía gente paseando por los muelles y en las terrazas de los restaurantes, pero a finales de agosto los turistas comienzan a desaparecer y entoncenes, curruca, todo es más tranquilo.

Nos sentamos y pedimos téseres pites gyro me ola, cuatro pitas gyro con todo, y la bebida. Aunque los guajes eran pequeños ya estaban también enganchados al giro de la peonza del cerdo, cordero o lo que girara. Como habíamos saludado y pedido, esas cosas sencillas de decir, en griego, el camarero nos preguntó si éramos italianos. Puso cara de alegría y cierta sorpresa, no somos raros allí ni mucho menos, pero no tan habituales como nuestros vecinos, y aún menos con rapaces.

Nikos, que así se llamaba el camareta, se fue a la barra y trajo dos chupitos de tzikoudiá con unas frutas confitadas para acompañar, y calentar más el paladar a los críos que ya lo tenían ardiendo, mientras esperábamos.

Comimos las pitas como leones y repetimos escuchando un canal de la radio cretense con música de la isla, mucha conocida por nosotros: Nikos Xiloúris, su hermano Psarandonis, Garganurakis, Markópulos, Ludovikos. Cuando Nikos se enteró de que nos gustaban y chanábamos algo se sentó con nosotros dispuesto a no dejar escapar a aquellos medio jipis con niños. Puso la botella encima de la mesa y llenó tres chupitos.

Sobre la una de la mañana llevamos a los chavales a la cercana pensión y volvimos a lo de Nikos que nos quería poner unos CDs de un músico cretense que le gustaba, que resultó ser Giorgos Manolioudis, ¡e invitarnos a más tsikudiá!
Ya no nos dejó pagar nada más esa noche. Sentados los tres solos, escuchando música y charlando, nos dieron las tres de la mañana sin que nadie nos interrumpiera y mientras nos bajábamos una botella de tres cuartos de trilkudiá, στιν υγεία σου!,  stin iyía su!, a tu salud!. Vaya trío peligroso.  Así empezó el idilio...

Ίντα 'χετε γυρού γυρού - Νικος Ξυλούρης (Πρόζα) 

Quería haber hablado un poco de la historia y destilación del tsikoudiá que otros pueblos, como los turcos y albaneses, o los mismos griegos llaman también rakí y nosotros raki.

Variantes, y distintos nombres para un mismo destilado de orujo de uva, nuestro aguardiente. Pero me pareció más interesante contar cómo nos iniciamos en el vicio del tsikudiá, porque está muy rico y es un peligro, más suave e igual de potente que la mayoría de los nuestros que conocemos.
Esa otra información se puede rastrear en la red, y en la próxima entrada en esta etiqueta quería hablar de otro destilado de uva muy conocido, el tsípuro, entonces tal vez mencione algo de la destilación.


Rakí/Tsikudiá. Creta.

Tampoco quería adelantar mucho sobre la amistad con Nikos porque eso lo reservaba para la primera entrada que haga de Creta en Archipiélagos. En realidad fueron dos los hombres que nos encontramos nada más llegar y que nos echaron una mano, el otro es Akis, del que también hablaré en su momento.

Sólo añadir ya que los cuatro días que pasamos en total en Janiá, al llegar a la isla y al volver, acabamos en el chiringo de Nikos escuchando música y bebiendo raki hasta la madrugada, y muy pocas veces pagamos, sólo comidas o cenas,  ¡pero el tsikudiá no había manera!

Μουσική/Στίχοι: Λουδοβίκος των Ανωγείων. Μαριώ.  'Μπιτ Παζάρ'.
Música y letra Ludovikos ton Anoyíon. Voz, Marió.  'Bit Pasar'

http://www.youtube.com/watch?v=iQ2UGD1aPl0&feature=related

Στο Μπιτ Παζάρ στην αγορά
Πίνουν καφέ τα πρωινά
Οι παλιατζήδες του Μηνά και δεν μιλάνε.

En el mercado de Bit Pasar
Beben café en los desayunos
Los chatarreros de Minas, y no hablan.

Μα σαν αρχίσουν τη ρακή
Ο χρόνος δεν περνά από κει.

Pero cuando empieza el rakí
No pasa el tiempo por allí.

