domingo, 15 de junio de 2014

Ο Θανάσης Παπακωνσταντίνου, Zanásis Papakonstantínu


Tsípuro de Tirnavos.


 Θανάσης Παπακωνσταντίνου

Ο ελάχιστος εαυτός 


Buenos días. Os traigo hoy a un músico de una generación más joven que la de la mayoría sobre los que he escrito en esta etiqueta. Se trata de Zanásis Papakonstantinu, nacido en 1.959 en Tyrnavos.

Cada vez que me enfrento a un nuevo capítulo de Música griega, me doy cuenta de la amplitud de ese enunciado y se me viene Grecia entera encima. ¿Cuántos años debería vivir para tratar, siquiera superficialmente, los pocos músicos que he escuchado y me gustan? Esta lentitud del trabajo y la escritura me exaspera.
A Zanásis lo he ido retrasando por distintas razones, entre otras por la poca información de que disponía, a pesar de tener ya casi medio centenar de canciones almacenadas y de ser uno de los que más he escuchado los últimos años. La información ahora sigue siendo escasa.

Abro este repaso completo a un disco suyo, con la canción que lo inicia, preciosa, delicadísima, donde el músico apenas hace uso de la voz, pero con una instrumentación de lujo, jasística y clásica, ese piano líquido, esa trompeta sonando como una llamada que se repetirá en el última tema del trabajo, también con toques de jazz, casi como un recuerdo...

Θανασης Παπακωνσταντινου - Loco-Motivo.


Por no bajar fotografías ajenas o subir alguna de la pésimas mías tomadas de la pantalla del ordenador, he decidido colgar dos del Tsípuro de Tirnavos, destilado muy parecido a nuestro aguardiente, famoso en todo el país y del que ya hablé aquí en Lo que se comió... , en honor a la tierra de nacimiento de Papakonstantinu.

Tyrnavos es tierra de mirmidones, de hormigas, μυρμήγκια, mirminguia, como me recordaba Ana Capsir no hace mucho, el gentilicio de Aquiles y sus compañeros, habitantes del reino de Peleo, el padre del héroe homérico. Está situado en el centro de la Grecia continental, en la Esterea Elada, pero junto a Lárisa, más cerca de la costa Egea y las Termópilas, que del Jónico.

La región, en las estribaciones meridionales de la cordillera del Olympo (2.920 m.), esta rodeada de montañas bravas, como deben ser los hombres que las habitan, a juzgar por la fiereza de su licor tradicional.

Θανάσης Παπακωνσταντίνου. Ο ελάχιστος εαυτός.


No es que Zanásis recuerde nada violento, ¿verdad?, todo lo contrario, puede resultar casi siempre melancólico y hasta depresivo. Un músico fino y delicado, amante de las melodías tristes y nostálgicas, dulces en general, aunque ni las letras de sus canciones ni sus composiciones musicales tengan nada de ñoñas, se trata de un músico arriesgado que deja mucho espacio al experimentalismo, a la sorpresa y hasta a la ruptura.
Siempre con un gusto exquisito, es otro trovador moderno, un poeta de la música.Ya lo iremos escuchando a lo largo del capítulo.

La dureza de su tierra y del tsípuro se le pegó a Papakonstantinu por otra vía diferente a la del montañismo o el alcoholismo.

En lugar de hablar de su vida y obra, y puesto que me faltan datos, he preferido traer a este primer capítulo más música que palabras. Escucharemos completo el último disco de Zanásis, Ο ελάχιστος εαυτός, ¿El ser mínimo?, del 2011. La anterior canción es la que da título al CD.

Θανασης Παπακωνσταντινου. Φωτης Σιωτας.  Ποιος Θα Με Θυμαται.


Pero no todos los temas son igual de lánguidos, hay varios más rockeros, como el anterior, donde canta Fotis Siotas. En el disco colaboran varios artistas.

Porque Zanásis, al fin y al cabo, también es de la generación del rockanroll, y aunque su música beba de la tradición, ha formado parte de la escena tesalonicense. Estudió ingeniería mecánica y grabó en el estudio de Nikos Papázoglu en Salónica, un lugar por donde pasaron la mayoría de los músicos que tenían algo que decir en Grecia desde los años ochenta, todos influenciados tanto por la tradición, como por la ruptura rockera de los sesenta y los setenta, esa otra forma, moderna, de la música popular.

