sábado, 11 de febrero de 2012

Tapias


Tapia en el lateral de una casa
San Justo de la Vega 2012

Buenos días. Voy a intentar empezar ya con las tapias, aunque no estoy en el momento más animado. Ayer colgué el cuento por esta razón, era más sencillo para mí copiar el texto que improvisarlo. Hubo otros motivos, la promesa que había hecho de incluírlo aquí en la etiqueta de las Gallinas y, más que nada, que Ana Capsir me preguntó por Limnos anteayer.
Después de todo eché tanto tiempo en encontrar una copia, que no era la definitiva sino uno de los últimos borradores, como si hubiera escrito algo nuevo. Y tampoco encontré la colección de citas que he ido apuntando desde que los escribí y que representaban un entretenimiento paralelo a mayores. Lo siento.

Ese conjunto de 27 relatos (amaneceres) está escrito en Kondopouli, un pueblo de la costa este de la isla, mirando a Anatolia (el este), así pues hay un juego de palabras sencillo en el título, al oeste del este. Los escribí para un trabajo de ilustración de mi sobrina Tania. Del Machito follador y de algunos otros tenía ya ilustraciones que hubiera podido incluir aquí si mi ignorancia informática no fuera tan profunda. Pero dejemos las lamentaciones y vayamos al grano.

Escogí ese plano grande, para empezar por dar una idea del tamaño de una tapia en una vivienda media en perfectas condiciones de habitabilidad y porque en ella se ve el conjunto de paños del encofrado que forman el tapial. Veremos esos paños en detalle pero ya podemos ir comentando lo que nos ofrece la imagen.

Llaman la atención todos esos agujeros, eran para pasar de una parte a la otra del encofrado unos listones de madera que servían de tensores e impedían que el peso del material abrira los tableros. Se ponían 6 u 8, dependiendo del tamaño del encofrado. Después se retiraban y ahí quedaban los agujeros de testigos. Algunos se aprovechaban después para colocar viguetas transversales.,

Están después las propias piezas de tapia, grandes rectángulos unidos y superpuestos como ladrillos. Cada uno de ellos representa el montaje de una nueva estructura constructiva. Me decía Leandro Rabanal, el experto maestro de obras que me asesoró, que las línes externas de cada pieza y su unión con la inmediata eran los puntos más débiles de la estructura, parece lógico.

En la fotografía no se ve la base de la pared, pero ya llegará, no estaría bien empezar la casa por el tejado, por mucho que la siguiente lo enseñe también. La de hoy será una explicación algo más general.

Tapia en dependencia auxiliar

Aquí se ve uno de los agujeros que ha sido aprovechado para asentar un vigueta, en una tapia más basta, junto a la anterior, destinada a una dependencia donde se guardaba el carro y los aperos de labranza de la casa. Las líneas vertical y horizontal que se unen junto al trozo de ladrillo de abajo son los bordes de uno de esos paños rectangulares, como los de la foto de la cabecera.

El remate de la tapia con el tejado tampoco se aprecia del todo, hay dos o tres hiladas de adobes sobre la pared hasta alcanzar la altura de las vigas antes del entramado de la cubierta, costeros de madera,  alero y tejas. Esto también lo veremos más detalladamente en otras imágenes y volveremos a tratarlo.
La utilización del ladrillo, en los vértices de la casa en la primera fotografía en combinación con el tapial nos indica que se trata de una construcción bastante reciente, de menos de un siglo. Problablemente de las últimas que se hiceron de tapia en el siglo XX, ya en transición al cemento.

La casa está en el centro del pueblo y tiene toda la prestancia y empaque de las cosas bien hechas.

