martes, 6 de marzo de 2012

Retales -2


León 2011

Tres o cuatro, como mucho

Estaba decidido a regresar a su tierra fuera como fuese, no aguantaba más en aquel país. Llevaba ya 18 años rodando por el mundo.

Pero antes tenía que cubrir algunas necesidades perentorias.

Había salido de casa a los 14, pronto cumpliría 33 años.

Recogió algunos libros amontonados en el mostrador y los fue colocando en su sitio. El de bibliotecario era un buen trabajo que debía a su afición a la lectura.

Cuando llegó a Europa no sabía nada del idioma del país, pero tuvo suerte en los centros de acogida por donde pasó, aprendió a leer y a escribir, y en casa de una familia donde vivió casi dos años, hasta encontrar su primer trabajo, le cogió gusto a los libros.
Su familia adoptiva, un matrimonio de médicos mayores con  hijos ya casados, era lectora y guió sus primeros pasos. Lo alentaron a estudiar e hizo el graduado escolar, pero más por contentarlos que por deseo suyo.
Le gustaba leer, pero se aburría mortalmente en clase. En cuanto tuvo oportunidad, cumplidos los 18,  lo dejó.  El médico le consiguió un buen trabajo en una tienda especializada en libros de medicina. Hacía de recadista, pero después lo destinaron a una sección de la librería, más pequeña, de literatura general. Allí terminó de formarse.

No leía, devoraba los libros. Todas las noches se llevaba uno a casa, el que ya había empezado a leer en la librería durante la jornada, en los pocos momentos de ocio que permitía el trabajo, libro que devolvía por la mañana.
Los sábados por la noche se reunía con sus colegas, algunos de ellos los primeros que había conocido al llegar a aquella ciudad, todos compatriotas de distintas edades y cada cual con una historia potente a cuestas. Era el mejor día de la semana. Había una chiquilla morenina que lo tenía subyugado.

Ya enviaba dinero a casa y quería tener su propio espacio. Sus padres lo ayudaron, amueblándole el piso que alquiló con buenos muebles de segunda mano. El día que se trasladó le echó una mano un amigo que estaba en paro y que se quedó ya en la casa a vivir con él.

Antes de casarse con la morenina pasó una legión de compatriotas por aquel piso.

Cuando nació su hija hacía un tiempo que el médico había muerto. Su mujer entró entonces en una depresión que terminó en un diagnóstico de Alzheimer.
Nunca hubo buena sintonía con los hijos del matrimonio, que ingresaron a su madre en una residencia. Iba a verla siempre que podía, pero no lo reconocía y le resultaba muy doloroso ver a aquella persona tan buena que había sustituído a su madre durante años, que lo había sacado de la miseria, y se le rompía el alma. La mujer, siempre sola, callaba mirando al suelo...

Tenía que regresar a su tierra a toda costa. Que sus padres conocieran a la nieta antes de morir.

Habían decidido comprar el piso donde vivían, grande pero ya viejo, que el dueño les ofreció por un precio razonable. Podían hacer frente al préstamo porque la morenina ganaba también sus buenos euros limpiando oficinas.

Todo se precipitó. El dueño de la librería, amigo de su antiguo protector, dejó el negocio en manos de sus hijos y lo pusieron en la calle con una indemnización miserable. Cuando unos meses depués la morenina perdió también su trabajo, dejaron de enviar dinero a sus familias.

Después de agotar las escasas reservas sin encontrar nada, un colega le ofreció pasar chocolate en el punto fijo de un barrio. Ni siquiera fumaba. Sólo debía temer a la policía.
La segunda vez que lo cogieron llevaba encima 30 gramos de haschís, pero en casa encontraron otros 200 grs. Pasó una temporada a la sombra, salió, se recuperó y todo parecía marchar bien. Se había aficionado a la coca en la cárcel y ahora la pasaba en la calle. Volvieron a mandar dinero a sus padres.

La tercera vez le calleron 12 años. En la cárcel le informaron, después de unas pruebas, que era seropositivo. Se apuntó a un grupo de ayuda a los drogodependientes y gracias a la asistente social le dieron un puesto en la biblioteca.
La prisión estaba muy lejos del lugar donde vivían su mujer y su hija, hacía dos años que no las veía. Tampoco le escribían porque la última vez había discutido con la morena. Ahora volvía a trabajar de limpiadora, más horas y por un jornal miserable, pero habían perdido el piso.

