lunes, 7 de enero de 2013

H Κρήτη, Creta -12. El loco de Patzianós -2


Patzianós.  Creta 2003.
Acuarela, témpera.
Ramiro Rodríguez Prada

Prodigios musicales


El poeta reduce el número de las alusiones sin trascendencia a una divina alusión cargada de significados. ¡Abeja cargada de miel!.
Ramón del Valle-Inclán. La Lámpara Maravillosa. El Anillo de Giges.

Buenos días. En un principio sólo escribí unos pocos apuntes telegráficos sobre esta historia en el cuaderno de Creta, pero ya desde el momento en que salíamos de Patzianós, fui consciente de que había vivido una experiencia particular y muy poderosa. Y no sólo por esa extrañeza de pensar que había comprendido el discurso del loco en un idioma que no conozco lo suficiente, pese a la relativa complejidad de su mensaje, sino también por el despliegue que ese hombre puso en escena, una suerte de dramatización en vivo que a nadie, mínimamente atento, podía dejar indiferente.

En estos nueve años que han pasado, he intentado acercarme al fenómeno, palabra que elijo por no encontrar una mejor, en varias ocasiones, sin metafísicas, tratando de poner distancia y de verlo desapasionadamente.
Lo cierto es que los recuerdos se mantienen tan tozudos como los primeros apuntes, y gemelos también de los siguientes. Es lo que hay, o adonde yo he podido llegar, que ni siquiera es un final explicativo sino meramente descriptivo.

Βασίλης Σταυρακάκης.  Φύσα βοριά.  Sopla Norte.


El hombre, que se llamaba Ioannis, tenía algo de sus homónimos el Evangelista y el Bautista, solitario, apocalíptico, milenarista, profeta anunciador...
Usaré de nuevo los apuntes de Creta, un tanto telegráficos, para describir los personajes que interpretó.

Tres niveles de lenguaje, o tres modelos aplicados alternativamente, en ocasiones siguiendo lo que parecía un ciclo preestablecido, rompiéndolo otras en función del ritmo y el contenido de la conversación, es decir, improvisando sobre la marcha en un diálogo con nosotros que éramos sus interlocutores.

1.- La melopea del loco
2.- Modelo invectivo-filosófico
3.- Oracular y poético

Reuní unas cuantas características junto a esos enunciados genéricos para situar un poco al personaje. Si añado el artículo el (loco, poeta, etc.), es por afirmar su condición de personajes o prototipos, al margen del propio Ioannis.

1.- El loco.

Es el religioso, el pensamiento mágico y el mendigo. El pobrecito.
Perdido en un mundo incomprensible, mítico, circular, sin salida. El recorrido espacial de ida y vuelta, la suerte de letanía monocorde, repetitiva, que musitaba cuando estaba en esa fase a la que llamé melopea.
Un rezo, pero como quien lo hace en latín sin conocer la lengua, tal vez una fórmula a modo de jaculatoria. Un balbuceo infantil o de vieja beata.
La postura acobardada y encogida que adoptaba, encorvándose, cerrando los hombros y humillando la cabeza, la manera compulsiva de sujetar la botella de agua en el sobaco, la mirada huidiza y temerosa.
Apenas levanta la voz y no se entiende lo que murmura.

2.- El filósofo.

Es también el político, el pensamiento científico o el pedagogo. Y el moralista.
Ejerce de orador recibiendo en nombre de sus conciudadanos al extranjero que los visita, cantando las excelencias de su patria, la hospitalidad o el valor de sus habitantes.
En su aspecto y condición de reformador, aplicando el modelo invectivo mencionado, adula, interpela, afea la conducta de sus vecinos. 
Irónico o sarcástico, reprende, reprime ¡y hasta insulta!, a sus paisanos o a los turistas que lo merezcamos. Es su conciencia cívica y su referencia ética.
Habla para un público, con una autoridad conferida, como la del maestro con sus discípulos o la del político con sus votantes, en voz alta y clara, y la alza aún más cuando es interrumpido, para contestar con firmeza y sin titubeos.

