miércoles, 22 de enero de 2014

Η Νίσυρος, Nísyros


Mandraki  desde el puerto.  Detrás, en el ocaso, la isla de  Pergoussa.
Nisyros.  Grecia, agosto 2013.

Νίσυρος


Buenos días. Nísyros fue la gran sorpresa de este verano. No pudimos hacernos una idea de la isla cuando navegábamos hacia Rodas, el dos de agosto, porque salimos muy tarde de Kos y pasamos a las cuatro de la mañana.

En el puerto, un espigón de unos 60 metros de largo por 20 de ancho y un muelle de parecidas dimensiones formando con él ángulo recto, había sólo cuatro vehículos esperando al ferry y una docena de personas. Bajaron otros tantos. En el interior del espigón, durmiendo, el caique que hace excursiones alrededor de la isla y en el muelle tres veleros amarrados. Luces mortecinas.

Antes de que el Diágoras levantara por completo el pontón de carga, ya en marcha alejándose del atraque en la punta de la barra, virando para enfilar hacia Tilos, ¡no se veía un alma en el puertín!

Esa tranquilidad nos gustó, pero no sería hasta después de volver a Rodas desde Cárpatos cuando la mi morena cuadró por fin el resto del periplo y decidimos recalar un día y ver el volcán Polivotis, dado que contábamos además con la guía de una profesional, a quien interesaba la visita más que al resto.

La belleza de la isla hizo que nos quedáramos tres, tampoco nos atraía nada la idea de esperar el vuelo en Kos dos días. Puesto que el tráfago de kaikes entre Nísyros y Kos es abundante, dedicado al turismo masivo que invade la isla de diez a tres y media, no había ningún problema para regresar a Kos el mismo día que cogíamos el avión a Barcelona.

Pandelis Zalasinós.   Taxidi. Viaje.


Calleja de  Mandraki.
Nisyros.  Grecia, verano 2013.

He contado aquí que en este viaje sólo habíamos reservado desde Asturias la noche de llegada a Cos, y la primera de Cárpatos, que lo hicimos un día antes en Rodas. La de Cos no nos gustó, ¡no tenía ni la mitad de lo que publicitaba en Internet!, y la de Cárpatos fue un fiasco que nos tuvo en vilo hasta que la mujer que nos dejó tirados encontró acomodo en otro hotel.

A Nisyros llegamos, como a Kárpazos, sobre las dos de la mañana. Siguiendo nuestra costumbre, y fiados también en la información del responsable de la agencia de Rodas que nos vendió los pasajes, que dijo que siempre había gente esperando los ferris y ofreciendo hospedaje, no reservamos habitación. No obstante, la morena había visto por la red dos o tres hoteles en el mismo puerto que nos podían servir para una noche.

Lo cierto es que del Diágoras salimos, y embarcaron en él, aún menos viajeros que la primera vez que pasamos por la isla. Era a finales de mes, cuando ya empieza a descender el número de turistas, y en el muelle no había nadie buscando huéspedes. Un hombre con el que consultó la morena nos indicó el Tres hermanos, Tría adelfia, uno de los que ella había ojeado, a cien metros, en la esquina sur del muelle. Y allá nos fuimos mientras el Diágoras levaba anclas.

Casi no había luces, ni en el puerto de Mandraki, ni en el pueblo, ni en el hotel, en realidad apartamentos y estudios, aunque sí cuatro personas a oscuras en una terraza mirando al mar, bajo un cañizo. Ya no esperaban a nadie a esas horas, nos pareció un precio correcto y tuvieron que limpiar un estudio mientras echábamos un pito en la terraza. Nos quedamos dos noches más. Un rinconín afayaizu como decimos en Asturias, acogedor.

Violín, laúd y baile (No sé los nombres, lo siento).  Σούστα Νισύρου.  Susta de Nisyros.