En la imagen inferior se puede apreciar la base que no se veía en las dos anteriores. Es la de la tapia del local auxiliar de la segunda fotografía.
Aquí se colocó la pared directamente sobre la piedra, más o menos poligonal, del tipo de las murias de Maragatería, metamórficas, no las areniscas de los cantos rodados que se encuentran en el campo de la Vega y que también se emplean para este mismo menester en otros casos.
Dependiendo del tipo de suelo, del sustrato con el que se encontraran los albañiles, así profundizaba el cimiento, también de piedra, claro está. Esas reglas no cambian nunca cualquiera que sea el modelo constructivo. Salvo vanguardismos o experimentos. No es el caso, podéis sonreír.

Base de piedra en un tapial. 2012

Antes de seguir, repetiré lo que ya dije sobre las murias, y lo haré en cada capítulo: soy un lego total a quien sólo mueve la curiosidad y el amor por la sencillez y la belleza. Conozco también poco el lenguaje del oficio así que muchas de mis frases tendrán ese tono de arquitectura para alumnos de primaria, que es mi nivel en ese terreno.

Ya en otro capítulo de esta etiqueta, que titulé Camisa de once varas, me disculpaba por meterme donde no me llaman, o más bien en algo que me queda grande. Pero no me voy a acojonar, si yo no puedo explicarlo como quisiera espero que las imágenes os ayuden a comprederlo, no es tan difícil además y os considero gente de criterio e inteligencia, si no, ¡ahí van Narcisín y Peloteo!, no leeríais estas páginas, ¡toma ya!.
En primera instancia esto es un entretenimiento, si además aprendemos algo, mejor que mejor, pero sin agobios (necesito repetírmelo de cuando en cuando...).

Aunque no tenga que ver con el tema en sí, empecé por una fotografía del tejado en gran plano, en el centro coloqué el plano medio y abajo el primer plano, cerca del observador digamos, no por empezar la casa por el tejado, repito, sino por respetar el orden lógico en la página y en la vida, arriba el cielo abajo el suelo, no otra cosa es la composición, aunque se pueda trastocar como apetezca porque al final muchas de estas reglas son chorradas que sólo tienen sentido cuando se transgreden, como las normas y clasificaciones. Apenas sirven para entenderse y con frecuencia estorban. Esto de la palabra es un veneno peligroso.

Cabezabajo.

Estoy pensando hacer como con las series de sombras, meter una imagen entre capítulos, pero esta vez no de flores, sino tal vez de puertas, ventanas o agujeros varios que se abren en los tapiales, lo que nos proporcionaría otra perspectiva y comprobar las soluciones que se dieron a la inclusión de esos elementos en estos tipos de construcciones. Y al mismo tiempo podréis ver más tapias.

Veremos. Para empezar ya estuvo bien por hoy.

Ahí os queda Lo bailao, del Pulgarzito.


Salud, Υγεία!

Barabarómiros

P. D. La foto de hoy de Giánnis Tzakós (apodromos: ya sabéis, aquí  arriba a la dcha., en Favoritos) es la ruina de una casa griega de tapia, triste y guapísima. Y muy oportuna para mis intenciones.
¡No dejéis de verla si os interesa el tema y si no también, carajo!

¡Gracias Giannis, estás en todo, hasta presentiste algo ominoso en torno a Tápies ése día triste! No creo en brujas pero haberlas haylas! (las hay,...para los traductores.)

Besos.

viernes, 10 de febrero de 2012

Machito Follador


En el corral

Llevaba varias noches durmiendo fatal a causa de mi enfermedad.

En aquel pueblo había tal cantidad de corrales que los gallos no paraban de cantar en toda la noche. Dicen que los gallos cantan al amanecer, lo que sólo es cierto a medias. Es verdad que los minutos anteriores a la salida del sol y los siguientes, saludan a don Lorenzo con especial énfasis y los kikirikís más encendidos del día y de la noche. Pero cualquier insomne que haya vivido en un pueblo sabe que para un gallo todas las horas de las veinte, y pico, que tiene el día, nocturnas o diurnas, son aptas para proclamar a los cuatro vientos su imperio sobre las gallinas de su gallinero. No en vano se trata de un ave territorial con fama de poseer una de las libidos más activas del reino animal.