Su primer trabajo discográfico, producido por Papásoglu, Αγία Νοσταλγία, Santa Nostalgia, es de 1993.
He querido respetar el orden de las canciones tal como aparecen en el disco porque tengo las doce que lo componen.
Θανάσης Παπακωνσταντίνου.  San Michele.

https://www.youtube.com/watch?v=f-qeuXD772M

No puedo evitar recordar a Nikolas Ásimos cuando escucho esta canción, la escupidera de Bakunin..., aunque,  mucho más elaborada, no tenga que ver con las de Nikos. Quizá la voz, como un mantra, la sencillez, o el soniquete de recitador callejero, la música tristona y al tiempo algo volandera, con esos sonidos de acordeón, la poesía amarga, otra vez música de la calle.

El disco del que tratamos hoy, Ο ελάχιστος εαυτός, (2011), tiene doce canciones. Los cuatro temas más rockeros, y también los que menos me gustan, tengo que decirlo, están interpretados por otras voces, Fotis Siotas y Orfeas Peridis. Aunque el estilo remita a una música más dura, para mí son composiciones más ligeras y convencionales, menos interesantes musicalmente hablando.

 Θανάσης Παπακωνσταντίνου, Ορφέας Περίδης.   Ανταρκτική.

ΤΣΊΠΟΥΡΟ ΤΥΡΝΑΒΟΥ. ΧΩΡΙΣ ΓΛΥΚΑΝΙΣΟ.
Tsípuro de Tirnavos. Sin anís.
Κατσαρος Κ. Νικολαος.

Aún así la segunda de Peridis, Omijli, Niebla, es otra de esas canciones preciosas que se adapta muy bien a la voz emotiva y aterciopelada de Peridis, la voz griega más parecida a nuestro Amancio Prada, pienso; es del tipo de temas que más me gustan de Papakonstantinu, y del propio Orfeas.

Y la segunda de Siotas, la que sigue, está a medio camino entre el estilo característico de Zanasis y el rock.

Los títulos de los temas son:
Loco-Motivo, Ο ελάχιστος εαυτός, Ποιος Θα Με Θυμαται, San MicheleΑνταρκτική, Σαν παιδι, Του ερώτα και του θανάτου, Ομιχλη, Ερωτηση Κρισεως, Σιμούν, Φέγγαρος, Τα τραγούδια που έγραψα.

Θανάσης Παπακωνσταντίνου. Φωτης Σιωτας.   Σαν παιδι.

https://www.youtube.com/watch?v=OgZW1aMLhbk

La siguiente es otra de ésas que me gustan de Zanásis, otra vez Ásimos en la memoria, sin que sepa muy bien por qué, esa voz medio desafinada que nos canturrea cercana, la sencillez aparente del tema, otra de las constantes de muchas canciones de Zanásis, que sin embargo no son nada simples, con arreglos instrumentales, ya sutiles ya lujosos, que acompañan como sin querer, pero de modo rico y sabio, melodías muy simples.

Y el título del poema de María Mutsáki, Del amor y la muerte, es de ésos a los que no hace falta añadir ningún comentario.
Μαρία Μουτσάκη, letra. Θανάσης Παπακωνσταντίνου, música. 
Του ερώτα και του θανάτου.

https://www.youtube.com/watch?v=pXhP6H7Kq_8

Son muchos los músicos con los que ha trabajado Papakonstantinu: Nikos Papázoglu, Orfeas Peridis, Sokratis Málamas, Lizeta Kalimeri, Marza Fritsila, Fotis Siotas, Giannis Agelakas, Melina Kaná... .

Recuerdo y me gusta especialmente Fairuz, que escuché la primera vez en la voz de Kaná, preciosa canción que ya he subido al blog un par de veces. De Zanasis he puesto varios temas además de ése, hay grabaciones en directo muy buenas, con su laúd o una especie de boulgarí con aspecto aún más oriental, a través de los que consigue sonidos más graves y elegantes que los comunes del buzuki, dentro de esquemas que recuerdan la música religiosa y bizantina.

Creo que Zanásis tuvo también su taller de construcción de instrumentos tradicionales griegos, como los cretenses de Laberinto pero más modesto. No me extrañaría que así fuera, dadas sus preferencias por los sonidos dulces del Oriente, su buen gusto y su condición de griego levantino, aunque no asiático, criado en el caldo musical tesalonicense

Θανάσης Παπακωνσταντίνου. Ορφέας Περίδης.  Ομιχλη.  Niebla.

https://www.youtube.com/watch?v=IW4nCvQb_vw

Muchos de los comienzos de sus canciones son sorpresivos, como sus originales adornos tímbricos, que van desde la psicodelia a la música descriptiva, pasando por el sinfonismo, la música clasica o el jazz.