3.- El poeta.

El p(r)o(f)eta. El pensamiento oracular y poético. También el despojado, incluso de juicio, por sus vecinos normales.
Pero no es el loco, el pobrecito de toda necesidad del primer caso, el que no encuentra la palabra, sino el pobre en el sentido de no guardar nada propio, de haberlo entregado todo.
Siendo el artista de la palabra, el suyo era el más elocuente y solemne de los tres discursos. Dicho a media voz, en un tono grave, pero sonoro, y un ritmo pausado, parecía estar recitando el texto de un personaje dramático. Sus palabras iban dirigidas a una o dos personas, a los que atendíamos.
Lo que decía, para mí, tenía el mismo significado de su forma articulada, acabada y rotunda, como si las palabras entregaran por si mismas el significado al ser convocadas. Con un peso, una densidad propia, que estaba presente ya en su sonido, en su música, semejante a un poema primitivo. Pero ligadas también al ritmo y al timbre de una larga estrofa poética.

Muy a menudo/ los bufones demuestran ser profetas. W. Shakespeare. Rey Lear.

Τραγουδι : Βασιλης Σταυρακακης. Στιχοι, Μουσικη: Μητσος Σταυαρακακης
Μητσος Σταυρακακης.  Μεθη.  Borrachera
Grecia,  agosto 2012

Y quiero ahora llamar en mi auxilio al manco de Vilanova, de nuevo. Entresaqué una serie de citas de El Milagro Musical, de la Lámpara Maravillosa, el más alucinado y, por contra, si no sereno contemplativo, de los textos de Valle.
Empiezo con una alusión  que hace al caso de San Bernardo llamando a las cruzadas, que fue seguido por un ejército de personas predicando en un idioma desconocido por ellas.

Fue obrado el ardiente milagro por la gracia musical de las palabras, no por el sentido, que acaso entendidas cabalmente hubieran sido menos eficaces para mover los corazones [...]

En la predicación de aquel santo iluminado había una devoción trágica, una divina angustia, amoroso desconsuelo, dolor y amor [...]
La triple llama que encendía el alma del monje cisterciense, estaba como una suma mística en su voz, cuando esta voz se alzaba por las colinas y por casales y siembras [...], eran la sustancia de todas las palabras, y en cada palabra resumen de la unidad emotiva. Cuanto pudiera alcanzarse por la comprensión clara y sucesiva de las cláusulas, se contenía en la virtud del tono.

Adonde no llegan las palabras con sus significados, van las ondas de sus músicas. El verso, por ser verso, es ya emotivo sin requerir juicio ni razonamiento.

Los idiomas son hijos del arado y de la onda del pastor.

Y por último, por si alguien lo dudaba o no lo sabía, dice Valle:

Yo para mi ordenación tengo como precepto no ser histórico ni actual, pero saber oír la flauta griega.

No creo en milagros pero siento, sin orgullo, con emoción, que aquel día en Patzianós yo también tuve la suerte de oír la flauta griega.

Ramiro Rodríguez Prada

Λουδοβικος των Ανωγειων.  Η αλφαβήτα.  El alfabeto.

http://www.youtube.com/watch?v=Z03cu-Oc_4I

Me fastidia que la foto de la acuarela de hoy sea tan mala. La subí del propio blog en diciembre, que era una de las opciones que me ofrecía google (así me los tiene a mí...), pero la manipulé ampliándola, pensando que igual conseguía dos por una. Sí, me permitió sacar esta nueva imagen, pero al subirla a la página cambió también la de la entrada donde la saqué. ¡No hay dos por una!
¡Ni una sin dos!, porque hoy me han vuelto a cerrar los g-picasa la posibilidad de subir imágenes usando el i-explorer, pero si uso g-crome sí puedo, de momento. Sé que crome, el suyo, es mejor, pero no me permite oír las canciones que pongo en la Vista previa y el explorer sí, entre otras pequeñeces con las que no os aburriré más y que me tienen frito! En fin, putaíllas del medio, ¡quien lo entienda que lo compre!.

