sábado, 17 de diciembre de 2011

Una silla para Anniedog


Santos Apóstoles, Eubea
Grecia 2011

Anniedog, nombre de batalla de Ingrid en Shutterchance, es otra de las fotógrafas que me gustan y a las que sigo. Estos días estuvo poniendo fotos de sillas viejas abandonadas en la calle.

Como también Giannis Tzakós y Andrés Edo tratan el tema y hemos hablado de ello a propósito de sus fotografías, yo colgué tres el otro día, del paseo de la Condesa en León, puteando tiernamente al Mirlo Rubio porque ya sabéis que soy un poco mosca cojonera (moska kogonera, como bromeábamos con el Capi), e hice también un comentario a una de las imágenes de Anni.

Ella me contestó muy atenta y tuvo además la gentileza de comentar las fotos de aquella entrada ´Escenario con asientos`.

Se lo  agradezco mucho porque tengo aquí a una pandilla de colegas, comenzando por las Currucas pardas, que son los más allegados, que padecen una extraña mudez epidémica que les impide abrir la boca, mucho menos (conti más) articular palabras. Y la parálisis afecta también a los miembros superiores, ¡los pobres diablos apenas pueden mover los dedos sobre el teclado!, es algo inexplicable y dramático, ¡todos a la vez!.

Lo cierto es que están bastante ocupados.

Mientras no me corten, hablo yo por ellos, ¡de más, ay!, porque tampoco ceden la palabra a ningún representante. Hacen bien.

La silla es del puerto de Petriés, el pueblo de Giannis ´Apodromos`, Agioi Apostoloi, al sol griego de las dos de la tarde, en agosto. No está abandonada aunque se ve que es vieja, pero aún le queda mucha vida por delante. De madera y con un trenzado artesanal en el asiento, de esparto, pita o alguna otra fibra vegetal.

Pese a que el kaiki, la barca, no es mía el pescador no tendría inconveniente en cederte la silla gustoso, Annie.

Como era una entrada, imprevista e improvisada, de agradecimiento, no quiero alargarla más.

Οσο βαρούν τα σίδερα, Tan pesado como el hierro, de Ψαραντώνις, Psarandónis, es una canción tradicional que han interpretados todos los cantantes cretenses. Psarandónis hace su especialísima versión, acompañado aquí por Miltos Pasjalidis que tapa un poco la genialidad de Andonis.

http://www.youtube.com/watch?v=NYvioaeQEww&feature=related

Y como es una canción dura que habla de lo pesado que es el luto -mavra ruja, ropa negra- de los reveses amorosos, os dejo con otro de Anogeia, el pueblo de Psarandonis, pero más dulce y melancólico. De Loudovikos ton Anogion, Meryl.

http://www.youtube.com/watch?v=AiXdqHJY5ek&feature=related

Health, Salud.

Ramiro.


P.D. Buscando canciones para despedirme, quería encontrar alguna inglesa de mi época y pensé, entre otros, en Graham Parker. Pero todo lo que encuentro son temas de amor o desamor, como en el caso de los cretenses, así que al final decidí que pondría las que me gustaran, al margen del asunto. Pero claro desde David Bowie o Lou Red hasta Ian Dury ó  999 hay saltos espectaculares en varios aspectos.
De Parker preferíamos el Parkerilla, pero al final me topé con una curiosa y emotiva versión del You can´t be too strong, la balada que tanto nos gustó también en su día.

Se llama Lorenzinho, hace una versión agónica pero hermosa con su guitarra eléctrica, al estilo de algunas del propio Graham, en solitario. Se ha grabado él mismo, colgó el vídeo y explica en el texto al pie las razones de porqué escogió este tema. Es una de las canciones que está en su corazón, también en el nuestro. Apenas ha tenido medio centenar de visitas.

http://www.youtube.com/watch?v=gKCnEx8TV2U&feature=related


Que lo disfrutéis.


Besos.

Palabras


Grecia 2011

Demasiado peso para la garganta. Como pelotas de plomo.
Salen rodando y caen al suelo sobre nuestros pies de foto.
                
Ligeras pompas transparentes que abandonan la boca perdiéndose en el aire.
Metálicas, afiladas, cortantes, puntiagudas como puñales.
El sonido ausente de las cosas por decir. Las huecas, malsonantes y vacías.
                              
