viernes, 4 de enero de 2013

Nikos Dimou


Ilustración de  Heidi Sorg & Christof  Leistl,  Múnich.


La desgracia de ser griego


Buenos días. En respuesta a un comentario de César, Viriato, sobre libros que traten de Grecia, le recomendaba en primer lugar, entre los nacionales, a Enmanuil Roídis. Pues bien, esta colección de escritos breves de Nikos Dimou, está encabezada por una dedicatoria a la memoria de ese autor, lo que ya es un indicio de lo que nos encontraremos.

Roidis describía en sus artículos la Grecia finisecular o en los albores del XX. Y decía en uno de los capítulos que le dediqué, que parecía mentira que hubiera pasado ya un siglo, porque en muchas ocasiones Roïdis parecía estar describiendo la Atenas actual. Precisamente la Grecia en la que se escribe este libro de Dimou.
Nikos no ha escogido, como hiciera su maestro, la forma periodística, el relato en prosa o la crónica costumbrista, mundana, etc., y ha preferido formular, como dice en la cubierta, "estos pensamientos", que me parece palabra más ajustada que aforismos, para describir sus cortos textos. Ciento noventa y tres en total.

Son casi una selección decantada y actualizada de la amargura que destilaban las historias del siriota,  y con la misma temática, en esencia, Grecia y los griegos.

Escrito al final de la dictadura de los cogoneles y editado en el 75, es un libro oportuno para la coyuntura actual, griega y europeda.

Toreado por uno de nuestros primeros espadas del coso griego, Vicente Fernández -premio nacional de traducción por partida doble-, para Anagrama, se editó en octubre.
Ya leímos una reseña en el blog  La pasión griega, y la mi morena no tardó en buscarlo. Como es un libro con poca letra, se lee rápido. Pero se trata de un ejemplar de cabecera, para pensar y repasar, como un breviario de faltas, que podemos tener sobre la mesita de noche o junto al ordenador, para que nos recuerde de cuando en cuando, quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos por este camino, y ahora no me refiero sólo a Grecia.

Para elaborar sus reflexiones, Nikos parte en ocasiones de citas de escritores griegos: muy abundantes las de Seferis y Homero, pero también Roidis, Macriyanis, Solomos, Calvos, Sikelianós... . Como comentario a ellas, explicación, contraste o ejemplo.
Los textos vienen ensartados a veces por la temática, incluso encabezados por un pequeño título genérico, Familia y parentela, Sexo, Medio, etc. y se van desenvolviendo en un corto y didáctico ovillo argumental. Por eso, muchos tampoco tienen la característica de una sentencia única y acabada propia del aforismo, de ahí la objeción del principio.

Y hablando de pedagogía, él mismo dice en un post scriptum del 2012, "que se preocupa profundamente por su país, y trata de ayudar a su conciudadanos a cumplir la máxima délfica: Conócete a tí mismo." Y termina: "Los griegos, más emocionales que racionales, deben repensarse a sí mismos si quieren sobrevivir en el mundo moderno. Este libro trata de ayudar en el camino".

Pero no son palabras cómodas para los griegos, sino dolorosas, como también señala Dimou. Hablan de sus pecados capitales. No obstante, "Es una declaración de amor a Grecia, a la Grecia profunda, verdadera, y no la tierra superficial de los mitos que los propios griegos han fabricado para escapar de la realidad".

Terminaré con tres citas de uno de esos títulos, Medio, donde se enlazan varios párrafos.
Espero dedicar un segundo capítulo a una selección de citas, pero siendo ya un libro donde la afirmación o el enunciado de una verdad se hace de un modo tan resumido, directo y valiente, se corre el peligro de banalizarlo con una elección que, por acertada que sea, siempre será caprichosa. El autor ya se atuvo a una depuración que está en el fondo y en la forma del texto, por eso es más duro recortarlo. En todo caso siempre remitiré a los originales, en ellos está todo.

150

     La verdad es que esta tierra es tan hermosa que por momentos su belleza abruma nuestra alma como la sombra de nuestros ancestros. Otro complejo griego.

151

     En nuestro fuero interno estamos convencidos de que no somos dignos de vivir en una tierra tan hermosa. E intentamos reducirla a nuestra medida. A nuestro nivel. Y acabamos cubriéndola de cemento y basura.

152

     ¡Grecia nunca muere! (No desesperen; si nos empeñamos un poco más...)


Λουκιανός Κηλαηδόνης.  (Η Ελλάδα ποτέ δεν πεθαίνει, Grecia nunca muere).
 Το βαλς ποτέ δεν πεθαίνει.  El vals nunca muere.  
 
http://www.youtube.com/watch?v=SpdweG4plIk

He mencionado y puesto ya más de una vez este tema de Lukianós Kilaidonis, fue incluso la  primera canción griega que cité en aquella historia inaugural del 2010 en el blog del Capi, Desde la popa, cuando perdimos la hélice navegando de Skiros a Alónisos.
Es una marcha militar e himno patriótico,  Η Ελλάδα ποτέ δεν πεθαίνει, I Eláda poté den pezeni, Grecia nunca muere, al que el ateniense saca punta irónica convirtiéndolo en un vals y retitulándolo,  El vals nunca muere. 
 