Desde  Mandraki,  hacia el este:
A la izda. Gyali, en el centro  Kos,
 a la decha. el peñón de  Stroggyli.
Nisyros.  Grecia, 2013.

El perfil de la isla en la distancia es el de un cono volcánico surgiendo del mar, como alguno de los islotes que la rodean. Es la más pequeña de las que visitamos, circular, de unos ocho kilómetros de diámetro, poco más de 40 kilómetros cuadrados de superficie.

Su altura máxima es de 658 metros. No es demasiada, pero en una isla tan pequeña la impresión aérea es mucho mayor. Es más o menos la altura del sur de Rodas (pero ésta es más ancha), y unos doscientos metros más que la cumbre de Limnos, que nosotros consideramos de las islas llanas en comparación con otras. Pero esos doscientos metros de diferencia en una superficie tan escasa, aumentan extraordinariamente la sensación de altura.

Claro que para entonces ya veníamos de Cárpatos, que la dobla en altura y su anchura es parecida. Pero el recorrido que hicimos visitando los cuatro pueblos, es otro ejemplo de desniveles de vértigo, puesto que aquí no se queda uno en el plano de la carretera, elevado pero en la falda de los picos, como en Cárpatos, sino en lo más alto, donde cuelgan las casas sobre la gran caldera del volcán, origen geológico de la isla. Pero de eso hablaré en otro capítulo.

Mandraki, con el mismo nombre que el puerto viejo de Rodas, es la capital de Nísyros. Dicho así parecería que hablo de Constantinopla, capital del Imperio Bizantino. En realidad es un pueblín precioso que no llega a 680 habitantes, algo más de la mitad del total de la isla, mil y pocos.
Está repartido por una ladera pindia que termina en un agudo cabo y una franja angosta al borde de las rocas oscuras, la arena negra y los guijarros volcánicos ovalados y pulidos, también negros, que deben de haber empedrado con sus dibujos, a juego con los blancos, las calles de medio Dodecaneso, incluida la propia Nísyros, donde hay muchísimos para lo pequeña que es.

βιολι και τραγουδι ο Μιχαλις Χαζογλου και στο λαουτο ο Ευγενιος Καζαντης.
Tourna tourna. Tradicional.


Choklakia  en el paseo del puerto a  Mandraki.  Al fondo  Pergoussa  y  Gyali.
Grecia,  agosto  2013.

Choklakia es el nombre de esos cantos y el de una de las playas del pueblo, llena de ellos. Por extensión, se deben de llamar también así los mosaicos que componen. Me gusta mucho esa palabra, que me resuena con todo su poder onomatopéyico, como el sonido tan característico de las piedras cuando la ola entra en la playa y las mueve haciéndolas entrechocar...

He tenido que desdoblar este capítulo porque vuelvo a pasarme de extensión. Tenía previstos un par para Nísyros, pero no sé si no pasarán de cuatro.

Στο βιολί ο Χατζινικόλας και τραγουδάει η Πόπη Πάχου.  Γλυκό Χαράζει η Αυγή. 

