lunes, 21 de abril de 2014

132


Noche en blanco...   y  negro.



Salí a tirar la basura




y olvidé las llaves. No me pasa frecuentemente, pero me pasa. Como no había dicho nada a nadie, iba a ser difícil que me oyeran; los niños estarían ya dormidos y mi compañera haciendo solitarios en el ordenador con la radio encendida, muy lejos del telefonillo. Para colmo el interfono del portal funciona cuando él quiere y estamos reñidos, no nos cruzamos palabra. Y para evitarlo, además de para ahorrarle a mi familia timbrazos intempestivos y fuera de hora, es por lo que trato de no olvidar las susodichas llaves. No soy de móvil, no tenía tabaco ni dinero. Me senté en la escalera exterior del edificio hasta que llegó un vecino trasnochador que me abrió la puerta. Entramos juntos y él se fue a su piso, escaleras arriba. El timbre de mi casa se había estropeado y no quería molestar al vecino, era demasiado tarde. Solo de nuevo. Sin embargo, en el rincón más oscuro, detrás de unas jardineras con flores y vegetación artificial horripilantes, genial idea de la esthéticienne del portal, había un negro tumbado en unos cartones. Los compartió conmigo, pero ¡qué inhóspito es este puto portal!




Adama Yalomba. Mali.   Mbora.






Salud y felices pesadillas



ra


sábado, 19 de abril de 2014

La Kurruca angelikalis


La Kurruca prieta a pie de obra y en traje de faena
León, 2014.

El angelikalis


Buenos días. Circunstancias de la vida han hecho que la curruca que traigo hoy a esta página haya tardado tanto tiempo en hacer acto de presencia. Sin embargo se trata del primer pajarín con el que tuve amistad en la infancia, mucho antes incluso que con la Kurruca blasensis, o con cualquier otra avecilla de las que han ido apareciendo aquí, todas colegas de la adolescencia y de la vida adulta.

Como al resto de las currucas se la conoce por distintos nombres y apellidos, aunque el más común es el de angelikalis. Y eso a pesar de su afición a la parranda. Junto a su condición de parda, a la que nunca renunció, hay una canora párvula e inocente, más guiada por el corazón que por la cabecita, exceptuando el glande y los meninos.
Compañera de juegos, de trinos y de sueños en la puericia, la Prieta, nombre que le viene de su plumaje negro y fuerte, es muy aficionada a los nabos y a los rábanos, por lo que algunos viperinos la motejan también de rabanera.
Cada cosa a su tiempo y los nabos en Adviento, es uno de los dichos frecuentes en el pico de la innominata, el cuarto apodo, finalmente, por la que es conocida.

¡Cuántas historias, cuántas correrías podría contar de ese primer tiempo de emplume y empalme, cuando todavía palpábamos una tripilla entre las piernas y la barriga blanda del bebé, pálida y panzona, a la medida del huevo que recién abandonamos!

Pero no me entregaré hoy a la melancolía, no en la primera ocasión en que escribo de esta curruca. Y eso pese a que alguno de mis recuerdos más potentes están relacionados con separaciones y reencuentros. A los diez años me encerraron en una jaula de locos a mil kilómetros de distancia de nuestro nido y hasta los quince no pude reanudar mi relación con este pájaro pardo.
Para entonces yo no había acabado de emplumar y él tenía ya un pelazo negro y denso como el coño sin depilar de una bantú. E incluso le estaban saliendo los espolones, y eso que es medio mes más joven que yo.

Paolo Conte.   Happy Feet.

https://www.youtube.com/watch?v=0s4DqJLotw0

Y volviendo a los coños, ésos fueron precisamente los que perdieron a la angelikalis.

Descendiente de taberneros, desde sus bisabuelos, la Kurrua prieta, de prieto picudo, fue una pionera en el mundo del turismo diplomado en este país. Asistió muy pronto a las clases de la Escuela Superior de Hostelería en la capital del reino y volvió hecho todo un profesional de la bandeja, el servicio y el trato directo con el cliente.

