miércoles, 16 de octubre de 2013

Ο Γιώργος Μπάτης, Yiorgos Batis


Μπάτης con el  baglamadaki.


Ο Μπάτης


Buenos días. O Γιώργος Μπάτης, de nombre Yiorgos Tsorós, Batis de apodo, alias que se ganó por un antepasado militar cefalonio apellidado Ambatis, que había llegado al grado de coronel en el ejército de liberación griego, en los últimos años gloriosos de la guerra de independencia contra los turcos, es tal vez el rebetis más popular de su tiempo, más incluso que su compañero y amigo Vamvakaris.

El siriota Markos, tendría una carrera musical más larga y acabó imponiendo sus canciones, muchas más que las de su colega, al que se le conocen apenas una veintena de registros, y también se impuso en lo físico, por su humanidad y su voz única. Pero el Batis quedaría ya como el tipo más activo y cachondo de la segunda generación de mangas.

Γιώργος Μπάτης. Τέρμα θα ρίξω εις τη ζωή. 1932

Batis era el mayor de aquella parea que se conoció en el Pireo, amigos que formarían el primer grupo de rebétika en Grecia, entre 1932-1934. Veintiséis años más viejo que Anestis Deliás, por ejemplo, nació en 1886.
Su familia se trasladó a El Pireo a principios de siglo. El padre era paleta, pero él quiso seguir la carrera de su bisabuelo y estuvo 12 años en el ejército.

Pero un rebetis como él no encajaba en las filas y en la disciplina castrense, y pasó más tiempo en el calabozo que sirviendo a la patria.

Sin embargo, todavía sacó algún provecho de su estancia en la mili y el trullo, porque aprendió a tocar el baglamá que era su instrumento en el Famoso Cuarteto del Pireo, además de poner la voz y ejercer de líder como se puede comprobar en las fotos promocionales que se hicieron entonces.

Γ. Μπατης.  Σου'χει λαχει. 1932.

Tras dejar los cuarteles empezó a tocar regularmente por el circuito de fumaderos que había por esos años en el Pireo.
En Drapetsonas, el barrio del puerto donde vivía su protegido Deliás y donde se concentraron muchísimos músicos, no sólo del rebético, procedentes de todo el mundo heleno, abrió Batis un famoso local en 1925 donde se dieron cita los maestros viejos del género, la patulea de atorrantes, y todos los rebetes en general de aquellos años.

El chamizo se llamaba Κάρμεν, Carmen. El personaje de la obra de Mérimée, que popularizó en su ópera Bizet, representa el paralelo femenino de don Juan y estuvo de moda en todo el mundo hasta bien entrado el siglo XX. Al hablar de Daisy, la novia prostituta de Deliás, ya me referí a ese papel de mujer fatal que se adjudicaba a las mujeres que se independizaban del varón y hacían su real gana, trasunto todo ello de muchas canciones rebétikas.

Y en 1931, clausurado el Carmen, abrió otro café rebetádiko en Lemonádika, más cerca de Atenas, al que le puso su propio nombre en vocativo, Ζωρζ Μπατέ, el Sors Batis! (George en inglés...). Y cuando le cerraron este, un tercero en el Pireo, ya con Metaxás en el poder.

Γιώργος Μπάτης, Σ. Παγιουμτζης.  Ζεμπεκανο Σπανιολο (Ζούλα σε μια βάρκα). 1933.

Allí el Batis ejercía de factotum. Los locales aparentaban ser academias de baile y musica, baglamá, busuki..., con algunas mesas para servir café, y mecés con uso (ouzo) o rakí. Y lo eran también, allí se educaron y aprendieron muchos futuros rebetes al contacto con los viejos intérpretes venidos de Anatolia y las nuevas remesas de mangas.

Quizá fuera precisamente ese papel suyo de docente, a la vez que divulgador y creador, por lo que se le considera el fundador, en compañía de sus tres colegas pero como cabeza visible, de la escuela rebética del Pireo, una especie de etiqueta o clasificación que manejan los que escriben de ello, la más dinámica del período de entreguerras.