http://www.youtube.com/watch?v=ljVJT-YogM8

Salud y buen rumbo

Barbarómiros

lunes, 20 de enero de 2014

106


No nos moverán



Salí a tirar la basura



enfermo, después de haber escuchado una de esas tertulias radiofónicas, nocturnas y democráticas, con las que nos regalan muchos tribuletes de primera línea de fuego, llámese ésta, radio pública o privada, pero siempre para nuestro bien espiritual y gozo estético. Participaban tres grandes patriotas, tres pesos pesados de la escena nacional: un político del partido gobernante, el obispo portavoz de la Conferencia Episcopal y un banquero triunfador hecho a si mismo. Debatían..., no, porque sus análisis sobre la situación estaban plenamente de acuerdo. También coincidían en las recetas para superar las dificultades, aunque cada uno arrimaba el ascua a su sardina particular, quizá para dar la impresión de que tenían opiniones diferentes. Peroraban con verbo florido sobre la marcha de la crisis actual y el hambre en el mundo. El político recetaba más agujeros al cinturón y confianza en los prohombres de la democracia, las únicas mentes capaces de aportar soluciones viables y cocinar raciones de subsistencia. El pueblo pasa hambre pero nunca se equivoca. Monseñor predicaba la caridad cristiana bien entendida, es decir, aquella que empieza por uno mismo, así como la conformidad con el designio divino y la frugalidad, condenando el materialismo rampante y el pecado capital de la gula en los hambrientos. El financiero, por su parte, hacía hincapié en la cultura del esfuerzo, de la que él era el mejor ejemplo, y recomendaba, hombre pragmático, abrir un banco de alimentos caducados que las empresas alimentarias asociadas a su entidad podían distribuir a precio de oferta. Y el periodista encontraba conformidad con todos ellos y resumía las intervenciones reforzando aquellos argumentos más débiles que se barajaban en la mesa del locutorio. A veces echa uno en falta las imágenes televisivas, el aspecto de los contertulios. Porque entonces los contrastes se acentúan: Es de todos conocida la afición del político a la buena mesa pagada con visa oro del partido, visa engordada con inyecciones mafiosas; el patriota pesará unos ciento treinta kilos; El curango ha empezado a engordar desde que ocupa su cargo y ya andará por el quintal; es joven y, off the record, tiene una cocinera que envidian todos los gourmets del reino, alcanzará los kilos del político en poco tiempo; El banquero es menos sibarita y lo mismo traga empanada de callos que tortilla de sesos, carece de escrúpulos pero no de apetito, que lo tiene voraz como cualquier carnívoro predador; es canijo y por eso su peso no llegará a los cien kilos, pero la mitad los tiene concentrados en la panza que le cuelga, que bien vale las mantecas de los otros gorrinos; Y el moderador, para completar el cuarteto de bombos, es de esos pachorros que parecen haber nacido en su poltrona mediática y le rebosan las carnes por delante, por detrás y por los lados de la silla; frisará las doce arrobas. Rumiando todo esto, cuando salí a la calle me daban arcadas. Eché a correr por no vomitar a la puerta del portal y logré hacerlo en el cubo de la basura orgánica. Al incorporarme oí una voz semejante a la del prelado que decía, ¡Dios se lo pague, hermano! Me parecía inverosímil que hubiera alguien en el cubo, pero aún así miré; por otra parte, no sería la primera vez que me encontraba con una sorpresa. Pero sólo se veían bolsas cerradas. La calle estaba desierta y silenciosa.


ΠLT.   Dios ya morrió.


http://www.youtube.com/watch?v=S9Rp_eM9DJY


Salud y felices pesadillas.


ra

sábado, 18 de enero de 2014

Mormones in love


Las Grecas.
Rodas, verano 2013.


Pillando cachito
(Muermones)


Sofi:

¡Juanito, Juanito, Juanito mío,
pedazo de cielo que Dios me dio!

Juancar:

¡Sofía, Sofía, Sofía mía
cachito de helena que Dios me dio,
te miro y te miro y al fin bendigo
bendigo la suerte de ser mormón!

Sofi:

Mi Juanito, mi pedazo de Juanito,
me preguntan por qué eres mi querer
y les digo porque tiene un pedacito
muy bonito que me da mucho placer

Juancar:

Sofía, Sofía, Sofía, tía,
el reino de Grecia ya se perdió
no tienes ni idea de la valía
que tiene la verga para un Borbón

Sofi:

A tu lado yo no sé lo que es pobreza
y el dinero yo lo gasto sin sentir
tú me tocas y yo pierdo la cabeza
y lo único que puedo es repetir...

A dúo, cogidos de las manos:

¡Cachito, cachito, cachito mío,
bichito bonito que Dios me dio,
te miro y remiro y al fin bendigo
bendigo la suerte de ser mormón!