Colocó el último libro en un estante.

Estaba decidido a volver a su tierra, como fuera, cuanto antes. Su madre aún vivía. Primero tenía que atender algunas necesidades acuciantes. La última vez. Mañana lo dejaría definitivamente. Pero el encargado de la biblioteca de la prisión y la asistente social no debían enterarse de que todavía seguía pinchándose o perdería aquel puesto privilegiado y los beneficios penitenciarios.

Con un poco de suerte, le quedarían tres o cuatro años, como mucho...


Ramiro Rodríguez Prada


Los extremos de la Mar del Medio de la Tierra (Mesoyío/Mediterráneo) se dan la mano.
Sodade, Saudade, Cesaria Evora con  Elefthería Arvanitaki.

León 2011

Eleni Tsaligopulu, que a mí siempre me recuerda la voz de Elefthería y a la que confundo con ella a menudo, es una buena sugerencia de Ana Capsir (Navegando por Grecia), para este segundo capítulo de tejidos, o Retales.
Un tema tradicional del que ya hemos hablado, publicado también en España en el doble CD ´De Oriente y de Occidente` en la versión de Domna Samíu, una de las grandes folcloristas griegas y que creo que coloqué en alguna entrada.

Es una canción muy popular que se puede oír en todas las islas, particularmente en las orientales del Egeo, pero también en cualquier otra o en pueblos de la Grecia continental, incluso en versiones a capella por vecinos del lugar aprovechando un escenario festivo y un micrófono.

La versión de Eleni, con la instrumentación más rica y barroca de las muchas que se escuchan, y un clarinete (clarino) de lujo, remite al Ifantokosmos oriental del primer post de Retales por su sonido, intenso y sofisticado, y el aroma bizantino que señala  Ana, pero también, a través de la letra, al siguiente, la historia de Elena y Dastan, el extranjero, i xenitiá, la emigración (o exilio que es antes que nada alejamiento de la tierra, casi siempre, es cierto, por motivos económicos, de necesidad).

El tema se titula ´Tzivaeri`, Joya. Una madre se lamenta de haber alentado la marcha de su hijo al extrajero.

Ajjj, el extranjero lo disfruta,
-joya mía!-
mi flor perfumada.

Ajjj, maldito seas, extranjero,
-joya mía!-
tú y tu excelencia.

Ajjj, cómo atrapaste a mi hijito,
-joya mía!-
y lo hiciste tuyo.

Al final de cada estrofa repite en forma de estribillo o coda las frases ´Siganá que tapiná` o ´Siganá pato sti yi`, Silenciosa y humilde, Silenciosa piso la tierra.
Eleni Tsaligopoulou, voz, Manos Ahalinotopoulos, clarinete. Tzivaeri.

Salud, Ygeía!

Ra

lunes, 5 de marzo de 2012

Στην χώρα των προνομίων και της ανοησίας, En un país de privilegios y sandeces. Felipe Zapico. (Versión griega de Yiannis Tzakós)


Asturias, febrero 2012

Στην χώρα των προνομίων και της ανοησίας

η αγνοια ειναι θεσμός

που σβήνει την ελπίδα

πνίγει την κραυγή
κομματιάζει την επιθυμία

απαξιώνει το ενστικτο

συγκρατώ την οργή μου και περιμένω να δω
πόσο ισχυροί είναι οι σπόροι της βλακείας
πόσο ανθεκτική είναι η ραχοκοκαλιά της σαπίλας

δεν γίνεται να κλάψω
βραζω για την αδικία, για την κοροΐδία,
περιμένω να δω πόσα απ τα αδερφια θα ξυπνήσουν...
Ελευθερία, παιδεία και ψωμί
η χούντα ακομα ζει και βασιλεύει

κι εσύ, αδερφέ μου, με τον ΑΣΕΠ σου.

´En un país de privilegios y sandeces`,  Στην  χώρα των προνομίων και της ανοησίας (Stin jora ton pronomíon que tis anoisías), de Felipe Zapico Alonso. Poema nº 10 de su libro ´Litro de versos`, Λίτρο στίχους (Litro estijús).