Pero, al mismo tiempo, en Madrid perdió el pelo de la dehesa y aprendió también literatura parda y demás artes natatorias, entre otras la de Cúchares.

En la adolescencia fue nuestro guía espiritual de fin de semana. Nos llevaba por la bragueta a todos los saraos donde oliera a bacalao, aunque el único que mojaba en la salsa picante era él. Toreaba lo mismo jóvenes vaquillas libres de las que tiran al monte, como veteranas y experimentadas becerras del negocio en cualquier tentadero de pago.

Netherlands Dance Theatre.  Ángeles caídos. Steve Reich.  Drumming.

https://www.youtube.com/watch?v=GuGPiZ4b-es

El  Angelikalis  llevando agua a las gallinas siracusanas.

Hizo un nido y lo mantuvo un tiempo, pero es más largo el pillo que el anillo y tornó a las andadas y a los picaderos de reses bravas, sin hacer ascos a jóvenes terneras.

Jefe de sala en comederos y figones de categoría, educado y risueño, seductor, profesional reclamado por todos, tiene en su haber el récord europedo de portabandejas, 33 con sus correspondientes servicios. Y aún así compaginó ésa, que fue sin duda su vocación, con la de cartero municipal, con la que redondear sus ingresos.

Pasó por momentos muy duros el angelikalis los últimos años, tiempos en los que permanecía prácticamente oculto, confuso y desarmado, agarrado al botellín de cerveza, otro de sus amores.
Hasta que le llegó la edad de la jubilación, hace muy poco, y se retiró a una vida de anacoreta en un nido solitario, entregado a su pequeño huerto de flores, hortalizas y verduras, y a sus gallinas, sus conejos y sus gatos.

Ha renacido la curruca y vuelve a sonreír. Casi no sale de su encierro voluntario y abandonó el botellín, las tías -¿por una temporada?-, y el juego, su tercera pasión. Sigue fumando como un fogonero. Lo voy a ver cuando trabaja llevando el agua a los animales, como en la foto, o cuando recoge los huevos de las gallinas y les abre el corral para que salgan a picotear a la huerta.
Salen también los conejos y se sientan en la hierba sobre sus patas traseras, mirándome erguidos, ¿Quién será ese pájaro con el que tanto se divierte el angelito?

Siempre fue generosa la prieta riendo mis pequeñas historias humorísticas o mis bromas, y ahora lo sigue haciendo. Y ése es quizá el rasgo más acusado de su carácter, su generosidad, tanta que a veces la ha llevado al exceso y a la disipación. Hoy le queda un pequeño estipendio, una salud recuperada y una paz con las que tal vez nunca soñó.

Parálisis Permanente.  El acto.  Jugando a las cartas (en el cementerio)

https://www.youtube.com/watch?v=hlnh_SF2FiA 

¡Salud, kurruca, y un abrazo muy fuerte!

Cannavina Carduélis, pardilla común, rebétissa, psilicosa.

viernes, 18 de abril de 2014

131


Olot.  Punto Limpio Ejemplar.
 Girona,  2012.



Salí a tirar la basura



porque tocaba, había mucha y ya olía. Tendría que hacer dos o tres viajes hasta los contenedores, ¿viajes de evacuación? Sí, también era un rescate, ¡es que había mucha!, repito. Pero me dio tanta repugnancia sólo el pensarlo, que volví atrás y la dejé para un mejor momento. ¿Un día de catarro sin olfato? Por ejemplo. Lo malo es que llevaba más de un año sin coger una buena gripe.



Albert Plá.   Diarrea Mental.


http://www.youtube.com/watch?v=xMHuZF9Z_QA


Salud y felices pesadillas


ra


jueves, 17 de abril de 2014

Ο Μιχάλης Σταυρακάκης, Τατάκης -3


Mijalis Stavrakakis Tatakis  y  Manuel Paz.
Casa de Cultura Teodoro Cuesta.
Mieres del Camino. Asturias, diciembre 2013.