Ajileas y Mijalos Dramuntanis.  En el plátano de San Jorge.


Salud y un postre

Simón Keenlyside como Papageno, en  La Flauta mágica, de W. A. Mozart.

http://www.youtube.com/watch?v=RuxG4KbtxQc

¡Ya vale!, ¿no?...

domingo, 6 de enero de 2013

Para Martha


La Marea, Asturias 2012

... με υγεία, αγάπη και χαρά!!


Para Martha Papadopoulou y su familia, Popi, Nikos y Yorgos, cuya postal recibimos hace cuatro días, con unas palabras de Martha, siempre tan amable, donde nos informa de la salud de todos y nos desea un año feliz, Με υγεία, αγάπη και χαρά!!, con salud, amor y alegría!!.

La carta llegó un poco doblada por el muñeco navideño que la acompañaba, pero llegó entera.

Hace una pequeña mención a las dificultades por las que pasa su país pero, con educado tacto, no quiere detenerse en la crisis.
Sabemos los problemas que está viviendo Grecia y sólo podemos querer lo mejor para ella. Pero es un solidaridad impotente, lo sé, porque no ayuda, sólo acompaña, ¡y aquí también tiembla el misterio!.

La fotografía quiere ser tan inocente y sencilla como su postal. Era la decoración de una pared de juegos cuando nuestros hijos eran muy pequeños y vivíamos en el campo. Luna y estrellas felices. Falta el sol, ¡pero ya saldrá!...

Hoy, día de Reyes Majos, último de las natividades cristianas, que aunque yo no sea creyente las vivo y sufro como cualquiera, quiero sin embargo corresponder a ese recuerdo: la sinceridad tiene más valor que las creencias y sé que hay cariño en vosotros, Martha. ¡Gracias!
A ver si los próximos años podemos seguir viéndonos y no dejamos de comunicarnos, mientras tanto, con estos medios modernos.

Pondré la música de la que hablaste en tu postal, riendo, a Taso y Bruno. La conozco, ¡y quién no, aburrís!, porque ellos también la escuchan.
¡Qué bajo estoy cayendo, uno de Psarandonis!..., ¡casi prefería un villancico!. Por cierto, pregunta impertinente, ¿los japoneses, chinos y coreanos, también cantan villancicos?

PSY.  Gangnam style



El recuerdo de Martha

¡Salud a todos, un fuerte abrazo y muchos besos de los cuatro!

También la otra ¿¡canción!? que apuntaste, Martha, ¡estoy perdiendo el sentío!!!.

LMFAO.   Sexy and you know it.   


Y la última, de parte de Bruno:

Potter Puppet Pals.  The Mysterious Ticking Noise.


Ramiro

La respuesta de Martha:

Ramiro το διάβασα!!!!, πολύ ωραίο το κείμενο στο blog-psilicosis!!!, το έδειξα στην Πόπη και το Γιώργο!!, μας συγκινείτε!!!, ευχαριστούμε πολύ!!!, χαιρετισμούς από όλους!!!! :) :)

Ramiro lo he leído!, muy bonito texto para el blog-psilicosis!, se lo enseñé a Popi y Yorgos!, nos emocionó!, muchas gracias!, ¡saludos de todo el mundo! :) :) 

Y también nos envía un canción. ¡Esto es otra cosa, esto me gusta, Martha!:

Πασχαλίδης και Ψαραντωνης, Pasjalidis y Psarandonis.  Οσο βαρουν τα σιδερα 


Abrazos!

sábado, 5 de enero de 2013

Constantinopla


Mieles de Constantinopla

77


A pesar de que la de hoy es noche de cabo de año, día de difuntos, cuando se cumplen setenta y siete años nigrománticos de la desaparición del genial manco de Vilanova, no me vestiré de luto ni lloraré su ausencia, antes bien, celebraré su paso por el mundo con la continuación del relato que inicié en el capítulo anterior de esta etiqueta,  La pipa de la Sultana.