En el pueblo hay más de cien corrales con una media de tres gallos por corral. Unos trescientos gallos, y me quedo corto.

El cacareo nocturno de las gallinas es más raro y suele ser defensivo, respondiendo a la presencia de algún predador como la garduña, el raposo o algún gato bravo. Pero el gallo tiene el sueño ligero y nervioso, le tiembla el párpado y, si la competencia sexual es mucha, se pasa la noche en vela o despierta cada dos por tres, infla el papo y grita su chulería a quien se atreva a importunarlo.

Para un gallo el más leve ruido significa un reto. El ladrido de un perro, el viento soplando en las ramas, una fruta que cae del árbol, los pasos de un caminante y, sobre todas las cosas, otro kikirikí. Y aquí la competencia es mucha.
He llegado a pensar que los gallos segundones de su propio corral se turnan para mantenerlo despierto y alerta, hasta agotarlo y aprovechar así el momento en que, rendido, eche una cabezadita, para trajinarse a las gallinas más casquivanas o cachondas del gallinero y, de paso, descargar su propia ansiedad.

Por muy macho que sea el gallo dominante, le resultará imposible mantener un harén de treinta gallinas sin que alguna de sus amantes  quede insatisfecha, teniendo en cuenta por añadidura que el pollo en cuestión es también el paradigma del eyaculador precoz, un visto y no visto. Aun así un casquete desgasta mucho y la vida de un gallo es corta, no suele pasar de la tercera Navidad, de algún modo lo intuye, después su carne es dura y correosa.

Una noche de insomnio me entretuve en contar, durante dos horas, los cantos que podía escuchar. Así comprendí porqué otros años, cuando no tenía problemas de salud y dormía toda la noche como un bendito, porqué odiaba a los gallos, que me mantenían en vela una hora antes de coger el sueño o me despertaban durante la noche.
En algunos momentos la frecuencia e intensidad, la densidad de kikirikís era tal que no podía contarlos, se me amontonaba el trabajo. Buscando un término medio a la baja llegué a la conclusión de que en ocho horas, de once de la noche a siete de la mañana, cantaron 28.800 veces. Sí, has leído bien y te aseguro que no exagero. Veamos:

Trescientos gallos, el 20% de los cuales canta una vez por minuto o, lo que es lo mismo, un kikirikí por segundo dan sesenta cantos por minuto  (20% de 300 = 60 x minuto  = 1 canto x segundo = 60 cantos/minuto)
Sesenta cantos por minuto por sesenta minutos cada hora dan un total de 3.600 cantos por hora  (60 x 60 = 3.600/h.). Ocho horas por 3.600 cantos a la hora arrojan la cifra arriba apuntada (3.600 c. x 8 h. = 28.800 kikirikís en 8 horas).

Menos mal que, como buenos mediterráneos, las horas del mediodía son también para ellos, asfixiados, atorraos, las de menor actividad canora y se diría que respetan la sagrada siesta o que la echan, porque de lo contrario hubiera enloquecido (más).

Escogí un corral un poco alejado de las casas y una hora tranquila de la noche, cuando todos los vecinos duermen, resoplan, roncan o pedorrean  ad libitum y a discreción, y en el momento en que más desciende la frecuencia de los kikirikís nocturnos, hacia las tres de la madrugada.
Lo habíamos visto hincharse cada vez que pasábamos cerca del gallinero, a cualquier hora del día o de la noche, insultándonos con un canto  que empezaba en el ronco profundo de un bajo de opereta acatarrao, y terminaba en el glayío desafinado de un vicetiple caponatto e histérico. Corría despendolado hasta la cerca y se subía a un almendro, alguna de cuyas ramas salía fuera del corral, chulo y retador como un púgil.

Machito Follador era dueño de unas cuarenta gallinas, el putu amu como decimos en la tierra de mis amores.

