martes, 31 de diciembre de 2013

(25 canciones para reumáticos)


A B C D
Pinturas al agua sobre tela y tabla.
Ramiro Rodríguez Prada  2010
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Las últimas del calendario
(25 canciones para reumáticos)


1

El Pulgarzito.  Ser albañil es una ciencia.

2

La Sonora Carruseles.  Arranca en fa.

3

Joe Arroyo.  Pal bailador.

4

Fruko y sus Tesos.  El salsero mayor.

5

Hector Lavoe.  El Cantante.

6

La Sonora Carruseles.  Boogaloo.

7

Vinicio Capossela.  Che cosse' l' amor.

8

Willie Colon. Hector Lavoe.  La Murga.

9

Oscar de León.  Qué bueno baila usted.
http://www.youtube.com/watch?v=9Xijqv5vz2E&feature=related

10

Wayne Gorbea.   Lo que dice Justi.

11

Roberto Goyeneche.   Suerte loca.
http://www.youtube.com/watch?v=sZB4O17QKj0

12

Beni Moré y Rafael de Paz.   Bonito y sabroso.

13

Félix Chapottin. Irakere.  Dile a Catalina.

14

Miguelito Cuni y Félix Chapotín.  Cucarachón.

15

Chapotín y sus estrellas.  Yo si como candela.

16

King Oliver's Jazz Band, con Louis Armstrong.  Dipper Mouth Blues.
http://www.youtube.com/watch?v=PwpriGltf9g

17

Billiie Holiday.  Strange fruit.

18

Μιχάλης Γενίτσαρης. Γιώργος Ξηντάρης.   Μες στη Φυλακή που Μπήκα.

19

Lafra.   Balkan Sefarat.

20

Rafael Jimenez Falo.   Bulerías a la Tía Chata.

21

Buika y Javier Limón.

22

Carlos Gardel.  La última copa.

23

El Púlgar.  Estereotipo.

24



¡Salud, buen año y mucho ritmo!


Ramiro

lunes, 30 de diciembre de 2013

100


Luanco.
 Asturias 2013.


Salí a tirar la basura



hablando solo, cuando volví me vine escuchando. 



Sidney Bechet. Art Hodes, Pee Wee Russell, Muggzy Spanier, Miff Mole,
Pops Foster, George Wettling. Hoefer.
Clarence y Spencer Williams.   Royal Garden Blues.






Salud y felices pesadillas.



ra


domingo, 29 de diciembre de 2013

Abismos


Al otro lado


así caí



había llegado hasta allí, tenía que entrar, ¿o era salir?, de pronto me asaltó la duda

¿era de noche y entraba en casa, o salía a la luz del día?

¿estaba en un pasillo o en la calle? 

qué importa, me dije, lo sustancial es que sigo aquí

de acuerdo, pero ¿de dónde vengo?, tal vez así supiera dónde estoy

de cualquier parte, ¿y por qué tengo que entrar o salir?

aquí no hay luz y esa rendija es una tentación

¿la luz es una tentación?

en este caso sí, una atracción, un interrogante

¡pues adelante!



así caí en el abismo



De  Interrogatorios y Otras partidas perdidas.  2013.

Ramiro Rodríguez Prada


Salud.


Juan Carlos Rubio.  The Clift.



P. D. La entrada está dedicada con un abrazo amistoso, al polifacético y viajador Juan Carlos Rubio, autor de la canción, pajarero, fotógrafo de SC, en nuestros Flanvoritos (offtravels), y otras muchas cosas más. 

¡Muchos besos!

sábado, 28 de diciembre de 2013

Regreso a Vilanova


El sótano del manco.

Vilanova da miña alma!


Día de Santos Inocentes, fiesta de guardar para don Ramón del Valle-Inclán, pícaro modernista y sabio antiguo.
Meses después de aquella Novena de Ánimas por tierras de cristianos, volvíamos a su bodega de Vilanova de Arousa, en cuya mesa quedaban los restos de un pote de caldo gallego.

A primeros de mayo, en mi respuesta a un comentario del Capi, a quien don Ramón respeta y admira como marino y persona, en el capítulo titulado Mirada retrospectiva, donde se iniciaba el relato de la Semana de Ánimas, adelantaba algún detalle del encuentro con el viejo manco, después del periplo esotericoputeril asturleonés.  

El Capi:
Ya pensaba que habías olvidado a D. Ramón. Pero revive con la primavera. El jodido Zombi...

Respuesta: 
¡Está más vivo que yo el cabrito!, menudo viacrucis puteril el de la semana de difuntos; ahora quería que lo acompañara a unos ejercicios espirituales al Nepal vestido de azafrán, y que me rapara la cabeza, ¡Usted primero, no te jode! Ya me hizo corear con él el Hare-Krisna, Hare-Hare, mientras le daba a una campanina como las de los monaguillos en la Consagración del Sacrificio de la Santa Misa, en resumen, en misa. Le dije que yo de Turquía no pasaba, ya veremos cómo acaba la cosa, porque tuvo un mal rollo con uno del monte Gurugú y no traga a los moros.
¡Pero los turcos no son moros, don Ramón!.
¡¿Me quiere dar lecciones de geografía, de etnografía o de historia?!
No puedo con él...
Un abrazo!

