viernes, 8 de noviembre de 2013

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Oviedo 2013.


Salí a tirar la basura


y nada más abrir la puerta de la calle vi pasar una estrella fugaz. La noche era oscura y su luz iluminó el cielo como una explosión en fuga de fuegos artificiales. Dejé las bolsas y me senté en la escalera exterior del edificio a echar un cigarro, por si se repetía el espectáculo. Estaba terminando de fumarlo y me iba a recoger sin que cruzaran más meteoritos, cuando vi que por la acera bajaba alguien muy extraño, con un vestido fosforescente que casi deslumbraba. Al pasar delante de la escalera, muy rápido, comprobé que se trataba de una mujer. El caso es que se parecía extraordinariamente a una joven líder socialista, de las presidenciables. Desapareció veloz de mi vista doblando, calle abajo, el chaflán desde el que se desciende al Oscuro Bar de Húmedas Paredes.


Moncho Alpuente y los Kwai.  Epístola moral a Mariluz.


http://www.youtube.com/watch?v=Hphz8iSah00


Salud y felices pesadillas


ra

jueves, 7 de noviembre de 2013

Η Κάρπαθος, Cárpatos. Pigadia.


Buganvilia. Pigadia. Kárpazos.
Grecia, agosto 2013.

Κάρπαθος. Pigadia


Buenos días. Si tuviera que juzgar a Κάρπαθος (pro. Kárpazos), Kárpatos (prefiero la K a la C), por alguna de las primeras impresiones que nos causó, no saldría muy bien parada. Junto con Kos (Cos) fue la única del periplo dodecaneso donde llevábamos la primera noche de hotel reservada, que a priori era una ventaja. Lo habíamos hecho el día anterior en Rodas, desde donde navegamos en uno de los grandes ferries que cubren esas rutas, el Prevelis, con base en Creta. Kárpatos era la última de nuestro recorrido y pensábamos pasar allí un par de semanas. Todas las informaciones que teníamos, y las que fuimos recogiendo en el viaje, hablaban maravillas de la isla.

Llegamos a Pigadia, la capital y puerto más importante, sobre las dos de la mañana. El barco salió ya retrasado de Rodas y había algo de mar, la mi morena habló por teléfono con la responsable del hotel para informar de esa circunstancia. No deben ser infrecuentes los pequeños retrasos porque estos canales entre las islas del sur tienen fama de sufrir mares bravos. El hecho es que después de media hora de espera en el hall del hotel, cuando ya pensábamos en echarnos a dormir allí mismo en los butacones, apareció una mujer y nos informó de que no tenía habitaciones. La escuchábamos atónitos, alelados: según ella los inquilinos habían decidido quedarse otra noche...

Naturalmente la disculpa nos sonó a mentira campanuda y podrida. Que la había alquilado era evidente, pero a quién no nos importaba. Podía haberlo dicho cuando la morena la informó del retraso y, sobre todo, haber buscado otra habitación para cumplir su compromiso. ¡Nada!
Nos debió de ver cara de no dejar el vestíbulo por las buenas, todo en el pueblo parecía cerrado y estábamos rendidos. Decidió despertar al dueño de un hotel vecino. Por otra parte, es raro que los griegos no encuentren solución a desaguisados que ellos mismos preparan. Al final nos instalaron por el mismo precio en un apartamento muy grande, donde pasaríamos divinamente tres noches más no previstas, bastante mejor que en el fiasco de hotel que habíamos escogido por internet. ¡Y además con desayuno incluido!

El hotel del apartamento se llama Odyssey, lo regenta un matrimonio muy amable. Fueron emigrantes en Estados Unidos, donde tienen un hijo, y al retirarse volvieron a su isla. Las terrazas y balcones están cubiertos de buganvilias de varios colores, como la de la primera foto
Desde la terraza superior se tiene una panorámica completa del pueblo y el puerto, con las montañas de la alta sierra que recorre la isla de norte a sur, casi siempre coronada de nubes, circunstancia que separa también el clima de las dos partes, con diferencias de tres o cuatro grados de temperatura. Allí nos tomamos algún tsikudiá cretense.
Pero sobre todo allí desayunábamos en regla todas las mañanas, sin faltar el zumo, el huevo cocido o la tarta de casa. Una maravilla.

Λύρα: Εμμανουήλ Γ. Μάλτας. Τραγούδι, Γεώργιος Ρεΐσης -Ζέντας, Εμμανουήλ Γ. Μάλτας.
Tsakistés Mantinades de Kárpazos.