Τατάκης -3


Buenos días. Antes de nada debo agradecer y felicitar a los músicos de la OCAS, la Orquesta de Cámara de Siero, y a su director Manuel Paz, por la buena idea y el buen gusto de incluir a Grecia, y a Creta en particular, en su proyecto musical, solidario y transnacional, Vínculos.
Aunque ya había subido aquí algún tema de Vasilis Stavrakakis, Mitsos, o Ross Daily, con los que inició Tatakis el grupo Λαβύρινθος, Laberinto, fue gracias a ellos como conocí a Mijalis y pudimos escucharlo en vivo aquí en Asturias. María de Paz nos presentó al final del concierto de Mieres, así como al violinista Ioannis Petrakis. Saludarlos fue un placer, como abrazar un poco a mi querida Creta.

En el artículo precedente sobre Tatakis, dejo la dirección de la página de la Orquesta junto al enlace de una entrevista a Manuel, de María de Paz, charlando un poco de la realidad y el futuro de la OCAS, de esta empresa solidaria de los asturianos, y del contacto griego en concreto, como es lógico tratándose de la animadora número uno de la comunidad filohelena asturiana.

Έκτορας Κυριάκου, Αντρέας Αρβανίτης, Μύρωνας Γρεβετζάκης και Αλέξης Νόνης.
Μιχάλης Σταυρακάκης con Νοτικά Νάκλια.  Συρτά.  (Directo, 30/11/2012).   Syrta. 


Aquí Mijalis, en directo con el grupo Notiká Náklia, me parece que toca un ούτι, el oud, una especie de laúd, algo más pequeño, tal vez su precedente histórico, originario de Irán y muy frecuente en Grecia y en todo el Medio Oriente.
Hay pues dos laúdes en la grabación. Es un instrumento que Tatakis domina tan bien como su amada mandolina, en la que creo que pocos le disputarán la primacía.

El laúd ha tenido mucho auge en los últimos años, imprescindible como acompañamiento, con un sonido elegante y más grave que el resto de las cuerdas, y que cada vez se utiliza más también como instrumento solista. Pensaba ahora en Zanasis Papakonstantinou, pero son muchísimos los músicos que se hacen acompañar sólo por el laúd. Supongo que algo habrá tenido que ver en ello el ascenso de la música modal, bizantina y oriental, donde nunca falta. Y en esa dirección el grupo Λαβύρινθος había dado ya los primeros pasos de la modernidad.

El último día de noviembre del 2012, Notiká Náklia presentaba en directo, en un local cerca del Botánico en Atenas, a Tatakis, que ya llevaba unos años sin aparecer por la escena musical ateniense. Recordad que la capital ha sido siempre escala y a veces refugio para muchos músicos cretenses -y de toda Grecia-, entre los que cabe mencionar a varios de los primeros maestros, que dejaron las más antiguas grabaciones de la música y el folclore de la isla.

Βασίλης Σταυρακάκης, τραγούδι. Μήτσος Σταυρακάκης, στίχοι.
Νικηφόρος Σταυρακάκης, λύρα. Γιώργης Σταυρακάκης, λαούτο.
 Μιχάλης Σταυρακάκης, λαούτο, μαντολίνο.  Ap'agapisei kai arnizei.


La familia Stavrakakis casi al completo, ¡aún faltan los jóvenes!. La canción pertenece al C. D. titulado Αστροφεγγιά. Σταυρακάκηδες.  Astrofegiá es la luz de las estrellas y el subtítulo Stavrakákides imagino que es, así lo traduzco en este caso para mi coleto, el ramillete de canciones de los Stavrakakis, sus cosas, la familia, sin más. 

