domingo, 24 de julio de 2011

La tos que yo me sé


La tos que yo me sé
(Catálogo de toses)
Oviedo 2006


La tos que yo me sé
la tosen más los pobres que los ricos
y sé también que no se entiende
un lenguaje tan simple como este
podría muy bien toser para explicarlo
pero sé de buen oído que no escuchan
(quién puede leer una tos entre paréntesis
con el estruendo de sus estornudos)

Catálogo de toses. Oviedo 1990.

Ramiro Rodríguez Prada


                                                                                                                                   

La falacia de curso legal -3


Hablamos de pobreza, solidaridad y supervivencia. Con poquísimo saben hacer maravillas y quien no vea esto o está ciego y no entenderá nada, o sólo mira la superficie de las cosas y será incapaz de comprender a Grecia y a los griegos, la verá pero no la catará. Así nos pasa a todos muchas veces con cosas menos complejas.

Es una sociedad empobrecida pero sabia que aprendió a vivir frugalmente sin renunciar a lo esencial -incluídas las pastas y las patatas que alimentan a medio mundo- y a sacar partido a su escasez de un modo admirable. Pocas cosas sí, pero ricas ricas. Hablando del Anatolikós de Alikés, en Zákinzos, un muy buen restaurante con una carta de estupendos, y algunos caros, platos, decía que había comido allí  ensaladas de tomate únicas, inconmesurables.  A eso me refiero, a un tomate maduro mediano cortado en rodajas de 5mm. de grosor, con aceite de oliva, sal y orégano por encima. No hay más. Diez. ¿No sé si me explico?.
Lo podemos aplicar a la comida, a la economía doméstica, la cultura, el trabajo o a la diversión y la fiesta. Han sabido rescatar y mantener unas formas sencillas pero esenciales, elementales pero muy potentes., incluída esa red de apoyos mutuos que es el entramado que les ha permitido sobre-vivir, como aristócratas, con lo básico.

Chíchika, chicharra

Muchos plumillas que denuncian ahora la generalizada corrupción griega, cloquean como gallinas, estridulan como cigarras, cuando se refieren a la calidad de vida de occidente. Estridulo y me río yo  del concepto europedo centralista de la calidad de vida fundada en el consumo, y hablo desde un país, el nuestro, que no es de los que la tienen peor, pese a todo.
No digo que terminar con ese entramado solidario sea acabar con ellos, porque ésa es la Grecia eterna -no se me ocurre otra palabra mejor ahora- a la que, alguna vez, me he atrevido a referirme y con esta no podrán, pero lo intentan, confundiendo falaz y deliberadamente no a molinos con gigantes sino a churras con merinas, y tratando de vender a toda costa una lana que nunca fue ni será suya.

¿Que hay corrupción?. Naturaca, como aquí y los más ricos los más corruptos en todas partes. ¿Que lo pueden pasar, que lo están pasando muy mal?. A eso vamos. Ya estamos bien jodidos, seguiremos en la pelea.

Lo difícil, le decía a Jesús Aller, será dar con una solución lo menos traumática posible para la mayoría, que es quien paga el pato propio y ajeno. Pato ajeno, el de los banqueros, lacado de oro, que no es pata es pata dón, en los cojones de los menos responsables del desaguisado, que son el 90% de la población.

La profunda corrupción a todos los niveles con la que nos apalean algunos ignorantes metidos a comentaristas políticos, es un recurso rastrero, miserable y penoso que intenta democratizar responsabilidades, la culpa cristiana, poniéndonos su viga delante de los ojos. Está muy bien asumir la parte que a cada cual le corresponda en la ´crisis`, pero aquí no se discute el principio de un ciudadano un voto, a lo que parecen reducirse nuestras democracias.
Se trata de depurar esas responsabilidades, empezando por los mayores especuladores, que siguen riéndose de la mayoría, enriqueciéndose aún más con la movida. Son gente conocida, empezando por directivos de grandes bancos europeos centrales y nacionales, de cambalache con sus socios griegos, no gente solidaria, auténticos mafiosos.

Ese es el agujero, el Ideon Antron, el pozu negro del Teach. El voto de esa gente vale tanto como el mío su responsabilidad en el latronicio no. Lo que hacemos es un paripé de democracia donde los ricos, que son pocos, roban, prevarican, defraudan y trapichean a gran escala y pretenden que el resto paguemos democráticamente el desfalco, apelando, para colmo y recochineo, a la igualdad ciudadana y política. ¡Muy bonito, diría mi güela!
A otro perro con ese hueso, a esto se le llama plutocracia.

Os dejo hasta el siguiente y respiremos mientras tengamos aliento.
Salud, yasas!