Nuestra intención era alquilar un coche a la mañana siguiente, conocer un poco la isla y buscar un lugar para quedarnos. Ya empezamos mal cuando la noche anterior aceptamos el folleto publicitario de la mujer que nos había dejado tirados, para que pasáramos por una agencia de su confianza donde nos harían buen precio.
La verdad es que se acercaba el fin de semana y la Panagía, estábamos en el punto álgido del verano y, aunque muy alejada del mogollón, no le faltaban turistas a la isla.

No había coches pequeños y baratos de nuestro presupuesto, para una sola jornada, hasta tres o cuatro días después. Pasamos por varios alquileres y finalmente llegamos al de "confianza". Lo sería, pero estaba a kilómetro y medio del centro bajo el sol griego, y el precio era el mismo. Más caro, porque el tipo nos quería tangar unas cuantas horas para aprovechar que llegaba un ferry a la isla el atardecer del segundo día que lo alquilábamos. Porque al fin se lo alquilamos dos días, mediando una oposición cerrada de la mi morena a entregar el coche antes de la hora. Aún así se lo llevamos cuando él quería porque no lo íbamos a usar por la noche. Pero era un sujeto nada agradable y un sobrao. De ésos que piensan que vas a simpatizar con ellos por hablar mal de su propio país.

Pero antes habíamos tenido el segundo desencuentro tras el de la llegada. Cruzábamos un paso de cebra en la esquina de una calle con mucho tráfico y el paisano, al que le costó bastante parar el coche pisando la raya -ésa es otra de las quejas que se le pueden hacer a algunos los griegos, el poco o nulo respeto al peatón-, el paisa, que debía llevar prisa y tener mala baba aquella mañana, nos pegó un pitorrazo para que apuráramos. Me volví y le hice un gesto con la mano pidiendo paciencia, y el mamón bajó la ventanilla y me gritó, ¡Blakas!, Tonto, y la subió otra vez.
A mí se me olvida insultar en griego cuando me pasa algo así y le contesté, ¡Vete a cagar!, en castellano llano. Los otros coches que llevaba detrás empezaron a pitarle porque no arrancaba. ¡Pues el paisano todavía volvió a bajar la ventanilla para repetir por segunda vez el mismo insulto!. Ya habíamos cruzado y la acera estaba a tope de gente, pero salté como un rayo sin pensar más, ¡Hijoputa!. Hay mucho italiano en la isla, algunas personas pensarían que era uno de ellos, y no es que yo intentara ocultar mi origen.

No me siento orgulloso de esto, lo cuento porque no siempre el nivel de las lindas vacaciones griegas es el mismo, ni mi humor el mejor. La compañera me reconvino con razón, ¡Déjalo, que diga lo que quiera! A veces no puedo con este mal genio. Y además a continuación empiezo a decir que no sé cómo vuelvo por ese país de patanes y maleducados, ¡El año que viene no vengo!... Na de na, cada año es lo mismo.

Quiero consolarme pensando que estamos todos algo desquiciados por los problemas de los últimos años, y los griegos tienen aún más motivos.

Σόλο λαούτο, Λαούτα, Νίκος Ι. Παυλίδης. Κιθάρες, τουμπερλέκι, εφφέ, Jerry Rix.
Γιάννης Ν. Παυλίδης, Μαντολίνο, τραγούδι. 



Pigadia. Kárpazos.
Grecia, agosto 2013

Aviso y amenazo con cinco o seis capítulos como este, sólo de Kárpatos, viendo lo que me llevó contar nada. La música será toda de la isla, y particularmente de músicos de Ólymbos, otro pueblo musical, como la Anogeia de Creta, pero algo más pequeño y de una belleza inenarrable, me atrevo a usar esa palabra tan gorda, vamos a ser justos. A él dedicaré un capítulo en exclusiva.

Me despido con el sonido de la Τσαμπούνα, tsabuna. Una gaita pequeñina y muy tosca típica del folclore de las islas, nosotros la hemos escuchado más en el Dodecaneso que en otros archipiélagos, y esta vez muy de cerca. Tanto turcos como griegos tienen diversos modelos de gaita con sus nombres propios, gaida en griego y el modelo continental, de las que ya he hablado en alguna ocasión, todas más primitivas que las occidentales.