El me cago en el fascismo, que canta en el tema siguiente, el mensaje, o la interpretación y la sencillez, de nuevo me remiten a Ásimos, y perdón por la reiteración ya que no puedo explicar como quisiera esta relación que a mí me parece sin embargo evidente. Hay desde luego humor en este tema, al que tan aficionado era también Nikolas, crítica política y hasta charanga callejera, lugares comunes de Ásimos.

Y en la voz grave algún eco también de Málamas, más evidente en otras canciones. Pero sigue siendo el Zanásis Papakonstantinu próximo, que nos canta al oído.

Θανάσης Παπακωνσταντίνου.  Ερωτηση Κρισεως.

https://www.youtube.com/watch?v=qxPZvqbPDc8

Repito, los temas donde canta él solo, las canciones que se ha reservado para sí, me parecen francamente mejores que el resto, aún aceptando que algunas apenas tienen adornos o éstos aparecen como esbozados tímidamente, impresión engañosa, están ahí para completar con detalles de elegancia las canciones, por mucho que lo hagan acompañando en un segundo plano.

Intimista y tierno sí, pero sin conformismos, ni en sus textos, en sus melodías, en la rica instrumentación pero sin mucho aparataje, ni en los arreglos. Preciosas canciones. Las tres últimas son de las suyas al completo.

Θανάσης Παπακωνσταντίνου.  Σιμούν.

https://www.youtube.com/watch?v=1evtyKg5KSg

La trompeta de la Curruca versicolor.
Llanera. Astutias 2013.

Cuenta con una docena de discos personales en su haber, algunos al alimón con los músicos ya citados. Con Melina Kaná y Sokratis Málamas, Στην Ανδρομέδα και στη γη, su segundo registro, en el 95, y con Melina otra vez al año siguiente, Της Αγάπης Γερακάρης
En 1.998 de nuevo con Kaná, y acompañados por Ashgabat, grupo de Turkmenistán, Λάφυρα. O como en este Ο ελάχιστος εαυτός, que escuchamos hoy, su último disco que yo sepa, de 2011, donde intervienen Siotas y Peridis.

Hablé antes de Fairuz, una canción de Zanásis Papakonstantinu que dio a conocer Melina Kaná y que me gusta mucho. Pero con ella tiene otras muy guapas y conocidas, Milo gia sena, Ta lafira tis nijtas, o Alexandra. O con Sokrátis Málamas, Faltsos Jrismos, Na rotas...

Esto se acaba. ¿Qué añadir? Está casado y tiene dos hijos. Vive en Lárisa..., pero sobre todo tenemos su música. Leí que algunos de sus temas más tradicionales, le vienen de escuchar las canciones que cantaban sus padres, agricultores. Ahí lo dejo.

Θανάσης Παπακωνσταντίνου. Φέγγαρος.

https://www.youtube.com/watch?v=aVqxetFHHyY

Nanourisma, Nana, (2002), que aparecería en un film de Nikos Grammatikos, O Vasiliás, El Rey, fue su primer éxito.

Extraordinarios temas, como los dos últimos de este CD de hoy, donde siempre nos aguardan las sorpresas, brillantes, originales, tal como nos tiene acostumbrados, en su instrumentación, en la ejecución, donde se mezclan el jazz, la música repetitiva de la Nueva Era, el Minimal, la clásica o los aires melancólicos orientales. ¡Una delicia musical, vamos!

La última canción, muy experimental, es de las más potentes, y a mí es en ésta donde su voz me recuerda más que en otras la preciosa voz de Málamas. ¡Ay, esa trompeta, curruca!...

Θανάσης Παπακωνσταντίνου.  Τα τραγούδια που έγραψα.

https://www.youtube.com/watch?v=kTx4pXxIJHo


Salud y buena música


Barbarómiros

viernes, 13 de junio de 2014

147


La mierda  no espera.