Traducción de Yiannis Tzakós, Ο Γιαννης Τζακός.

(Gracias mil al tesalonicense Dimitris Athanasiadis por su ayuda en el último verso).


La canción, de Nikos Xyloúris, nos la envió también Giannis Tzakós.

Τούτοι δω εφέρανε τουφέκια γεμάτα μπαρούτι , Mirad, trajeron las armas cargadas de pólvora?


Ξυλούρης Νίκος. Οι Νεκροί της πλατείας. Παραστάσεις
( δίσκος @ 1976 )

Está negada la máquina o yo (más bien) y no sale la foto como quería, era apaisada, tumbada hacia la izquierda, ¡ajjj, inútil de min!.
Tenía ya preparada la entrada de hoy, la segunda de los Retales, con una canción muy popular en versión de Eleni Tsaligopulu que me envió ayer Ana Capsir, Tzivaeri, Joya, pero a última hora Giannis me mandó la traducción al griego del poema de Zapi que publicamos el último día de este febrero bisiesto (29). Allí podéis leer el poema en versión original castellana.

Volveré el día 6 con los trapos, Ana lo comprenderá. Aunque ésta no sea una trama de tejidos, ramas de árboles, sombras o dibujos, que estaban en el origen del diálogo con Txell sino de afinidades y amistades, entra de lleno y con pleno derecho en esa metáfora y en estos capítulos. Y en la foto sigue la nieve, de Valentín y Belén. Y el hierro de Giannis y Andrés. Todos reunidos en les Trames.

Creo que le vamos a dar a Felipazo un alegrón de su tamaño y, sobre todo, será una sorpresa para él como lo fue para mí cuando lo recibí de Giannis. Como decimos por Asturies, vamos armála!

Υγεία, Salut!

Μπαρμπαρόμηρος
Barbarómiros

P.D. Yiannis me dice en el primer comentario que otra posibilidad para el último verso podría ser lo equivalente a "y tú, hermano, buscándote una silla" (juegas con...)

"κι εσυ αδερφέ μου αγωνίζεσαι για μια καρέκλα....."


Y se me ocurrió que si la palabra castellana "Poltrona" que viene directa del griego, Polthrona, no podría ser otra opción, aunque suele aplicarse más al mundo de la política y del poder, y menos al trabajo donde quizá la "karekla", la silla que dice Yiannis sería lo apropiado. En fin esto de la traducción es un lío, y la lírica aún más... Seguiremos investigando. Vale.

domingo, 4 de marzo de 2012

Sombras en la nieve -2


Asturias, febrero 2012

Hoy propongo una idea para un corto por si algún valiente la recoge, se atreve, sabe o tiene medios. Es un guión muy fácil, una pasada del 2009 que encontré en esos cuadernos que voy coleccionando con apuntes de lecturas y textos propios. No me acordaba de él, hubiera venido bien en las últimas elecciones en las que, para colmo de anarquismos, me tocó presidir mesa. Dieciocho horas esperando para votar nulo. ¡Porca miseria!
Lleva por título:

4 escenas pornodemocráticas

Elementos:

Una mesa con una urna donde en letras mayúsculas se lea con claridad  BOTE. Sobres con letreros de BOTO. Billetes de 50, 100, 200 y 500 (fotocopias...) euros. Una botella de leche y un vaso. Varias manos enguantadas o pintadas de blanco y de negro. La banda sonora de una piel ícula porno.

1ª Escena (La urna y el boto. El boto útil).

Será la más corta y simple. Un sobre de (b)voto se folla a una urna. En el climax la mano deja caer el sobre dentro, se retira y bota un segundo y un tercero, que hacen lo mismo.


2ª Escena (Eyabotadores precoces. El boto impotente).

Las mismas manos blancas. La primera golpea con fuerza la urna al introducir el sobre y hace lo mismo las dos o tres veces que lo mete y lo saca antes de soltarlo.
La segunda, después de dos intentos fallidos, necesitará el auxilio de otra mano, negra, como si fuera un mamporrero.
La tercera romperá la urna ya en el primer intento mientras oímos que se corre al mismo tiempo.