El disco tiene once canciones: Εφιάλτης, Ο έρωτας κι ο θάνατος -El amor y la muerte, de la que ya subí una versión en el capítulo anterior, de aquel hermoso concierto nocturno en Aptera-, Ερωντική παρθένα,  Ζωή δίχως έρωτα, Κακοπαντρεμένη, Χρόνε που όλα τα χαλάςΑπ' αγαπήσει κι αρνηθεί -que acabamos de escuchar-, Αστροφεγγιά του Γεναριού, Του έρωντά σου το κρασί, Δεν κάνω όνειρα y Εζευγαρώσαν τα πουλιά.

Δημήτρης Σγουρός, Λύρα. Μιχάλης Σταυρακάκης, Λαούτο. Στέλιος Συκάκης, Λαούτο.
Ριζίτικο και συρτά.


Hoy son un poco más largos de lo normal los vídeos que he subido, pero merecen la pena y así podemos escuchar también las colaboraciones de Tatakis con otros músicos cretenses, en este caso el lyraki  y cantante, Dimitris Sgouros. Y había puesto bastantes syrtos pero poca ritzítika.

Nos informa Yannisal, que colgó el tema en youtube, que la siguiente canción pertenece al segundo disco de Χαΐνηδες, Jainides, titulado Κόσμος κι όνειρο είναι ένα, El mundo y el sueño son uno, grabado en 1993, y en el que habrían colaborado entre otros Ross Daily y Sokratis Sinópulos, Σωκράτης Σινόπουλος.

Χαΐνηδες. Letra 2ª mantinada, Δημήτρης Αποστολάκης. Tradicional.
Arreglos y voz, Μιχάλης Σταυρακάκης Τατάκης.   Ερωτικό.

https://www.youtube.com/watch?v=TcOAn_DB0fA


Ο Μιχάλης Σταυρακάκης, Τατάκης
Mieres. Asturias, 14 diciembre 2013.

Y ahora las coplas típicas, unas kontyliés, que, como he repetido aquí, son de las composiciones cretenses que más me gustan. Y ésta es una versión musical bellísima.
En su elemento las letrillas se improvisan sobre un patrón lírico común y los participantes van sumándose hasta agotar la inspiración. Son por eso apropiadas para las pareas, los grupos de amigos que se reúnen alrededor de una mesa, el postre musical que prueba todo el que sabe y quiere.

Había subido otras kontyliés del este de Creta, como las que siguen, la primera vez que hablé de Tatakis en Psilicosis .2, las de Kalogeridis, otro Protomástoras tratado también en esta etiqueta. Aquella es una versión instrumental de la OCAS en el Baluarte del puerto de Iraclio, con Mijalis y Ioannis Petrakis como solistas, pero así no me repito.

 Γιώργος Λαποκωνσταντάκης η Πεδουλαύτης, Βιολί. Μιχάλης Σταυρακάκης Τατάκης, Τραγούδι, μαντολίνο. Σάββας Πετράκης, Τραγούδι. Αχιλλέας Περσίδης, Κιθάρα.
Μιχάλης Σταυρακάκης.   Mονοκόμματος Κοντυλιές.

Ο ακροβάτης, El acróbata es el título de la siguiente canción. La he subido también a este blog, aunque son demasiadas las que pongo para recordar dónde, tal vez en una de las programaciones, espero que no se repita en alguna entrada cercana. No obstante, no pasa nada por escucharla más veces porque es muy guapa.

Es una emotiva actuación reciente en vivo con un tema de Χαΐνηδες, su segundo grupo, donde Tatakis sigue tocando el laúd. El coro de voces masculinas que lo acompaña, libre y a veces algo descompasado y tristón, tiene sin embargo todo el eco de los cantos religiosos.

El músico, el artista, es como el acróbata que se juega la vida en cada sesión...

Λαούτο, τραγούδι: Σταυρακάκης Μιχάλης. Λύρα: Γιανναδάκης Γιώργος, Λαούτο Έκτορας Κυριακού. Ένα τραγούδι των Χαίνηδων. Στίχοι, σύνθεση Δημήτρης Αποστολάκης.
Σταυρακάκης Μιχάλης.   Ο ακροβάτης.