 
Υγεία, Salud!

Ramiro Rodríguez Prada
 

P. D. Como escribo esta reseña a primeros de diciembre, y sigo sin resolver el problema de almacenamiento de imágenes, a menos que pague a Google-Picasa, hoy he subido la portada del libro sacándola de Internet. ¡Puedo usar libremente una imagen ajena y no puedo colgar mis propias fotografías!, algo no funciona bien.
Como habéis podido leer en entradas anteriores algunos problemas están resueltos de momento. Amén!
 

8 comentarios:

  1. Vas a tener que retitular tu blog "la desgracia de utilizar google". Tiene razón Nikos Dimou en lo que dice de su país: "La verdad es que esta tierra es tan hermosa que por momentos su belleza abruma nuestra alma" y no solo la gente griega, también la los de fuera. No conozco a nadie que la haya conocido y no quiera volver.
    Besitos
    Viriato

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    1. Pues puedes decir que ya conoces a uno, eu! Los dos primeros años marché de alli echando pestes contra los griegos y jurando que no volvía. Es verdad que Grecia siempre me pareció guapísima, pero no podía soportar la suficiencia de algunos griegos, ¡se creían el ombligo del mundo y tenían el país hecho una mierda!, era lo que pensaba. Después ya empecé a comprenderlos, un país no es muy diferente de sus habitantes y no todos son iguales, como es lógico.

      Salud!
      ramiro

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    2. Sí, la primera vez que vas te choca su orgullo exagerado; yo siempre decía que los griegos andan con las narices apuntando al cielo; pero a mi me conquistaron rápido. Y esa suficiencia es también, para mi, una garantía de que cuando te abren su puerta lo hacen con todo el corazón; no de forma taimada y esperando algo a cambio.

      Ahora que los conozco, me río mucho cuando veo algun turista desconcertado de que a un griego le parezca más interesante el pulpo que acaban de ver en el muelle, que atenderle a él,que se va a dejar el dinero allí.

      Gracias por la crítica del libro Ramiro.

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    3. Algo de tu segundo punto lo hubiera dicho de algunos vecinos de los griegos, pero no quiero generalizar ni ser injusto.
      Estoy totalmente de acuerdo, la adustez preliminar griega es un máscara defensiva porque son unos cachos de paaaan! Tanto Roidis como Dimou se refieren también a cierto papanatismo griego con los xenos, ¡sobre todo si no son albaneses!, diría malignamente, más o menos como aquí.

      Cómpraselo a tu costilla si no lo hiciste ya, que lo supongo. Bueno ya tendrás eletrónico como César.

      No sé qué pasa que no sale la ventanina de tu última entrada en Viajando por Grecia, ese tratado de lunas multicolores...

      Muchos besos, Ana.

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    4. Cuando escribí ese segundo punto lo hice acabado en "como los turcos", pero luego lo borre, porque a pesar de que vivimos un año entero allí solo conocimos la costa; Turquía es un pais enorme y no me gustó generalizar.
      A mi costilla le he comprado una tableta digitalizadora que te cagas y ya va aviado por un tiempo. A ver si de una vez por todas vuelve a dibujar.

      Los designios de San google son inescrutables, ya sabes.

      Muchisímos besos para ti, morena y guajes.

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    5. Me leíste muy bien, y creo que también acertaste tachando éso, el rollo generalizador de la nación está más gagá que la Collares. Al final pocos prejuicios se cumplen y se encuentra uno a personas, no a súbditos. Los individuos a menudo contradicen al prototipo. Así que otra vez de acuerdo.
      En el barco tendréis que llevar cosas de poco volumen,¡así que era Jesús el Moebiusiano?, ahora no tiene disculpa.

      Guguel!!!ºº#?¡¡¡oo!!!%&$!!, etc!... El caso es que pincho en Navegando por Grecia y sale el blog con la entrada nueva, pero a mí estas pijadas me pueden porque no entiendo res!

      Besos también para vosotros de esta familia.

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  2. Vengo de la otra entrada, la de Petros Márkaris-5. Ya que decidí comentarla, ahora vengo a por esta, que tenía pendiente de comentario. Resulta que el otro día me dieron este libro como regalo de Reyes atrasado (¡y tan atrasado!), que estaba en mi lista de regalos desde otoño, y esta semana lo he leído. Solo quería decir que he podido volver a constatar el gran trabajo que hace siempre este traductor, que tú mencionas, Vicente Fernández. Es mi profesor en la Universidad de Málaga, y he aprendido muchísimo con él. Como suelo decir, es una de esas personas que, cuando hablan, emanan sabiduría.

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    1. Hola, Julia. Muy buenos, tanto Dimou como la traducción de Vicente. Ya comprobé la devoción de las alumnas por su profesor, además de gran traductor y hombre sabio, personalmente tiene carisma, seguro que es también buen seductor, sin malicia.

      Saludos.
      ramiro

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