Aquella noche, a la luz de la luna, le brillaban las plumas del pecho, de un rubio llameante en contraste con el resto del plumaje, rojo cinabrio, óxido y azul cobalto, con una mezclilla de plumas menores entre las que no faltaba ningún color del espectro, incluídos el blanco y negro, rematados por una cola suntuosa. ¡Era un hortera!.
Con una mano lo cité, enérgico, escondiendo el palo que llevaba en la otra. Lejos de arredrarse, abrió las alas y saltó hasta la rama más externa del almendro con toda la intención de sacarme los ojos si podía. En ese momento, en pleno aterrizaje, se encontró con el palo.
Cayó fuera del corral e intentó escapar con la pata derecha fracturada. No llegó muy lejos. Le eché mano y le retorcí el pescuezo, literalmente.

Disfrutamos de lo lindo con su carne, un poco roja, por no haber podido sangrarlo bien, ya que la policía me había requisado la navaja en el aeropuerto y no llevaba herramienta encima. Carne roja pero que nunca había probado los piensos compuestos.

Otro machito ocupará el trono vacante.

[De "27 amaneceres y un poema  (Al oeste de Anatolia)". Kondopouli, Limnos. Grecia 2002] 

Ramiro Rodríguez Prada

P.D. Los Deicidas, Bendito bar (Amanece que no es poco). 

Salud!

jueves, 9 de febrero de 2012

O Μανώλης Ρασούλης, Manolis Rasoúlis -2


Grecia 2011

Ρασούλης


Esta noche ha cogido permiso
y con el bolsillo vacío
sale hacia la ciudad

Ven con nosotros, soldado,
siéntate y tómate una copita.
Olvida barracones y guardias
y bebe el vino seco de nuestro corazón 

O fandaros, El soldado, Música de Manos Loïzos, letra de Manolis Rasoúlis. Canta Jaris Alexiou.


La canción nos trae recuerdos de nuestros primeros años en Limnos, una isla llena de cuarteles por donde no sólo pasaron los presos políticos de la guerra civil sino, a lo largo de 50 años, muchos miles de jóvenes griegos que hicieron allí el servicio militar obligatorio.
La isla está a pocas millas de Turquía y de los Dardanelos, en un lugar estratégico, es bastante llana comparada con otras, por ejemplo la vecina Samotracia, lo que le permite disponer de un aeropuerto donde podría aterrizar un Concorde y, por supuesto, los aviones de guerra, ahora los de la OTAN.

Los reclutas, como inexpertos y modernos argonautas, bajaban de permiso en autobuses a Mýrina, la capital, a pasar el domingo. Se podían ver parejas paseando por las calles, lo que nos recordaba también el ambiente de Astorga. Las chicas contaban con una excelente oferta de tiernos varones.
Las lemnias son mujeres fuertes, tras despachar a sus propios maridos por puteros, le dieron sopas con onda a Jasón y a los héroes del Argo, y en tiempos modernos se las dieron al humilde Fandaros del rincón más lejano de Grecia. Los matrimonios no son raros por eso. 

Al anochecer los veíamos regresar en grupos, cansados y tal vez algo reconfortados pero, al tiempo, tristones. En los 80 y 90 todavía hacían dos años largos de mili. Para muchos era otro exilio, no tan duro como el de Ritsos, pero muy pesado en cualquier caso.

La melopea arábiga, como suelo llamar en broma a coros parecidos a los de esta canción de Rasoúlis y Petros Bagiópoulos, cantada aquí por varias voces solistas,

Γεία σου, κυρ εισαγγελέα, Hola, señor fiscal.


El trotskista y el budista, el periodista y poeta, el músico y revolucionario Manolis Rasoúlis, que no tenía problemas en reconocer su sectarismo ideológico o su posición excéntrica respecto a la generalidad de intelectuales y artistas orgánicos, nos dejó sin embargo la necesaria lucidez para poder acercarnos a las emociones más íntimas de su pueblo, de Grecia.