Pajares, febrero 2012

3ª Escena (Versión gore. Pornodemocracia barroca) 

Tres manos negras, por turno y sin prisas como en la 1ª escena, se follan la urna con billetes de 50 ó 100 euros. Sobre la mesa se verá un vaso de leche que reflejará las ondas de las embestidas, como en los dinosaurios, en un plano del vaso para cada machito follador.

Cuando termine el tercero, otro plano mostrará un escenario de bebedero patos, charquitos de leche, la urna desplazada con el letrero de BOTE medio destrozado, y toda llena de churretones de leche. Mientras se muestra este escenario se verán las manos del último jodeurnas desarrugando el billete en cuestión y guardándolo en el bolsillo.


4ª Escena (La urna y el capitalismo salvaje. La violación)

Varias manos, las  negras con billetes grandes y las blancas con los de 5, 10 ó 20 euros, compiten en el abuso colectivo. Los billetes más grandes desplazarán a los inferiores que apenas podrán participar, así el de 5 euros sólo entra y sale por la ranura superior una vez. Los billetes se empujan y el balance de la pelea favorece siempre a los grandes que permanecen más tiempo en la jodienda.
En la mesa habrá esta vez una bote ella de leche a la que veremos también moverse a impulsos de la violencia del acto. Poco a poco irá desplazándose hasta cerca del borde.

Un plano indicará que sólo quedan ya dos violadores, el de 200 y el de 500 euros. El de 200 se retira cediendo el puesto al más grande. Mientras siguen los jadeos, vemos cómo el primero desarruga su  billete recién usado y lo guarda en el bolsillo, como en la escena anterior. En ese momento oímos el orgasmo e inmediatamente, en el bolsillo, donde se mantiene el plano, aparece una mancha de humedad que se va extendiendo. En otro vemos la botella ya en el borde de la mesa.

Cesa la banda sonora y el plano indicará cómo las manos negras que hay sobre la urna, movida, arrancan el letrero de BOTE, lo colocan encima tapando la ranura, enfilan una larga raya de cocaína y se la  esnifan con el billete que le hemos visto enrollar.
Aspira con tal fuerza que el último plano sigue la caída de la botella y la extensión del charco de leche por el suelo oscuro.

Pantalla blanca de la leche y fundido negro final.


Asturias, febrero 2012

Apuntes

Las escenas son para rodar en blanco y negro preferentemente. Es muy importante acoplar la banda sonora a los planos concretos porque éstos son sintéticos y primerísimos. Los jadeos, murmullos, gritos y susurros, femeninos, puntearán con precisión, pues, cada plano.

La urna puede ser transparente y verse semillena/mediovacía, pero sólo de sobres con la leyenda BOTO, nunca billetes. Tampoco se verá otra cosa que las manos con los sobres, los billetes o guardando estos en el bolsillo de los pantalones, blancos. En el plano de la esnifada no se verá tampoco la nariz, sólo los dedos sujetando el billete enrollado y la raya cruzando transversalmente el letrero de -BOTE-

La iluminación no debería ser oscura, sin embargo serían preferibles los negros profundos, como en el expresionismo alemán. Son escenas de luces y sombras fuertes. Y de ilusionismo o magia, como prefiráis. Las manos de un prestidigitador ejecutan su número artístico, su barbaridad en el presente caso, salvo los desparrames señalados, con limpieza y a la vista de todos, nada por aquí, nada por allá. Acto preciso y quirúrgico.

Ramiro Rodríguez Prada


Parálisis Permanente, El Acto.


Salud y dulces sueños.

sábado, 3 de marzo de 2012

Retales


León 2011

Buenos días. Vuelvo a tener problemas con esto de colocar las fotografías, salen en la posición que le apetece a la máquina. No me voy a mosquear, sólo que me hace perder un tiempo precioso y no lo arreglo.

Los mismos problemas también para escribir en griego, que lo hago por gentileza a la cabecera del blog, dedicado en buena medida a Grecia. Y por los griegos, a los que me siguen allí y en especial a Giannis Tzakós. También por ayudar un poco a los que se interesan por ese precioso idioma y empiezan, por ello muchas veces pongo la grafía griega, la pronunciación en castellano y la traducción a esta lengua.
No tengo la paciencia del enseñante pero como no me tenéis en frente puedo jugar un poco al pedagogos.

