miércoles, 25 de enero de 2012

Flores de la terraza -3


 Crisantemos, invierno 2011

Del Pulgarzito, de su último doble CD, Nomemorí y Vengafiesta y de este último, las sintonías, un  bacilón ligüístico en el título, Isthar Bull, full de Istharbull, de Istambul o de istar del bull mui full, o sea, istar mu fur der bur, Istarbur bury stin bulli, Ian Dury, estar der bulli mui dury porer norte y porer sur  y.
Es el contrapunto elegante a la octava agónica de ayer.



Algo pasa, no estoy, no soy capaz de reírme hoy. Cualquier día es un milagro pero algunos más.

Una traducción precipitada en cuanto al estilo, pero con la ayuda del Inmortal Dimitris, la intentaré maltrasladar al castellano en un estado de enagenación notable después de una tarde con la curruca Arruabarrenensis, el Picogordo cardiológico, que me puso el coco carioco.

Canta Marió, la reina viva del rebétiko, un tema titulado Kati za ípie o Zeós, Algo que (fumó) bebió Dios, o Jasisi que o Zeós,  El Haschís y Dios. A la remanguillé:

Alrededor de la iglesia, directamente, (arround de ermita, directly)) 
¡Amám!
para quemar en el incensario (el mavraki, el marroncillo).
Un diácono en la esquina (en la inopia)
y el cura que dice (el enterao)
¡Amám!
-¿Le dijo algo, Marió mía, el cura al diácono? (Le dijo...)
-Nako mío, escucha para oír y mira para ver (atiende y vigila, pasmao).

Haschís fumó Dios
e hizo el mundo,
Y se lo dió al hombre (el marrón),
¡derviche mío! (inocente!),
y éste puede emborracharse (mamarse).
¡Dale caña que soy pescador! (dale puñaladas que soy médico, dice o Zeós, corta un cacho, mamarracho y coloca, broca!)
¡Toda la manga-ntería! (Los mangas, la baska monegaska)
Marronín de Bursa,
fumeque persa
y la brasa en el nogal (la pipa),
¡manga mío! (colegui),
el narguilé para quemar (el marronín).
Cuando me coloco,
¡mangas míos! (pasaos!),
las preocupaciones huyen de mí.
Unos toques al narguilé,
¡tronqui (mío)!, (turrión!)
me endulzan los colocones.
Unos tientos a la pipa,
¡colega (mío)!,
endulzan los colocazos. 



Boas noites.


Skylorómiros.

martes, 24 de enero de 2012

Sombras -3


San Justo, diciembre 2011

Entre los pensamientos recurrentes sobre el blog está el de las Etiquetas. Ya comenté que en ocasiones me apetecía abrir alguna otra menos genérica, acotando más los temas. Así, he ido recargando algunas como Alfabetos, Arquitectura o Perdío en detrimento de otras como Música o Currucas pardas.

Sin embargo siempre se impone la mesura y me digo que con las que atiendo voy que chuto, ¿qué importa que unas engorden más que otras? Porque hasta hace bien poco seguía con el empeño de llevarlas más o menos a la par, lo que me obligaba a escribir en ocasiones sobre un asunto del que no me apetecía mucho hablar ese día. Pasé de ello.
No desdeño la eficacia de la disciplina pero yo ya cargo al hombro con una más real e impositiva que cualquier vocación, y en estos días fríos la cruz absorbe la humedad y pesa más.

Veo el blog de mi colega Lucas, Geotropía, con la tira de etiquetas, como mis ristras de fotos y no sé porqué me viene a la memoria un poema que recitaba mi padre y que se atribuía, desconozco si es apócrifo, a Espronceda.
Se titulaba Desesperación. Debía de ser uno de aquellos pertenecientes a un libro que manejaron los de su generación titulado Las 100 mejores poesías de la lengua española, o algo así.

Los quintos suyos tuvieron que aprender de memoria, como él, muchas de aquellas poesías, e incluso generaciones posteriores, y hasta estudiando en los curas.
¿No era Desesperación un poco picante para la época?. Yo casi la aprendí también de oírsela, sería el morbo.
¿Porqué la asocié a la profusión de etiquetas?. Pues quizá por esa liberalidad y despatarre sin complejos que describe el poema.