La de honor, la justa, la que llamamos clave, la muy fea.
Las de amor, los labios que musitan las últimas palabras.


Consoladoras, elocuentes, terribles, ofensivas, brillantes, prohibidas, inútiles. Me faltan, no encuentro, sobran las palabras.

Cuando las palabras no pueden ser más dignas que el silencio, más vale callarse, dice Eduardo Galeano. De acuerdo.

A Flaco, el rapero ateniense, o de Pérasma, le dedicamos una entrada en Música griega, junto a sus colegas de Low Bap, Michael Mytakidis y compañía.
Se ve que le gusta el castellano, no sólo por la elección de su propio nombre sino por la inclusión de algún título en nuestro idioma, términos en sus canciones, iconos de la resistencia española republicana contra el fascismo, para muchos griegos.

Una canción de su disco con título también castellano, Perfidia, titulada Palabras, Παλάβρας, tal cual.

http://www.youtube.com/watch?v=xsyHjXkjdNM&feature=related

Me despido con otra canción, ésta española. Siempre estaremos colgados de la primera versión que escuchamos en nuestra juventud, la de Paco Ibáñez, aunque también nos gustan la de los Suaves o la de Muchachito, cada una en su estilo.

Pero para no pingar el lagrimón con Paco por aquello de la nostalgia, ya tocará, pondré ésta de Kiko Veneno que es la más larga y un lujazo también en lo instrumental, hasta con arco y serrucho, no sólo en lo pasional. En el Teatre Joventut de L´Hospitalet, Barcelona, el 12 de marzo del 2009.

Con letra del poeta José Agustín Goytisolo, Palabras para Julia.

http://www.youtube.com/watch?v=g5ixtB-Ye4w&feature=related


Hasta mañana.

Salud y algo más que buenas palabras.

Barbarómiros.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Τυρόπιτα


Τυρόπιτα, Empanada de queso
Marietta. Agioi Apostoli, Eubea 2011 

La Tirópita, de la que ya hablamos algo en esta etiqueta, Psomí y Tiropitari, es una empanada de queso, de pan u hojaldre, más comunmente de este último, ya que a la de pan la llaman también Tirópsomo (Psomí, pan) que se consume en toda Grecia y constituye en lo gastronómico una de sus señas de identidad.
El Tirí, ι Τυρί, es el Queso, ι  Πίτα, la Pita, el pan plano ácimo tipo torta, pero que designa también muchas clases de empanadas y hojandres cuyos nombres llevan su raíz.

Son varias las especialidades y las formas. Cuecen raciones individuales pero también del tamaño de nuestras empanadas, aprovechando en las casas todo el espacio de los hornos.
En las panaderías se pueden encontrar de las dos clases y las raciones de varias formas, cuadradas, rectangulares, triangulares, medias lunas, ovaladas o redondas. Al capricho del panadero, de los clientes o de la tradición del lugar.
La finura de la pita o el hojaldre, es decir, el trabajo de la harina, de la masa, es también competencia del artista. Y las diferencias pueden ser muy significativas.

Las madres en las familias, las mujeres, son las que más empeño ponen como siempre.

Hoy se imponen en algunos restaurantes hojaldres e incluso tirópitas precongeladas que sólo hay que meter en el horno y que dan el pego hasta a un griego poco atento. Son tan pícaros como nosotros y te pueden tomar el pelo vendiéndote por casero lo que tú mismo compraste ayer en el supermercado de la ciudad. Pero no es lo común.

Mucho más frecuentes son las buenas panaderías con un montón de especialidades tanto de pan, como de empanadas con toda clase de rellenos, muchos de los cuales tienen al queso por protagonista principal con otros secundarios.
Galletas, pastas, pasteles y muchos dulces. Hablo de panaderías, porque en las Zajaroplastío, Pastelerías (literalmente Azucarías, Zajari es azúcar), las variedades y especialidades son tantas y tan dulces como las de cualquier negocio turco similar.

Sobre el dulzor de los pasteles griegos y turcos ya dije que nuestro superlativo castellano se queda corto, no alcanza. Cuestión de magnitudes y de costumbre. A ellos les parece normal. Usan la miel bastante más que nosotros en repostería.