Juancar:

Cachitooo...

Sofi:

 Juanito míooo,
¡ayyy pequeñitooo,

A dúo:

de mamá y de papá!

La laaa, la la la laaa
la la la la
la la la lá


De  Letrillas escangallás.  2013.
Ramiro


Consuelo Velázquez Torres. Nat King Cole.  Cachito mío.



Reflán viejo:

El amor es un bicho que cuando pica
no se encuentra remedio ni en la botica


Las Grecas.  Te estoy amando locamenti...



Salud

viernes, 17 de enero de 2014

105


Una limosnita por cariá


Salí a tirar la basura.



Junto a las escaleras, pero de pie en la acera, había un hombre. Dos segundos antes de pasar a su lado extendió la mano. No me lo esperaba y lo hizo tan de golpe que me asustó un poco, de hecho hice el ademán de protegerme con una bolsa. Le dije buenas noches tratando de aparentar el aplomo que un momento antes me había faltado, pero el paisano no contestó, aunque seguía con la mano extendida. Yo tenía las dos mías ocupadas y los cubos no estaban lejos, así que pensé dejar primero las bolsas y mirar después si guardaba alguna moneda en los bolsillos. Sólo llevaba una de veinte céntimos y otra de dos euros. Veinte céntimos me parecía algo poco y dos mucho, teniendo en cuenta que ni había respondido al saludo. Tal vez sea extranjero, pensé con cierto ánimo condescendiente y comprensivo, dispuesto a soltar la mosca. Al llegar a su altura, de vuelta, repitió el mismo gesto brusco. ¿No eres de aquí?, le pregunté depositando los dos euros en la palma de su mano. El tipo me miró, miró la moneda y con gesto preciso y rápido me la metió en el bolso de la chaqueta. No trabajo por menos de cinco, dijo con voz ronca y perfecto castellano. Marché dudando de que el encuentro fuera real y de si el tipo me había hecho proposiciones deshonestas. Eché un vistazo atrás y sólo vi cómo llevaba a rastras mi orgullo como una sábana vieja.



Los Delinqüentes.   Mis condiciones pajareras.




Salud y felices pesadillas


ra

miércoles, 15 de enero de 2014

Η Ρόδος, Rodas -5. Lindos.


Lindos.  Las bahías y la Acrópolis desde el pueblo viejo. 
 Abajo, derecha, desapareciendo, el teatro.  
Rodas. Grecia, verano 2013.

Λίνδος


Buenos días. Lindos, pese al crecimiento desmedido del número de turistas, por su historia, por la belleza de la costa y de la propia ciudad, o por el lugar privilegiado en que está emplazado, sigue conservando mucho del antiguo encanto del que hablan los viajeros.

Extiende su caserío en círculo alrededor de una bahía muy abrigada, por las faldas del otero rocoso en cuya cumbre, mirando al mar, se mantienen en pie los restos de la Acrópolis, muchos siglos después fortaleza de los Caballeros de Rodas, y por la ladera opuesta que cierra un valle empinado, donde se sitúa el pueblo viejo mirando al este. El conjunto es abigarrado y deslumbrante, la luz hace daño.

A sus espaldas, sobre las terrazas superiores del valle, agujereadas por cuevas con nidos de burros -las usan como corrales- y la carretera que lo va rodeando por el oeste y el norte, se alzan crestas rocosas que protegen aún más el lugar, con pequeños rebaños de cabras asomando.

El fondo del golfo es la playa central, una concha arenosa demasiado concurrida, y a un lado, arrimado en la esquina sur bajo la roca, el puerto.

Lindos tiene, además, otra bahía de parecidas dimensiones pegada a ésta, inmediatamente al norte, que comparte su misma apertura al mar, fondeo de algunos veleros, y otra al sur que es uno de los lugares más hermosos y coquetos de toda la costa este, una suerte de piscina marina natural bastante grande, con una estrecha salida al mar y una pequeña iglesia en su término sur, la del Apóstol San Pablo, que da nombre al pequeño golfo. Un lugar donde hoy se celebran eventos religiosos familiares y donde al llegar vimos una boda.