Los versos que recordé son los finales y decían:

Me agradan las queridas
tendidas en los lechos
sin chales en los pechos
y flojo el cinturón,
mostrando sus encantos,
sin orden el cabello,
al aire el muslo bello...
¡Qué gozo, qué ilusión!
  

León, invierno 2011

Es todo el poema bastante tremendo, tremendista y tremebundo, con la característica escenografía fantasmagórica romántica. Recuerdo con más frecuencia aún estos otros versos:

Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar.

¡Ñoooooó, qué fueteee! La adolescencia trascendente, la atracción de las ánimas benditas, de la fosa.

¡Joossss!...
¡Medo, paura y tremor,
apiádate de nos Senior! 

En otro orden de cosas y de poemas he aquí uno de Perito en Lunas, de Miguel Hernández, muy modernista y valleinclanesco. Duro de roer.

La Octava nº XXXVII, Crimen pasional.

Fría prolongación, colmillo incluso
de sus venas, si instables ya, de acero
y salidas de madre por ayuso,
injerta en luna cata vivo cuero.
Si la firma Albacete, hizo mal uso,
a lo inconmesurable, de mi entero.
Lengua en eclipse, senos en agraz,
estamos para siempre en guerra, en paz.

San Justo de la Uve, 2011

El Púlgar, Pulgarzito, se atrevió a musicarla y me encontré con esta grabación casera hecha por él mismo, ¿al final de una noche arrasadora?, pero con el alma que le quedaba en la garganta y en la guitarra. Creo que es la primera vez que se pone música a esta octava.
El Púlgar recrea también, en cierto modo, sus orígenes de músico callejero, de cantautor y crooner solitario, más intimista que ruidoso, un superviviente de varias guerras, aquí de un crimen pasional.

¡Qué pensamientos te asaltaban, brother, con esa carucha descompuesta y triste, manito! Estamos para siempre en guerra, en paz...


Υγεία, Salud!

Barbarómiros.

lunes, 23 de enero de 2012

Flores de la terraza -2


Crisantemos, San Justo de la Vega, 2011

Dedicada a Luis Fernando, el riojano barcelonés del blog Palo y circo, al que seguimos y tenemos en favoritos, por su dedicación desinteresada y valiente a la causa de la verdad y por las sonrisas que semanalmente nos regala.

La tresca y la verdesca, en compañía de Eliseo Parra a las voces, interpretan Mirant-me passar. El vídeo fue producido y realizado por la Companya Ne Me Títere Pas.


Y no me puedo resistir a poner un tema de Eliseo Parra, folclorista y sabio de la música, que junto a Xavi Lozano, el hombre orquesta, formó un duo llamado también Dúodeno, no confundir con la Duodeno Band de ayer, alumnos suyos como quien dise, ni con otros de parecido nombre.
De todos ellos volveremos a poner más música.
Parra y Lozano merecen entradas aparte en Música española.
Para colmo, la canción la subió alguien que firma Mirmidón producciones, estoy viendo casi a un filoheleno en la corte de Aquiles, de su padre, el buen Peleo.

Eliseo Parra con una banda de impresión, ecos folclóricos mestizos, castellanos -un comentario de "guijarrosa" nos informa que es una tradicional charra-, mediterráneos, orientales, sureños, cubanos, jazz y ritmo, su voz y su pandero. Fusión elegante, de alta calidad. Una danza con letra y música chispeantes.

El título de la canción, Brillante, es una excelente definición del sonido.

¡Un gozo!  


Salut y força al canut!

Barbarómiros

domingo, 22 de enero de 2012

Sombras -2



El canalón proletario

Este es el canalón y su sombra que me prestaban en la fotografía de una fachada en Chimeneas, donde mencioné al rey de los canalones en Shutterchance, Chad Doveton. Estos días de atrás ví unas fotos que le hizo un colega suyo inglés, Richard Trim (trimage), buenos retratos pero en la onda del Fotomatón, poniendo caras.
A propósito, tenía una muy guapa Richard de canalones turquesa en una fachada de ladrillo, la del día 20, ¡el no vas más del canalón!

Digo que yo soy soy un guaje pero éstos, que no son más jóvenes que yo, lo parecen también muchas veces, juegan y se divierten sin abusar demasiado de la bitola artística, ¡dichosos ellos y el humor inglés, cualquier humor que nos permita sonreír!