Salí a tirar la basura



mientras sonaba el teléfono en la sala. Me detuve en la puerta pensando qué hacer. Era una hora intempestiva para llamar a una casa con niños, aunque hoy estaba solo y dudo que eso lo supiera el que llamaba. Pero, más que nada, el culo de las bolsas que llevaba estaba sucio y no tenía dónde posarlas sin pringar algo. Hay un buzón de voz, ¡Que dejen el mensaje o que llamen otra vez si es algo urgente!, pensé. Así que, después de unos segundos de indecisión, seguí adelante. Fueron los que me faltaron para llegar a tiempo, porque el camión de la recogida acababa de pasar y vaciaban ya los cubos de la finca de más arriba. Son apenas cincuenta metros con una pequeña subida, corriendo y dándoles una voz quizá los alcanzara todavía. Pero andan ligeros y mis pulmones no resisten semejante esfuerzo. Reculé pensando en toda la parentela paterna del inoportuno telefonista. No había mensaje ni hubo más llamadas. ¿Cobrarán algún plus de nocturnidad estos tocapelotas por joder al prójimo a esas horas, o tendrán que poner también la cama?



Dr Hook & The Medicine Show.   Penicillin Penny.




Salud y felices pesadillas.


ra

miércoles, 11 de junio de 2014

Μανούρι, Manoúri, queso macedonio


El queso macedonio, Μανούρι,  Manúri.


Μανούρι


Buenos días. Como no acabo de atreverme de nuevo con las loukumades después del fiasco de diciembre pasado, voy a dedicar un capítulo a otro de los quesos griegos protegidos por una denominación de origen y consumido sobre todo en el centro y norte de Grecia, el Μανούρι (pro. Manúri), aunque tengo entendido que también lo hacen en Creta. Pero es un queso tradicional de Macedonia y Tracia, donde se fabrica artesanalmente con leches de la región.
Recibió su denominación de origen, que lo protege y distingue de quesos similares, al tiempo que regula su factura y composición, y fiscaliza la producción, en 1996.

El otro motivo de elegir al Manouri, es su cercanía semántica con el anterior queso traído aquí, el Manouli de Cárpatos. La gran diferencia con el karpáciko es su contenido en agua, mayor en el caso que nos ocupa, pues el Manuri es un queso que conserva parte del suero y al que en principio no se le añade sal. Es decir, es más húmedo, blando, dulce y fresco. Un queso mantecoso que puede servir para untar, algo más compacto sin embargo que el típico requesón.

Para su elaboración se calienta la leche después del filtrado, de cabra o de cabra y oveja, con el suero, y en
el proceso pierde gran parte de la caseína, como en el caso de la ricotta italiana, aunque conserva la albúmina, por lo que es un queso que puede ser consumido también por personas con intolerancia láctea.
Al tiempo que escurre el suero restante y se enfría la pasta, se prepara en bolas, tortas como la de la imagen de hoy, en cilindros semejantes a los nuestros de Pata de mulo o al queso palentino de Villalón de Campos, de unos diez o doce centímetros de diámetro, en distintos tamaños hasta un peso máximo de un kilo.
Θανάσης Παπακωνσταντίνου.   Απόψε.

https://www.youtube.com/watch?v=bTZKrHSijyE

Torta de Manuri,  Μανούρι.

Del Manuri se aprovecha todo porque carece de corteza, otra característica común a la mayoría de los frescos. Su textura es suave, muy blanda y sin agujeros, pero de masa algo compactada, no tan grumosa como la de los requesones, ni tampoco uniforme y de corte recto y limpio como el Pata de mulo. Es un intermedio y desde luego más sabroso que la mayoría de los sosos.

Delicado al paladar, si no dulce, nada ácido, dicen que con sabor a limón aunque yo no lo capté. Lo que si he notado es una delicada fragancia que no siempre está presente en los quesos de cabra u oveja. Supongo que al consumirlo verdaderamente fresco, sin el envasado industrial, resaltará más ese aroma y el leve gusto a limón, que se me escapó.

En realidad se trata de otro de los típicos quesos frescos griegos sin sal, algo más compacto que el Mizitra cretense o, en todo caso, con tiempos de secado más largos que éste. Con el añadido de distintas cantidades de sal en el proceso de maduración inicial, según la costumbre, con vistas a alargar su vida, y más tiempo de curación, el queso llega a distinguirse poco de un feta normal. Pero como queso fresco tiene una vida corta y enseguida coge acidez, lógicamente.

Estos días había estado preparando un capítulo en Música griega dedicado a Zanásis Papakonstantinou, que nació en Tyrnavos, famoso por su tsípuro, cerca y al norte de Lárissa, capital de Tesalia central, una de las de las regiones más ricas en variedades de Manuri.
Zanásis me ha venido al pelo para ilustrar esta entrada porque me gusta mucho y es uno de los músicos que tenía reservados en esa etiqueta musical.