La letra del tema que sigue pertenece al libro διαΚρητικά, de un poeta, uno de los más importantes autores de mantinadas de Creta, Γιώργης Καράτζης, Giorgis Karatzís, con otras varias obras en su haber, como ΕμινέΔιαδρομές. Mijalis ha colaborado con él en grabaciones de sus canciones.

En otro de los registros que he podido escuchar de ese mismo libro/CD, titulado Άνοιξη, Primavera, el poeta recita y cantan después la mantinada con la música del Erotókritos. Como de costumbre los griegos tienen buen gusto para esta mezcla entre recitado y canción. Y puesto que estamos en Creta, no puedo olvidar a Nikos Xiloúris con Jristos Leontís, y Giannis Ritsos recitando su Kapnismeno tsoukali, Olla ahumada.

Como del poema de Kornaros ya he puesto muchas versiones en el blog, hoy me quedo con este Φύσα Βοριά, Sopla Norte.

Απ' το βιβλίο και CD, διαΚρητικά, του Γιώργη Καράτζη.
 Βασίλης Σταυρακάκης, Τραγούδι. Μιχάλης Σταυρακάκης Τατάκης, Μαντολίνο.  Φύσα  Βοριά.

https://www.youtube.com/watch?v=3RGYY4FA80k

Βράδυ στην Πύλη Βιτούρι, μέσα στα βενετσιάνικα τείχη του Κάστρου, με τo Μιχάλη Σταυρακάκη..., Noche en Pili Vituri, en las murallas venecianas del Kastro, con Mijalis Stavrakakis..., nos informa Δευκαλίων Μανιδάκης, el autor del vídeo, ¿o tal vez el autor es el fotógrafo Γιώργος Γαβαλάς?. Gracias de todos modos a los dos.

La repito, porque ya la puse un par de veces, pero me gusta mucho y creo que la voz de Tatakis tiene aquí todo el temblor y la emoción, además de la humildad y sensibilidad interpretando, que le caracterizan. Es otra actuación en directo relativamente reciente, de finales del año pasado?, que además acaba con unos compases de su famoso θάλασσα...

Μιχάλης Σταυρακάκης: Λαούτο, μαντολίνο, φωνή. Γιώργος Γιανναδάκης: Λύρα, φωνή.
Νίκος Μαστοράκης: Κιθάρα. Ισίδωρος Παπαδάκης: Τσέλο.
Μιχάλης Σταυρακάκης Τατάκης.   Να ζησεις μονο μιαν αυγη.

Ioannis Petrakis, violín.  Mijalis Stavrakakis, mandolina.
Con la  Orquesta de Cámara de Siero.
Mieres del Camino. Asturias, diciembre 2013.

Aunque en la siguiente Τατάκης no es el protagonista, acompaña con el laúd a un inspirado violín, Πατεράκης, Paterakis, en una grabación en vivo para la televisión cretense, con buena imagen y mejor sonido, de una serie titulada Κρήτες Καλλιτέχνες, 2013, Artistas cretenses, en unas mantinadas cantadas por Vasilis Stavrakakis.
Ahí podemos escuchar la Askomantoura, la tsabouna de Yiannis Roboiannakis, del que hablamos en el capítulo precedente a propósito de la última canción donde Mijalis probaba una mandolina, cuyo luthier creo que era este músico de Iraclio, también percusionista, aquí con la Κρουστά, Krustá, esa especie de pandero.   

El tema es largo como algunos de los de hoy, pero tiene la marcha apropiada para la despedida, y ahí está la gaita para desgarrarnos los tímpanos y las entrañas.