Pero aquellos negocios eran, sobre todo, la tapadera de las trastiendas, fumaderos de opio y de hachís. Y de esos temas tratan muchas de las canciones rebéticas, como la anterior:

Μας φέρνει μαύρο από την Πόλη
βρε, και μαστούρια είμαστε όλοι
Τουμπεκί απ' την Περσία
βρε, πίνει ο μάγκας με ησυχία

Nos trajo marrón de Constantinopla
eh!, y todos estábamos colocaos
Fumeque de Persia
eh!, fuma en paz el mangas

Γιώργος Μπάτης.  Ατσιγγάνα. 1933.


Es una pena que no pueda usar algunas imágenes donde se le ve entrando en la cárcel, secundado por dos boqueras que lo llevan casi en volandas agarrado por los brazos. Es posible que se vea alguna imagen en algún vídeo (en el de la 1ª canción de hoy...), las fotos que he subido las tomé directamente de la pantalla rotocándolas para hacerlas mínimamente visibles.

Durante la dictadura de Metaxás, como ya dije al hablar del malogrado Deliás y de otros rebetes y rebétisas, el género estuvo prohibido y Batis, al igual que sus colegas, vivió uno de los periodos más oscuros de su carrera, sin poder tocar más que clandestinamente (en clandestinidades ya tenía experiencia...) y sin poder grabar.

Por eso todos los temas de estos capítulos son hasta ese año en que comenzó la dictadura, 1936, poco antes que la franquista. De hecho los ordené por fechas. Después de la guerra, Batis abandonó su carrera de músico profesional.
Γιώργος Μπάτης.  Ο θερμαστής. 1934.

Psiquedelia rebétika

Pero dicen que era un fenómeno buscándose la vida, aparte de un personaje gracioso que siempre tenía una sonrisa en la cara o una frase ingeniosa para todo el mundo. Otro célebre.

Compaginaba sus oficios de tabernero, empresario del rebético, músico o camello, con otros no menos estrambóticos, como curandero, fisikós, medio sacamuelas medio albéitar, podólogo especialista en juanetes, o vendedor ambulante de panaceas populares contra todos los males...
Al parecer trataba dolores de todo tipo y obtenía buenos resultados con los reumáticos, artríticos y gotosos, entre otros males que aquejaban a quienes solicitaban su ayuda, la mayoría personas humildes que no tenían para pagarse un médico.

Eran tiempos en los que todavía la cocaína o el opio, de forma legal y de manera fundamental, entraban en la composición de todos los aperitivos, jarabes, elixires y bebedizos, que envasaban artesanalmente los propios inventores, encargados también de su venta, aptos para todas las dolencias habidas y por haber.
Imagino que Batis, como viejo consumidor, conocía bien algunas de las medicinas que aconsejaba a sus enfermos... 
Γ. Μπατης.  Γκαμηλιέρικο. 1934.

Y aquí dejo este primer capítulo. Lo hago con uno de sus temas más conocidos que ya subí en un par de ocasiones, o tres, la última vez cuando me la envió el año pasado mi amigo Yianis Tsakós, apodromos. Aprovechando que estaba pintando su propia barca, había publicado algunas fotografías de ella y yo le pregunté algo al respecto. Va por él y los que hayáis llegado hasta aquí. 

Γιώργος Μπάτης.  Βάρκα μου μπογιατισμένη.  Mi barca recién pintada. 1934.


" ...me to tsibuki ".  Ésta le mola a don Ramón...

Pasado mañana más.

Salud y buena música

Barbarómiros

martes, 15 de octubre de 2013

Marcha atrás -5. Donde don Pelayo perdió pie


Bryonia dioica.  Nueza blanca.
Piloña. Asturias, otoño 2012.

Donde don Pelayo perdió pie


Ha pasado casi un año de los acontecimientos que vengo narrando en estos capítulos y dos meses desde el último episodio con el manco de Vilanova y sus amiguetes.