Con la última chupada al chibuquí cerré los ojos y oí cómo Eusebio llenaba los vasos de vino, su música me recordó la del agua cantarina de un venero oculto en la espesura, pura, cristalina, corriendo alegre entre berros y anémonas.
No sabría decir cuánto tiempo duró esta ilusión, pero fue como la de aquel monje al que se le congeló el tiempo dos siglos escuchando el canto de un ruiseñor.

Abrí los ojos. Estaba en el asiento posterior de un coche, arrancado, las puertas delanteras abiertas y  las luces puestas, parado a la orilla de la carretera.  A mi lado, con el cogote apoyado en la bandeja posterior y la boca abierta, roncaba Sebito. A un metro del auto, iluminadas las espaldas por la luz que salía del interior, el Narizotas, su compinche y don Ramón echaban, en un trío de risotadas, una plácida meada. Fue inevitable asociar el sonido acompasado de los torrenciales chorros con mi bucólica ensoñación de fuentes secretas.

Bajé del coche y me uní al trío cuando ya sacudían las chorras en los últimos estertores. Don Ramón se demoró un poco más, orinando a golpes, y me dice mirándome por encima de las antiparras, ¡É a cona, a bichana, a morena! ¡La castaña hombruna me corta el pis!, teño un mijo intermitente, como cans vellos.
¡¿Qué?!...
¡Que tengo un mear semafórico, como perro viejo!
Será la próstata...
¡No diga palabrotas, pollo, eso lo será usted!

Yo estaba en pleno éxtasis mingitorio y alcé la vista al cielo cuajado de estrellas, sin contestar, ¡que placeeeeerrr, qué alegrííííaaaa! Era como descubrir el mundo, mear por vez primera en la vida y ser consciente de ello, las estrellas de la Vía Láctea sonreían camino de Santiago, la orilla de la carretera  brillaba con la arena nacarada de las conchas y la mica del granito gallego.
A mi lado Valle había terminado y trataba de introducir su morcillona entre los pliegues de la capa y el frac que llevaba aquella noche.
Pero no parecía fácil la operación y el viejo manco arrebuñaba el culo hacia atrás encogiendo el escuálido esqueleto, tratando de encajar el cacho pellejo en algún hueco de su holgada vestimenta. Metía la mano con todo, pero volvía a sacarla agarrando la tripa por la punta y negando con la cabeza, ¡No, por ahí tampoco!..., parecía decir.

Lo observaba divertido, cuando se gira y suelta, ¿¡Qué pasa, nunca pescó truchas a mano?!. ¡Pues esto es igual, carallo! Y volvió al braguetón, encorajinado.

Volvimos juntos al cachilo del Narizotas. Estaban esnifando polvos alineados en un espejo. Al entrar nos ofrecieron, pero ambos rehusamos.
Don Ramón se sentaba junto al legionario en el delantero, Sebito seguía roncando en el asiento central posterior y el compinche del malevo y yo, junto a las ventanillas, lo flanqueábamos. Era un Mercedes blanco de última generación, como el que habíamos visto en Lo de Segis, aquel puticlub de Cambados, donde terminamos otra noche loca.

Os Resentidos.  Himno dos Percebes Benz.
 

El Legía salió a la carretera derrapando y al poco, ya en ruta, Valle se volvió a nosotros y señalando a Eusebio, comenta, ¡Como un guaje, se bebió medio jarro vino y a soñar con la su Jaki!, y remarcó el sonido de la jota castellana, lo que provocó las risas del Narizotas y su colega.
¿Y usted, rábula!, añadió encarándome, ¡¿Cómo le sentó el tiento al chibuquí?!
¡Estupendo!, dije con un poco cara panoli.
¡Estupendo, estupendo!...¡A usted le parece ése un concepto capaz de describir toda una experiencia mística, un tú a tú del Mundo y el Hombre! ¡La palabra quiere fuste, amigo, entusiasmo y carácter! ¡Estupendo!...¡Parece escupirlo usted! ¿Está seguro que no se le quedó emboscado en las faringes algún gargajo sin emplumar? ¡Pues si lo expulsó, séame más expresivo y silabee, conejo!