Ya dije que las fotos de esta serie no eran buenas, sabéis que soy un aficionado. Apenas me sirven algunas para ilustrar el texto, y no me gusta ese papel, en cierta manera, secundario. También es verdad que muchas veces es el texto el que ilustra la imagen y eso que mi herramienta es la palabra y ahí no soy tan aprendiz, no sé. Vaya lo uno por lo otro.

Y el motivo de estas lechugas entre la nieve es dar un poco de color al surco. Tengo tendencia a mirar también el blog como una página larga donde los colores impresionan la vista sólo al paso del cursor y me dan alegría.

El tejido no es tan satinado, hice la foto con muy poca luz, me gustan el dibujo y los colores. Y la artesanía femenina del reciclaje de tejidos, de ahí el título de la serie. Con mucho arte las madres.
También yo llevo un montón de años liado con los trapos, los tejidos y los cosidos, como habréis visto en Pindura. Rotos y cicatrices.

Voy con una historia mínima, pero sólo por lo escueta o regularmente escrita, no por su, para mí, fuerza y ejemplaridad. Para los amantes incondicionales del relato, lectores o amigos. Pero hoy sin partos mostruosos, sino como la vida misma.

Elena y Dastan 

Dastan tiene 45 años, es kazajo de madre mongola y padre uzbeko. Está casado con una ucraniana y tienen dos hijos.
Por la cara, muy grande, ancha y plana, más que chato tiene la nariz aplastada, cualquiera diría que es  chino. Pero él trabajó un año en China y los chinos, muy aficionados a la venta callejera y a ofrecer la mercancía a sus compatriotas, nunca lo abordaban a él, lo reconocían como extranjero. La que sí lo paraba contínuamente para pedirle el pasaporte y la documentación era la policía. Se reía contándolo.

Su madre es budista y su padre musulmán, la suegra ortodoxa y el suegro católico, ellos ateos. Pasó por Moscú y Ucrania, allí conoció a Elena. A la caída de la Unión Soviética emigraron a Suecia donde tuvieron el primer hijo. Volvieron a Ucrania y hace dos años que están en España. Aquí nació la niña. Asturiana.

Habla castellano con soltura y dice que le gusta hacerlo bien porque disfruta con la conversación, pero que no entiende los chistes casi nunca, y vuelve a reír con una risa abierta y franca que es un placer escuchar.

Tenemos un problema de humedades y el seguro lo envió a pintar, muy curioso y limpio. Es fumador y cada cierto tiempo se venía a la cocina conmigo a echar un pito y charlar.
La mi morena lo invitó a un té que agradeció de inmediato con una carcajada de alegría. Es un paisano, un niño grandón, enorme, 1,80-1,85, y está más bien grueso. ¡Con lo pequeña que es la cocina entre él y su risa lo ocupaban todo!

Además del kazajo de su infancia y juventud, Dastan se defiende en los dos dialectos de sus padres (¡que hablan millones de personas!), y un poco menos en chino, por supuesto habla ruso con soltura y ucraniano bastante bien. En la escuela aprendió inglés que le fue muy útil en Suecia hasta poder comunicarse en sueco que habla, más o menos, dice, como el castellano, es decir muy bien, vuelve a reirse y niega con la cabeza.
¿Lleváis la cuenta? Creo que son nueve. Y ya dice "guapu", no bonito, hermoso o bello, ni siquiera guapo. ¡Eso es amor y sabiduría!

¡Eres un fenómeno Dastan, me río yo de Cristiano Ronaldo!
Una suerte para nosotros tenerlo aquí, le gusta mucho Asturias.

Está eufórico, ¡palabra suya!, porque su mujer, licenciada en Historia del Arte y violinista acaba de encontrar trabajo de limpiadora en una casa...

Salud.

Ramiro.

Una cancíón melancólica de alguien como él que regresa a casa.

De su tierra, Nurlan Abdullin, "Auilin".


León 2011

P.D. Otra vez invertida, el color oscuro iba abajo, no importa, si pudiera le daba la vuelta cada semana, por variar, ya hice eso con cuatro tablas que encajaban de distintos modos,  no recuerdo exactamente pero creo que, contando las cuatro de cada tabla por sí sola, permitía 68 posturas en el mismo espacio, una más y corono. Bobadas.