 Βασίλης Σταυρακάκης, Μαντολίνο, φωνή. Ιάκωβος Πατεράκης, Λύρα.
Μιχάλης Σταυρακάκης (Τατάκης), Λαούτο.  Αντώνης Σταυρακάκης, Μαντολίνο, Λαούτο.
 Γιάννης Ρομπογιαννάκης, Κρουστά, Ασκομαντούρα.  Ηλιε μου Κοσμογυρευτη (Μαντιναδες)

Ya me iba, pero no quiero hacerlo sin poner antes un tema de uno de los conciertos que la OCAS, acompañada por Tatάkis y Ioannis Petrakis, ofreció al entusiasta público cretense.
Parece que recibieron una gran acogida en sus actuaciones y cariño por parte de los cretenses, según cuentan en su página, y tuvieron también ocasión de conocer y tocar con Ross Daily. Creo que a muchos de ellos la isla y la gente los enamoró, ¡no me extraña nada! 

En el Bastión de Iraclio, Creta.

Χαΐνηδες y Orquesta de Cámara de Siero, dirigida por Manuel Paz.
 Mihalis Stavrakakis, voz, mandolina. Ioannis Petrakis, violín.

https://www.youtube.com/watch?v=sCCSCTVVOZ4

Tenía otra más preparada de postre, Πάει καιρός, de Χαΐνηδες, pero me ha fallado. Hay otra...

Χαΐνηδες. Ο ξυπόλητος πρίγκηπας. Στίχοι, Μήτσος Σταυρακάκης.
Tραγούδι, μουσική, Μιχ. Σταυρακάκης.   Πάει καιρός.

https://www.youtube.com/watch?v=3tDVB1NsNq8


Γεια σου, Τατάκη μου, καλό άνθρωπο, μπράβο Δασκαλέ, παλίκαρέ!
Φιλιά και αγκαλιές από την Αστούριας.


Salud y buena música

Ρόμηρος Ροντριγούρις Ηαζιπραδάκης,  Μπαρμπαρόμιρος

Ramiro  Rodríguez Prada,  Barbarómiros

miércoles, 16 de abril de 2014

H Κως, Cos -2. Pequeño recorrido


Kéfalos desde Kamari
Kos. Grecia, verano 2013.


Un paseo por la isla


Buenos días. El segundo día en Kos alquilamos un utilitario. La búsqueda fue graciosa y cansina, porque hicimos el recorrido completo a una de esas calles al norte de la capital a las que hacía referencia en el capítulo anterior, Kanari, donde están la mayoría de las agencias de alquiler de vehículos.

Después de caminar más de dos kilómetros entrando en todas las oficinas que nos íbamos encontrando, decidimos regresar, tristones, atorraos por el sol que ya abrasaba y con la certeza de que la isla se nos negaba una vez más. Ni nosotros estábamos hechos para ella, ni ella para nosotros.
Había coches, pero muy caros para nuestro bolsillo, y los asequibles, alquilados ya o apalabrados. Al día siguiente era el uno de agosto y el pico más alto del turismo en la isla.

Pero no sólo se frustraba nuestro deseo de conocer Kos, también el plan que habíamos ido pergeñando. Porque nuestra intención era buscar algún lugar al sur de la isla para uno o dos días, más tranquilo que la capital, donde aguardar la noche del regreso al aeropuerto y a Barcelona.
Al llegar, más o menos, a la altura de nuestra pensión, en la paralela Averof, íbamos a coger una calle lateral que la une con Kanari, cuando reparamos en una agencia familiar minúscula que no habíamos visto antes, en el chaflán. Y ahí se nos abrió -iba a decir de patas, pero no- Kos, por fin.

En Psilicosis. 2, empecé por la capital y seguí con dos puertos de la isla, Kamari y Limnionas, el primero en la bahía de Kéfalos, en la costa sur y el segundo en Sfakiá en la norte, a menos de tres kilómetros de Kéfalos, que es el pueblo más grande e importante del suroeste de la isla, último de la carretera central que atraviesa Kos desde la capital. Y es que ésos fueron los lugares donde hicimos las primeras paradas buscando también la pensión para la vuelta.
Decía allí, que el golfo de Kéfalos tendrá unos veinte kilómetros desde el cabo Ayios Nikólaos al este, hasta el Ruziano, que lo cierra por el oeste abrazando el pequeño puerto de Kamari. Sobre él se levanta Kéfalos en una terraza rocosa. Esta terraza de rocas volcánicas próxima al mar, que recorre todo el círculo de la bahía, la abriga desde sus alturas. Aún así el golfo es abierto y la larga playa de arena, ventosa, apta para la práctica del surf. Aunque ya es una zona apartada de la isla, en verano hay bastantes turistas.