Yo lo miraba perplejo. ¡Pero don Ramón, si me dormí, sólo puedo decirle que soñé con una fuente!
Los tres se echaron a reír como si hubiera contado un chiste. De pronto el manco, poniéndose serio, me dice, ¡No me haga perder el tiempo, mulato!, ¿qué hay de las huríes?
¡No había ni huríes ni eunucos!, contesté ya mosqueado.
¡No se me abrave, compadrito, que la luna aún luce alta y se me erizan las pistañas!.

Los dos perdularios, sin entender casi nada, jaleaban al viejo con sus risotadas y si era dificil seguir una conversación normal, mucho menos aquellos salterios del chivo de Arousa.
Creo que estoy desperdiciando mis energías nigrománticas en aleccionar a un párvulo sin mayor mérito..., dijo el manco girando otra vez al frente como si hablara para si.
Sebito cambió en ese momento la postura de la cabeza sobre la bandeja y acompañó el movimiento con un ronquido monumental que volvió a llenar el automóvil de risas estentóreas.

¡Esta noche cae Constantinopla!, gritó don Ramón de golpe alzando el brazo bueno y el muñón.
El Mercedes atronaba de carcajadas y Sebio, como un trombón con paperas, daba el tono de contraste con los ronquidos.

Íbamos bordeando el mar por una zona que me recordaba la Costa da Morte, no nos habíamos cruzado con ningún otro vehículo y en cierto momento nos metimos por un camino de tierra entre el bosque, donde alternaban pinos y eucaliptos.
Otro ramal del camino, con señal de dirección prohibida y placa con la leyenda de Camino Privado, nos condujo otra vez junto al mar, hasta una especie de pequeño golfo  al final de un vallecico.

En un zona llana y elevada a unos doscientos metros de lo que debía ser maravillosa playa de arena, con varias supermotoras amarradas en un muelle mínimo, había una construcción moderna, estrambótica hasta decir basta. Una especie de castillo medieval, rodeado por una muralla almenada con foso y puente levadizo.
Pero lo más chocante era la iluminación del conjunto en aquel lugar perdido, espectacular, un emporio de luz, un derroche estilo Walt Disney. Todo lleno de bombillas de feria, láseres, farolillos, llamas falsas y teas de catacumba, banderas, colores chillones, como en el interior de una discoteca hortera.

Deslumbraba, tanto que Sebito despertó asustado llamando a su enamorada, ¡Jaki, Jaki!...
¡Aquí sólo hay jacas, Usebio!, rió Valle con un estilo pésimo de viejo sátiro, buscando la anuencia del Narizotas y el compinche, que no perdían ocasión de darle coba.

En la entrada al recinto, letras gualda sobre fondo rojo de bandera española, siguiendo el dibujo circular del arco del  portalón, un gran letrero luminoso en letras mayúsculas, anunciaba, con multitud de parpadeos, estrellitas, intermitencias y luces persiguiéndose y aureolando el texto, el nombre de aquella Cosa:

CONSTANTINOPLA

¡Resopla!, chilló Valle-Inclán.

Os Resentidos.  Economía sumergida.

Tiburcio Cañizares, cuentista


Don Ramón


Caricaturas de  Valle-Inclán, por  Álvaro  Cebreiro.
Este pintor firmó con Manuel Antonio el manifiesto  Mais Alá,
y es uno de los más claros exponentes de la vanguardia gallega de preguerra.
Los retratos de Valle son una simplificación total de la figura,
centrando el interés expresivo en los rasgos más característicos del autor.
(Las caricaturas y este texto al pie,  proceden de la página de la
Asociación Cultural Amigos de Valle-Inclán)

P. D. No sale la foto de las caricaturas de Valle-Inclán en las ventanas que hay en Mi lista de blogs, en la columna derecha. Supongo que en el resto de ordenadores sucede lo mismo. Ya me pasó también con la nueva entrada de Ana Capsir en Navegando por Grecia, sigue apareciendo la anterior, la de hace una semana. No obstante, si se pincha se puede leer la nueva, sobre lunas.