Θανάσης Παπακωνσταντίνου.  Αποσπερίτης.

https://www.youtube.com/watch?v=Lzu7F6UZ53s

El corte grumoso y tierno del Manuri.

Muy blanco y cremoso, de gusto fino y sutil, no es sin embargo el Manuri un queso que acompañe bien al tsipuro, un orujo potente que gusta de quesos más fuertes, salados y con más curación. Cualquier feta por ejemplo, entre los frescos, sería más apropiado.
Se usa en cambio, por sus cualidades, como queso suave de mesa y, algo más curado, con un punto de sal y menos frecuencia, en ensaladas. Se puede añadir a platos más elaborados. Pero también se utiliza
mucho en postres, cremas, rellenos de hojaldre, como tirópitas y espanakopitas, o de pan, tirópsomo. Recordad que es prefijo, Tir-í, es queso en griego. Y para acompañar a mermeladas, dulces de fruta, o miel, sola o con frutos secos, en particular nueces.

En una página, de factura francesa creo, aconsejaban hasta el vino con el que maridarlo. Esto también será cosa del gusto personal y del bolsillo, pero de todos modos apuntaré las uvas que mejor lo acompañan, para los sibaritas que dispongan de unos euros extra. Son la Sauvignon Blanc o Pinot Gris. Yo lo disfruté con caldos más corrientes, los que había disponibles, aunque es cierto que siempre blancos.

A pesar de recibir su denominación oficial  muy tardíamente, es un queso conocido ya desde el siglo XIX, pero muy probablemente mucho más antiguo, de la estirpe de otros quesos tradicionales presentes en los Balcanes, las islas e incluso Asia Menor, de características diferentes dependiendo de la región. Pero siempre de cabra, oveja o mezcla de las dos leches.

Θανάσης Παπακωνσταντίνου.   Αερικό.

https://www.youtube.com/watch?v=0daJ3PsOI2I


Salud y buen apetito.


Ramiro Rodríguez Prada, Barbarómiros

lunes, 9 de junio de 2014

146


Haciendo el pino.



Salí a tirar la basura



como casi siempre, tarde y casi mal. Esos casis no me los dicta el optimismo, si bien cierto es que, mientras siga saliendo, tal vez tenga la ocasión de hacerlo casi bien un día.



The Beatles.   Come together.


http://www.youtube.com/watch?v=OEo9Bh679wM



Salud y felices pesadillas.


ra


domingo, 8 de junio de 2014

Η Λέρος, Leros


Higos de Agi Apostoli. Eubea.
Grecia 2012.


Λέρος


Buenos días. Así, con higos, nos recibió Leros cuando estuvimos, allá por los primeros noventa. Veníamos en una visita de un día desde Emboriós, al noroeste de Kálymnos, unas veinte personas en un pequeño kaíki. Atracamos en Agía Marina, Αγία Μαρίνα, y un grupo de viajeros alquiló motos y bicicletas, mientras el resto subíamos caminando hasta Lakkí, Λακκί, el puerto más importante de la isla, por donde volveríamos a pasar una semana después, rumbo a Lipsi, Patmos y Samos.

Antes de llegar a Plátanos, Πλάτανος, una especie de barrio que ejerce de Ayuntamiento, subiendo la colina al sur de Ag. Marina, hay una fuente encalada preciosa con agua abundante, fresca y rica, de varios caños si la memoria me es fiel; íbamos todos echando el bofe porque calentaba Lorenzo como nunca y, mientras hacíamos cola para beber, una señora mayor de negro riguroso nos dio, con una sonrisa, dos puñados de higos recién cogidos del árbol. No sé qué criterio la guió para ofrecernos los frutos sólo a nosotros. En el grupo había también italianos, morenos y no muy altos, aunque la mayoría eran nórdicos. Creo que nos vio pinta de más ruinucos y necesitados que al resto, ¿más griegos?. El caso es que, de alguna forma, nos sentimos distinguidos y Leros ya nos había ganado con ese gesto amable. Ni que decir tiene que la dulzura de los higos ayudó y la belleza de la isla hizo el resto.