Υγεία, Salud!

Μπαρμπαρόμιρος, Barbarómiros.

P.D. Una dirección que me envía Marta Capote con fotografías de Javier Bauluz sobre la huelga minera y el enfrentamiento con la policía en Ciñera. ¡Gracias, Marta!

Que descanséis.

Ra.

miércoles, 20 de junio de 2012

Puertas de pajares -2

San Justo de la Vega. León, 2011.


Nina


En casa siempre hubo perro, el Tom, la Chispa, el Sol, la Luna..., pero no siempre hubo gato. La última que tuvimos era una gatina toda dulzura a la que llamábamos Nina, de Minina. Muy pequeña, era la misma ternura con piel de gata pero, como la mayoría de los de su especie, muy independiente y traviesa.

Pasaba la mañana tumbada al sol, subida en el tejadillo de la terraza, protegida del norte por una chimenea, como en la mejor solana del mundo. Se relamía, se desperezaba erguida estirando las patas y curvando el espinazo al máximo, daba un corto paseo hasta el tejado vecino, volvía pausada y majestuosamente y se echaba de nuevo en su rincón preferido.

Desde el patio interior, a la terraza superior y de ahí a los tejados de toda la manzana de casas con sus patios, corrales y jardines, sólo median dos o tres saltos. Nina visitaba regularmente esos territorios como otros gatos de la vecindad hacían lo propio con el nuestro.

Tenemos un vecino al que llamamos Quasimodo pero no tanto por su apariencia simiesca, que  también, sino por su condición moral: es un mal bicho, un amargao retorcido, un cenizo y cascarrabias insoportable, lo que se dice una mala persona, un cabrón, vamos.
Cuasi nos había avisado que la gata andaba rondándole las gallinas y que como la pillara le iba a dar un estacazo que no olvidaría.

Desde entonces empezamos a llamar a Nina cuando la veíamos desaparecer del tejadillo. Pero uno no puede estar vigilando al gato a todas horas y no era cuestión de atarla o encerrarla.

Un día se presentó en casa el fenómeno hecho un basilisco con dos pollitas muertas en la mano. Según él Nina había entrado en el gallinero. Mi madre se ofreció a pagárselas aunque no sabíamos si realmente había sido la gata la delincuente. Él no aceptó y se fue con su careto de mandril y su mirada torva y esquinada refunfuñando una amenaza,

¡Que tenga cuidao!... .



Roberto Carlos. 'El gato que está triste y azul'. (Instrumental).

Puerta de pajar con ventilación/gatera cerrada por alambrera.
San Justo, León 2011.

Así que cada dos por tres ya nos veías a nosotros salir al patio a llamar a Nina. Y se daba una circunstancia muy graciosa. Mi madre se llama Adonina, y la llamamos Nina, eso siempre dio lugar en la familia a todo tipo de bromas y equívocos mientras la gata vivió con nosotros. Tranquilos, murió de vieja.

Nina había tenido ya varios embarazos y sus consiguientes partos. Su nido y paritorio era la carcasa de madera de un viejo televisor de los años 60 que ella acondicionaba días antes del evento. No diré el destino de las crías, este es un tema cruel y para bien y para mal hubo de todo.
Se notaba ya que estaba preñada otra vez por la barriga gorda, pero también por su torpeza para subir al tejado. Porque ella no renunciaba a su solana ni a sus paseos en las alturas por nada del mundo.

Un mediodía, casi al final de su embarazo, Nina consiguió volver a casa y descender al patio sin la pata izquierda. Pensamos que el cabrón había puesto un cepo. Le enganchó el miembro por encima de la articulación de la rodilla, traía el fémur astillado y el muñón hecho girones, lo más probable es que la misma gata acabara de arrancar la pata para escapar.

Nina tuvo un parto prematuro pero consiguió sacar adelante a dos gatines mientras le curaba la herida y recibía los mimos de toda la familia, tumbada como una reina en su gran cesta de mimbre, dentro de casa. Vivió todavía varios años, sin embargo aquel fue su último embarazo. No renunció a su rincón favorito al sol, pero abandonó para siempre la aventura.


Ramiro Rodríguez Prada.

Vainica doble. 'El tigre del Guadarrama'.


Saluz y luz!

Ra.