Aquí no sé si es debido a un problema de google, de formato o a la influencia de las meigas valleinclanescas. Me molestaría más que no pudierais ver las caricaturas, porque son buenísimas.

Como ya sé que las caricaturas sí se ven, pongo otra foto en la cabecera para que aparezca una ilustración en la ventana informativa correspondiente. Vale. 

Salud 

ra

viernes, 4 de enero de 2013

Nikos Dimou


Ilustración de  Heidi Sorg & Christof  Leistl,  Múnich.


La desgracia de ser griego


Buenos días. En respuesta a un comentario de César, Viriato, sobre libros que traten de Grecia, le recomendaba en primer lugar, entre los nacionales, a Enmanuil Roídis. Pues bien, esta colección de escritos breves de Nikos Dimou, está encabezada por una dedicatoria a la memoria de ese autor, lo que ya es un indicio de lo que nos encontraremos.

Roidis describía en sus artículos la Grecia finisecular o en los albores del XX. Y decía en uno de los capítulos que le dediqué, que parecía mentira que hubiera pasado ya un siglo, porque en muchas ocasiones Roïdis parecía estar describiendo la Atenas actual. Precisamente la Grecia en la que se escribe este libro de Dimou.
Nikos no ha escogido, como hiciera su maestro, la forma periodística, el relato en prosa o la crónica costumbrista, mundana, etc., y ha preferido formular, como dice en la cubierta, "estos pensamientos", que me parece palabra más ajustada que aforismos, para describir sus cortos textos. Ciento noventa y tres en total.

Son casi una selección decantada y actualizada de la amargura que destilaban las historias del siriota,  y con la misma temática, en esencia, Grecia y los griegos.

Escrito al final de la dictadura de los cogoneles y editado en el 75, es un libro oportuno para la coyuntura actual, griega y europeda.

Toreado por uno de nuestros primeros espadas del coso griego, Vicente Fernández -premio nacional de traducción por partida doble-, para Anagrama, se editó en octubre.
Ya leímos una reseña en el blog  La pasión griega, y la mi morena no tardó en buscarlo. Como es un libro con poca letra, se lee rápido. Pero se trata de un ejemplar de cabecera, para pensar y repasar, como un breviario de faltas, que podemos tener sobre la mesita de noche o junto al ordenador, para que nos recuerde de cuando en cuando, quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos por este camino, y ahora no me refiero sólo a Grecia.

Para elaborar sus reflexiones, Nikos parte en ocasiones de citas de escritores griegos: muy abundantes las de Seferis y Homero, pero también Roidis, Macriyanis, Solomos, Calvos, Sikelianós... . Como comentario a ellas, explicación, contraste o ejemplo.
Los textos vienen ensartados a veces por la temática, incluso encabezados por un pequeño título genérico, Familia y parentela, Sexo, Medio, etc. y se van desenvolviendo en un corto y didáctico ovillo argumental. Por eso, muchos tampoco tienen la característica de una sentencia única y acabada propia del aforismo, de ahí la objeción del principio.

Y hablando de pedagogía, él mismo dice en un post scriptum del 2012, "que se preocupa profundamente por su país, y trata de ayudar a su conciudadanos a cumplir la máxima délfica: Conócete a tí mismo." Y termina: "Los griegos, más emocionales que racionales, deben repensarse a sí mismos si quieren sobrevivir en el mundo moderno. Este libro trata de ayudar en el camino".

Pero no son palabras cómodas para los griegos, sino dolorosas, como también señala Dimou. Hablan de sus pecados capitales. No obstante, "Es una declaración de amor a Grecia, a la Grecia profunda, verdadera, y no la tierra superficial de los mitos que los propios griegos han fabricado para escapar de la realidad".