3o συνέδριο φεστιβάλ παραδοσιακης δωδεκανησιακης μουσικης για νεους. Η γυναίκα στη μουσικοχορευτικη παράδοση της Δωδεκανήσου. Σεπτεμβρίου 2011. Λέρος.
Βιολί, Σάββας Γιαννούκας. Λαούτο, Σταυρος Ρούσσης y Γιώργος Δράκος.

https://www.youtube.com/watch?v=IQGVNaT5o3M

Por eso cada vez que recuerdo lo que L. Durrell escribió sobre Leros en su Venus marina..., me reafirmo en mis opiniones negativas sobre el inglés.
Llega un día lluvioso, frío y gris, recién acabada la 2ª Guerra Mundial, a un a isla en ruinas que ha sido, después de Creta, la más castigada por los bombardeos alemanes, en cuyas bahías convertidas en cementerios marinos, los Stukas hundieron varios barcos, y finalmente ocupada militarmente con lanzamiento de paracaidistas y varios días de dura batalla. Pero antes de la derrota italiana en septiembre del 43, había sido bombardeada también por la RAF británica, que buscaba dañar la flota italiana fondeada en la isla.
El inglés no le ahorra su desprecio, sus opiniones son crueles e injustas, ¡pasó el día metido en una taberna por culpa del tiempo jugando al ventiuno!, ¿cómo coño se permite juzgar a sus habitantes o a una isla que apenas pudo ver?

Algunas joyas del amigo:
En Leros uno parece estar siempre detenido por el mal tiempo... (así empieza), Es una maldita isla sin carácter..., Una melancolía miasmática pende sobre todas las cosas..., Dios ayude a los que nacieron aquí, murmura uno, a los que viven aquí y a los que vienen aquí a morir..., El agua es salobre... como los sentimientos de sus habitantes..., Y Leros todavía significa suciedad, incluso hoy en día.

Pero me refiero hoy a Durrell, sobre todo, por lo que relata a continuación, que tiene más sabor que sus caprichosas opiniones personales sobre una u otra isla. Se pone en contacto con el agente encargado de distribuir el diario que las autoridades inglesas que administran el Dodecaneso quieren impulsar, y del que Lawrence es el responsable. Y habla de la escasez de papel en aquellos primeros años de posguerra:

Una de las anomalías de la guerra consiste en que el diario que vendemos a un penique vale dos peniques como papel de envolver, y en Rodas nuestros ingresos por los ejemplares inservibles son ya mayores que los ingresos por ventas comunes. En cierto modo eso sitúa al periodismo en su perspectiva correcta. Entretanto me complazco en pensar que los habitantes de esos atolones se abonan a mi periódico nada más que para envolver pescado con él.

Y ya casi sin querer me metí de lleno en el tema de la guerra, sin haber hablado apenas de la isla. Lo haré después.
La llamada Batalla de Leros fue una de las más importantes de la guerra en el Egeo, a finales del 43, después de la capitulación de Italia. Y una de las últimas victorias alemanas. La isla, abandonada ya por las tropas americanas que se concentraron en la campaña previa de Sicilia, estaba defendida por los italianos que se habían sumado a los aliados, algunas fuerzas inglesas y los isleños. Fue bombardeada desde septiembre hasta noviembre, cuando cayó.

Los alemanes, en un ataque combinado por tierra, mar y aire, desembarcaron en la isla y lanzaron sobre ella oleadas de paracaidistas, mientras bombardeaban y ametrallaban desde el aire los puertos y los puntos estratégicos ocupados por los defensores. El siguiente vídeo propagandista nazi habla de la operación Leopard, aunque yo había leído que se llamó Taifun, Tifón.

El asalto a Leros por los alemanes. Operación Leopard.  Noviembre 1943.


Hundieron el buque insignia de la marina griega, Βασίλισσα Όλγα, Reina Olga, y el inglés Intrepid, entre otros anclados en la bahía de Portolongo (Lakki), que entonces todavía llevaba el nombre de la ciudad que los fascistas italianos habían construido desde que ocupaban la isla y el Archipiélago, 1912, tras la guerra italoturca.

La razón de este ensañamiento con Leros hay que buscarla en sus especiales condiciones geográficas, ellas determinaron que fuera usada a lo largo de la historia, desde la Guerra del Peloponeso que se sepa, como base de distintas flotas. La isla dispone de un montón de abrigadas bahías y la de Lakkí, es al parecer el puerto natural con más calado de toda la costa oriental mediterránea. Esto, y su situación junto a Asia Menor y en una zona intermedia del Egeo, la convertían en un lugar estratégico que todos las armadas aprovecharon.

Esta batalla sería la que inspiró la novela y la película Los cañones de Navarone que, como ya comenté en otros capítulos, fue rodada sobre todo en Lindos, Rodas.

66 aniversario de la unión del Dodecaneso a Grecia, en marzo de 1948.
Πανελλήνια Ένωση Λερίων  Η Παναγιά του Κάστρου, baile. 
Κώστας Κίκιλης, violín. Γιώργος Παπαϊωάννου, laúd.