Aquí quien la toca es Nikos Vasiliou Nikolaou, que también canta y domina los otros instrumentos, al que escuchamos en Ólymbos durante dos horas, bebiendo unos tsikudiás y unas cervezas con ellos, y picando unas mecedes. Lo acompañaba su padre a ratos, Nikos Nikolaou, un liraki de la vieja escuela ya muy mayor, alternando a su vez lira y tsabuna, y otro amigo en el laúd (laúto). Volveré sobre ello en ese capítulo. La grabación se corta, ¡pero llega la estridencia montañesa, salvaje, agria!

Τσαμπούνα. La tsabouna. 

http://www.youtube.com/watch?v=pMBJAdtPYrc

Lo siento, acabo de enterarme de que el vídeo es privado y no se puede ver, ¿y cómo lo pude ver yo?. Niko, Niko, arreglame esto!... . Pues lo cambio por una nana de Kárpazos, que es todo lo contrario del sonido de la tsabuna, ¡que se chinche hoy la gaita!

Μιχάλης Μιχαηλίδης, lira. (No sé quién canta, quizás Αρχοντούλα Λεντή?).  Νανούρισμα Καρπάθου.


Rectifico y le doy una segunda oportunidad a la tsabuna, si la resistís.


Salud

Barbarómiros

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Τα Δωδεκάνησα, El Dodecaneso


Esquina en Rodas.
Grecia, agosto  2013

Δωδεκάνησα


Buenos días. Tres meses después del periplo estival por el Dodecaneso, me voy a meter finalmente en aguas del archipiélago de las doce islas, y algunas más, para no dejar más tiempo en reposo esta etiqueta, acompañar a la solitaria Creta y que los recuerdos no se esfumen como se desdibujan las islas en la distancia tras la estela de los barcos.

Aunque el viaje fue de norte a sur, de Kos a Cárpatos, y vuelta, empezaré por el sur, por Cárpatos, que es la más cercana a Creta y la que, por tanto, estaba destinada a seguirla aquí. Participa además de muchas de sus características y fue donde nos quedamos más días.

Los ferries, casi siempre el Prevelis de Rézimno, Creta, o el Diágoras, de Rodas, hacen la ruta de El Pireo a Creta y el Dodecaneso, ida y vuelta, en verano unas tres veces a la semana.
Saliendo de Kos, recalamos en Nisyros, Tilos, Simi y Rodas, el centro del Archipiélago y, ésta última, capital del conjunto.

Por fin visitamos Rodas, de la que habíamos huido a causa del excesivo turismo y, claro, valió la pena.

Llevábamos además, de relectura, uno de los dos libros de Lawrence Durrell que más nos gustaron de los que hablan especifícamente de las islas griegas.
El mejor para nosotros, lo apunté varias veces, es Limones amargos, sobre Chipre. Pero este Reflexiones sobre una Venus marina, que lleva por subtítulo Viaje a Rodas, no está mal, a pesar de una traducción del inglés retorcida y, por veces, incomprensible. Diré en su descargo que los florilegios descriptivos en los que se mete el amigo Larry son también de agárrate los carzones, compare Manué.

Escribe sobre todo de Rodas, pero hace un corto viaje por todo el archipiélago, no sólo por el sur como nosotros en esta ocasión, y dedica unos párrafos a cada isla, así que sigue siendo una buena lectura aunque no sirva como guía al uso. Tampoco esto sirve.


Ocaso en Levkos.  Kárpazos.
Grecia, agosto 2013

Desde Rodas pasamos a Halki rumbo a Kárpazos, donde queríamos recalar si encontrábamos modo y asentar los rulés unos días sin tanto ajetreo. La isla resultó ser muy guapa, como todo el mundo nos había dicho y no fue difícil dar con un rincón tranquilo en Cárpatos.

(Esto de las diferencias entre la escritura, la pronunciación, y la grafía inglesa, me trae a mal traer. Me seguirá pasando, y no sólo en este caso. De momento aviso aquí: Los griegos escriben Kárpazos con K y con zita -θ-, que es nuestra z, pero resulta que en castellano es Cárpatos, y vienen los ingleses a complicarlo más escribiendo una th que es su sonido más próximo a la z, pero que ha alterado toda nuestra grafía y la pronunciación lógica, y así llamamos Tesalónica a Zesaloníki, o Cárpatos a Kárpazos. Me cuesta mucho llevar eso con paciencia, no entiendo porqué allí donde es posible, como es el caso, no se respeta la grafía y el sonido originales, que no es London por Londres y Mosca por Moscú, Grecia está más cerca de nosotros que de Inglaterra y no hablo de kilómetros...)

La sorpresa de la vuelta fue Nisyros donde sólo pensábamos estar un día y nos quedamos tres, ¡ya no teníamos más!