Música que nos endulce el oído, cuando menos... . Dastan, que conoce también Armenia, decía que son como los vascos del Cáucaso.

De Haig Yazdjian, músico armenio colega de Arto Tunçboyaciyan (que ya escuchamos aquí tocando la pandereta y una botella de cerveza), un tema tradicional que ha grabado también Ara Dinkjan, otro gran armenio amigo de los anteriores, con Elefthería Arvanitaki, en griego. Los versos son de Lina Nikolakopoulou, letrista de Protopsalti y otros músicos.

Todos ellos han vivido y grabado en Grecia, muy vinculados siempre a los sonidos y a los músicos  helenos. Camaradería entre cristianos. Aquí en una versión en directo de este verano en Atenas, con regular sonido, si preferís uno mejor tendréis que ir a una grabación de estudio.

Nos endulzará la oreya pero no nos curará la tristeza, la canción es un canto nostálgico de añoranza de la tierra chica desde el exilio. Algo que los dos pueblos conocen demasiado bien.

Bingeol, I xenitiá, El exilio (Es el nombre de una aldea armenia, en griego El extranjero)


Que tengáis felices sueños.

Besos.

Ra

viernes, 2 de marzo de 2012

Sombras en la nieve


Pajares, Asturias, febrero 2012

Pues sí, decidí dedicar ya unos capítulos a las sombras sobre la nieve, estimulado también por esas dos fotografías tan potentes en blanco y negro parecidas a grabados, aguafuertes, que subió Txell a su fotoblog los dos últimos días y que tituló Trames.

Estas sombras y estas tramas son mucho más tenues y además azules, pero me gustó tanto ese nombre que me dió Txell "El buscador d´ombres", bastante ajustado a lo que hago últimamente, que ¡venga y dale!, sigo en ello.
Veré a ver qué planto entre col y col, más sombras, flores que pongan  un color rabioso entre el azulete níveo...

Tengo también una serie sobre tejidos y puesto que hablamos de tramas y yo ayer le prometí a Txell una canción griega que habla de esas tramas textiles, quizá vineran bien y de paso abrigaban del frío de la nieve. Y tienen color, pero no son nada buenas técnicamente, lo miraré.

Lo que dudo más esta vez es que tenga tema para ir rellenando estos huecos de palabras, porque me exprimieron tanto las tapias que me dejaron sin jugo, ya sabemos que la arcilla es hidrofílica, por el contrario la nieve sólo es agua.

Quisiera volver a la ficción pero casi siempre me puede el impulso momentáneo, o el intercambio, el diálogo y la amistad. Y la improvisación.
Me aburre un poco enfrascarme en una historia inventada, y tengo la sensación de que aprendo menos, en varios sentidos. Cuando las escribo pongo en juego cosas que siento que domino, más o menos, como quien coge una herramienta a la que está acostumbrado, sin demasiados descubrimientos en su oficio. Hay que alicatar una cocina, pues dale que libras.
Por otra parte no hay toma y daca, nadie me mira, ni me cuestiona y pocas veces necesito el concurso ajeno o pensar en historias de otros. Estoy solo en la cocina todo el día y así ¡no salgo de  micabezademimihhmoconmigoenmí! Me pongo mística y devota de San Juan. Y me doy a la bebida.


En la interior bodega
de mi Amado bebí
y cuando salía
por toda aquesta vega
ya cosa no sabía
y el ganado perdí
que antes seguía


Pajares, Asturias, febrero 2012

Por el contrario, cuando decido improvisar suelo pensar en alguien concreto, en uno o en varios a la vez, en un diálogo imaginario que es continuación del real que hemos mantenido de otra manera.

La cosa está más clara que la nieve, veo todos los días, con fervor y detenimiento, una serie de fotografías que nos proponen los que de aquí en adelante llamaré colegas u otros sinónimos, y no favoritos, que parezco el presidente del club de fans.
Las comento con la intención de agradecer con esas pocas palabras lo que ellos me han dado y, al tiempo, intentando comprender lo que veo sabiendo que puedo errar. Me voy a la cama con esas imágenes y esas ideas.