Con ellos quedé en lo alto de Pajares, camino de Asturias en el mercedes blanco del Legía, esperando que don Ramón Mª saliera de su nirvana budista, al que no sé si sería más exacto calificar de catalepsia, incluso de simple rigidez muscular y ósea, teniendo en cuenta la artrosis del vetusto arousano, al que le gustaría más el definitivo rigor mortis.

Me urge poner fin a este loco periplo de Difuntos, y puticlubs habría que añadir, antes de que regrese noviembre con sus fríos y sus nuevos muertos. Por eso este capítulo será breve, eso espero al menos, so pena de renunciar a parte de la historia.

El Narizotas no tenía negocios en Asturias, sólo quería controlar un par de locales, uno en las inmediaciones de Oviedo y el último en Gijón. En la capital conocía a otro político corrupto y putero de los de su cuerda con el que quería citarse, y en Gijón tenía un colega que había estado con él en la Legión, peluquero de profesión, según contaba riendo, y muy aficionado a la grifa, a la farlopa, a las putas y a lo que cayera.

Eusebio ya había espantado por completo la mona y con la dosis de chorizo del puerto había recuperado también el color rosado de sus mejillas, pero Valle seguía en el asiento trasero del automóvil, junto a su criado, mirándolo de reojo de cuando en cuando, sumido en un silencio poco habitual en él.

¿Qué le preocupa, don Ramón?, me atreví a preguntar al fin.
¡El corvejón!, saltó el viejo. ¡Se me encasquillan las rodillas haciendo el loto y veo las estrellas!
¡Será el éxtasis artríti... co!, no había terminado de decir la palabra y me soltó un boinazo coreado por una risotada general.
¡Usted limítese a su papel de tesinando y ya le daré yo entrada en escena cuando corresponda! ¡Qué carayo me va a preocupar, más que arrastrar conmigo a un rapaz a medio cocer y a un capador de lagartijas! ¡Vaya unas ayudas para mis incumplidos sueños de aventura!
Pero yo...
¡Ni peroyo ni peruyo!, ¡centola!

El Legía y Porfirio volvían a su ulular de coro bufo y el interior del mercedes era una grillera. Hasta cerca de Oviedo no hubo calma, cuando el guardaespaldas paró el coche junto a otra sala de fiestas como la de La Bañeza. Iba a ser una visita rápida y Don Ramón nos obligó a quedarnos mientras los malevos hacían su trabajo.

Yo había estado acariciando la idea de abandonar aquella barca de los locos y reintegrarme en mi hogar, aprovechando que pasaba al lado de casa, pero el genial gallego parecía volver a adivinarme el pensamiento, porque nada más quedarnos los tres solos me dice:

¡Aún no cumplió todo el Novenario de Ánimas, pollo!
¿¡Y qué hay que hacer!?, contesté con entusiasmo esperando que su humor se tornara favorable a mis propósitos.
¡Calceta! ¡¿Pero qué clase de becarios me endilgan estos burócratas celestiales?! ¡Aayyy de mis sueños!, suspiró, y continuó después en un soliloquio para sí, ¡Al cumplir los treinta años, hubieron de cercenarme el brazo y no sé si remontaron el vuelo o se quedaron mudos!...

Don Ramón..., musitó Sebito con cierto temblor en la voz, tal vez de preocupación por ver a su amo tan abatido, no era más que un niño asustado e indefenso en el cuerpo de un coloso. ¡Don Ramón!, repitió con algo más de aplomo.
¡Qué quieres, ternero!
¿Quién se quedó mudo?
¡Los sueños, modorro, los sueños de aventura! ¡Aaay!...

Porfirio y el Narizotas estuvieron poco tiempo en el puticlub, pero el mío se acaba y, como sospechaba, tendré que terminar el relato con una relación telegráfica de algunos hechos. Más adelante ya veremos si vuelvo al tema, la catarata de encuentros y peripecias es demasiado caudalosa para poder seguir su curso como quisiera.