Terminaré con tres citas de uno de esos títulos, Medio, donde se enlazan varios párrafos.
Espero dedicar un segundo capítulo a una selección de citas, pero siendo ya un libro donde la afirmación o el enunciado de una verdad se hace de un modo tan resumido, directo y valiente, se corre el peligro de banalizarlo con una elección que, por acertada que sea, siempre será caprichosa. El autor ya se atuvo a una depuración que está en el fondo y en la forma del texto, por eso es más duro recortarlo. En todo caso siempre remitiré a los originales, en ellos está todo.

150

     La verdad es que esta tierra es tan hermosa que por momentos su belleza abruma nuestra alma como la sombra de nuestros ancestros. Otro complejo griego.

151

     En nuestro fuero interno estamos convencidos de que no somos dignos de vivir en una tierra tan hermosa. E intentamos reducirla a nuestra medida. A nuestro nivel. Y acabamos cubriéndola de cemento y basura.

152

     ¡Grecia nunca muere! (No desesperen; si nos empeñamos un poco más...)


Λουκιανός Κηλαηδόνης.  (Η Ελλάδα ποτέ δεν πεθαίνει, Grecia nunca muere).
 Το βαλς ποτέ δεν πεθαίνει.  El vals nunca muere.  
 
http://www.youtube.com/watch?v=SpdweG4plIk

He mencionado y puesto ya más de una vez este tema de Lukianós Kilaidonis, fue incluso la  primera canción griega que cité en aquella historia inaugural del 2010 en el blog del Capi, Desde la popa, cuando perdimos la hélice navegando de Skiros a Alónisos.
Es una marcha militar e himno patriótico,  Η Ελλάδα ποτέ δεν πεθαίνει, I Eláda poté den pezeni, Grecia nunca muere, al que el ateniense saca punta irónica convirtiéndolo en un vals y retitulándolo,  El vals nunca muere. 
 
 
Υγεία, Salud!

Ramiro Rodríguez Prada
 

P. D. Como escribo esta reseña a primeros de diciembre, y sigo sin resolver el problema de almacenamiento de imágenes, a menos que pague a Google-Picasa, hoy he subido la portada del libro sacándola de Internet. ¡Puedo usar libremente una imagen ajena y no puedo colgar mis propias fotografías!, algo no funciona bien.
Como habéis podido leer en entradas anteriores algunos problemas están resueltos de momento. Amén!
 

jueves, 3 de enero de 2013

Con la toña tomillera


La  Tomillera  sobre un pie.
León, abril  2012.

El Clásico


Muy buenas. Meses hacía que no veía a la Toña, desde la primavera. Hablé de ella en la entrada del 25 de abril, presentándola en la acostumbrada semblanza bioavícola inicial. Volví a citarla brevemente el 12 de julio, en un capítulo comunitario, Reunión de currucas -2, y le dedicaré el de hoy para celebrar esta nueva cita y enviarle un abrazo pajarero.    

La Sylvia conspicillata o Kurruka tomillera, la Toña tomillera, brañuelina, kulensis, o  Acuña matata, según las denominaciones por las que se la conoce en distintas zonas de la penénsula Sibérica, como dice Lucas de Geotropía, pasó unos días por el norte, acompañada por las tres pajarinas del nido y la Luna, su anciana perrina de lanas blancas. Está rodeado de señoras esta canora.

Hice algún retrato de los pinreles balompédicos de la curruca, sola, con una servidora y con la Luna, pero los sacaré otro día porque aún no los tengo en el archivo, por eso y los problemas conocidos, utilizo una foto del anterior encuentro. Y ya serán tres los canes que aparezcan junto a los andadores de sus dueños: la Popa, Paris y la Luna.

Curruca tomillera,  Sylvia conspicillata.


Es una gondringante gorreosa, ya dije, porqué está acostumbrada a pelear en el terreno de juego con futboleros veteranos más astutos y baqueteados que el Mono Burgos, y se las sabe todas, las marrullerías quiero decir, de sus pupilos y del adversario, ¡látigo con los rebalbos, kulensis!