Encima ellos me contestan, buena parte del día tengo la cabeza ocupada en distintas variaciones de lo que intercambiamos. Me enseñan historias fuera de mi mihhmo, dispongo de otros puntos de vista que enriquecen el mío, y tengo la sensación de que avanzo, y de que algunas veces hasta acierto y soy útil. Esto del utilitarismo debería explicarlo mejor, pero no me apetece ahora. Soy enfermera, de formación cristiana ¡Verge Moreneta!, y monja atea, no lo olvido.

Además me obligo a estar a su altura y eso es un estímulo para mejorar. No es que no me esfuerce con las historias ficticias, pero la presión de hacerse entender es menor en mi caso, aquí me dirijo a personas concretas con ojos y sentimientos determinados, no es un auditorio anónimo, por más que éste también esté compuesto de personas. Entiendo que hay una distancia que empieza con lo primero que mencioné, el intercambio.

Para terminar con esto diré que tampoco se oponen ficción e improvisación, es sólo el nombre que le he dado a lo que suelo hacer en esas dos formas genéricas.

Puse el ejemplo de los fotógrafos, pero puedo decir otro tanto de los blogs que sigo y en los que, por sistema, participio, en los comentarios o en colaboraciones, como en Geotropía. ¿Para qué los tengo aquí si no, no son  mis amigos, no los considero ejemplares cada uno a su modo? Siempre aprendo.
Y lo mismo digo de las currucas, como la Blasensis o de los colegas, como Lucas. Continúo aquí un diálogo con pocas interrupciones, ¡y me entretengo como dices, Cascanueces, y me siento acompañado en la celda!

La sombra del interfecto
Asturias, 2012

Sin embargo esto que llamo improvisación no es más fácil que lo otro. Me atranco mucho más, no sé por dónde tirar, me pierdo, no llego a donde quiero... . La ficción es mucho más fácil, casi siempre sabes el principio y el final, sólo es rellenar el desarrollo de la acción intermedia, como colorear un dibujo. Como tener el proyecto antes de levantar la casa.
Puede ser apasionante construir personajes, imaginar escenas y ponerlas en pie, pero la hora justa de la escritura no es raro que resulte un coñazo. Pocas veces se dan las sorpresas.

Incluso el cuento improvisado es más sencillo porque te permite hasta la escritura automática, donde si quieres cave todo.
Esto es una tortura muchas veces y echo horas. Necesito quedar tranquilo pensando que por lo menos me aclaré yo, aunque no diera ni medio paso. No siempre lo consigo. ¿Si no me aclaro yo qué puedo contar a nadie? No me conformo, pocas veces quedo tranquilo. Y eso también es un acicate para mejorar. ¡A ver si la próxima doy en la diana! Divago.

Aprovecho, ahora que Txell acaba de contestar a mi comentario de su última foto, la 2ª de ésas que mencioné arriba, para responderle aquí. Me dice al final que estudió dibujo y que haciendo al carboncillo tramas sobre papel como las de su foto, a veces lo rompía de la fuerza con que aplicaba el lápiz.

A mí siempre me gustó la pintura gestual y bruta. Soy muy nervioso y mi deporte era la velocidad, he aplicado esas cualidades, o defectos naturales a la pintura, pero sobre todo al dibujo. La mejor herramienta para mí, por eso, es la espátula, la de cristalero del Raval, puedes hacer una profunda línea, fina y sola, como el rastro de un tanque por el barro.

He aparcado un poco esas técnicas por aprender otras, pero también para saber controlar los impulsos cuando me convenga. Digo un poco porque es bastante inútil oponerse a la naturaleza, pero yo lo intento ¡voto a Bríos!. Algo habrá también de esa raza de cardadores de la que vengo, carda en mano. No me gusta la espermatorrea continua, os podéis reír pero se parece.
Tengo una serie de cuchillos de distintas durezas, flexibilidades y tamaños y no sólo rompo el papel como tú Txell, o la tela, acuchillo el lienzo y hurgo en la herida del papel con saña sádica. Después me apiado y le echo mercromina (la enfermera...).


Y bien, el soneto escangallado se acabó. Vayamos con la música a otra parte. La canción que prometí a Txell.

Kristi Stassinopoulou, Ifantokosmos, Mundo de tejidos.



Salut, υγεία!

Barbarómiros
Μπαρμπαρόμηρος