Sebio, Valle y yo, dormimos en una casa de pueblo en el conceyu Piloña, porque don Ramón quería hacer las últimas visitas a cementerios de aquella zona. Porfirio y el Narizotas se fueron a Gijón y volvieron por la mañana.

Resulta cuando menos admirable la fidelidad y apego del Narizotas al viejo zombi que, por cierto, parecía conocer Asturias mejor que yo. En todo momento el legionario vigués y su colega el Porfirio atendieron, con puntualidad y largueza, los requerimientos y hasta los caprichos del manco, desde que salimos de Arousa. Estaban realmente a su servicio.
Y ese día nos pasearon por los camposantos que el maestro de ceremonias señaló, sin una mala cara ni un reproche, pero eso sí, con una ronda de espejo y polvos cada vez que volvíamos al mercedes. Ninguno de los tres lo probábamos, pero cuando los macarrones sacaban la papela de la perica, Valle-Inclán suspiraba, acompañando el suspiro con frases del tipo, ¡Ay de mi chibuquí! Andaba nostálgico, el pobre, de su Vilanova del alma...

En Infiesto, la cabeza del concejo, don Ramón pidió pasar el vado por donde el rey Pelayo cruzó a caballo el río Piloña camino de Covadonga en tiempo de moros. Nos obligó a Eusebio y a mí a descalzarnos para que lo ayudáramos a cruzar y que no se lo llevara la corriente. Sebito, más fuerte y pesado, aguantaba la mayor fuerza del agua cogiendo a su amo por el brazo bueno, mientras yo me coloqué a su izquierda, a sotavento de la corriente, sujetando la manga vacía del levitón del manco.

Con las perneras arremangadas, a la orilla del río, el loco genial alzó la voz antes de cruzar:

¡Adelante mi escudero, que mi caballo pie halla!...

Volvimos a la capital del Principedo por Gijón, y esa noche celebramos el último oficio de la Novena de Ánimas en la Catedral de Oviedo.

Victor Amarilio Tornadiello Fabones, localizador de toperas, tuercecuellos en caliente. 


Azam Ali.  In other worlds.  En otros mundos.



Salud

lunes, 14 de octubre de 2013

Ο Ανέστης Δελιάς, Anestis Deliás


Anestaki.

Ανέστης Δελιάς


Buenos días. Sigo en esta etiqueta con figuras clásicas del rebétiko. Anestis Deliás (Délios), Ανεστάκι, es quizás el rebetis cuya biografía mejor resume las vidas, milagros y ruinas de esas flores negras, los rebetes, que brotaron en el Pireo, o en Atenas y sus arrabales, en los años posteriores al desastre de Asia Menor y a la llegada de más de millón y medio de griegos, expulsados por los turcos de sus territorios ancestrales en 1922.

Lo peor y más relevante no fue el fracaso de aquella Gran Idea reunificadora, al fin y al cabo una gran locura, sino la ruina de cientos de miles de familias.

Ανέστης Δελιάς.  Φιγουρατζή,  Farsante. Το κουτσαβάκι. To koutsavaki 
Βρε μάγκα το μαχαίρι σου. 1935.

http://www.youtube.com/watch?v=MpIYR2dcTZU

Anestaki nació en Esmirna, hoy Izmir, en 1912. Es pues, para el conservador sentimiento centralista de la mayoría, de esos griegos orientales "sospechosos", contaminados por los turcos, que irrumpieron en una Grecia semidespoblada y pobre, con poco más de 4 millones de habitantes, e invadieron la patria con sus costumbres, su comida, sus dulces, perfumes, y su despojamiento, o sus chiftetelis, amanés, jasápikos y zeibékikos.

Recuerdo una anécdota triste, no sé si de los Diarios (Meres) de Seferis, donde describe la llegada de los refugiados a Jíos , creo, y cómo los isleños cierran las ventanas y niegan incluso el agua, hasta a los niños que pasan delante de las casas en busca de algo de ayuda.