El telón de fondo son las islinas que salpican la costa y siempre ese azul marino o esmeralda que abruma. Y el cielo.

Σάββας Φλεβάρης, βιολί-τραγούδι.  Canción de boda y Susta.  Ρόδος. 


Bahía de Navarone,  al norte de la península de Kissós.
Lindos.  Rodas. Grecia, agosto 2013.

El santo de los gentiles recaló aquí rumbo a Jerusalén, por eso son frecuentes los topónimos y capillas a él consagradas. Griego culto y ciudadano romano, Pablo debió de ver las ventajas publicitarias futuras para el cristianismo si hacía escala en este rincón egeo de imperecedera belleza. Es broma, pero cuidadín.

Algo de su historia. Como Kamiros, fue una fundación minoica y después doria, próspera hasta la construcción de la ciudad de Rodas, empresa que acometieron en el S.V a. C., la Triarquía de ciudades que entonces dominaba la isla, Iálisos, Kamiros y la propia Lindos. Pero esta última nunca perdió del todo su importancia, como sucedió con Kamiros que fue abandonada, ni desapareció bajo los colosales complejos turísticos modernos, como Iálisos.
Homero atestigua la presencia de las tres ciudades rodias en la guerra de Troya, que es como haber participado en el acontecimiento fundacional mítico de la cultura griega y europea.

Así pues, Lindos siguió siendo una plaza fuerte para romanos y bizantinos, que continuaron fortificándola y embelleciéndola. Los Hospitalarios, y los otomanos más adelante. Con la llegada y extensión del cristianismo, a principios de la Edad Media, los templos paganos fueron progresivamente abandonados junto al culto de sus divinidades.

En el libro de Durrel sobre La Venus marina rodia, Lindos ocupa algunas de las páginas más encendidas, a través también de su recuerdo de Cleóbulo, uno de los Siete Sabios de Grecia en tiempos clásicos, que nació en Lindos y dirigió la ciudad en una de sus etapas más prósperas, el siglo anterior a la fundación de Rodas capital.
El inglés llama Villa Cleóbulo a la casa que habitó en la ciudad cuando compuso su libro, terminada la 2ª gran guerra, aunque la estancia del sabio en ese lugar es recreación fantástica, ni siquiera está claro que la capital existiera entonces.

Dos curiosidades que me interesan. El famoso relieve del trirreme rodio, esculpido sobre la roca en la base de la Acrópolis, se atribuye a Pizócritos, autor de la Victoria de Samotracia que custodia el Louvre.

Y la segunda. En época clásica Lindos tenía dos templos célebres, el de Atenea, cuyos restos todavía pueden verse en la Acrópolis, y el de Heracles con una pintura del cabrón de Parrasio, el más rico y famoso en su oficio del siglo V griego.
Si recordáis, este menda era el que torturaba a los prisioneros que Atenas repartía como botín de guerra entre los ciudadanos de primera clase, los caballeros (entre otras cosas porque aportaban caballos a las campañas, y las financiaban); los martirizaba para conseguir en sus modelos la expresión de dolor, y hasta agonía porque morían en las sesiones, que buscaba pintar.

Lo recogía el cordobés Marco Anneo Séneca de testimonios antiguos en sus Controversiae (X, 5). Ni los esclavos encargados de las torturas podían soportar aquello. La hiena los castigaba por no aplicarse a fondo, y hasta se permitía la humorada salvaje de reñir al torturado acusándolo de falta de verismo.
El escueto diálogo del viejo Séneca, puesto en boca de Parrásio y un anciano de Ólinzos que es martirizado hasta la muerte por el pintor, es suficientemente expresivo, brutal:

Anciano:   Parrahási, morior!   (¡Parrásio, me muero!)