Buganvilia.  Dodecaneso.
Grecia, verano 2013.

En Rodas hay muchas buganvilias, en todo el archipiélago en realidad, capricho de los italianos, pero Leros está lleno de ellas y son espectaculares, y ya empiezan a olerse más jazmines que en el sur, será en Samos, Hios... donde su olor dulce se imponga sobre otros.

Lakkí es un raro calamar en una frutería. No soy quien a describirla, como diría un gallego, porque no siendo lo peor del racionalismo arquitectónico italiano que impulsó el fascismo, es sin embargo un invento de locos en una isla griega como Leros, luminosa, colorista, salpicada de iglesias y capillas blancas, de casitas encaladas, escaleras, y estrechas y empinadas callejuelas.

Claro que también hay grandes mansiones repartidas por la isla, en especial en la franja central más habitada, y no sólo en Lakkí, pero la extrañeza surge de la acumulación de aparatosos edificios en grandes calles rectilíneas, muchos en franco deterioro, de colores apagados, sienas, ocres, cremas, en una ciudad completa de nueva planta levantada a golpe de grandonismo fascista, siguiendo el sueño imperial de Musolini que quiso construir allí una especie de balneario dorado en el Oriente, porque consideraba a Leros, y a esa bahía en concreto, como el gendarme del Egeo y sus tierras. Y todo ello en una isla como la mayoría de las del Dodecaneso, solar y humilde, pequeña y montañosa, aunque su altura máxima alcance tan sólo los 320 metros.

Me imagino a los tres amiguetes, al anfitrión, el Duce Benito con sus colegas, el Führer Adolfo y el Caudillo Francisco, departiendo en unas tumbonas de su villa veraniega sobre el justo reparto del mundo, con las camisas nuevas, cara al sol salir...
La pesadilla de Benito llegó al punto de pretender que los isleños aprendieran italiano, eliminando de paso las instituciones griegas, que permanecían en todo el Archipiélago como en Leros, pese a la ocupación. ¡Ni los turcos se atrevieron a tanto!, al contrario, la mayoría nunca conoció más libertad y menos impuestos que con ellos.

No hay mal que por bien no venga y algunos de esos grandilocuentes edificios sirvieron para albergar, más adelante, oficinas gubernamentales, que dieron trabajo a mucha gente de Leros y contuvieron un poco la emigración (En los años 20, después del desastre de Asia Menor, llegó a tener 30.000 habitantes).
La isla se precia también de ser una de las más ricas de Grecia. Bien es verdad que nadie se apiadó de ella y con el lote fascista llegaron otros palos para completar su retrato de isla maldita. Los antiguos cuarteles italianos y varios edificios, fueron también campos de concentración y detención domiciliaria para presos políticos durante la Dictadura de los Cogoneles.

Πάυλος Κουρούνης. Καλυμνικα.   Ισσος Λερικος.

https://www.youtube.com/watch?v=zTNmExy69Dc

Y el remate fue la instalación en la isla del mayor centro psiquiátrico del país, el Ψυχιατρικό Νοσοκοµείο Λέρου. El criterio de selección de los enfermos de toda Grecia que recalaron allí, era el abandono de sus propios familiares en el continente, cuantas menos visitas recibían más posibilidades tenían de acabar en Leros, donde la oportunidad de un contacto era ya prácticamente nula.

La dotación profesional para unos 3.000 enfermos era de mil personas sin apenas formación y ¡sólo dos psiquiatras! Teniendo en cuenta que la isla tiene unos 8.000 habitantes, uno de cada ocho trabajaba en el hospital.
En los ochenta hubo un escándalo por malversación de fondos y abandono de los ingresados y el gobierno griego intentó poner remedio. He leído que los problemas seguían todavía en los noventa, y no quiero pensar lo que habrá pasado en el último lustro de crisis económica. Sin quitarle responsabilidad a los griegos, ahí tendrían mucho que decir también los países ricos, tan cínicamente humanos, que están ahogando a Grecia, ¡y a nosotros!

Leros duplica su población durante el verano porque a partir de los noventa el turismo ha ido en aumento y hoy representa la industria más importante tras los beneficios derivados de los puestos de trabajo estatales.
Sus numerosas islas y resguardadas bahías son el refugio de muchos aficionados a la vela, y los caiques turísticos llegan cada mañana de Turquía, Kálimnos y Cos, tanto a Lakkí como a Ag. Marina.
Al norte tiene las islas deshabitadas de Aspronisiá, Arcangelos, Tripiti y Stroggilí. Pero tiene varias habitadas, Léviza, 8 personas y Kínaros, 2. Más los islotes, entre ellos, al este, Agía Kiriakí, Piganoussa, y al sur Velona. Y Mavra, Glaros, Plaka, Megalo Livadi...