Este hojaldre de queso de la panadería Marietta era muy fino, en el trayecto a casa se deshojó por arriba. Lo llevaba caliente por la mañana, antes de que se levantase la familia, como complemento nutritivo al desayuno. Ellos lo comían ya templado.
Ahí está uno de los mayores placeres de los madrugadores, en las panaderías. Y la tirópita calentina tiene otra fragancia que se pierde en frío. De las panaderías al amanecer me gusta todo, el olor del pan cocido, el panadero arremangado saliendo enharinado a saludarte, con cara de fatiga, en la segunda o tercera hornada, y el pan mismo, claro.

Recuerdo ahora la panadería de Kondopouli, en Limnos, desde donde volvía a casa con el pan caliente, al amanecer, saboreando una tirópita, demorándome. La terminaba sentado a la puerta de casa cuando el sol ya asomaba alargando las sombras. Algún placer ha de tener el insomnio.
Y la de Kimi, también en Eubea, en cuyo puerto pasamos unos días en el 2010, con muchas especialidades y muy ricas. Agunas compartidas con Lola y Alberto en la escala forzada del Capitán Teach.

Como decía un chavorrillo pensando en un erizo que había cazado el día antes y que su madre preparaba ese día para la comida, ¡Aayyy paaayo, me se ponen los dientes laaargos!

Ya lo mencioné hace poco pero lo repetiré otras veces, ¡más cornás da la jambre!

A ver si hay suerte y sale. Una canción de Mikis Theodorakis con letra de Yácobos Kampanellis, cantada por Soúla Bírbilis. To psomí sto trapesi, El pan en la mesa.

http://www.youtube.com/watch?v=vfQa38jwykQ&feature=related

Salud y pan tierno (y un poco de queso si puede ser).

Barbarómiros.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Murias -4


La muria de la curruca Blasensis
Morales del Arcediano, otoño 2011


Fue un paseo lineal por Morales, como el que hice por el centro de Atenas viendo las pintadas y grafittis que puse en Alfabetos, pero más corto, y también muy provechoso.
Doscientos metros, desde el río Turienzo y el salón hasta la casa del Centenalis y la del Verderón, las dos currucas pardas. Media hora escasa parándome a sacar las fotos que habéis visto. Sin escoger rincones especiales ni rebuscar en ningún sitio.

Están colocadas por orden temporal. A las piedras del primer capítulo y algunas del segundo les daba todavía el sol del atardecer.

El Verderón Blasensis estaba reconstruyendo esa muria de arriba y, pese a que ya no tenía que realizar labores de cantero puesto que contaba con piedra suficiente ya perfilada, es de admirar la curiosidad con la que hizo su trabajo. ´Ye un páxaru curiosu y trabayaor` , como diría Pepe Pirrhúla, el Picabrotos.

Y este tipo de muro en seco es el más serio y señorial de los modelos aquí presentes, lo he venido repitiendo.
¿Cuántos siglos llevarán utilizándose esas piedras para el mismo menester, rehaciendo una y otra vez las murias? Su belleza permanece y nos sobrevive. No es que sienta envidia pero impone y, de algún modo, ayuda a sobrellevar nuestra fealdad de bichos orejudos con uñas y dientes. Y a veces rabo

Gracias a los pocos que no permiten que la ruina se adueñe de lo mejor que tenemos. Humilde y hermoso. En el caso presente de Morales, ahora, sus escasos vecinos, la curruca Centenalis y la Blasensis entre ellos.

Muria bicentenaria en Morales del Arcediano
León 2011

Ésta es elegante de verdad, regular, compacta, sin apenas resquicios donde puedan enraizar las plantas, era la muria de la huerta de un medio rico. Tendrá unos sesenta centímetros de anchura y metro y medio de alta. Sólo en la parte superior, que es la que vemos, puede sobrevivir algún musgo.

Ahí alternan cuarcitas y pizarras, sobre todo éstas últimas, muy alteradas, que le dan ese tono general frío, pero con tantos matices del azul que, con una pequeña contribución del verde musgo y el marrón de la arenisca, la convierten en una paleta paisajística.

Esto ha sido una primera aproximación a los muros y murias de piedra. Le comentaba a la alemana Philine que aumentaba su número y quizá también su belleza cuanto más al norte y noroeste, en la España húmeda, la más parecida al Reino Unido por el clima.
El color oscuro del muro inglés que ella nos presentaba se encuentra aquí en Galicia, con murias de granito, en el Bierzo, con rocas parecidas a las de Maragatería, pero mayor presencia de pizarras y metamórficas que de areniscas, en el resto del norte de León, en Asturias y Cantabria, de caliza, y en el País Vasco.