En el bodegón de Valle, Sebito, ojos y orejas de pachón, se despedía corrido, y eso que su amo había puesto sobre la mesa el chibuquí y la bolsa de cordobán. Apenas les prestó atención el rubicundo criado. Se veía descompuesto al pobre rapazón, al parecer desde que regresó del periplo cantábrico. La su Jaki, dulce y melancólica, pero caprichosa, andaba celosa y lo rechazaba.

Me dijo que traía olor a incensario, a choto y a puta barata...
¡Era olor a chocho de puta barata, Usebio!, corrigió Valle-Inclán.
¡Dáme o mesmo, se me deixa!, contestó el mocetón medio sollozante. Si non manda usted nada máis..., añadió con cara de apaleado.
¡Anda, mastín, corre y no te descalabres!, dijo el manco señalando la escalera de la bodega. Eusebio salió a escape metiendo su corpachón, que casi no cabía, por el hueco oscuro.

Y allí nos quedamos los dos solos, iluminados por una vieja lámpara de aceite con un trapo empapado por mecha. Don Ramón estaba serio y solemne como un apóstol del Greco. ¿Qué sería de Tejerina?. No tenía intención de estropear el encuentro preguntándole por ella, la cortesía ya me había valido más de una bronca del manco, a quien no se le podía mentar la costilla.

Por mi parte no recordaba cómo había llegado una vez más al sótano del gallego. Tampoco tenía memoria de haber comido caldo y sin embargo olía a unto y vi tres platos y tres cucharas con señales de uso. Y tres vasos de los que sin duda habíamos bebido, no sólo porque todavía quedara algo de vino en ellos, sino porque el sabor del morapio fresco en la garganta, fue la primera sensación que percibí despertando en aquella nueva, y quizá última -lo sentía como una premonición- cita arosana.

Aproveché la calma del zombi genial, para interesarme por el diálogo con los municipales y el mosén, y su papel de defensor de incautos en la Catedral de Oviedo, y también sobre el regreso de los cuatro célebres a Vilanova.

¡Se non hai viño, non hai contiño!, declamó sentencioso, y con el chibuquí, que había cogido de la mesa, señaló el jarro.
Saqué vino de la cuba y llené los vasos, mientras Valle abría la bolsita del hachís y pillaba una porción de un costo muy blando, con la que se dispuso a cebar la pipa. Era una operación que realizaba con calculada parsimonia, y su lentitud se debía más a cómo se recreaba en ella, oliendo la china y la punta de sus dedos y apretando suavemente el marrón en la cazoleta, que a la dificultad de hacerla con una sola mano.

Echamos un trago y empezó a contarme. Así conocí el contenido de su defensa cerrada ante el cura y los policías en Asturias, en la que él mismo llamó Katábasis, y alguna peripecia del regreso a Galicia.
Habían hecho todavía un  par de paradas antes de llegar a la Ría de Arosa. La primera en otro puticlub de Terra Chá, cerca de Villalba, y la segunda en un dúplex del Ferrol con seis fulanas. Pero ya canso de estas machadas del viejo chivo cuando recuerda, con los ojos vueltos, la zaga y la delantera de alguna mulata de las que le gustan.

Me resultó más interesante la bronca que tuvieron en el interior del Mercedes chegando a Vilagarcía.

La cuba y el jarro.

Estaban ya todos muy cansados de tanto trote putero y los malevos se relajaron, pensaron que el viejo yacía traspuesto, roncaba desmadejado como una marioneta, con sus luengas barbas y sus lentes torcidas sobre la nariz, soñaba y farfullaba frases incomprensibles. Iba en el asiento trasero con Sebito que, siguiendo su costumbre, dormía con el cogote apoyado en la bandeja posterior del automóvil.

Porfirio, que conducía el Mercedes en ese momento, cometió la indiscreción de dirigirse al Legía en voz alta recordando la broma que nos habían gastado en Oviedo. El Narizotas, por su parte, añadió un comentario sobre el diputado y la putilla que lo acompañaba y los dos estallaron en carcajadas.
El de Vilanova, que tiene orejas de lince y oye hasta en sueños, estaba escuchando la conversación de los peines, que sólo confirmaba sus sospechas.
Los cogió desprevenidos, de espaldas, riendo y mirando a la carretera. Les sirvió unas raciones de boina con toda la fuerza y mala hostia de que fue capaz. La boina, que era un regalo personal de Pío Baroja si recordáis, está más costrosa y cargada de mierda que la trasera de un cochino jabalín, ¡y pesa que se jode! 

¡Don Ramón que provoca un accidente!, chilló el Legía capeando el temporal de boinazos con los brazos.
¡Eu estou morto, carayo!, respondió el zombi descargando el último estacazo en la cara de Porfirio que había descuidado su defensa por atender al volante.