Escribí un primer capítulo titulado Shutterchance conection y prometí el segundo después de que pasara un tiempo que me permitiera seguir las imágenes de los ya conocidos y de algunos otros, porque la reserva es mucha y el tiempo escaso.
Ya estaría en condiciones de hablar de varios fotógrafos y de hecho he mencionado esporádicamente a alguno de ellos, Philine, Larry Bliss, Janina o MacADNsky y dedicado entradas a otros, como Anniedog o Belén Lozano (crecer), y por supuesto a Giannis Tzakós (apodromos) y Andrés Edo (aedotor), que me gustan y ante todo son amigos.

Debo dar todavía un repaso final detallando un poco las fotografías porque hay tantas que me superan y tendré que seleccionar autores, como la otra vez, lógico. Alguno se me escapará, como me pasó con Nostalgia, que además era de los primeros que había empezado a seguir. No tiene mayor importancia.

De todos modos la elección será de nuevo cuestión de interés personal más que de jerarquía artística. Y no hay prisa, sigá sigá, poco a poco.

Como véis continúo con el Metablog, adelantando un poco de lo que tengo en perspectiva. Es como la sombra del aro, un correlato.
Mencioné ayer la serie Sol y sombra. Tengo una tercera aún sin concretar. Quiero que ambas precedan a las anunciadas en Murias, las Tapias, porque en ellas hay ya imágenes de tapiales que enlazarán mejor con las siguientes entradas previstas.


León, diciembre 2011

Y finalmente dispongo de otras dos tiras, puertas y ventanas. Se andará, espero.

Toda esta pequeña colección de imágenes en serie que he colocado y las que anuncio son del pueblo leonés de San Justo de la Vega, algunas del mes de noviembre y la mayoría de finales de diciembre del 2011, ya en invierno. Con heladas pero con sol y cielo azul. Tuvimos suerte.

Soy consciente de que para seguir este guión tendré que dejar en el relativo abandono en que se encuentran etiquetas como las Currucas pardas, las Gallinas siracusanas o la Música griega  y española. Estas últimas me molestan menos porque casi a diario pongo música en las entradas.

El caso de los Zombis geniales es diferente ya que depende sólo y exclusivamente del capricho de los mismos. Don Ramón desapareció en el aniversario de su fallecimiento, el 5 de enero, y no ha vuelto a dar señales de ¿vida, muerte?.
De Paco Gila y de don Vicente Van no sé nada desde hace meses.

Había pensado incluir entre los Zombis al Inmortal Dimitrios, el monje hesicasta que hace la Filokalia en Áthos, en el chabolo de la horrible Karúlia, Η φρικαλέα Καρούλια, pero enseguida lo descarté: se trata de un ser vivo no de un difunto.
Seguiré hablando de él en Perdío y otras etiquetas.

Por otra parte supongo que no me resignaré a no meter alguna morcilla entre los chorizos (ya la metí hoy) o, dicho de otro modo, a relajar un poco, es un decir, entre ristra y ristra, con alguna guindilla picante, aunque no venga a cuento con las sombras y demás seriales fotográficos.

La otra cosa que me ha tenido preocupado es el comentario del Capi del "total desacuerdo". Aunque en Reflexionando quería agarrar al toro por los cuehnnos pensando en voz alta, no quedé conforme, no estuve lúcido ni fino. He seguido rumiándolo. Pero continúo confuso y torpón como un buey.

Pensé en dos entradas donde algunas personas pudieron sentirse molestas. Yo había sopesado las palabras sin embargo, como hago siempre, y reconociendo la dureza y la dificil digestión de lo escrito creo que, sin que suene a disculpa que de cualquier forma pido a quien se sintiera herido, entra de lleno en el estilo escatológico al que también me debo y ha de ser leído y entendido en ese contexto.
No creo en ello pero no soy un antidiós y tampoco matacuras.

San Justo de la Vega, invierno 2011

Una entrada era Villancico del día 30 del mes pasado y el dios al que me refiero es el dinero no Jesucristo o Alá. Esas creencias las respeto cuando no las acompaña el fanatismo de imponerlas a los demás. Bien es verdad que los villancicos se nos imponen a los no creyentes pero eso también es entendible, leve y diculpable. Sobre todo por los comerciantes que alimentan el guirigay para su negocio.