Espero, en el futuro, poder poner ejemplos de alguna de estas comunidades o zonas. De Maragatería me resulta más fácil repetir. Debería pasar por Murias de Rechivaldo, otro nombre maragato de aúpa. Arcediano y Rechivaldo, resonancias medievales de los Campos Góticos del norte. Y para colmo Murias.
Y de Asturias sólo es proponérmelo. A pocos centenares de metros de Oviedo, de nuestra casa, ya es posible encontrarlas, con vacas incluídas.   

Las cosas más sencillas pueden ofrecer los mejores espectáculos a los sentidos. Con frecuencia nos rodean pasando desapercibidas, escucharíamos sus burlas si pudieran hablar cuando nos ven afanados subiendo la escalerilla del avión o cogiendo un vehículo para buscar destinos exóticos.
Pero parece que no sólo los atenienses son amigos de la novedad, como decía San Pablo. Claro que el apostol de los gentiles tampoco predicó con el ejemplo, viajó a pie, a caballo, en carro y en barco, que eran los medios de locomoción de su tiempo. Y en una época en la que faltaban casi 20 siglos para que se inventara el turismo.

Mucho me dolería tener que renunciar a Grecia después de tantos años porque es bastante más que un destino veraniego para mí. Por no entrar en imponderables románticos sólo diré que es parte de un tratamiento para mantener mi salud justo en la línea de flotación.
Pero si tiene que ser estudiaré la posibilidad de ir a pie, a dedo o nadando, con flotador, pues soy un medio manco del derecho (brazo no romano).
Mientras tanto escuchemos lo que nos tiene que contar lo nuestro, que es mucho y bueno.

Éste es el aspecto, aún más rústico que cualquier muro de piedra, de las tapias más burdas que dividían pequeñas huertas y que se levantaban sin muchos miramientos al acabado.

Tapia
Morales del Arcediano 2011

La tapia es un muro de barro y piedra, cantos rodados que solían obtenerse de las cauces de los ríos y de la eterna recogida en la criba de los campos de labor. En un encofrado de tablones de madera se prensaban los materiales húmedos y se retiraba después de un largo secado.

La otra construcción típica de barro es la de abobe. Son bloques de barro y paja del tamaño de un ladrillo de muro que se prensaban en en el suelo en una estructura de madera, con cuadrículas del tamaño adecuado, que servía de plantilla.
Ya fuera del molde se dejaban secar al sol mucho tiempo y se colocaban como ladrillos utilizando barro líquido de cemento, una especie de barbotina, aunque algunos barros de la región, con bastante proporción de hierro, no ligan bien. Ahí jugaría la pericia del albañil.

En el entorno de Astoga, si bien frecuente, el adobe se usó menos que el tapial, en general para dependencias, corrales, pajares, murias, etc. Poco para viviendas.

En los territorios donde existen, ¿quién no saltó una tapia alguna vez? De niños y hasta de mayores..., ¡más cornás da el hambre!
Otra versión del Canalla de Pulgarzito, ésta sin flauta, que nos gusta más aunque aquí falta Yoriell Carmona, Quirino con su tres. Y la calidad del sonido no es mejor. ´Que no soy un delincuente/pero tampoco un madero/¡antes me muero!`.

Amor canalla:

http://www.youtube.com/watch?v=Xiv2FXi4gxk&feature=related

Saltando las tapias
robando melones
luna llena en la cara
y un plato de macarrones

Muria de tapia degradada
Morales 2011


Degeneró de tanto dopaje por vía superior y es que el agua es el peor enemigo de las construcciones de barro, en un pispás te chupan un pantano y se te desmorona el palacete rústico. Parece un frente de conglomerados, lo que arrastró el río hecho bloque compactado.
Pero es el material tradicional de preferencia para la mayoría de las zonas que rodean Astorga. De hecho en Maragatería hay menos proporción que en otros lugares, como en la Cepeda o la Vega. 

Y no sólo se utilizaba el barro y el cascajo de piedra para las murias de las huertas, también para la construcción de las casas. No obstante el acabado de los tapiales de las viviendas era bastante más fino que el ejemplo de las dos fotografías.
Se han demostrado capaces de resistir durante siglos con el coste de mantenimiento de cualquier otra y unas condiciones de intercambio con el ambiente ideales, frescas en verano, con sus anchísimas paredes y calientes en invierno. Apropiadas para el clima continental que sufrimos los mesetarios.