No encontramos habitaciones en Kamari, y Kéfalos está un poco alejado, colgado en su terraza; sin coche es un problema, aunque el pueblo nos gustó mucho, podría ser un buen destino para unas vacaciones tranquilas, con algún vehículo que te acerque a las playas. Porque una cosa es no ser muy playero y otra estar viendo un mes el mar desde arriba y no mojar ni un huevo.

Y Limnionas sólo es un puertin, guapo eso sí, con una especie de hostal grandón enmedio de la nada, donde no hay ningún servicio, todo muy provisional, aparte de la cama y la comida. Hacia el este se abre el golfo de Jojilari, de las vecinas Sfakiá y Volkania, muy ventosas y donde se practican deportes de vela, montones de paracaídas cabalgando las olas, que llegan muy potentes hasta las numerosas playas de los alrededores. En el horizonte marino del norte se ven Psérimos y Kálimnos.

Πεντοζάλης Κω. Pentozali de Cos.


Bahía de Kéfalos e isla de Kastri desde el pueblo.
 Abajo, Kamari y al fondo el cabo de Ágios Nikólaos.
Kos. Grecia, julio 2013.

Comimos en una taberna griega en Kamari, al borde del agua, el Stamatia?, con una familia catalana al lado, y por la tarde nos fuimos a bañar a una de las muchas playas de la Bahía -en realidad una sola, sin solución de continuidad prácticamente hasta Kardamena, más al este del golfo y del cabo San Nikolás-. Es tan grande que no hay ningún agobio de gente. Claro que no había llegado todavía la horda agosteña.
Escogimos una de nombre muy atractivo, Parádisos, el Paraíso, aunque también pudo ser la de Lagadas o la Camila, porque son pistas de tierra y polvo blanco que descienden a plomo hasta el mar y a veces enlazadas.

La vista es idéntica en todas ellas. Aparte de la bahía, hacia el mar, al este, se ven las islas e islotes que rodean Nísyros, en el horizonte, y en primer término la islina de Kastri, a 100 brazas de la playa.
Nos pareció en esta banda una isla casi tan luminosa como después Rodas, con una luz vivísima, cegadora en ocasiones, y unos blancos y azules, potentes, netos y sin mácula.

Después del chapuzón pasamos de nuevo por Antimagía, cerca del aeropuerto, y sin parar nos adentramos en el interior de la isla buscando Ziá, uno de los pueblos más guapos de Kos, según dicen. No sé cómo son los otros típicos, pero Ziá lo es.
Dejamos deliberadamente a un lado, porque no teníamos tiempo, a Mastijari, Marmari y Tigaki, otros tres pueblos importantes, porque lo que habíamos visto al pasar y parar en el autobús del aeropuerto, no nos convenció. Pueblos con playas fáciles, no lejos de la capital, a tope de turistas, poco menos que en Kardamena, que también lo dejamos pensando en verlo al regreso de Rodas.
Hay que tener en cuenta que de los 30.000 habitantes (10.000 más en verano) que tiene la isla, la mitad vive en la capital y la densidad de población aumenta exponencialmente cuanto más se acerca uno a ella. De todos modos, por los tres primeros y por Zipari pasaríamos aún dos veces más, al volver en el bus que nos llevó gratis de Kardamena a Cos, y en el del aeropuerto la noche que regresábamos a Barna.

Cos es la niña mimada del grupo. Es verde, lujuriosa y un tanto desgreñada. Una isla que no se molesta en peinarse el cabello.
Así la describía Lawrence Durrell a finales de los años 40, en su libro Reflexiones sobre una Venus marina, de Rodas y el Dodecaneso. Hoy quizá ya la peinaron en demasía.