Así pues no era una diatriba contra el candoroso y bello coro infantil del Gloria a Dios en las Alturas.
Los ripios eran malos a rabiar, un exhabrupto, lo asumo, pero no había insulto a las creencias o a las personas. Y así soy también.

La otra era la del 26 de diciembre, Sto jorió mu, En mi pueblo. El día más frío de los que pasé en León, cayó una buena helada. Un poco rabiao por el hombro, tampoco estuve muy fino ahí, me cisqué en los dioses chungos que inventamos. Que los inventamos no creo que admita discusión, la calificación moral de los respectivos mitos que la ponga cada fiel, pero yo prefiero los buenos, comprensivos y consentidores si quieres, que no me castiguen.

Me extraña no obstante que sea en esto donde tengamos el desacuerdo, pero lo comprendería, es una cuestión de límites que no es fácil calibrar en un estilo que no debe ser complaciente dado el género que representa y los temas que trata.

No soy partidario del abuso de la blasfemia, el taco o el insulto, pero tampoco firmaría por su abolición o desaparición, es parte del lenguaje más expresivo y se queda casi siempre en pura interjección, pocas veces escuché una blasfemia cuyo destinatario fuera el Divino Verbo realmente. Un uso escaso y responsable no lo juzgo inoportuno. Pero contra el enemigo ruin.

Ya trato de no abusar.
¡Cuando me los pillo
con la tapa del piano
yo no lo puedo evitar!.

Y a los que aquí insultamos están disfrazados de gallinas, de cerdos, de chorizos culares, son ruinos de verdad, con nombres ficticios aunque reconocibles, porque es parte inseparable de la sátira más ácida arraigada en esta piel de toro y en mis genes, no genitales.

Todavía no me quedo tranquilo y seguiré buscando. Pero que conste que no puedo sino mantenerme siempre alerta, es parte del oficio, porque las palabras son como liebres, corren que se las pelan y luego ¡agárralas por el rabo! (para quien lo desconozca, en León les llamamos rabonas, sin rabo). Y a veces como balas, aún más rápidas que las leporinas, nada tímidas y mucho más dañinas. Por eso no me avergüeza tampoco pedir perdón.
Las ideas todavía son más difíciles de domeñar porque, entre otras cosas, están compuestas de un montón de palabras, Dèu meu, salut y força!..

Duodeno Band, un descubrimiento a través de Geotropía, nos cantan, en El Canchal de la Gallina en Hervás con una guitarra blusera potente, La hormigonera asesina y Palindromofobia.

Salud, Υγεία!

Barbarómiros. 

Flores de la terraza


Geranio, noviembre 2011

Como me cuesta mucho prescindir del color, voy a introducir una primera morcilla que alivie un poco el predominio bicromo del blanco y negro, que aparecerá estos días y los sucesivos.

Son los colores de las flores que rodean las paredes donde hice el resto de las fotografías, en la terraza. Lola es una gran aficionada y tiene mano.
Pondré en ocasiones imágenes tratadas, como ésta, después de descubrir ese otro juguete del ordenador que permite alterarlas.

Con las que tienen más fallos por alguna razón, enfoque, encuadre, luz,... anduve experimentando. Soy un novato y todavía me fascinan estos espejuelos y cuentas de colorines.

No hay, por ello, pretensiones artísticas, cualquiera puede intentarlo y la mayoría volveréis a sonreir con mi ingenuidad, ignorancia y..., ¡de dónde salió este ancestral, este cavernícola!. Sólo me considero un aprendiz de fotógrafo, de casi todo, las subiré por el color y el contraste que suponen frente al resto de imágenes.

Y, por otra parte, ni la pintura es del todo color ni la fotografía siempre retrato realista, hay unas constantes que ligan todas las disciplinas llamadas artísticas, los terrenos donde se separan tienen más que ver, en mi opinión, con aspectos primarios de cada campo, los materiales, el modo de enfrentar la especialidad, los medios y el espacio con que se cuenta y hasta los canales de difusión, las modas y, en definitiva, el mercado. Aquí preferimos disfrutar a vender.

Serán entradas incluso más cortas que ésta.

Os pongo la música que más escucho estos días porque el chaval mayor la está ensayando.

De Robert Schumann, Waldszenen, Op. 82.  Escenas del bosque. Piano, Claudio Arrau.


Salud y color.

Barbarómiros