Parrásio:   Sic tene!   (¡Quieto así!)


Calle de Lindos.
Rodas. Grecia, verano 2013.

Siempre creí que Los cañones de Navarone, esa película  de nuestra infancia que tanto nos gustó, se había rodado en la bahía de Navarino, en Pilos, al oeste del Peloponeso, en el Jónico, pero parece que fue en Rodas capital y en Lindos, con una bahía al sur que lleva ese nombre, Navarone. Y la historia del film recrea la campaña aliada del Dodecaneso durante la 2ª Guerra Mundial, en el Egeo, por supuesto. De eso ya no recordaba nada.
Hasta tal punto impresionó la belleza del lugar a Anthony Quinn, una de las estrellas del film, que compró una propiedad aquí.

Ya mencioné antes a los burros y he puesto esa foto donde descansan a la sombra. Son otra atracción para turistas urbanitas y algunos vagonetas. Pero también uno de los pocos medios de locomoción que se puede uno permitir en calles tan estrechas y empinadas, usados todavía por los lugareños para trabajos no estrictamente turísticos. Se pueden hacer pequeñas excursiones y subir en burro a la Acrópolis como si se ascendiera al Teide o al Machu Pichu..., yo no los probé.
Mientras veía a los burros de Lindos subiendo escaleras, recordé a la Minifalda, la burra de una tía de la mi morena, que subía hasta el primer piso de casa y asomaba la cabeza por el balcón.

Y hablando de estrecheces, eso es algo frecuente en toda Grecia y en especial en las islas. Los pueblos se apiñan y retuercen en un laberinto de calles, escaleras, subidas, bajadas, pasajes... . Otro capítulo debería dedicarlo a los únicos vehículos a motor, aparte de las motos, capaces de pasar por esas callejuelas, las motocarros de juguete, tan estrechas como la panza de un burro. Tengo fotografias de unas cuantas, de Rodas, Kárpatos o Nisyros.

El pueblo viejo atrae él solo más visitas que el resto de las maravillas de Lindos, si exceptuamos quizá la playa, que nosotros tampoco estrenamos. Y eso que hay que dejar el coche un kilómetro antes y bajar al descubierto con un sol inclemente. Después las calles son frescas y están llenas de sombra, con pequeñas plazuelas cubiertas de emparrados y flores.

Σάββας Φλεβάρης.  Πάρε Μαριό την ρόκκα σου.


Escalón.  Lindos.
Rodas. Grecia, 2013.

La arquitectura popular se impone, inmaculadamente blanca, pero hay testigos arquitectónicos de las épocas y pueblos que la ocuparon, sobresaliendo por su belleza y buena conservación las casas medievales, más un conjunto de iglesias y capillas bizantinas. La ruinosa de San Juan, del S. XIII, en la Acrópolis, fue construida sobre los restos de una nave del VI, que sería la más antigua datada tras el abandono de los santuarios paganos.

Los suelos empedrados y decorados con pequeños cantos rodados blancos y negros, en menos ocasiones marrón claro o rosados, formando grecas, motivos florales, faunísticos y mitológicos, se repiten por todo el Archipiélago, Kos, Nisyros..., pero la ciudad vieja de Rodas se lleva la palma, no tanto por su belleza como por su abundancia.
Por lo demás, Lindos es como cualquier pueblo muy turístico, lleno de gente, de mercancías en las calles, tabernas y tiendas de recuerdos por todas partes. Es el otro peaje que se paga si antes se alquiló un burro.
Lo ideal sería visitarlo en primavera o finales de otoño, pero...

Con vídeos como el siguiente para qué necesitamos ya fotografías y, aunque quizá no tan interesantes, hay cientos de ellos. Lindos, el sueño, la perla del Egeo, dice el autor. Sin duda, si no la única, una de ellas.

Lindos.  Il sogno.



Salud y felices sueños.

Barbarómiros.