El boinazo le alcazó de lleno en los ojos abiertos y el guardaespaldas quedó sin visión, frenó a ciegas pero no pudo evitar dar un giro brusco al volante que los llevó directos a la cuneta.
Salieron los cuatro magullados, el Legía, además, con el tabique nasal fracturado y sangrando a chorro por su napia borbónica. Miraba a Don Ramón como para matarlo.

El manco, los cristales de las lentes rotos, había metido su mano buena en la faltriquera y palpaba la de a tercia.

Atrabilio Melones Turrión, sacamantecas, rapacuras.

Ixo Rai.   María. 

viernes, 27 de diciembre de 2013

Ο Πόντιος, El pontio -2


El pontio.  Autorretrato.
 Julio  2013.


Ο Πόντιος -2


Buenos días. Dejé escrito en la primera entrada dedicada a los pontios, el 1 de julio pasado, que lo intentaría por segunda vez si finalmente podía sacar las fotografías. Aquí esta el pobre resultado, suficiente en cualquier caso para mí y creo que para los que pudierais tener algún interés en el tema, que no seréis muchos; y la sonrisa de algunos colegas sé que la conseguiré. Con eso ya me basta.

Antes de nada, para más comodidad e información, y también porque hoy no tengo mucho más que añadir a lo ya dicho en el otro capítulo, aparte de las imágenes, quiero repetir las direcciones de ese magnífico trabajo sobre los pondios al que hice alusión en otros lugares del blog, realizado por María y publicado en La pasión griega, y la de esa entrada mía anterior:

La pasión griega. María de Paz.  Los pondios, un pueblo sin patria.

Psilicosis.  Ο Πόντιος, El pontio.

Quería una foto sin barba porque es más rara entre ellos que entre los cretenses, por ejemplo. En cambio me interesaba el bigote, que es más habitual, y ese corte concreto de mostacho.
También entre los cretenses se da uno parecido, cuyas guías rodean la barbilla, bajando desde la base de la nariz y el labio superior hasta el final de la mandíbula inferior. Estoy pensando en Nikos Xiluris o Garganurakis, aunque es un bigote que se puede repetir por muchos países balcánicos y medio asiáticos, y es cierto que tiene algo de oriental, tártaro.

Pero también se puede ver uno parecido, muy negro y con una calidad de pelo distinta, más lacio y chino, entre gentes del sudeste asiático. Y hasta entre algunos chamacos mejicanos, así que sobre bigotes no hay quorum. ¡Si aún me saldrá un tratado del bigote!, Tractatus mystaci?, Tractatus superioris labri (radit)?.
Sin embargo los pontios recortan de un modo particular sus mostachos: afeitan los pelos del centro del labio superior casi hasta la raíz de sus narices, de manera que dejan un triángulo pelado sobre el labio dando al bigote apariencia de mayor longitud, aunque perdiendo grosor.

La coquetería masculina no es ajena a esta manera especial de engalanar el morro y la cara, algo que no es exclusivo de los pontios, por supuesto, la mayoría de los bigotudos dejan el mostacho por cuestiones de estética personal. Es un poco diferente a la barba, donde se da con más frecuencia el dejarla por comodidad, abandono, o incluso protesta, lo que no anula la presunción de los barbudos, que también existe. Pero en general vamos a dejar establecido que los del bigote son más presumidos que los de la barba (hay encuestas...).

Stelios Kasantsidis.   Χανι Μπενιμ Ελι Ντιρεμ Παστιρμα.


El pontio  Ρόμηρος   Ροντριγκίδης  Πραδαούτηδες.
Fotografía de  Mabel. M. M.

Desde luego para bigotes los de los maniotas, que van de un hombro al otro, como contaba también Fermor en su libro sobre esa región del Peloponeso.

Otra disculpa de esta segunda entrada pontia, era el fajín con el que sujetan los bombachos, como se ve en la imagen, que faltaba en la anterior. En la primera foto de hoy se me olvidó el cinto de cuero crudo, que quería simular las cartucheras, y en la segunda se me está cayendo el paslik, el pañuelo de la cabeza, después de deshacerse el nudo. Puse una cara muy retadora ahí frunciendo el entrecejo, pero con todo ello, más el chaleco estrecho, y embutido en negro de arriba abajo, parezco una morcilla con bigote y tirabuzón, ¡toy que arrebato!.

Como en los retratos del cretense y el maniotis, los nombres de los personajes que recreo, siguen la tradición de cada pueblo, usando como base mi nombre y apellidos y añadiéndoles los sufijos más comunes entre ellos.
En el segundo apellido (los griegos raramente lo usan) del pontio, he utilizado como sufijo el nombre con el que los griegos llaman a los pontios, Aoutides. Injustamente llevan el mismo estigma que aquí los de Lepe, y además en su caso han sido con frecuencia ciudadanos de segunda.

Στέλιος Καζαντζίδης.  Και ευρέθεν ένας Πόντιος.


Υγεία, Salud!


Ρόμηρος Ροντριγκίδης Πραδαούτηδες.
Rómiros Rodriguidis Pradaoútides.