Μαρίκα Παπαγκίκα.  Μηλο μου και μανταρίνι. Manzana y mandarina mía. Nueva York, 1928.

A la izquierda Kálymnos, a la derecha Psérimos, desde Zia.
Kos. Grecia, julio 2013.

No obstante sigue siendo una isla verde, y boscosa en el interior, especialmente en las laderas de la cadena montañosa que la recorre desde la costa noreste hasta el centro y cuya cumbre, que es también la de la isla, el Dikeos, mide 843 mts. En esas laderas cosechan un vino de calidad.
El resto de la isla, salvo las crestas que rodean las distintas bahías, es bastante llana.

Ziá está situada en la falda noroeste, debajo mismo del Dikeos, a unos 400 metros de altura, con unas vistas espectaculares sobre el canal que separa Cos de Psérimos y Kálimos, al norte, y Turquía al este.
Al atardecer se llena de turistas que van a ver la puesta de sol y que se quedan después a cenar. Nos enteramos allí, porque nosotros simplemente volvíamos hacia Cos capital y era la última visita prevista del día.

El pueblo, en una ladera muy empinada con callejuelas llenas de altillos y escaleras, entre los árboles centenarios, está totalmente tomado por el turismo masivo, desvirtuado por los puestos de recuerdos, restaurantes, decoraciones naïf nada interesantes, etc. Y eso que era el último día del mes y no había ni la mitad de público. Aparcar en alguna de las cuestas del pueblo o de sus inmediaciones es cosa milagrosa.
Aún así merece la pena subir porque el espectáculo de las islas es magnífico, sin duda, y el entorno tan húmedo y frondoso, un inmenso huerto lleno de grandes árboles bajo las peñas del Dikeos, fresco después de aquel sol inhumano, es también digno de admiración.

Hubo una puesta de sol entre islas algo brumosa esa tarde, muy bonita en cualquier caso. Y tampoco andamos coleccionando ocasos, creo que me repito.

En fin, para un sólo día de coche, aprovechamos cuanto pudimos y llegamos a Cos hechos polvo. Lo cual no es lo ideal teniendo en cuenta que unas vacaciones son para descansar. Pero a veces también es sano cansarse, ¿o no?

Μαρίκα Παπαγκίκα.  Σαλα, Σαλα.  Ν. Υορκη, 1926.

https://www.youtube.com/watch?v=9_qxW7BRkXw 

En cualquier parte
Muelle exterior del aeropuerto de Kos.
Grecia, verano 2013.

Han pasado ya ocho meses desde que empecé a contar este viaje y le he dedicado muchos capítulos al Dodecaneso. Algunas veces me pierdo y ya no sé si conté algo, si me repito o si se me pasó.
Creo que tengo una entrada del paso de Nísyros a Kardamena, en Kos, y allí contaba la pequeña anécdota con el chófer que nos llevó gratis, desde este puerto del sur a la capital, pasando por los pueblos de la costa norte, cogiendo y posando turistas de distintos hoteles. Si es así se publicará antes que ésta y sobraría la aclaración. Y no se puede con todo.

Una mención a Marika Papagika, de la que ya he subido varios de sus temas grabados en New York en los años 20. Nació en Kos, aunque su familia se trasladó pronto a Alejandría. Es una de las grandes intérpretes clásicas de la música ligera griega, especialmente de los ritmos orientales de la Rebétika, la Smirneika, la música de Esmirna, tan cercana, karsilamás,  tsiftetelis, amanés..., y maestra de las siguientes generaciones de rebétissas, como Marika Ninou, que si no recuerdo mal tomaba su nombre de ella, o la más joven Marió.

Μαρίκα Παπαγκίκα. Tsifteteli. Θα σπάσω κούπες.

https://www.youtube.com/watch?v=rHIas6kBnEE

Salud y buen rumbo

Barbarómiros.