Dije en la primera entrada que las canciones que más me gustan son las que canta a capella, he escuchado una media docena, otras versiones del Sefti kosme de anteayer y de ésta que pondré hoy para cerrar.
Al final sólo apunté la dirección de esas dos y ahora no doy con el resto. Pero no importa porque son las más conocidas y sólo quería mostrar la emoción que podía transmitir este hombre, que no es que contara con un torrente de voz.
Los temas tienen mucho de canto religioso, estamos viendo a un pope laico entonando un canto poético bizantino, de la liturgia ortodoxa, siendo un ateo convencido. No hay contradicción: el oído se desarrolló antes que la religión o la política.
La canción es también un homenaje a Creta, su isla, donde la Ritzítika, la música de las raíces, ocupa un lugar especial. Arjanes es una localidad próxima a Hiraclion, donde nació.

Κάτι ωράιο και σωστό έγινε στις Αρχανές, Kati oreo que sostó égine stis Arjanes, Algo guapo y bien hecho en Arjanes.


Salud,  υγεία!

Μπαρμπαρώμιρος
Barabarómiros

miércoles, 8 de febrero de 2012

Una T para Tàpies


Una T para Tàpies
Acuarela, Oviedo 1985
Ramiro Rodríguez Prada

Ayer, hacia las once de la noche, cuando terminaba de escribir las últimas líneas sobre Manolis Rasoúlis, me enteré por la radio de la muerte de Antoni Tàpies. Incluí a última hora una mención a la triste noticia. Dos medio budistas, aquí, en días sucesivos, Amám Amám!

Una hora después entré en el fotoblog de Giannis Tzakós (apodromos) para ver su foto de hoy (en realidad la de ayer ya), comentarla y saludarlo. Para mi sorpresa Giannis había subido una fotografía que podía tomarse como un homenaje a Tàpies. Me extrañaba que ya se hubiera enterado y lo interpreté como una coincidencia, no puedo decir "feliz" por tratarse de un suceso luctuoso, pero sí asombrosa.

Mi primer comentario fue sólo,... Antoni Tàpies. Salud.
Giannis me contestó enseguida, I love Tàpies.

Sus fotografías ya me habían dicho antes que le gustaba Antoni. También coincidimos en eso. Parecía claro que no sabía nada de su muerte.
No me gusta dar estas noticias, y a nadie, pero tenía que hacerlo y le contesté, Murió hoy. Debí escribir Muere hoy, pero me entendió y volvió a responder.
Allí no habían llegado noticias, no sabía nada.
La elección de la imagen fue, en efecto, casual. Os invito a que la veáis aquí a la derecha en Favoritos, si os gusta Tàpies, al instante veréis el parecido, y a los que no les guste es medio minuto.

Todavía le envié un último comentario para aclararle porqué aún no había llegado a Grecia la noticia, (murió) Hace pocas horas.

Poco tengo que añadir porque no descubriría nada. No me importa que recibiera todos los premios de la panoplia artística burguesa porque los merecía y allá ellos si son masoquistas. Les mola, además, los chutes de realidad, por mostrenca que en ocasiones sea. Porque la obra de Tàpies, por mucho zen que se le quiera añadir, no se casa ni con dios. Pocas tan radicales en el último siglo.

De Carles Santos, una composición de 1979, con un vídeo humorístico, hay que sobreponerse y tratar de sonreír, si se puede, pese a todo. La-Re-Mi-La.


Y res més. Que tingueu un bon día!

Ramiro

martes, 7 de febrero de 2012

O Μανώλης Ρασούλης, Manolis Rasoúlis


Grecia 2011

Ρασούλης


Aunque Manolis Rasoulis fuera cretense (Hiraklio 1945), lo vamos a incluir en la etiqueta más genérica de Música griega, porque es un escritor y músico que no limitó su repertorio ni su campo de interés a la isla que lo parió, también madre y ésta una isla para sus hijos. Lo que no quiere decir que no prestara atención a la tradición musical griega, todo lo contrario, es un autor griego, escribe y canta en su idioma.