Ahora bien, esta misma característica desarrollada en años de batallas campales, hablo en sentido figurado pero no tanto, junto a la impronta del lugar de origen de sus ancestros, Miño arriba Miño abaixo, hacen de él un pájaro dialéctico al que es también muy difícil doblegar en el campo semántico.

No hay ocasión en que nos veamos, que no nos enzarcemos en alguna controversia, la mayoría de las veces vizantina con v, que es lo más bizantino que se puede dar. Cuando nos damos cuenta, casi que cada uno defiende la opinión que sostenía el contrario al principio de la disputa,  o sea, la portería contraria, con lo que la cosa acaba generalmente bien, en un empate técnico. Pero jugamos el partido a tope hasta el último segundo.

Le agradezco mucho los apuros en los que me puso hablando de temas como las fronteras entre lo que se puede, se sabe, se debe, conviene..., decir cuando se tocan temas delicados, del riesgo real que es la escritura, de los límites entre lo privado y lo público, o entre biografía y cuento.

Curruca tomillera. Orihuela.


No suele ser la discreción una virtud cardinal de quien escribe, y supongo que uno no siempre sabe con exactitud dónde se sitúa la raya, por eso de tanto en tanto no viene mal mirar las cosas con otros ojos que no sean los propios.
Por ejemplo, hablando de indiscreciones, no estaría bien que yo descubriera las debilidades ocultas de esta curruca y las pusiera en conocimiento de sus aguerridos enemigos: ¡tiene una pata más corta que otra, y un huevo moreno y el otro rubio!. Mucho más si son falsos testimonios, que no es el caso, ¿dije algo que no debería?, la verdad por delante...

No obstante, esas lacras no afectan a la calidad de su juego, pero lo acobardarán si alguien se entera y le pide explicaciones o se mofa de tales rarezas. De este modo, hipocondríaco y rumiador, lamedor de sus heridas, en el próximo partido que disputemos estará a mi merced con el amor propio por los suelos. El juego sucio, siempre que lo permita el árbitro, también vale, ¡ea!. Como decía el bastardo Edmundo en Rey Lear,... El juego feo/ bueno será si sirve a mi deseo.
Menos mal que es bastante callado y canta en voz baja, como una buena parte de las kurrukas, porque de lo contrario, dada su insistencia crítica y su juego de pies, ya estaría yo atronao y más mareado que un merengue en el Nou Camp.

Y si el encuentro no acaba bien siempre es porque alguno de los dos golea al contrario, pero a costa de recibir tantos estacazos que la victoria deviene pírrica y al final no compensa.   
Es una pena que estemos tan lejos y nos veamos tan poco, porque entrenar bajo su pupilaje sería lo mejor que me podría pasar: quince minutos de juego con él equivalen a toda una temporada de partidos mediocres con otros entrenadores, una bicoca para un delantero como eu, rápido pero poco regateador. Su gran baza es que no sólo entrena, también juega, ¡y no veas cómo reparte estopa!, juego, quería dicir.

Y por hoy no va más. Casi he tenido que improvisar esta entrada, pues los pinreles de la tomillera eran de las pocas fotografías que había subido a los borradores del escritorio. Gracias a eso puedo seguir adelante. Porque, en el momento de escribir sobre este encuentro, aún no tengo plena seguridad de contar con imágenes para los días sucesivos, y vuelvo a programar las entradas sin tiempo por delante, que era una ventaja enorme para mí, de la que me venía aprovechando desde finales de primavera. Os contaré. Hasta mañá! 
Echo & The Bunnymen.  The Killing Moon 

La música la escogió la propia kulensis brañuelina. No estoy seguro de que se trate de este tema porque con los varios depósitos musicales que manejo me lío, pero sé que eran ellos y que le gustará.


¡Mucha salud, a currucas y demás pájaros pardos!


Cannavina Carduelis, pardilla común, rebétissa, psilicosa.