Es una construcción que aprovechaba el barro, material disponible en abundancia no sólo en León, en Castilla, en cualquier región con cauces fluviales cercanos. Aquí hablamos de la cuenca del Duero en toda su amplitud, el Turienzo y el Tuerto, los dos ríos mencionados en estos capítulos pertenecen a ella.
Y, en fin, muchos caserones y casas hidalgas de la meseta, desde la Edad Media, eran tapiales.

Supongo que los grandes tapiales americanos de los que, sobre todo de los mejicanos, hemos visto extraordinarios ejemplos en el cine (aparte del  western almeriense), serán otra herencia española. Por ejemplo de fray Bernardino de Sahagún y sus paisanos, tierra de campos góticos y de tapias. No sé si los pueblos precolombinos ya las tenían inventadas. Y nombro al fraile como cabeza visible, no le atribuyo el mérito.

Es posible que un día nos paremos en las tapias, ¿qué frase más rara, no? ¿A quién le da por pararse en las tapias? A cualquier colgao del guindo.


Otoño en el Turienzo
Morales del Arcediano 2011

Me despido de las murias, de las currucas pardas, de Philine y de todos vosotros con una última imagen estacional de las hojas de los chopos en el Turienzo a su paso por Morales. Hasta nuevo aviso.
Cierro así un círculo porque aquí comenzó el pequeño periplo.

Salud y puertas abiertas.

Ramiro Rodríguez Prada (Barbarómiros).

P.D. Mientras pienso en otro lugar donde colocarla y puesto que en un capítulo ya puse la Balada de otoño de Serrat, hagamos un minúsculo homenaje a don Antonio Machado, uno de nuestros poetas más queridos.

 A un olmo seco. 


Besos.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Escenario con asientos


La condesa
León, otoño 2011

Aprovechando que el Bernesga pasa por León y pertenece a la cuenca del Duero como el Tuerto y el Turienzo, que andamos redundando estos días en patrias chicas, las murias de Morales, la tonada asturiana y las currucas pardas que se crían en el noroeste, voy a enviarle tres instantáneas al Mirlo rubio, la canora Aedensis leonina.

Ya quedan menos rastros del otoño en Asturias que anda más remiso en desaparecer. Está como estaba León a mediados de noviembre, pero aquí, en este paseo paralelo y vecino del río había más verdor.
El que vemos es un pequeño escenario en plena Condesa donde se han representado algunas obras de teatro al aire libre, para niños y todos los públicos, en los raros festivales del género.

¿No tocaron aquí los Deicidas de Zapico en una velada íntima soñada tal vez? Pues nunca es tarde. Ahora que nos den..., música country como cantaba Faraco.

Tal como está tiene todos los ingredientes preparados para que la función dé comienzo. Hasta la papelera ocupa su lugar en la esquina. Sólo faltan los actores, los títeres, la Bruja, el Karagiosis..., y la música.
Aquí volvería a cuadrar el Benvinguts del Sisa con ese vídeo tan guapo de sombras chinescas o recortables, como gustéis, pero ya lo subimos para ilustrar el rock catalá.

No obstante siempre nos gustó, mucho también, la Romántica Banda Local. Éste es un buen Intro para una función de la Barraca o de cualquier otra compañía ambulante que pueda montar su teatrillo y su función en un escenario semejante.

¡Popo pipi, popo pipi, popo pipi popopó,
popo pipi, popo pipi, popo pipi popopó!

De su segundo disco, Pan con membrillo, Esto es una farsa:


Diálogo de sordos
León 2011

Esto es una farsa más que una comedia
página muy seria de la histeria musical
Sueños de Princesa, vicios de Gitano
pueden en su mano acariciar la verdad
    (la verdad...)
¡Y por nosotros, pues, que no quede
 si alguien se quiere
 enamoraa arrr!...

Así ye (en efecto), y que viva la fantasía.

Vemos a las sillas tan solas y abandonadas, tan ensimismadas que, siendo idénticas, no parece haber entre ellas nada en común como no sea el suelo. El puto suelo y su condición de asientos. A pesar de estar muy alineadas la perspectiva las hace parecer ajenas, a lo suyo, una mira a su derecha y la otra a su izquierda.
Comparten también telón de fondo del que distan menos que el espacio que las separa a ellas. Pero dicho esto, ¿quién se daría cuenta si las cambiáramos de sitio?, cada una en el lugar de la otra.