Este es el panorama que debió encontrar Deliás en la metrópoli cuando llegó con una hermana y su madre, embarazada de otra niña, huyendo de la Esmirna incendiada, tras la muerte de su padre por los turcos. Se instalaron en Drapetsonas, el cogollo del puerto de El Pireo. Allí, el niño Anestaki empezaría a trabajar para ayudar a la familia. Todas las manos eran pocas, siempre sobraban bocas en aquellos barrios atestados de expatriados. Recadista, aprendiz, vendedor ambulante y lo que pintara, como tantos otros por aquellos años, futuros rebetes o no.

Ανέστης Δελιάς.  Το χαρέμι στο χαμάμ.  El harem en el hamam. 1936.

http://www.youtube.com/watch?v=gy_OYCGFAJQ

Pero la tradición familiar en Grecia tenía todavía bastante peso -y lo sigue teniendo en muchos lugares- y Deliás no escapó a esa constante. Al igual que he contado de las familias de músicos en Creta, en Constantinopla, Aivalí o Esmirna, por citar tres de los asentamientos griegos importantes en Asia Menor, las sagas musicales eran también frecuentes.

El abuelo y un tío de Anestis tocaban el violín y algún otro instrumento de cuerda. Su padre el santuri, σαντούρι, un instrumento de cuerda metálica percutida -ocasionalmente pulsada- con unas varillas metálicas o de madera, parecido a nuestros salterios, presente en todo el Oriente hasta la India. Las formas son muy variadas, aunque éstos suelen ser rectangulares. En la música actual es más fácil encontrar el kanoon o el más pequeño kanonaki,  ambos de la misma estirpe.
Παναγιώτης  Δέλιος, el padre, fue un músico conocido en todo Asia Menor a principios del siglo XX, con un nombre de guerra que lo precedía allí donde actuaba, Μαύρη Γάτα, Mavri Gata, Gata Negra.   

Así que Anestis ya venía enseñado de Esmirna cuando decidió dedicarse a la música. Aprendió a tocar la guitarra de muy niño, y enseguida el baglamá y el busuki, que empezaba a escalar posiciones como instrumento central de la laiká y del rebético, hasta imponerse en la siguiente generación, la de músicos como Tsitsanis o Jiotis.

Ανεστις Δελιάς. Στράτος Παγιουμτζής.   Αθηναιισσα. 1937.

http://www.youtube.com/watch?v=Tlvhqy7zgqE

Él convivió todavía, cuando empezó a tocar en los primeros años en Drapetsonas, con los antiguos rebetes, como Aivaliotis, Skurtis o Papasoglou, expatriados de Turquía. Pero fue con el grupo de los que podríamos llamar los hermanos pequeños de esos rebetes más viejos, con los que se identificaría finalmente, por una simple cuestión de edad y coincidencia espacial.

Porque en Drapetsonas precisamente abrió su primer local, el Κάρμεν, Carmen, en 1925, Yiorgos Batis, que sería uno de sus compañeros de fatigas en lo sucesivo.
Anestis se profesionalizó en 1930 tocando en tugurios parecidos al de Batis, que en realidad eran fumaderos de opio y hachís. En ese ambiente Batis ejerció de músico, empresario y traficante, regentando varios negocios. En 1931 abrió otro chamizo en Atenas donde confluyeron todos los rebetes de aquellas generaciones de precursores.

1934 fue un año clave para la carrera musical de Anestis y también para su vida íntima. En compañía de Batis, Paiumtsís y Vambakaris, forma el primer grupo estable de rebético en Grecia, Η Τετράς η ξακουστή του Πειραιώς, el Famoso Cuarteto de El Pireo. En esos años compuso algunas de las pocas canciones que se conservan, con sus colegas actuaría por el círculo del rebético y grabaría sus temas. En el combo tocaba ya el busuki sustituyendo al baglamá.

Ανέστης Δελιάς.  Ο Νικος ο τρελακιας.  Nikos el locuelo.

http://www.youtube.com/watch?v=D5iC3H_a9Tk

Στράτος Παγιουμτζής, Μάρκος Βαμβακάρης, Γιώργος Μπάτης, Ανέστης Δελιάς.
Η Τετράς η ξακουστή του Πειραιώς,  el Famoso Cuarteto de El Pireo.