Os conté que en el verano del 2010, en Halkida, nos llevó nuestro ya amigo Zanasis Pachos a verlo en un concierto de Orfeas Peridis con el que cantaba. La morena de mi copla habló con él un poco en griego y otro poco en español, porque estuvo viviendo aquí un tiempo el año 2000.

Habíamos escuchado algunas canciones suyas pero interpretadas por otros cantantes y desconocíamos su autoría. Fue el Inmortal monje Dimitrios quien nos lo dió a conocer. Así supimos que era el autor de un racimo de canciones muy populares en Grecia, muchas de ellas cantadas por Nikos Papázoglou, quizá quien más publicidad dió a sus temas, si bien había colaborado también  con otros músicos de prestigio en la música griega, como Loïzos, Nicolópoulos, Mikroútsikos o Xydakis.

Con Nikos Xydakis,  Εδώ στη ρωγμή του χρόνου, Edó sti rogmí tu jrónu, Aquí atrapados en el tiempo. Es su versión aunque la más conocida sea la de Papázoglou.


El 13 de marzo del año pasado apareció muerto, a causa de un infarto, en su piso del barrio de Tumba en Tesalónica.

Con Zanos Mikoútsikos, Να' μαστε παλι εδώ Αντρέα.

Se dió a conocer en los años sesenta, con actuaciones de cantautor por locales del barrio de Plaka, en Atenas, donde creo que estudiaba cinematrografía. Al mismo tiempo empezó a colaborar con la prensa de izquierdas en Cambio democrático, hasta la llegada de la dictadura de los cogoneles cuando se hubo de exiliar en Londres.
Se adhirió al movimiento trotskista donde conoció a la actriz Vanessa Redgrave. Editó el diario Cambio socialista y participó en las revueltas de la primavera parisina del 68, donde se hallaba entoces.
A su regreso a Grecia, tras la caída de los cogoneles, siguió participando en la prensa progresista y en proyectos políticos de izquierdas.

Durante la respuesta estatal contra grupos políticos violentos en Grecia, sufrió las consecuencias de la caza de brujas y se le quiso relacionar con algún atentado, pero Manolis andaba ya entonces enredado en la búsqueda personal, quizá otra forma de seguir el lema socrático y délfico del Conocete a ti mismo, y se alejaba de la militancia política en el troskismo aproximándose al budismo. Medio en broma: pasó de pope a gurú.
Resultado de ello es una de sus canciones más conocidas,  Ποτε Βούδας ποτε Κούδας , Cuando Buda cuando Kouda (un futbolista griego famoso). Nosotros conocimos antes la grabación de Papázoglou.


Como no he podido poner ninguna de las canciones que tenía preparadas, empezando por dos que me gustan, a capella, y continuando por O fandaros, El soldado, de la que pensaba apuntar unas estrofas traducidas, haré una segunda entrada en otro momento. La redacción me fue llevando a colocar otras y cambiar por ello el plan.
Pero os dejaré con una de esas dos que acabo de mencionar, también muy conocida, en directo y a huevo.

Ψεύτη Κόσμε!, Sefti kosme!, ¡Mundo falso!


Acabo de enterarme de que murió Antoni Tàpies. No quería posponer esta entrada de Rasoúlis por no acercarme demasiado a la fecha de su muerte y dar la impresión de que en lugar de hablar de música escribo una necrológica, y ahora va y se  nos muere Tàpies. No hay tregua.

Salud y buena música, Υγεία και καλή μουσική! 

Μπαρμπαρώμιρος
Barbarómiros

P.D. Un mensaje de última hora para Ana Capsir (Navegando por Grecia). Me dice el mi Dimitraki que sí, que el Mosjoloúloudo es un geranio de olor, un Pelargonium como bien decías, en Grecia le llaman al parecer Αρμπaροριζα, και Αμπαροριζα, sin la 1ª r. 
He visto las fotos en internet y es uno bastante común, de color rosa claro y líneas más oscuras, y de otros colores, de pocos pétalos y muy partidos, como las hojas, que hasta tiene mi madre y a mí no me parece especialmente oloroso, pero... .

Besos.