Algo así es el diálogo y la comunicación, cada cual en el lugar del otro. Sólo así es posible una amplia comprensión y entendimiento.

El diálogo puede darse sin que nadie deba dejar su sitio, pero la transacción será más pobre, como intercambiar banderines sin jugar el partido.
El más común, la confrontación de posiciones, puede aclarar al otro las propias ideas pero se cierra a la pespectiva del opuesto. Me explico: no es lo mismo un paisaje que alguien te describe que verlo por ti mismo. Esa falta de sintonía desemboca a menudo en la discusión y a veces en la bronca.

El diálogo de sordos es el extremo de esa escena, dos monólogos excéntricos. Cada uno habla para sí, saliendo por peteneras en direcciones distintas, usando incluso otro idioma y dirigiéndose a públicos diferentes.
Dos representaciones simultáneas que, con suerte, dividen y con más frecuencia enturbian el entendimiento de los actores y del público, convertidas ya en guirigay. El texto es el contexto y el mensaje la forma. Y no hay más.
Vale como experimento, el movimiento es consustancial al teatro hasta cuando los actores hacen de don Tancredo toda la obra, aunque es difícil soportar por mucho tiempo la fuga dadaísta al útero perfecto, redondo como el argumento ininteligible del sordo de entendederas. Tiene orejas para las razones ajenas pero no presta oído, sólo a su propia barbulla.

Hasta podemos precindir de los actores, con las sugerencias del escenario y una banda sonora basta. Ésta puede ser grabada del sonido ambiente, de las conversaciones, y trasladada al escenario de inmediato para que los espectadores escuchen su propia algarabía. Barato barato.


Por las solateras
 León, noviembre 2011

Sabemos, por otra parte, que nadie juega un partido en campo contrario traicionando a su equipo o, lo que es lo mismo, nadie puede ponerse realmente en el lugar del otro. A menos, claro está, que uno de los contrincantes decida retirarse y jalear al contrario, en cuyo caso desaparece también el juego, el diálogo, y daremos en el Monólogo con pelota.

Así pues hablamos en el lenguaje metafórico de la poesía y... por nosotros que no quede si alguien se quiere enamorar. Comunicación y encuentro cuerpo a cuerpo.
O desencuentro, con el que pasamos al penúltimo cuadro de la representación.
Esta vez llamaremos en nuestro auxilio a Moncho Alpuente y los Kwai. De su disco Souvenir (1980), resulta evidente que te has ido...

Adiós muñeca:

http://www.youtube.com/watch?v=X4IRWjHDxjY&feature=related

Los platos se apilan sobre el fregadero
te llevaste la radio, la maleta de cuero
y además te olvidaste de pagar al casero...

Y están por fin "las solateras de los confines propios", dicho en arameo, esto es, el monólogo, con o sin público, y el pensamiento. Éste podrá tener la forma de diálogo y hasta de asamblea abierta, pero siempre será el monólogo de la soledad.

Empecé queriendo compartir con la curruca Aedensis un escenario conocido por donde puede corretear alguna vez la Popa y acabé hablando de teatro.

El público abandona el lugar poco a poco.

¡Hay que ver al Rubio en el centro de la escena con los ojos de la imaginación, ahora que terminó la función, recogiendo los excrementos de la perra y depositándolos con mimo en la papelera!

Hasta otra.

Salud y mucha mierda.

Skylorómiros.

P.D. Pero, como a todo buen fraile, las tentaciones de los postres me vencen y éste lo vale. Otro colega de Moncho Alpuente, Javier Krahe, de varón rampante, anda a vueltas con el mismo problema detrás de un huevo frito y la maleta, ¿qué tendrá la maleta?.

¿Dónde se habrá metido esta mujer?:

http://www.youtube.com/watch?v=UBJyWvdNtfY&feature=related

¡Pero bueno, si falta una maleta,
la de piel, para colmo la de piel!

Besos.

 P.D. 2. Cuentan de la Merkel que abandonó a su primer compañero en Berlín aprovechando una ausencia de éste. Ángela se fue sin llevarse nada, sólo la nevera. ¿A cuestas? Disciplina alemana. 

¡Ayyyy!