Pero ese mismo año conoce a la que sería su perdición, según todos los que dicen saber. Lo que sí parece indudable es que la tal Daisy Stavrópulou era una prostituta de las que andaban buscándose la vida en los ambientes de los arrabales, por donde vivían y tocaban los famosos rebetes.

El encoñe de Anestis no fue sólo sexual, porque la fulana era también adicta a la heroína y parece que fue quien indujo a Deliás al consumo y finalmente al enganche. Escribí "indujo" porque no sé a quien escuché decir que le ponía heroína en la bebida a su Romeo, sin que él lo supiera, para dormirlo
Es una historia que me cuesta creer, ningún adicto regala su caballo, y en un ambiente como en el vivían y trabajaban, tanto Deliás como ella, me extraña que al rebetis le metieran el dedo en la boca en esos asuntos.

Era más frecuente, y más fácil, vivir de macarra o simplemente dejarse querer por una puta que te asegurara un plato caliente en unos años de miseria extrema para todo el mundo.
Pero no voy a negar a quienes hablan de la maldad de la Daisy, por otra parte una figura sospechosamente socorrida y típica de los años 20, la de la mujer fatal. Parece que todos los amigos de Deliás intentaron arrancarlo de sus brazos, y de paso del abrazo mortal de la heroína, sin conseguirlo. Ésta última creo que fue la auténtica mala de la historia.

Ανέστης Δελιάς.  Σούπα και μαστούρα. Sopa y borrachera. (Οταν μπουκάρω στόν τεκέ).

http://www.youtube.com/watch?v=67YNH7W649M

Durante la dictadura de Metaxás, del 36 al 41, el rebétiko estuvo prohibido por ese estúpida idea de pureza tan consustancial al fascismo, que volvieron a repetir los coroneles tres décadas después: el rebético olía demasiado a turco.
No deja de ser un sarcasmo cruel, que una parte de los seguidores de estos salvapatrias, xenófobos, como ahora los del huevo dorado, fueran hijos de aquellos exiliados de los años 20, con los coroneles algunos de sus nietos y ahora sus biznietos.

Hambre, y todos los problemas terribles derivados de la adicción, fue lo que vivió Deliás durante esos años y los tres siguientes de la ocupación alemana, hasta su muerte por sobredosis en la mañana del último día de julio del 44, con los tanques alemanes ocupando todavía Atenas.

Sus amigos trataron de ayudarlo, Paioumtsís, Baiáteras, Genítsaris..., y pasó por fases de desintoxicación. Se fue de Atenas a Salónica con la Daisy, donde trabajó y conoció a Tsitsanis. Allí abandonó por fin a la bruja, pero a su regreso a Atenas, cuando empezaba a grabar de nuevo, volvió a engancharse ya sin vuelta atrás.

          Άγιος  Ανεστάκι. San Anestaki.
Ανέστης Δελιάς.  Το σακκάκι. El saquito (La chaquetina). 1936.

http://www.youtube.com/watch?v=-NzHAxVm13s

Una pequeña mención a las canciones, que son más de la mitad de las que se conservan; se dice que, en esos años de la dictadura y la ocupación, se perdió la oportunidad de grabar muchos de sus temas, que quedaron en el olvido definitivo. Algunos fueron registrados por otros rebetes importantes, como Papaioanu o Tsaous, o por sus camaradas del Famoso Cuarteto.

La 1ª del farsante, un zeibékiko, la puse encabezando porque es la grabación más antigua que tenía, aunque creo que la primera que registró fue la del hamam, un tsifteteli del género de las amanades. La de Nikos el zumbadín, es otro zeibékiko que, como he repetido, es de los estilos de la rebética que más me gustan, danza de paisanos solos relacionada con el consumo de hachís, medio turca medio griega, originaria de Constantinopla.