Las bahías más importantes son la de Blefouti y Parzeni, al norte, en cuyo borde se sitúa el aeropuerto, las dos ideales para el fondeo con pequeños puertos, como la de Xirokampos, al sur. La más grande, Lakkí, entra hasta el centro de la isla desde el suroeste, con el puerto más activo de Leros. Drymonas, al oeste, tiene también un puertín muy recogido. Y al este la de Ag. Marina, Vromolizos y Pandeli con sus respectivos amarraderos.

A unas seis millas al este y a cuatro de la costa turca está Farmakonisi, la más poblada de las islas pequeñas, con unos 80 habitantes. La islita es famosa porque aquí fue donde los piratas mantuvieron preso 38 días a un joven Julio César que navegaba hacia Anatolia, según relato de Plutarco. Julio, gran vanidoso, hizo que aumentaran la cantidad del rescate pedido, dada su importancia, pero también prometió volver para vengarse. A los piratas les debió parecer un fanfarrón imberbe, pero erraron, y eso que ya habían cobrado el rescate que demostraba que no era un farolero y cumplía.Ya libre, regresó con barcos, los capturó y los mandó crucificar.

Μορφωτικός & Πολιτιστικός Σύλλογος Νέων Λερου η Αρτεμις.
Ioannis Mavridis y Antonis Dallaris.   Χαβας του Νισυριου. Λέρος.

https://www.youtube.com/watch?v=ki6zb2oCp2Q

Hacia Kálymnos y Leros desde Limnionas. Cos.
Grecia, julio 2013.

De la historia de Leros, repetir lo ya dicho sobre las compañeras. Salvo algún período bajo la férula de Samos, corrió la misma suerte que el resto del Dodecaneso, siguiendo a Rodas. Atenienses y espartanos, griegos y romanos, bizantinos y latinos -genoveses y venecianos-, para terminar dominada por los Caballeros de San Juan y los otomanos, hasta la ocupación italiana en 1.912. En 1948, junto con el resto, pasó a formar parte de Grecia, después de tres años de administración británica al fin de la guerra, como ya he contado a propósito de todo el Archipiélago.

Además de la belleza de la bahía de Agía Marina, con el caserío al pie del mar y repartido por las laderas, lo primero que llama la atención al entrar en ella es la gran fortaleza levantada por los francos en el S. XI, sobre una colina.
Desde lo alto de la isla se ve casi todo el contorno, los montes de Anatolia y el rosario de islas circundantes, y es otra de las practicables a pie.
Tiene una agricultura escasa y de subsistencia, en cambio la pesca ocupa más espacio que en otras islas, parece que por las riqueza de los caladeros del entorno.

Λέρικη Σούστα. Sousta de Leros.

https://www.youtube.com/watch?v=9BHllW4g7x8

Después de Lakkí, bajamos hasta la doble bahía de Vromolizos y Pandeli, al este, donde comimos en una taberna a la orilla del mar, junto a las rocas. Serían sobre las dos de la tarde y hacía un calor sagrado. La playa de arena no estaba lejos, pero me bañé allí mismo entre las rocas de la orilla, frente a la mesa que ocupábamos en la terraza, mientras nos traían la comida. El agua estaba templada y transparente, limpísimo el fondo a unos cuatro metros, que se veía como pocas veces lo he visto en Grecia, y los he visto de verdad como el cristal líquido. Por ejemplo varios días de este año en Levkós de Cárpatos. 

La subida hasta Plátanos discurre entre hermosas casas con huertos y altos muros de piedra donde cuelgan algunas de la buganvilias más coloristas y pobladas de este mar. Tomamos unos cafés griegos en un par de antiguos kafeníos, grandes, sombríos y frescos, con cuatro paisanos jugando en silencio al tabli, cuyas fichas golpeando el tablero son a esas horas como la música interior de la siesta griega.
Hacia las cinco fuimos bajando poco a poco hasta Agía Marina y a las ocho ya estábamos de vuelta en Kálymnos.

Λέρος.   Γιαβρι.

https://www.youtube.com/watch?v=nulIVFgqR_E

Salud y buen rumbo.

Barbarómiros