Ramiro Rodríguez Prada

Alquimia choricera

...en fin, el chorizo cular al que nos queremos referir en esta sección no es, en puridad, el zurullo clásico, aunque también, sino la sublimación metafórica del mismo.

Esta operación, considerada de las más difíciles, por la complejidad y sutileza de las operaciones puestas en juego,  determina el aspecto final del producto que se ofrece así, casi virgen, al noviciado, más virgen aún, zurullo teologal.
El chorizo no ha perdido nada de su esencia en la operación y, desechando la materia inerte e innecesaria en las siguientes manipulaciones, las cazcárrias, tendremos en nuestras manos un material de primera calidad, que conserva todas sus cualidades organolépticas prácticamente intactas. Pura alquimia cular.

La sublimación no opera ni desde la ignorancia de las leyes físicas ni desde la inocencia, al albur de azares más o menos felices, sigue un protocolo,  debe someterse a un proceso de fiscalización y decantación  riguroso, sin excluir al investigador, donde los procedimientos y el sujeto inquiriente sufren las más duras pruebas de autentificación, que incluyen el consumo del producto investigado, experiencia inefable, sea el zurullo cular, ristra, de vela, escolástico, carterista o de altura, el más escaso pero picante, venenoso y reacio a la observación directa y a la experimentación empírica.

El cular no es, necesariamente, el peor de los chorizos, porque su calidad no depende de su denominación sino de la bondad o casquería que se embuta, pero lo que lo distingue de otros no es el hecho de que roben bragas o calzoncillos, que eso lo hacen sólo por oficio y necesidá cacos pobres, sino el olor que despide el pastelako resultante, inconfundible, clamoroso por las expresiones de admiración  con que se le acoge en ambientes iniciados y amigos.
No se me ocurre un mejor ejemplo de lo expuesto que el salchichón culero valensiá, fuet culé en Cataluña, y que me perdonen los valencianos y barcelonistas que saben ehtinguí  como naide el zurullo zurullo, del mejor embutido del mercado.
Y los merengues van a la par, que en Madrín se consume chorizo cular chulapón de la mejor calidá, aunque sea de Cantimpalos, de Candelario o de León.

A ver si otra madrugada estoy más fino y lo explico mejor, porque después de releerlo con detenimiento sigo sin aclararme y no sé si hablo de chorizos como burros, de ladrones asgalla, de longanizas de poco más o menos, de culares con solera, de cagadas malolientes o de todo a un tiempo.  ¡Buff!, hay embutido pa rato.

Salut y bon apetit.

Laverga de Vich.

sábado, 23 de julio de 2011

El Philippéion de Olympía


Filippéion de Olimpia

Peloponeso
Grecia 2009

Algunas piedras sueltas...

Miguel Gila

¿Qué pintaba allí Gila?
Lo entenderéis enseguida,  pero alguno ya  se coscó primero, lo sé. Antes de nada debo retractarme de un desafortunado comentario que inserté ayer en Desde la popa ( 06-07-2011. Kiparisi a Pylos), en el que prometía cortarle los huevos al informador del Capi del  Teach sobre  las ruinas de Olimpia, que lo hacía en unos términos inaceptables, ´algunas piedras sueltas`, no para el deportista que no soy, pues ya sabréis que toy psilicoso perdío, pero sí para el devoto del Hermes que vive y reina en Olimpia, en  amor y compañía de otros inmortales no menos poderosos.

Tengo que retractarme yo en lugar de Alberto, como le pedía, porque esta noche se llegó a mí don Miguel, el de la boina, y me dice, pero a cierta distancia, que yo reculaba temeroso viendo la cara mala hostia que tenía, ¿¡cómo es posible tanta inquina en un zombi de su retranca y a quien tanto admiro?!, pues va y me suelta,  ¿A quién decías que le ibas a cortar los huevos?,  y fruncía el ceño mirándome torvo.
Ya no esperé mais porque llevaba el garrote en la mano y la boina ladeada que no le había visto nunca y me dió muy mala espina. Eché a correr. Vi que Gila enfilaba detrás y, a poucos pasos de él venía también, cómo no, el simpar don Ramón, que sigue necio y entocinao en la persecución y parece rejuvenecido, tal vez al encontrar a otro colega  que le sigue el rollo, tan chinao como él, por más pachorro y tranquilón que parezca  Miguelín en la vida real.

La pregunta a contestar es, ¿ fue Gila el informador desconocido del Capi?
¡Qué par de turriones, manúla mú!, no Alberto y Gila, sino éste y el otro...

Salud.

Barbarómiros.