Y la siguiente de la sopa y la cogorza, un jasápiko, que vino también de la Poli traído por los carniceros. La chaqueta, otro zeibékiko, es una de sus canciones más populares. Los argumentos de las letras son los típicos del género, los bajos fondos, el colocazo y la borrachera, el fumeque, la cárcel y las miserias de la vida...
Ανέστης Δελιάς.  Ο πόνος του πρεζάκια.  El dolor del enganche.

http://www.youtube.com/watch?v=Sp_NvB1UIBY

Y he dejado para el final esta canción que Deliás escribió antes de su adicción a la heroína y que describe, tal vez mejor que ninguna de las que se han compuesto sobre el tema en el rebético, la vida, el infierno y la agonía del enganchado. Dicen que fue una historia profética porque él acabó viviendo realmente como el desgraciado que recrea en su canción. 

Salud y buena música

Barbarómiros

domingo, 13 de octubre de 2013

Premoniciones culares


Rezo cojonero


Pálpitos rectales
(para clérigos pederastas) 


Me ronda por el ano un puto insecto

que tiene del charol el brillo exacto,

no es una cucaracha, o eso creo:

o es cura o es mandril de culo infecto.

Le sale por el recto un estampido. Pacto

con satanás pues mi futuro posterior lo veo feo.


De  Kolomancias.  Oviedo 2013.

La moska kogonera.


Antonio Machado. Joan Manuel Serrat.   Las moscas.

http://www.youtube.com/watch?v=4pwDzaDUju0


Salud

ramiro

viernes, 11 de octubre de 2013

Venenosos


León.  Otoño 2012.


888RRADAS

Amanitas    y    Vnno$$o$$


amanita
m
u
s
c
aria


amanitamuscariaamanitamuscariaamanitamuscariaamanitamuscariaamanitamuscariaamanita


ani t a
hojashojasderobleyencinasramitashojasmusgospalitoshojasmusgohojashojitaspalitos
hojaspalohojaspalitohojasramitastierramusgocagarrutadeconejoshojaspaloramitas
 palosdeencinapalitoshojashojashojashojascagarrutasríasehojasderoblespalitoshojas
palitoshojashojasmusgosríasehojaspalitoscagarrutaspalitospalodencinaramitashojas
hojasderoblesyencinapalohojascagarrutariasedelconejohojitapalitohojitashojamusgo
hojasmusgoshojinastierraraminaspalotierratierrahojacagarrutahojasderoblespalines
humushumushumushumushumushumushumushumushumushumushumushumus

atinamaairacsumatinamaairacsumatinamaairacsumatinamaairacsumatinamaairacsumatinama

ana
m u s c a r i a
la
se
ta
te
ta
===============


mucho más dañinas la  iñacholoma urdangarina, la  luissita barcena o la  rouca varela



M A N I A
m  u  s  c  a  r  i  a
¡cu
i
d
a
d
in!!
===================

mamelón
(Y hablando de la rouca varela
esto vendría a ser el bonete de la seta)

Tratando de micología política, conviene estar informados.

La seta más peligrosa entre las venenosas y mortales

amanita phalloides cortinarius orellanus lepiota helveola clitocybe rivulosa inocybe fastigiata
 amanita pantherina  entoloma lívidum  lactarius pyrogalus  lepiota cristata  lactarius torminosus
 amanita virosa coprinus atramentarius  marianita rajodes  boletus satanás tricholoma sulphureum
 amanita verna clitocybe cerussata russula emética paxillus involutus paxillus astrotomentosus
amanita muscaria inocybe patouillardi pleurotas olearia mycena pura galerina marginata

(Ejercicios de agudeza visual para micófagos cegatos)

¡Atención, pelar la seta antes de cocinarla!

(Y
esto
el
pie
azul
PePé)
mamonesbuitresladrones corruptosysanturrones / crecencualhongosenmierda / ynostocanloscojones

Ramiro Rodríguez Prada


La Lupe. La reina del alma latina.


¡Salud y leña al mono!