Iré contando isla por isla, como he venido haciendo en esta etiqueta, con más de un capítulo para aquellas en las que alquilamos coche y estuvimos más de un día, Kos, Rodas, Kárpazos y Nisyros. Les seguirán después, si continúo con esto, Kalimnos, Leros, Patmos..., subiendo hacia el Egeo norte.

Como voy a tener ocasión de poner mucha música de las islas, Nisiótika, porque es su folclore y cada una tiene su cancionero y sus propios músicos, hoy me tomo la licencia de subir otro tema marinero, pero éste de nuestros vecinos portugueses, marinos de altura. Y la mar era de los apátridas...

Cesaria Évora. Marisa Monte.  É doce morrer no mar.


¡Salud y hasta otra!

Barbarómiros

martes, 5 de noviembre de 2013

O Κώστας Ταχτσής, Costas Taktsís -2


O Κώστας Ταχτσής.  Τό τρίτο στεφάνη.
Edición griega. Cubierta de Dimitris Arbanitis y Yiánni Mórali.
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La tercera boda -2
Τό τρίτο στεφάνη


-"Si ese Dios en el que crees tiene que destruirnos para que le amemos, guárdatelo para ti sola."
-"La bombilla no tenía más de veintiocho vatios y resultaba deprimente."
-"Claro que fue necesario llenar los bolsillos al comandante, aquí en Grecia sin dinero no vas a ninguna parte."

Y algunas reflexiones a propósito del papel de los comunistas en la historia griega reciente, tras la ocupación alemana y la posterior guerra civil.

-"Quizás hubiera sido mejor que ganaran los comunistas en el 44. ¡Quién sabe! Tal vez nuestra vida hubiera mejorado un poco. En cambio, ahora, el pueblo sigue pasando hambre. Y lo único que le está permitido, y eso con mucha condescendencia, es el maldecir su suerte cantando esas canciones rebétikas que han terminado haciéndose insoportables."

Pone como ejemplo la letra de un tema que se escuchaba en la Atenas ocupada de los años 40, el viejo verde encandilado por las chicas jóvenes, demasiado ligero en aquellos momentos dramáticos:
-"Eres joven, tan niña/ Que es cruel amarte/ Cuando nos separan tantos años/ Pero una noche perderé la cabeza..."

Y comenta Nina, el personaje central de la novela:
-"¡Perderé la cabeza! Tú lo has dicho, pensaba para mis adentros, y todo mi ser se rebelaba contra ese viejo chocho, lo bastante superficial como para cantar su aflicción por una chica treinta años más joven que él. Que cantaran los italianos cuanto quisieran de cuore y de amore. A fin de cuentas eran los vencedores -al menos por el momento- y tenían razones para hacerlo. Pero los griegos lo mejor que podíamos hacer era, si no el silencio, mantener un poco de dignidad, un poco de seriedad"

La canción que sigue, de Andonis Dalgás, fue otra de las escogidas para la antología  De oriente y de occidente publicada aquí en el 2000. Un viejo salido persigue a las mozas del barrio de Patisia, en Atenas.
Μενέλαος Μιχαηλίδης. Διαμαντίδης Αντώνης (Νταλγκάς), voz.
Ξυσου γερο ξυσου.  Ráscate, viejo, ráscate. 1928.


Más sobre los comunistas.

-"Le quería porque no era fanfarrón como su hermano Takis. Tenía un corazón de oro. Debido a su buen corazón y a su humanidad se había hecho comunista y las estaba pasando muy mal. No era un comunista de la clase de Dimos o del hijo de Ecavi. En el fondo era más cristiano que todos nosotros."
-¡Los unos peores que los otros!, pensé. Al menos los comunistas hacen lo que hacen porque creen que así pueden obtener el bien de Grecia, pero este delator, este canalla, ¿por qué ideas combate?, ¿qué creencias puede tener?"

La sensación angustiosa de vivir en la frontera de la miseria dura hasta la última página, pese al humor y el entusiasmo de ese personaje, Nina, una fuerza de la naturaleza griega.

-"Lo único que nos quedaba era la casa, pero o la alquilaba y continuaba viviendo alojada en una habitación como una refugiada, o la vendía para comernos lo obtenido."
-"Lo principal en aquellas difíciles circunstancias era seguir viviendo"

La cita me da pie para apuntar algunos datos biográficos sobre Kostas Taktsís, porque la suya era una familia que había emigrado a Salónica, donde nació el novelista en 1927, desde Rumelia, la Tracia del norte para los griegos, las laderas norteñas del Ródope, el sur de la actual Bulgaria, entre los muchos refugiados griegos, búlgaros y turcos desplazados en los sucesivos conflictos de los nacientes estados balcánicos modernos durante la descomposición del imperio otomano.

El nombre de Rumelia o Rumeli, tiene interés, recordemos el libro de Leigt Fermor. Lo aplicaban los turcos a todos los territorios ocupados por ellos que habían pertenecido al Imperio Romano (y su sucesor el Bizantino). De Roma vienen términos como romiós (agapise romiá, canta la tesalonikiá Marió..., el romano ama a la romana/ el griego ama a la griega), Ron, Rum, Rumí..., y también Rumanía. Los griegos lo adoptaron sin problemas. En alguna de las peripecias políticas balcánicas ese territorio, hoy búlgaro, llevó ese nombre por imposición occidental, hasta su incorporación al estado búlgaro ya independiente.

Los padres de Kostas se separaron y él se fue a vivir unos años con su abuela a Atenas. Hay personajes y algunas situaciones que parecen muy cercanos a su biografía. El otro personaje potente de la novela, amiga y consejera de Nina, Ecavi, se diría un trasunto de la abuela de Taktsís. Y el nieto, Akis, criado por la abuela entre mujeres, que hace punto con ellas, el del propio novelista.

Estampado original de cada copia.
'Exántas, 1987.

Taktsís empezó a escribir poesía en los 50, y el año 62 publicó con su dinero una de las novelas más vendidas de la literatura griega moderna, la única que dejó. Traducida a varios idiomas, ha superado las cien ediciones en su país. Junto con Nanos Valaoritis editó en los 60 la revista literaria  Πάλι.
El los 70 publicó dos libros de relatos, algunos de corte ensayístico, en su mayoría autobiográficos, Τα ρέστα, que también está traducido aquí con el título de Las vueltas y al que tal vez dedique otra entrada más adelante, y Η γιαγιά μου η Αθήνα, Mi abuela Atenas.

Le gustaba considerar "experimentales" a sus obras. En esos años de la Dictadura de los Coroneles, defendió los derechos de los homosexuales, entre los que se contaba.

No ocultaba su trasvestismo y era conocida su afición a los locales de ambiente gay en la capital. Su muerte violenta en 1988 quedó sin aclarar y, como la de Pasolini, se achacó a un amante despechado.
Unos días después del suceso, el País daba noticia de las pesquisas policiales e incluía una de las últimas entrevistas hechas a Taktsís. Ahí podéis informaros de lo que el novelista pensaba de su novela dentro del panorama de las nuevas letras griegas, e incluso internacionales. Contemporáneo del boom hispanoamericano, tiene interés su opinión al respecto.
http://elpais.com/diario/1988/09/05/cultura/589413606_850215.html

Y otras tres referencias musicales en la novela:

-"Mi dulce reseda, en años pasados/ y olvidados dime porqué..." (Reseda)
-"Recuerdas cuando por las noches/ dormía en el diván/ con mi pobre buzuki te decía/ <¡Duérmete niño, duérmete ya!>" (Canción rebétika)
-"El chalequito que tú llevas te lo he cosido yo/ con amargura y dolores lo he forrado, amor"... (El chalequito)
Ολλανδέζος Σπύρος, Θεοδωρίδης Γιάννης.
Νέζερ Μαρίκα, Μ. Ζαφειρίδης.  Το γελεκάκι που φορείς. El chalequito, 1932.


Termino con una cita humorística, y otra grabación, casera y actual pero tierna, de El chalequito:

-"No hay cosa más antiestética que las culibajas en pantalones"

Salud y buena lectura

Το γελεκάκι που φορείς.

http://www.youtube.com/watch?v=PLBwicWGPZQ

Ramiro Rodríguez Prada


P. D. Vuelvo a recordar que las citas están sacadas de la traducción castellana de Natividad Gálvez para Ediciones Alfaguara. Vale.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Pavo real


Pavo, real.
Principedo  de  Mamurrias.  Oviedo,  2013.


Coronación


Tocaron a rebato en las corralas

al ver entrar al Príncipe Herradero

montado en un borrico sayagués

a zaga de un banquero democrático


Iba en el burro el pavo

como Riego camino del patíbulo

como Cristo camino del Calvario

¡Señor qué cruz, no saben lo que hacen!



De  Interrogatorios y Otras partidas perdidas. 2013.

Ramiro Rodríguez Prada



Grupo Risa.  Boda Real, Pavo real.